Me he levantado, caminado sigiloso hacia el árbol de navidad del salón, y allí estaban los regalos de los niños. Pero no estaba lo que solicité y soñé: un legislador más técnico, un Tribunal Constitucional que responda a tal nombre, unos órganos judiciales más sensibles, una administración menos electrónica y más humanoide, y una ciudadanía más tolerante con los errores que los poderes públicos puedan cometer.
Tampoco mi petición de un año libre de escándalos de corrupción, ni he encontrado voluntad de un auténtico pacto de los partidos políticos sobre la educación, ni un cofre con candado donde ocultar la crispación y filibusterismo político.
Lo del cumplimiento de la Declaración de Derechos Humanos de 1948 de la ONU lo llevo pidiendo todos los años y ya no me sorprende aunque me preocupa.
También asumí las peticiones del soneto de mi poeta más admirado en su brillante Carta a los Reyes Magos, pero de lo que yo pedí en simple prosa, sus majestades no me han traído nada. Aunque dejé galletas y leche en las escaleras del Congreso. Pero ya sé la razón… y como encontrar el mejor de los regalos…
No corren tiempos de confiar en utopías y reyes magos. Nosotros somos los reyes con la magia en nuestras manos. Mejorar los asuntos públicos es cosa de todos. Del esfuerzo de los políticos y de la sociedad civil.
Todos los que ocupan cargos públicos deben hacerse merecedores la confianza depositada en ellos. Se cobra por trabajar y por trabajar en algo tan importante como la cosa común. Así que sería bueno que además de hacer buenos propósitos de adelgazar, no fumar, aprender idiomas y similares, todos intentásemos aportar nuestro granito de arena en el día a día en nuestra pequeña parcela. Así se hacen las catedrales.
Los que ocupen cargos públicos que abandonen el desencanto y que crean que pueden hacerse las cosas mejor. Los ciudadanos que dejen la crítica fácil y se esfuercen en comprender que ni el Derecho ni el sistema de gobierno son perfectos y den ejemplo aceptando las reglas del juego, porque las normas están para cumplirlas y no para los demás.
Entonces…. Desperté… Y no, no estaban los regalos que pedí.
Así que decidí regalarme y regalar desde aquí unos pensamientos luminosos de grandes personas que nos pueden servir de brújula en la vida para el éxito personal y profesional. A mi me encantan… son gratis y hacen pensar… ¡Menudo regalo!
CONOCERSE A SÍ MISMO
Sabemos lo que somos pero ignoramos lo que podemos ser. W. Shakespeare.
Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si te conoces a ti mismo pero no conoces al enemigo, perderás una batalla y ganará otra. Si no conoces al enemigo ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla. Sun Tzu, El arte de la guerra.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso ciertamente, no resulta tan sencillo. Aristóteles, Ética a Nicómaco.
Tu actitud, no tu aptitud, es la que determinara tu altitud. Zig Ziglar.
VALORAR LAS COSAS EN LA JUSTA PERSPECTIVA
Disfruta de las pequeñas cosas porque tal vez un día vuelvas la vista y te des cuenta de que eran “las grandes cosas.” Robert Brauli.
No hay trabajos poco importantes, lo que hay son personas que se han acostumbrado a sentir su trabajo carente de significado. Tu trabajo es importante, tu trabajo tiene valor. Pascual Hernández.
Nada nos proporciona dignidad tan respetable, ni independencia tan importante como el no gastar más de lo que ganamos. Lucio Anneo Séneca.
El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene. Ralph Waldo Emerson.
Un hombre que mientras conduce aprovecha para besar a la chica que le acompaña, no está prestando a ese beso la atención que se merece. Albert Einstein.
EL CAMINO
Todo cuerpo en reposo tiende a seguir en reposo y todo cuerpo en movimiento tiende a permanecer en movimiento, a menos que una fuerza externa actúe sobre él. Isaac Newton.
Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente. Lewis Carroll.
Cualquier meta, no importa lo grande que sea, pude lograrse si la partes en suficientes pedazos pequeños. Henry Ford.
Eres como eres porque así quieres ser. Si quisieras ser de otra manera, empezarías el proceso de cambio justo ahora. Fred Smith.
EL ESFUERZO
No soy tan listo. Simplemente estudio más detenidamente los problemas. Albert Einstein.
Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que puedan cometerse en un campo muy reducido. Niels Bohr. Premio Nobel.
A decir verdad, soy una esponja eficaz. Absorbo las ideas y las aplico. Thomas Edison.
No cuentes los días; haz que los días cuenten para ti. Muhammad Alí.
Le temo al hombre de un solo libro. Santo Tomás de Aquino.
RELACIONES SOCIALES
Sé amable cada vez que puedas. De hecho, siempre es posible. Dalai Lama.
Piensa antes de hablar; lee antes de pensar. Fran Lebowitz.
Tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. Zenón de Citio.
Habla con suavidad, pero lleva un gran palo, y llegarás lejos. Theodore Roosevelt.
Yo solía escuchar lo que las personas decían y confiaba en que actuarían según sus palabras. Ahora escucho lo que dicen y observo si actúan o no según sus palabras. Confucio.
Trata con personas de las que puedas aprender. Baltasar Gracián.
En fin, que el responsable de tu vida en 2017… para lo bueno y lo malo… ¡eres tú! ¡Toma los mandos…! ¡Ya!
Y como la dura realidad acecha, bien está que nos detengamos a pensar y no olvidemos la receta de la felicidad: los 25 hábitos de las personas alegres.
José Ramón, como siempre … único e incansable al desaliento.
‘Cubierto de mariposas, el árbol muerto florece’.
Gran artículo José Ramón, esto sí es un buen regalo. Un abrazo
Que todo lo deseado nos sea concedido, y en otro caso recibamos con paz lo que nos brinde la vida.
Feliz año a todos
Un todo terreno, eres.
gracias.
Reblogueó esto en Cuadernos Personales.