Crónicas administrativistas Sobre los políticos

Del berrinche de la Monarquía alauita frente a la visita a las Ciudades Autónomas del Rey español.

Sevach se queda patidifuso ante la arrogancia de las voces vivas procedentes de Marruecos, a través de diarios oficiales y grupos políticos afines a la Monarquía, e incluso del primer ministro, en que se manifiesta su oposición a la «provocación» que supone el inminente viaje del Rey de España a Ceuta y Melilla.

1 . Lo que sucede es que ambos Estados (español y marroquí) no aplican las mismas reglas de juego, pues frente a la exquisita diplomacia española, en el caso marroquí se sigue con la técnica que tantos frutos les ha dado en el pasado, aplicando ese principio tan propio del mercado árabe de que para conseguir un bien codiciado (sea una bandeja de plata, un camello o unas babuchas) es legítimo atosigar sin desmayo a quien lo posee, no escuchar sus explicaciones y abrumarle con las propias, e incluso llegado el caso, disfrazar la mala oferta de apariencia de seriedad y honradez, todo ello bien regado de gesticulaciones e imprecaciones.

2. Soslayando el anacronismo del modelo monárquico, felizmente superado por la Revolución Francesa de 1789, y salvando las enormes diferencias entre la Monarquía española como forma de provisión de la Jefatura de Estado (exquisitamente respetuosa con la forma de gobierno parlamentaria) y la Monarquía alauita como Forma de provisión de Gobierno (exquisitamente desconsiderado con la forma de gobierno democrática), en el caso marroquí, nos hallamos ante un incidente que mueve a una rápida reflexión.

3. De un lado, el monarca español, ejerce su función constitucional (simboliza la unidad del Estado) y como tal, bien puede (y debe) personarse en cualquier lugar del territorio español, cuando le plazca, o mas bien, cuando el gobierno legítimo lo sugiera o avale. De otro lado, el monarca alauita, bastante tiene con mantener el orden político y propiciar el avance democrático dentro de sus fronteras, sin proceder a una reacción tan desafortunada.

4. Tal reacción pública y oficial de Marruecos resulta desafortunada por varias razones.

a) En primer lugar, desde el punto de vista del Derecho internacional, la legalidad internacional fija las dimensiones territoriales de los poderes de cada Estado y sus límites. Ni el Jefe del Estado español se adentra en territorio marroquí de forma sibilina, ni el Jefe del Estado marroquí debe poner en entredicho una manifestación legítima de la soberanía territorial española. ¿O acaso se ignora el principio internacional de prohibición de inherencia en asuntos internos, operativo en casos como el que nos ocupa, en que un órgano del Estado se limita a ejercer su función dentro de su territorio legítimo?

b) En segundo lugar, desde la perspectiva de la legitimidad internacional, no puede Marruecos mostrarse celoso de supuestas visitas a territorio español, cuando no tuvo el menor reparo en adentrarse en la isla de Perejil alterando el status quo internacional de pacífico disfrute por España. No le importó al gobierno marroquí ni la provocación ni la reacción internacional.

c) En tercer lugar, desde la perspectiva de la credibilidad internacional, no puede Marruecos quejarse por actuaciones de otros Estados supuestamente sospechosas, cuando no ha dado cumplimiento a los mandatos de Naciones Unidas en relación a propiciar el referendum para el pueblo saharaui. Todavía está caliente la última y recientísima Resolución 1783/2007, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en que por unanimidad se insta a propiciar la autodeterminación efectiva del pueblo saharaui en relación con la situación del Sahara Occidental.

d) En cuarto lugar, desde la perspectiva sustancial, no puede Marruecos arrogarse el derecho de ocupación o «pernada» sobre Ceuta y Melilla, ya que fuera del dato puramente geográfico de hallarse en Africa, no existe ningún otro vínculo cultural del pueblo marroquí con el pueblo de las Ciudades Autónomas, siendo determinante que la población de Ceuta y Melilla (cuya existencia es anterior por siglos al mismísimo Estado de Marruecos, cuya independencia data de 1956) es mayoritariamente española, por varias generaciones, y además tales poblaciones se alzaron de nuevo cuño (con sangre, sudor y lágrimas) por España, sin que se trate de expolio u ocupación a otro Estado. Recuérdese que ambas Ciudades Autónomas no figuran en la lista confeccionada por el Comité de Descolonización de Naciones Unidades, como situaciones sujetas a revisión democrática.

5. Por eso, el lenguaje oficial marroquí en cuanto alude a «ciudades expoliadas», o «ciudades ocupadas», no deja de ser, además de una falsedad, o bien una maniobra de distracción de los graves problemas internos, o un farol estratégicamente estudiado en el tablero internacional, como si considerase estar ante una partida de ajedrez (juego de origen árabe) en que el movimiento de la pieza del Rey español, deba merecer otro movimiento de la pieza del Rey marroquí.

6. En fin, que si en el terreno de la esgrima diplomática, el Rey de España actúa con elegante florete, no debe soportar la puñalada trapera de su vecino de Marruecos. Al contrario, Sevach cree que incluso hora es de que el Rey ejerza sus prerrogativas como monarca legítimo e incluso otorgue un ducado o marquesado en Ceuta o Melilla como acto inequívoco de soberanía, porque quizás ese lenguaje feudal es el único que entiende la Monarquía alauita.

7.. En fin, ante tales actitudes solo cabe recordar a nuestro castizo Don Quijote, cuando afirmaba aquéllo de » ¿Ladran, Sancho, pues entonces es que cabalgamos». Y es que por desgracia, Sevach se teme que no será la primera ni la última algarada de la monarquía alauita: ¿Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?

0 comments on “Del berrinche de la Monarquía alauita frente a la visita a las Ciudades Autónomas del Rey español.

  1. luis calvo

    Apasionante y actual post, Sevach sobre un asunto que está dando y dará mucho que hablar debido a la complejidad de factores involucrados y a la necesidad (obligación) que tenemos de entendernos con nuestro vecino del Sur.
    No nos queda otra que entendernos con Marruecos y al mismo tiempo sin «ceder» ante lo que no debemos ceder. Nuestra diplomacia ha de tejer un fino lienzo para manejar todas estas cuestiones fronterizas, frente a un Estado medieval, en el que la pobreza revolotea sobre la mayoría de la población y, en cambio, su monarca es el propietario de medio país,

    [En el artículo publicado por LA RAZÓN (11/12/05), titulado: «La polémica fortuna del monarca alauí. El presidente de la Asociación de la Abogacia marroquí pide al rey que haga público su patrimonio«, se dice:
    ….EL Rey asume todos los poderes que le otorga la Constitución,…. sin embargo, sus prerrogativas van más lejos: acapara también el poder económico. El holding real ONA, donde el Rey posee el 37% de acciones y el poder de decisión, es el primer grupo económico del país. La Familia Real, directa o indirectamente, controla el 60% de la Bolsa de Casablanca. Sus participaciones en numerosas empresas se hacen por medio de dos holdings, «Siger» y «Ergis» (anagramas de REGIS, rey en latín), que preside un joven amigo personal del monarca, Mohamed El Mayidi de 36 años. Hassan II antes y Mohamed VI ahora han sabido involucrar en sus negocios a socios internacionales que no tienen más remedio que depositar sus capitales en las arcas reales si quieren penetrar en el mercado marroquí. Como los franceses, Paribas y Banco Nacional de París, o los españoles BSCH, BBVA, Caja Madrid y Caixa, entre otros. También las multinacionales Telefónica, Endesa, Red Eléctrica, Tabacalera o Repsol se ven obligadas a pasar este filtro».]

    Nuestra interdependencia nos procurará en el futuro más motivos de debate, de encuentros y desencuentros con nuestro vecino del Sur. Es inevitable, un tira y afloja, un equilibrio inestable.

    Como ejemplo de «encuentros» el control de la emigración africana y como ejemplo de «desencuentros» la noticia que publicaba esta mañana El Economista :

    [-El Rey ‘pone firme’ a Mohamed VI
    La visita de hoy a Ceuta y Melilla se decidió tras marginar a España de grandes contratos públicos]

    Mis parabienes a tu amigo Chaves por su nuevo libro.

  2. Al comentario de sevach, quiero añadir que sólo Marruecos considera que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son colonias españolas. En el ámbito del Derecho Internacional Público, esas dos ciudades españolas, son parte del territorio nacional, sin distingos respecto del resto. En la lista de La ONU de territorios no autónomos susceptibles de ser sometidos a procesos de descolonización, no figuran ni Ceuta ni Melilla. Por cierto, Gibraltar sí está en esa lista, porque gibraltar sí es una colonia británica, que tendría que volver a soberanía española por retrocesión territorial.

    Por cierto, qué orgullo tener compatriotas como los ceutíes y melillenses. Olvidados, menospreciados por muchos, y sin embargo, siempre defendiendo su españolidad. Bravo por ellos.

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