Sobre los políticos

Del Estado desangrado ante otro atentado de ETA en Francia

El Estado desangrado ante el atentado de ETA en el sur de FranciaOtro atentado en el sur de Francia contra dos guardias civiles. A sangre fría, con chulería y al margen de toda estrategia. Gravísimo. El deber de un Estado es asegurar la vida de sus ciudadanos, y con ello asegurar la vida de quienes a su vez aseguran la vida de sus ciudadanos. La muerte de un guardia civil (y otro gravemente herido) a manos de tres miserables en Francia merecerá la consabida indignación pero al igual que la «fe sin obras» es fe muerta (Lutero dixit), el Estado no puede continuar zarandeado por un grupo de desquiciadas alimañas.

A Sevach le gustaría hacer unas precisiones conceptuales:

    El asesinato es el delito mas grave contra la especie humana (cualificado a veces por motivos genocidas o cuantitativamente por el número de afectados, pero el sustrato básico es la muerte irreversible de la víctima). Como decía una película de Tarantino, «cuando matas a un hombre le quitas lo que tiene en el presente y todo lo que podría tener en el futuro».

    ETA no es una organización; de igual modo que no cabe hablar de un ataque «organizado» de chacales sino de primitivas estrategias salvajes con fines sanguinarios que no son respetadas ni entre los propios miembros de la manada. Basta recordar el caso Yoyes (ETA no admite remordimientos) o la división y descontrol de sus huestes (mezcolanza de «históricos», histéricos, kaleborrokeros y visionarios) para darse cuenta de que cuando se habla de «células o comandos autónomos» de ETA en realidad se quiere decir que como los virus, actúan por libre y sin otro concierto que usar las siglas para escudarse en cierto tinte de heroísmo mal entendido.

    Cuando se habla de «asesinatos» no cabe hablar del eufemismo de «políticos». Poco importa si un robo, violación o muerte se ampara en fines políticos. Los asesinos son tan asesinos, ya actúen en nombre del nacionalismo, de la religión o de su madre. La política no puede ser coartada ni para que los asesinos calmen la voz de su conciencia (si la tienen) ni para que el Estado les dispense un estatus especial que les beneficie en términos policiales o penitenciarios. La tolerancia cero, tan manida en otros ámbitos (violencia doméstica, bebedores al volante, xenofobia, fumadores, etc) cuenta con mayor razón en el ámbito de estos asesinatos, que se cualifican como «terroristas» no por su origen o causa, sino por su efecto (el terror en la población).

    El común de los ciudadanos asistimos a un espectáculo de tensiones entre Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, que parecen patrimonializar el daño por tales atentados. Lamentablemente ellos y sus familiares han pagado el mayor tributo de sangre por el fenómeno infame del terrorismo, pero la voz que debiera oírse es la de la Asociación de los que no han sido Víctimas del Terrorismo, ya que ellos son los que están en la lista de espera de la lotería de estos salvajes. Lo inquietante es que la población asista a otro atentado, posiblemente con la impunidad de sus autores, y que el ciudadano se acostumbra a cambiar con naturalidad de cadena televisiva, para además disfrutar de un mundo feliz en que CSI y los policías televisivos consiguen ofrecernos una idea falsa de que «los buenos siempre ganan».

En definitiva, algo habrá que hacer, y no solo «condenas», «manifestaciones», «diálogos», «prudencias», «negociaciones», «concesiones», «treguas», «reflexiones» y zarandajas varias que ya han probado su ineficacia. Para nada sirve el mantra de «Estado de Derecho» utilizado por los políticos, sino que mas bien parece que el Estado deberá mostrar su fortaleza para garantizarlo, lo que es posible y dentro de la legalidad (cosa diferente es que si la «legalidad vigente» es inútil pues habrá que poner en vigencia otra «legalidad», ya que dentro de la Constitución existen muchas posibilidades legislativas, de mayor o menor rigor, de mayor o menor eficacia). Y si los políticos no tienen imaginación para las soluciones, pues adóptense modelos policiales y judiciales de las democracias avanzadas europeas en la lucha antiterrorista. Hay casi doscientos Estados en la comunidad internacional y cuesta creer que España sea el único Estado, que contando con una Constitución ejemplar, y que ha otorgado un generoso Estatuto federalizante a las nacionalidades y regiones, sea incapaz de atajar un grupo de asesinos, limitándose desde hace décadas a apuntar el tanto en contra y esperar el próximo, con alguna que otra victoria «pírrica» .Y es que el «in dubio pro reo» no puede confundirse con el «in dubio pro eta», de igual modo que la bondad de las avecillas que predicaba San Francisco de Asís no puede extenderse a las pirañas.

0 comments on “Del Estado desangrado ante otro atentado de ETA en Francia

  1. Yo creo que disponemos de medio suficientes para enfrentar exitosamente la lacra terrorista. Lo que hace falta es tener voluntad de usar todos los instrumentos a nuestro alcance. Si hablamos de ETA, la experiencia nos dice que la persecución eficaz es la que ataca las diferentes formas de expresión de la banda. Además de detener a los pistoleros, hay que perseguir a los voceros políticos de los terroristas. Disponemos de la ley de partidos políticos. ¿ Por qué no se ha iniciado aún el procedimiento de ilegalización de ANV? ANV es la última marca política de ETA, y tenemos concejales de ANV en País Vasco y Navarra. Quienes están legitimados para pedir la ilegalización de ANV no lo quieren hacer. Desgraciadamente parece que un muerto y un herido de extrema gravedad no son todavía suficiente para hacer lo inevitable, lo que hubo que hacer con HB: decir que son parte de ETA, y por ende, ilegalizar ese tinglado.

    Lo que hace falta en España es que todos seamos más fuertes, de mente, y de corazón. Con saber que los dos grandes partidos nacionales van a defender en todo caso, y hasta las últimas consecuencias lo que dice la Constitución española: la Constitución española se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, para mí sería suficiente.

  2. William H. Rehnquist

    El problema es que desde hace tres años el Estado ha abdicado de su sacrosanto deber de velar por la libertad y seguridad de los ciudadanos.
    Por cierto, hace tres años tuve la fortuna de asistir a la presentación del libro del profesor Gustavo Bueno «Panfleto contra la democracia realmente existente». La opinión del meritado filósofo sobre el tema es bien sencilla, y cito casi textualmente:» Los terroristas con como alimañas. ¿Y cómo se acaba con las alimañas? Se las mata»; Hombre, personalmente no soy tan drástico como el meritado profesor, pero algo más de energía en la lucha contra el terrorismo de ETA es no ya necesario, sino inexcusable.

  3. Hoy en día, gracias a las reformas legislativas aprobadas en tiempos del PP, los terroristas pueden estar hasta 40 años en la cárcel. Yo, si cumplieran en prisión esos 40 años, me daría por satisfecho, porque 40 años entre rejas equivale prácticamente a una cadena perpetua. Lo importante ahora es atacar todas las terminales terroristas: hay que ilegalizar a ANV.

  4. Pancho Villa

    De acuerdo, posibles medidas a adoptar:

    1º Ilegalizar la ANV. Es intolerable tolerar un parásito dañino en el sistema ( vive a costa del cuerpo y le hace daño).

    2º Reforzar la legislación penitenciaria, que el «todo incluido» de la prisión de los terroristas se convierta en un viaje del Inserso cubano. Ningún efecto disuasorio surte disfrutar de traslados, comodidades y beneficios penitenciarios que sencillamente distraen al tigre, que tan pronto pueda, volverá a probar sangre humana.

    3º Tipificar como sanción administrativa (no penal, que todo el mundo sabe, que es un viaje inútil) el que los cargos públicos viertan en los debates plenario, o ante foros u órganos públicos, alegatos vinculados a la exaltación del terrorismo. Si se aprieta la cartera personal del concejal, otra cosas se dirían.

    4º Incorporar la inhabilitación para formar parte de las listas de concejales, o alzarlo en condición de pérdida del cargo, a quienes hubieren incurrido en tres sanciones administrativas.

    5º Utiliizar al máximo las posibilidades de actuación frente a bandas terroristas que permite el art.55 de la Constitución.

    Podrán o no ser eficaces estas medidas, pero si el Estado sigue con los brazos cruzados, solo puede ir a peor.

  5. Reposicion

    Comparto y no comparto vuestros comentarios, y me explico aunque ello haga quebrar mis convicciones: como firme partidario del Estado de Derecho siento que éste no puede llegar a erradicar esta lacra con su pura e implacable aplicación, por sus propias limitaciones (art. 9.3 CE), puesto que sí, se detendrá, se ilegalizará, se cumplirán íntegramente las penas…pero…¿se acaba con ello? ¿Han desaparecido los delitos contra el patrimonio, contra la integridad de las personas -ejemplo claro en la mal llamada violencia de género-, la corrupción en su sentido más amplio? Para determinados delitos se reitera con mucha frecuencia la aplicación de determinadas medidas preventivas por parte de las distintas Administraciones, que van desde la educación, la concienciación y finalmente con la aplicación de la pena…pero no, nada o poco -parece- sirve. ¿Porqué habría de funcionar con el terrorismo? Si hay algo que no se puede pasar por alto, es la propia realidad de la cuestión: que existe una realidad social amplia que apoya, con mayor o menor intensidad, esta barbarie. Y ese sentimiento no surge al cumplir determinada edad, se alimenta día a día -yo lo vivo-. Son 2, por tanto los problemas. La respuesta al primero ya la dais, y la comparto al 100%; al segundo, creo que se hace necesaria una «ley de la claridad» pero íntegra y correctamente aplicada, no como acostumbra a hacer o presentar ad hoc el Lehendakari. No os ilustrará mucho, supongo, pero queda muy claro esto último en esta entrevista de Stephane Dion en en el diario ABC ( http://www.abc.es/hemeroteca/historico-15-11-2002/abc/Nacional/stephane-dion-ministro-de-asuntos-intergubernamentales-de-canada-trasladar-la-formula-de-ibarretxe-a-un-referendum-seria-ilegal-en-canada_143638.html ) Saludos.

  6. Sí reposición, cada día en muchos colegios del País Vasco se alimenta el odio a todo lo español, se criminaliza todo lo español, y eso tiene sus consecuencias: generaciones que son educadas en la mentira y en el odio. De esos polvos, vienen los lodos del terrorismo. La sociedad vasca tiene lo mejor y peor de España. Lo mejor son las personas que ponen la defensa de la libertad y de España, por encima de su propio bienestar. Lo peor son los indiferentes que en vez de criticar a los terroristas por poner una bomba al lado de su casa, critican a su vecino, que es concejal, y que tiene la culpa de que los terroristas le pongan una bomba. Es la inversión de los valores, el no saber distinguir el bien del mal, es el presumir de lo bien que se vive en el País Vasco, cuando resulta que parte de los vascos no pueden expresar libremente sus ideas so pena de ser perseguidos por los terroristas. Mientras, en el lado de los buenos, porque aquí sí hay buenos y malos, los hay acomplejaditos, que no se atreven si quiera a cumplir la ley y las sentencias del Tribunal Supremo y poner la bandera de España en el balcón del Ayuntamiento, o sea, Odón Elorza.

  7. Reposicion

    Me entendiste bastante bien, JotaF, y solo recalco, como ya hace al principio Sevach, al tiempo que me corrijo, que posiblemente, DENTRO del Estado de Derecho pudiera hallarse, o cuando menos, buscarse, una solución -ley de claridad u otras-, puesto que «cosa diferente es que si la «legalidad vigente» es inútil pues habrá que poner en vigencia otra «legalidad», ya que dentro de la Constitución existen muchas posibilidades legislativas, de mayor o menor rigor, de mayor o menor eficacia». Y es que esta es la grandeza del Estado de Derecho, que no debiera limitarse, pero ni mucho menos abandonar, al ejercicio del ius puniendi. Saludos.

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