Sobre los empleados públicos

De la necesaria generosidad ministerial para poner fin a la huelga de los funcionarios judiciales antes de que sea tarde

La perplejidad de cualquier ciudadano ante la situación generada en la Administración de Justicia española es mayúscula. Nueve mil personas, con poderosísimas razones, ejercen un derecho constitucional de huelga para reivindicar aquello de «igual salario por igual trabajo», y se encuentran con un muro de silencio y aspereza ministerial.

    1. Decía una canción de Ana Belén que «para hacer una muralla tráiganme todas las manos», y para alzar los funcionarios la muralla de su petición, han acudido manos de todos los colores y procedencias del mundo jurídico (jueces, secretarios, abogados, procuradores, profesores de facultades jurídicas, etc…), aunque por alguna extraña razón (insensibilidad, malicia o complicidad) los medios de comunicación y los partidos políticos parecen mirar el problema como si se tratase de una tormenta de verano.

    Lo cierto es que la justa petición se ha convertido en un «muro» de lamentaciones de los justiciables o ciudadanos con pleitos pendientes: los trabajadores ven como sus salarios de tramitación por despido están en el aire, los cónyuges asisten a aplazamientos indefinidos de sus crisis matrimoniales con hijos incluidos, los acreedores observan como los deudores aprovechan la tregua judicial para borrar el rastro de sus bienes, las víctimas contemplan como los delincuentes ponen una vela a Santa Prescripción, los testigos y peritos acuden a los juzgados como si quedaran enganchados en una puerta giratoria sin fin… y por encima de tanto ruido, se alza el gemido de los funcionarios en huelga.

    2. A Sevach la actitud ministerial ante la petición de los trabajadores de la justicia de las Comunidades Autónomas no transferidas le recuerda un pasaje de Oliver Twist, la célebre novela de Carlos Dickens (1839), cuando los directivos del hospicio le ofrecen, según el reglamento, tres platos de sopa a los adultos y uno solo a los niños. Oliverio, el huerfanito, en nombre de un grupo de niños, se dirige al Master y le pide humildemente: «Por favor, señor, yo quisiera un poco más». El master palidece, fulmina con una mirada aviesa a Oliverio y llama al celador Bumble para que transmita aquella insólita petición al Consejo de Administración reunido en aquel momento.

      – Perdone, señor.- Le dice al Presidente-, pero Oliverio Twist ha pedido más…
      ¿Más?- Exclamó el Presidente-. Cálmese, Bumble, y conteste claramente a mi pregunta. ¿Debe entenderse que ha pedido más, después de haber devorado la cena prevista por el reglamento?
      Así es, señor- respondió Bumble.
      Ese niño acabará en el patíbulo – exclamó el caballero del chaleco blanco-. ¡Sí, ese niño acabará en el patíbulo!.

      Acto seguido, Oliverio fue encerrado en el refectorio, de donde sólo podía salir en día alternos para ser azotado en presencia de los demás niños.

    3. Afortunadamente, estamos en el siglo XXI y todos sabemos como acabó el bueno de Oliverio y como acabó el malvado Bumble. Sin embargo, esta línea parece mantenerse en la entrevista concedida al diario El País este mismo 26 de Marzo de 2008, el Ministro de Justicia en relación a la huelga: «En ningún caso nos hemos negado a una mejora retributiva, pero no por razón de equiparación. Hemos pedido cosas tan elementales como el compromiso de asumir las nuevas tecnologías, un control horario que queremos establecer en lucha contra el absentismo laboral y las nuevas funciones de la Oficina Judicial. Además, es esencial un mejor cumplimiento de la Carta de Derechos del Ciudadano».

    O sea, un hijo le pide a un padre que le de la misma paga que a su hermano gemelo, puesto que ambos limpian diariamente el jardín con la misma herramienta y horario, y el padre le responde:

      a) Tu hermano vive con tu abuela en el piso de arriba, o sea que no me hables de equiparaciones de pagas;

      b) Si quieres que te pague algo más, pero menos todavía que a tu hermano, tú deberías comprometerte a anotar en un papel cuando entras y sales al jardín, y aprender a utilizar la segadora.

    El hijo le responde: Mi hermano vivirá en el piso de arriba y la abuela le dará las propinas que se le antoje por otras cuestiones, pero el jardín es tuyo, solo tuyo, papá (al igual que la Justicia es competencia exclusiva del Estado), y tú regulas cúando, cómo y con qué procedimiento hemos de atenderlo, regarlo y cuidarlo. Además, nunca hasta ahora en que te reclamo la igualdad, te habías quejado de que mi trabajo de jardinería fuera deficiente, ni siquiera peor que el de mi hermano. Además, no necesitas que me comprometa a utilizar la segadora o a apuntar en un papel mis entradas y salidas del jardín, puesto que por un lado, nunca lo he necesitado para dejar el jardín limpio de hierbas y rastrojos, y por otro lado, si es un nuevo capricho, no necesitas mi consentimiento pues basta con que me lo ordenes, como cualquier padre a sus hijos.

    En fin, si lo que quieres es que tus hijos con idénticas necesidades y por idéntico trabajo sufran la falta de sensibilidad paterna, no me culpes porque el jardín quede descuidado y se marchiten las flores, pero tampoco te creas, ni cuentes a los vecinos, que si hace un mes que no trabajo en el jardín puede recuperarse con otro mes (no lleva el mismo tiempo construir que destruir ni en la selva virgen, ni en cualquier trabajo).

    4. El problema radica, no ya en la situación personal de los huelguistas o en la ceguera de los políticos, sino en que objetivamente el colapso judicial está alcanzando cotas preocupantes para todo hombre de bien. A Sevach le parece elemental que si alguien negocia el precio de una casa, el trato se cierra si una de las partes hace la concesión final. Si se demora la concesión final es debido a que una parte piensa que tal cesión la hará la otra parte. Uno por otro, la casa sin barrer, aunque siempre hay, cuando se trata de diferencias sobre ajuste económico o de calendario de pago, una gama de precios y plazos en que comprador y vendedor se pondrán de acuerdo. Lo que no resulta admisible es que se congele toda negociación mientras la «casa» día a día va adquiriendo un estado ruinoso.

    Así, en la huelga que atenaza a la Administración de justicia, la estrategia de la negociación la conocen bien los sindicalistas y los asesores ministeriales, y además la ciencia ha aportado criterios para superar la situaciones de bloqueo. A este respecto, en el año 2005 le concedieron el Premio Nobel de Economía a Thomas Schelling, por sus aportaciones a la estrategia de los conflictos desde la perspectiva de la «teoría de los juegos«. El economista distingue estrategias o «juegos de suma cero» donde lo que uno gana lo pierde el otro (por ejemplo, en una parcela un constructor pretende edificar y un vecino quiere un parque) y «juegos de suma no nula» en los que ambas partes pueden ganar (por ejemplo, el piloto de un avión y el controlador tienen interés en que el avión aterrice), y la clave para ganar es que cooperen si son conscientes de lo que está pasando.

    Así pues, está claro que la pugna entre Ministerio y Sindicatos de justicia pertenece al «juego de suma no nula», en que la parálisis y hundimiento judicial es un dato que debe ser conocido en su gravedad por las partes para poner fin a la situación (siguiendo el ejemplo, no puede el avión estar en el aire dando vueltas indefinidamente si piloto y controlador no se ponen de acuerdo: el queroseno se acabará y la catástrofe será inevitable).

    5. No se entiende una situación de bloqueo negociador mientras día a día las demandas se amontonan a las puertas de la justicia, olvidando que en la función jurisdiccional no existe el «silencio» positivo ni negativo. El desarrollo y garantías de un procedimiento lleva su tiempo y mala medicina será la que llegue al enfermo cuanto haya fallecido. Abrir expedientes disciplinarios por incumplir servicios mínimos supone tomar medidas de respuesta aisladas que, al margen de añadir gasolina al fuego, nada solucionan del problema esencial de los «servicios máximos». No se trata tanto de adoptar medidas de respuesta ante conductas aisladas de los huelguistas sino de prevenir el agravamiento del colapso judicial. Algo así como si ante un monumental atasco de tráfico, los policías se dedican a multar con parsimonia a los conductores sin cinturón de seguridad en vez de ordenar y activar la solución del embotellamiento. Lo que habría que considerar «servicio mínimo» es la dedicación a la negociación, día y noche si es necesario. ¿Acaso los cardenales para elegir Papa se toman vacaciones en Semana Santa o se vuelven a sus parroquias si no hay acuerdo?. ¡Se encierran hasta que la fumata blanca lo anuncia!.

    6. Y es que lo emocional (el fuero en vez del huevo, la soberbia enquistada o el órdago calculado), pueden hacer olvidar lo auténticamente importante. El Ministerio de Justicia presenta una doble cara: es patronal y es gestor. Si es admisible una actitud intransigente como patronal frente a los trabajadores, en cambio como gestor ante toda la ciudadanía está obligado a solventar el problema, máxime cuando el precio de la paz social y de la «resurrección» de los procedimientos judiciales, en términos económicos salariales, resulta irrisorio en comparación con los beneficios del inmediato punto final a la crisis.

    7. ¿Tan difícil resulta convencer a otros Ministros o al de Hacienda (estén o no en funciones, circunstancia a estos efectos irrelevante) de la prioridad de equilibrar el gasto de personal de su Departamento?, ¿tan difícil resulta negociar con las Comunidades Autónomas afectadas para corresponsabilizarlas financieramente en el precio de la normalidad?, ¿es imposible ponerse de acuerdo en un árbitro del conflicto?, ¿tan difícil es diseñar un sistema de composición retributiva progresiva en cuantía y paulatina en el tiempo que contente al personal?… Mucho más difícil resulta explicarle a la ciudadanía la incapacidad para salvar una estrecha distancia de diferencias económicas en un contexto en que el Estado del Bienestar de la última década (con independencia del color político) se ha caracterizado por la generosidad subvencional hacia grupos, organizaciones, corporaciones, asociaciones y entidades políticas de todo pelaje, y particularmente para acallar los conflictos laborales en fase terminal.

    8. Si la justicia es el espejo de los derechos, si es la garantía de los valores sociales, no puede permitirse bajo ningún concepto que se haga mil pedazos «por un simple plato de lentejas». Recuérdese que el «Ministerio de Justicia» originalmente se denominaba «Ministerio de Gracia y Justicia» lo que hace comprensible y recomendable, ante la situación humana de tal multitud de afectados (funcionarios y ciudadanos), el que por dicho Ministerio, aunque siga considerándose en posición de la verdad, «tenga a bien conceder la gracia» pedida por el colectivo en huelga, o al menos demostrar su sensibilidad ante el problema con una contrapropuesta razonable que salve la dignidad de todos los implicados, políticos y funcionarios. No habrá humillados ni vencidos: sólo beneficiados.

Y si alguien (ya sea político o ciudadano) piensa cándidamente que no le afecta el problema, olvida el sabio proverbio indio: «estúpido es quien piensa que no corre peligro por hundirse su barca si opina que tiene suerte porque el agujero está en el otro lado de la embarcación».

0 comments on “De la necesaria generosidad ministerial para poner fin a la huelga de los funcionarios judiciales antes de que sea tarde

  1. William H. Rehnquist

    Amigo Sevach, en primer lugar desear suerte a tu amigo José Ramón en su próximo cónclave, que sé llevas con la discreción propia de este medio de comunicación.
    En segundo lugar, no puedo por menos que coincidir totalmente con tu comentario, que en esta ocasión incide en el elevado coste que está teniendo la paralización de un servicio público esencial como es la Administración de Justicia. Todas las consideraciones que haces no pueden sino compartirse y desear una pronta solución al conflicto que enfrenta o colisiona dos derechos fundamentales: el legítimo y constitucional derecho de huelga de los trabajadores del artículo 28 de la Constitución con el igualmente legítimo y fundamental derecho a la tutela judicial efectiva y a un proceso sin dilaciones indebidas de los ciudadanos, consagrado en el artículo 24 de la Constitución.
    Conincido igualmente contigo en que el Ministerio, como el dios griego Jano, tiene una doble cara (patrón y gestor) si bien ello me lleva a realizar las siguientes consideraciones precisando tal aspecto:
    A) en este caso, se tienen por ambas partes (Ministerio/funcionarios) todas las ventajas de la relación patrón/trabajador, pero ninguno de los inconvenientes de la misma. En efecto, y centrándome en el Ministerio, si éste actúa como patrón, está en su derecho a no aceptar las posiciones de los trabajadores como los trabajadores a presionar; ahora bien, la «peculiaridad» de que el empleador sea una Administración impide a esta adoptar medidas de conflicto que un empleador corriente sí podría realizar (pienso específicamente en el cierre patronal).
    B) Al tener igualmente la consideración de gestor de un servicio público cual es la Administración de Justicia, en este aspecto el Ministerio ha fracasado rotundamente al no garantizar la prestación de dicho servicio con grave quebranto de derechos fundamentales de cientos de miles de ciudadanos, tan legítimos al menos como las reivindicaciones de los huelguistas. A estos efectos, la prensa local publica hoy que ante la inminente huelga de la sanidad asturiana se han fijado servicios mínimos que oscilan entre el 50 y el 100%, algo que ha sido denunciado como excesivo por los sindicatos sanitarios (lo cual es absolutamente cierto, pues en la práctica desvirtúa la huelga en sí; y puedo dar fe de que la Administración en estos casos es inflexible, pues varios de mis familiares vinculados a la medicina en diversas partes del territorio nacional han padecido tal situación sin que a la Comunidad Autónoma en cuestión le temblase el pulso en asegurar la continuidad en la prestación del servicio).

    Me temo que, amén de las reclamaciones puramente salariales (el incremento de 200 euros que solicitan los empleados públicos) según la prensa nacional otro escollo que ha surgido es la pretensión de los empleados públicos de que no se les descuente de la nómina los días que han estado en huelga, pues (insisto, según ha aparecido publicado en la prensa nacional, por lo que someto la veracidad de este aserto a los afectados) de lo contrario, no se sentirían vinculados por los planes del Ministerio para hacer frente al atasco una vez se ponga fín al conflicto.

    Por cierto, hoy varios compañeros de trabajo me han comentado que corre el rumor de que el Ministro Bermejo continuará en la cartera de Justicia. Queda por ver si se confirma este particular y, de ser así, en que medida facilitará o dificultará la deseable y necesaria solución del conflicto.

    Y a todo esto no nos olvidemos que agosto es inhábil.

  2. Sevach

    Gracias William, por tus buenos deseos, y gracias igualmente por tus aportaciones, siempre positivas y enriquecedoras. Confesaré que estoy aterrorizado por la dejadez y «silencio pasivo» que reina frente a un servicio público como es la justicia, y dejando pudrirse la situación. No me gustaría estar en el pellejo del abogado que da explicaciones al cliente de aplazamientos sin salida, y del inevitable efecto dominó/desplazamiento que se ocasionará en los pleitos. Se habla mucho de Cartas de Servicio y Calidad, pero de dejar en «vía muerta» a ciudadanos, letrados y procuradores, nada de nada. Sobre si lo que bloquea la negociación es el descuento salarial, no lo creo. Mas bien, y esto es una opinión personal, creo que la razón del silencio ministerial se debe a uno de estos supuestos:
    A) Precedente horizontal. No se quiere sentar un precedente para otros servicios pendientes de transferir.
    B) Precedente transversal. No se quiere sentar un precedente para otros funcionarios, médicos, policías, etc.
    C) Precedente de debilidad de autoridad. No se quiere aceptar el mensaje de que «el que la sigue la consigue».
    D) Incongruencia. Si se paga la diferencia se reconoce que los servicios transferidos hasta ahora fueron por pagar menos de lo que se debía y las viejas Comunidades Autónomas podrían reclamar diferencias.
    E) Totum revolotum. El Estado como decía Marquéz en tiempo de elecciones (vísperas o recién pasadas) es un gallinero que alborota como «casa sin autoridad».
    F) Cerrazón humana. Alguien ha jurado por sus muertos, que si se cede a la pretensión de los huelguistas se tomará algún tipo de revancha ( política, técnica, etc).

  3. Julio Moreno

    Buenos días.
    En primer lugar, volver a agradecer a Sevach sus artículos al respecto de la huelga de funcionarios de justicia. Gracias.
    Seguidamente y respecto de lo que el Sr. H. Rehnquist comenta sobre la petición de los funcionarios de que no se descuenten los salarios correspondientes a los días de huelga, tengo una duda: cuando un conductor de autobús o un médico secundan una huelga, se les descuentan los salarios por el hecho de que el trabajo de ese día no se ha podido llevar a cabo y se deja perder (no se pueden recuperar viajes de línea o enfermedades de pacientes). Por otro lado, cuando cualquiera de los funcionarios de justicia que secundan la huelga vuelva a su puesto, sobre la mesa tendrá el trabajo pendiente de todos y cada uno de los días en los que ha ejercido su derecho. Este trabajo sí que se puede recuperar pero, si detraen de su nómina el dinero correspondiente a los días no trabajados, ¿sería legítimo decir que el trabajo correspondiente a los días no cobrados no lo va a llevar a cabo?
    En otro orden de cosas, el Sr. Ministro pese a que manifiesta que el alcance del atasco producido por la huelga el mínimo, confía en que se ponga al día mediante los famosos planes de actuación, que se ofertarán a todos los funcionarios, huelguistas o no (esquiroles). ¿Tan seguro está de que los funcionarios van a trabajar en horario vespertino al «extraordinario» precio de 6,50 € la hora? Creo que no cuenta con la información adecuada a este respecto cuando, tras dejar a los funcionarios «cocerse en su propia salsa» durante ocho semanas, con propuestas económicas irrisorias , les pide responsabilidad a la hora de solventar el monumental atraso producido.

  4. William H. Rehnquist

    Amigo Sevach, muchas gracias por tu último comentario, que suscribo íntegramente. Precisamente acabo de leer las declaraciones del ministro de justicia en funciones (aunque parece ser que va a repetir de nuevo como ministro del ramo) señor Bermejo calificando a los funcionarios de «poco preparados», «absentistas» y calificando la huelga de «no ya inaceptable, sino sencillamente ilegal». Eso, amen de echar más leña al fuego de la huelga, me parece abtolutamente inaceptable y fuera de lugar, y ello por varias razones.
    1) En primer lugar, que esas desacertadas afirmaciones provengan de un ministro de Justicia es sencillamente asombroso. La descalificación del colectivo funcionarial, aún discutible en su generalización, sería comprensible si emanase de un particular o de alguien no vinculado profesionalmente a la Administración, pero deviene sencillamente inaceptable cuando proviene del responsable del ramo. Incluso en el hipotético caso de que ello fuera verdad (y, para que conste para posibles lectores del blog, en absoluto quiero decir que este sea mi pensamiento) el ministro no puede manifestarse públicamente de esa manera, al menos como autoridad (los comentarios que haga en privado como particular son otra cosa, aunque pienso que mientras ostente dicho cargo debería mirar muy mucho lo que dice)
    2) Las afirmaciones del señor Bermejo pueden tener un efecto boomerang. Un compañero mío de profesion suele comentar con bastante frecuencia lo que se puede esperar del señor Bermejo quien, según confesión propia, en treinta años como fiscal nunca tuvo claro un caso (¡!). ¿Qué opinaría el señor Ministro si quienes no ostentamos cargo público ni funcionarial alguno manifestásemos que a la vista de sus declaraciones acusasemos al Ministerio Público de falta de preparación o de sectarismo (no olvidemos otra de sus perlas «soy de izquierdas y como tal ejerzo»).
    3) Calificar la huelga como ilegal es un disparate monumental, incomprensible viniendo de un jurista. Confunde el señor Ministro lo ilegal con lo abusivo. Se puede considerar y discutir si la huelga es abusiva o no por los efectos que ocasiona pero nunca calificarla de ilegal. Dejando de lado que la huelga en un derecho constitucional, y por tanto difícilmente su ejercicio puede calificarse como contrario a derecho, se podrá estar de acuerdo o no con las reivindicaciones salariales de los funcionarios, se podrá compartir o no su petición, pero, insisto, creo que nunca ello podrá servir de base para calificar de ilegal una huelga.

    Pienso que últimamente los dirigentes públicos tienen un irrefrenable deseo de soltar su lengua y no para fines loables, precisamente. Hace poco, Sevach se hacía eco en uno de sus post de unas declaraciones similares del Consejero de Salud del Principado de Asturias refiriéndose, no precisamente con amables palabras, al colectivo sanitario (otro, por cierto, con gravísimos problemas salariales y de gestión y otro con una convocatoria de huelga en ciernes).

    En este aspecto, amigo Sevach, creo que el gran error proviene de las transferencias competenciales. A mi humilde entender (es una opinión personal y, por tanto, falible que someto gustosamente a cualquier otra mejor fundada) ha sido una gravísima equivocación la transferencia de determinadas competencias a las Comunidades Autónomas (pienso especialmente en educación, sanidad y justicia) algo que, en privado, algunos funcionarios públicos del ramo (especialmente vinculados a los dos primeros sectores enunciados) me han confesado en privado. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.

  5. Otro Gabriel

    Agradezco a Sevach y a William H. Rehnquist el tiempo que nos dedican a los funcionarios de justicia. Igualmente les agradezco que analicen el tema con objetividad y sin recurrir a tópicos.

    Sabía que los funcionarios tenemos mala prensa, pero desde que comenzó el conflicto me he dado cuenta que para una gran mayoría de ciudadanos, los funcionarios no somos trabajadores.

    Cuando se produce una huelga en una empresa, de cualquier sector, que afecte a un grupo relativamente grande de trabajadores (500…, 1000…), enseguida aparecen el Sr. Fidalgo y el Sr. Méndez agarrados a una pancarta en defensa de los derechos de esos trabajadores. Para el ciudadano de a pie, el malo es el empresario que paga pocos a sus trabajadores y no resuelve el conflicto, mientras los trabajadores cortan carreteras.

    En nuestro caso el malo es el trabajador, que tiene la poca verguenza de pedir que su sueldo se acerque (sin llegar a alcanzar) al de sus colegas del pueblo de al lado. (Creo que tan mala prensa sólo la tienen los pilotos del Sepla y los controladores aereos, pero ya querría yo para mí la quinta parte de su sueldo).

    La actuación del Ministerio/tro no debería tener cabida en un estado de derecho que se precie. Contando con el silencio televisivo (y lo que no sale en la tele no existe) se salta la Ley a la torera. Si comenzó secuestrando autobuses que se dirigian a los mítines de Zapatero, y agrediendo a los funcionarios, ahora, saltandose de nuevo la Ley, ha empezado a realizar descuentos a los funcionarios, sin notificarles antes qué se les está descontando, por lo que se produce una indefensión por parte del trabajador. Nos ha impuesto un procedimiento sancionador donde la misma falta se castiga con más dureza a un funcionario que a un Juez o Magistrado, para luego obviarlo y sancionar directamente sin aplicarlo.

    Desde mi punto de vista, no existe División de Poderes, El Gobierno controla el Legislativo (al controlar el Congreso), el Ejecutivo (lógicamente), el Judicial (a través del Tribunal Constitucional, el Fiscal General del Estado y el Consejo General del Poder Judicial) y el cuarto poder, que es la Televisión (porque es el único médio de comunicación que llega a todos los hogares).

    Espero la solución del conflicto con tantas ganas y más que cualquier ciudadano afectado; (a mí también me cuesta dinero), pero no estoy dispuesto a renunciar a mis reivindicaciones.

    Un saludo.

  6. luis calvo

    Me alegro de que no esteis dispuestos a renunciar a vuestras reivindicaciones, Otro Gabriel. Yo también soy funcionario, aunque no del ramo de la justicia y admiro la huelga que estáis llevando a cabo. Que os hayais unido y mantengais el pulso desde hace tanto tiempo, a pesar del silencio informativo, de las presiones policiales, de los expedientes intimidatorios, de una parte de la opinión pública, de los descuentos en la nómina y de las bravuconadas del Ministro del ramo, (que os llama absentistas aún cuando se ha sabido que su esposa ha estado de baja laboral -no quiero equivocarme- pero creo que más de un mes por una lumbalgia! y estando de baja ha acompañado a su marido en la campaña electoral), me parece admirable.
    En cuanto al comentario de William H. Rehnquist respecto a que el Sr. Ministro no puede decir tales cosas, pues tengo que añadir que es evidente que sí que puede y de hecho hace y dice lo que quiere y le viene en gana porque sabe que no le va a pasar nada: seguirá de Ministro diciendo tonterías y empantanando a la Justicia a la cual quieren domesticar, pues como efectivamente percibe Otro Gabriel, nos acercamos a una etapa
    en la que la división de Poderes va a hacerse cada día más tenue, hasta que todo se convierta en una pantomima.
    Los ciudadanos de a pie, cada vez creemos menos en la Justicia y en la separación legislativo-ejecutivo ya no creíamos…

  7. Luis B. R. (Oviedo)

    Sevach:
    Una y mil veces más GRACIAS. ¿Porqué no habrá gente (perdón PERSONAS) como
    tú en cargos de RESPONSABILIDAD que afectan directamente a TODO EL ESTADO.
    Llevo 40 años en la Administración de Justicia y NUNCA NADIE LOGRO PONER DE ACUERDO Y UNIR A TODOS LOS SINDICATOS DE JUSTICIA Y PERSONAL NO AFILIADO… ¡vaya éxito el del Sr. (con perdón) BERMEJO y sus «superiores» que abanderan un TALANTE y DIÁLOGO fuera de serie y de la Historia.
    Una vez más MUCHAS GRACIAS.

  8. Sevach

    Pues muchas gracias por tus cariñosas palabras, Luis, pero el valor que tienen al examinar el problema de la huelga, viene dado por esos dos datos que deslizas: Primero, que llevas 40 años en la Justicia y eso te ha permitido ver y vivir mucho, con la consiguiente autoridad para examinar el problema; segundo, que es la primera vez que se ponen de acuerdo sindicados y no sindicados, en hacer una huelga y sostenerla ( pese al sacrificio personal y económico que comporta)…¡ por algo será!. Se habla de que los científicos a veces están en una «torre de marfil» alejados de la realidad, pero es que hay «políticos» que están en un minarete dando alaridos y sin mirar lo que tienen a los pies. Para examinar el problema en su justo alcance basta con seguir las reglas escolásticas y eliminar lo accesorio. Veamos, hagamos desaparecer del escenario: las algaradas, las cargas policiales, las amenazas de sanción, el piso del ministro, los taconeos, las colas ante el registro civil…¿ y qué nos queda? Pues nueve mil personas que hacen el mismo trabajo (idéntico, no similar) que otras, dentro del mismo Estado, aplicando la misma legislación procesal ( la competencia jurisdiccional unitaria es el último reducto del Estado) y que cobran sensiblemente por debajo de quienes, por razones políticas o coyunturales, tuvieron la suerte de estar destinado en Comunidades Autónomas que hicieron los deberes para obtener la transferencia. Esa es la cuestión.

  9. Luis P. Paradas

    Amigo Sevach.
    La hipótesis lógica, entre las que citas, es la de

    E) Totum revolotum. El Estado como decía Marquéz en tiempo de elecciones (vísperas o recién pasadas) es un gallinero que alborota como «casa sin autoridad».

    Hasta que no se nombre Ministro o Ministra de Justicia, el problema seguirá. Se equivocaron planteando la huelga a un gobierno en funciones que, por su propia naturaleza, no puede tomar decisiones de calado ( y esta lo es), ni en términos políticos ni jurídicos.

    Haré una apuesta. El acuerdo se firmará antes del verano. Y si no, al tiempo.

    Un saludo.

  10. Sevach

    Acepto la apuesta, Luis. Y me temo, y digo «me temo» porque quisiera creer lo contrario, que la huelga finalizará con un sencillísimo gesto del Ministro (un día arriba o abajo del calendario de pagos,un euro de más…) que se adoptará la próxima semana mas tardar, y que comportará la división y agotamiento de los huelguistas. Triste, triste, tristísimo…Me recuerda aquéllo que se decía en la Edad Media: » Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos,¿por qué será que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos? ( en el presente caso sería, en términos ajedrecisticos, que que el poder político «juega y da mate en dos…»).

  11. FUNCIONARIO

    Hola, soy funcionario de justicia con bastantes años en mi puesto. Como la mayoría de los trabajadores, cuando empecé en mi trabajo, lo hice con ilusión, con ganas de aportar mi esfuerzo a la administración, pues oposité a este Ministerio por vocación. Tras todo este tiempo, he podido ver muchas cosas; es cierto que hay funcionarios vagos ( como en todas las profesiones), es cierto que tenemos defectos ( como todo el mundo), es cierto que tenemos a los ciudadanos en nuestra contra ( los asumimos desde el principio, va con el puesto), que se conocen todos nuestros defectos (siempre exagerados y generalizando a todos). Pero, ¿alguien sabe lo bueno de nosotros? Hay compañeros que vienen por las tardes para «sacar» el trabajo sin cobrar ni un duro, hay compañeros que vienen a trabajar enfermos para que no se les amontone el trabajo, hay compañeros que realizan muchas funciones que no tendrían que hacer para que los Juzgados funcionen (en las comparecencias deben estar Juez y Secretario, pero si estuvieran en todas, sería imposible practicarlas todas, pues a la vez puede haber varias señaladas, ¿no ha pensado en eso el legislador?, hay compañeros que tienen que quedarse trabajando hasta que se acabe de celebrar un juicio, excediendo de su jornada laboral (por supuesto sin cobrar un duro), y varias cosas más. Pero eso nadie lo sabe ni se da a conocer.

    La mayoría de los compañeros que entran ahora, desde hace varios años, son licenciados, por lo que manejar la informática o adaptarse a nuevas tecnologías, no es problema, pero nos exigen utilizar algunas que no están implantadas aún en los Juzgados (absurdo, no?).

    Por no mencionar que cuando las cosas van mal en este país, congelación al canto, pero cuando mejoran, nadie se acuerda de nosotros (incluyo a todos los funcionarios).

    Nos parece bien que nos exijan, pero deben pagarnos en base a esas exigencias. Deben subirnos el sueldo como a todo el mundo. Deben respetarnos como a todo el mundo. Deben sancionarnos si no cumplimos con nuestras funciones. Por cierto, nadie piensa que una huelga de más de 50 días, seguida por un 90% de trabajadores que apenas tiene eco en los medios, y a los que constantemente se les provoca desde el Gobierno, cuando continúa y continuará hasta el año que viene si hace falta, es por una causa noble y justa? (reconocido por todos los sectores).

    Podría decir muchas cosas más, pero finalizaré diciendo que nosotros más que nadie queremos que se termine esta huelga, pero dignamente sin que nos pisen y exigiendo que se nos respete. Nuestra petición es justa y por eso venceremos en esta huelga y hay una cosa que le podremos agradecer a este Ministro y es la unión que ha creado entre nosotros para siempre. Un saludo.

  12. Amigo funcionario, creo que deberíais lograr vuestros objetivos en esta huelga. Es lo justo y lucháis frente a una maquinaria muy potente como se está viendo día a día. Vuestra lucha es la imagen del trabajador frente al empresario injusto. Ánimo y aguantad hasta el final. Muchos estamos con vosotros. UN POLICÍA.

    Una cosa, ¿qué pasaría si este comportamiento y los secuestros de autobuses que iban a los mítines, multas a manifestantes, etc., lo hubiera tenido un partido de derechas? SERÍA PORTADA TODOS LOS DÍAS. ¡viva la hipocresía!

  13. FUNCIONARIO

    Una huelga de 50 días debería estar todos los días en los medios. Es increíble la manipulación de los medios y la poca vergüenza de los dirigentes sindicales que ni han aparecido. Parece no importarle a nadie y el caso es que la justicia se está hundiendo con muchos perjudicados. En este país si no es quemando algo o con malos modos nadie te hace caso. Lamentable. Nosotros no seguiremos esa línea, pero lo que es seguro es que volveremos al trabajo totalmente desmotivados y, al menos en mi caso, nunca más me volveré a agobiar por trabajo atrasado, no merece la pena.

    A modo de ejemplo, les comentaré mi caso: llego destinado a un Juzgado en que, por diferentes motivos el trabajo tenía un atraso de dos meses. Con gran esfuerzo, conseguí, poco a poco, ir poniéndolo un poco en su sitio, pues el desbarajuste era tremendo. Por cierto que la jefatura no tuvo en cuenta el atraso, me exigía como si lo hubiera cogido al día. Me costó muchos días sin ir al desayuno para que todo fuera saliendo, pero bueno, parecía que merecía la pena.

    Hoy en día, no intentaría para nada sacar el trabajo atrasado. Trabajaría al ritmo normal de sacar el trabajo habitual y si hubiera que sacar atraso, que pagaran o nombraran personal de refuerzo. CONCLUSÍON: da igual matarte trabajando que no dar golpe: para la gente y el Ministerio, siempre serás un vago. Penoso.

  14. luis calvo

    Existen otros colectivos de funcionarios y de trabajadores que se sienten agraviados en sus salarios en función del territorio en el que viven. Quizás sea el momento de que otros colectivos planteen también sus reivindicaciones, antes de que el colectivo de funcionarios de Justicia se rinda. La unión hace la fuerza dicen, y aunque estén acallando el movimiento en Justicia, seguramente no podrían acallarlo si se extendiera a otros colectivos que tuvieran motivos semejantes que reivindicar.

  15. fernando

    Amigo Sevach: como funcionario de justicia en huelga indefinida desde el día 6 de febrero (le escribo desde Oviedo) sólo tengo que decirle una cosa: GRACIAS. Al margen del contenido de su post inicial, con el que evidentemente estoy de acuerdo al 100 %-, agradezco sobremanera que después de 50 días de huelga todavía hay alguien que considere que los funcionarios (da igual que sea de Justicia que de cualquier otro departamento) somos trabajadores como los demás, puesto que a veces parece que debemos pedir perdón por, y perdón por la expresión, habernos dejado los cuernos durante años para conseguir mejorar nuestras perspectivas laborales. Y es que, como creo que a nadie se le puede escapar, es evidente que ninguno de los que trabajamos para la Administración (es decir, para todos) hemos nacido con el puesto concedido, hemos sido cocineros antes que frailes. Por tanto, y con independencia de que se comparta o no la oportunidad o justificación de esta reivindicación laboral -que no es más que eso, no tiene nada que ver con una cuestión política-, es justo reconocer que tenemos tanto derecho como cualquier otro asalariado a solicitar la tan cacareada utopía de IGUAL TRABAJO IGUAL SALARIO. Esto, que parece tan simple, nos ha llevado a los trabajadores a ser objeto de una brutal campaña de desprestigio en los medios de comunicación con carácter general, y a las hemerotecas y videotecas me remito (un ejemplo ilustrativo: titular de un programa de TVE al hilo de las colas formadas en el Registro Civil de Murcia como consecuencia de la huelga: LA COLA DE LA VERGÜENZA. Por supuesto, la falta de vergüenza se achacaba a los huelguistas. Sin más comentarios). A mí personalmente, en algún acto electoral del candidato socialista, me han intentado agredir físicamente, me han insultado a mí y a mi familia, me han deseado literalmente la muerte … y todo por el gravísimo delito de interrumpir un mítin durante 5 o 6 minutos sacando unos carteles de papel -arma a todas luces de destrucción masiva- y gritar JUSTICIA SOLUCION … pues ésta es la tónica habitual durante el desarrollo de la huelga desarrollada por una pandilla de vagos, absentistas y poco formados (Bermejo dixit), huelga que por otra parte es modélica en cuanto a la actitud civilizada de los que en ella participan (manifestaciones de la propia Policía Nacional), y quizás ahí radique parte del problema, creo que todos conocemos el país en el que vivimos.

    Al hilo de las manifestaciones del ministro, hacer tres puntualizaciones:

    1.- Vagos: el típico tópico achacable a todo funcionario, como bulos respecto a la hora y media de café, el utilizar el tiempo de trabajo para cuestiones personales, el hecho de que trabajamos 5 horas diarias en el mejor de los casos … Sólo decir que, aprovechando una carta de un juez publicada en los últimos días, los jueces son los maquinistas y los funcionarios la máquina … es decir, si esa falta de disposición al trabajo fuera generalizada (aunque de todo hay, como en botica) el atraso en el despacho de asuntos en los juzgados y tribunales sería infinitamente mayor al que evidentemente existe -aunque en menor medida de lo que se quiere hacer creer, y menos aquí en Asturias- … por otra parte, si acudimos al régimen disciplinario al que estamos sujetos, estas actitudes son sancionables mediante la instrucción del correspondiente expediente disciplinario, por lo tanto la responsabilidad en este caso sería tanto del infractor como del no-sancionador.

    2.- Absentistas: al margen de entrar en la práctica generalizada de dicha práctica, una consideración similar a la expuesta anteriormente respecto a la falta de diligencia de los funcionarios. Si quien tiene la obligación de controlar el cumplimiento del horario no lo hace desde hace años, ¿por qué será?: a mi entender hay dos razones poderosas. Por un lado, es un argumento fácilmente utilizable en caso de conflicto laboral, como arma o reproche a efectuar a los trabajadores. Por otro, la obligatoriedad de otros cuerpos de la administración de justicia, concretamente secretarios judiciales, de cumplir con ese horario, obligatoriedad recurrida por la asociación UPSJ ante los tribunales y objeto de una reciente sentencia de la Audiencia Nacional, que declara nula la resolución que regula el horario en la Administración de Justicia … por último, una reflexión malintencionada: en mi órgano de destino, en el que llevo 5 años, había a mi llegada un mecanismo de control de horario mediante tarjeta que NUNCA ha llegado a funcionar, es más, lo mismo que lo colocaron lo quitaron, y repito, sin que nunca haya llegado a verlo funcionar. ¿Qué ha sido de ese mecanismo?, y lo que considero más preocupante, ¿quién o quiénes se han beneficiado con la instalación de esos aparatos? Dejo la pregunta en el aire, agradecería una aclaración al respecto, si es que existe …

    3.- Poco preparados: más de lo mismo. Sino, que me expliquen porqué no se da una formación adecuada al trabajo que realizamos, sin tener que estar a expensas de que te toque el gordo y te den un cursillo de formación (el año pasado pedí como 6 cursos y me dieron uno); en cuanto a las nuevas tecnologías, en mi caso (Juzgado mixto con competencias en violencia de género) llevamos pidiendo un ordenador decente para la sala desde hace cinco años, nos mandaron uno de la Audiencia Nacional (con más km. que el baúl de la Piquer) que es un auténtico artefacto, y luego presumen de que se han creado durante la legislatura más de 400 juzgados (?!) …

    En fin, amigo Sevach, supongo que todo lo que podría añadir sería algo reiterativo y tedioso, pero no menos cierto que lo dicho … nuevamente agradecerle el tono de su intervención, y animarle a seguir valorando la información de forma objetiva y desapasionada. Un saludo.
    PD: en cuanto al Sr. Rehnquist, si bien no estoy de acuerdo en algunos de sus puntos de vista, agradecerle asimismo que demuestre que la discrepancia no está reñida con el respeto y la educación … le aseguro que a estas alturas, y parafraseando a Rutger Hauer en la gran película «Blade Runner» de Ridley Scott, » … he visto cosas que tus ojos no creerían» …

  16. Una vez más, mi apoyo a los funcionarios al servicio de la Administración de Justicia que están en huelga. No sólo se trata de a igual trabajo, igual salario, porque ya ocurre que funcionarios que hacen el mismo trabajo cobren según el territorio. En muchos casos es defendible la diferencia porque, partiendo de unos mínimos comunes, las Comunidades tienen autonomía, y es normal que pueda haber diferencias,como las hay en educación, sanidad, o impuestos. La fortaleza de la reivindación de los funcionarios de justicia estriba, a mi modo de ver, en el carácter de cuerpos nacionales que tienen dichos cuerpos de funcionarios, y en la unidad del poder judicial que establece la Constitución española. La administración de la Administración de justicia, es parte esencial del Poder Judicial, y del mismo modo que sería inimaginable hoy en día que los jueces cobraran distinto según la Comunidad en la que sirvieran ( complementos aparte por la especialidad de algunos destinos como Ceuta, Melilla, País Vasco, islas, etc), lo mismo debe predicarse del personal que desarrolla un trabajo que, ahora vemos es esencial.

    Por cierto, me temo que en estos cuatro años la justicia va a ser protagonista muchas más veces de lo habitual, de periódicos, radios, y teles. No por las setencias de jueces y tribunales, que también, sino por las reformas legales que se avecinan, y que sólo tendrán un objetivo: subordinar aún más al Poder Judicial al resto de poderes del Estadi.

  17. amnesia

    Hola, soy funcionario de la administración de justicia.

    La huelga forzosamente tendrá que finalizar en breve. Es insostenible por todas las partes que pueda durar mucho más. Pero independientemente de que el acuerdo que se firme sea más o menos satisfactorio, hay cosas que ya no tienen arreglo. Desde el primer día el Sr. Bermejo parece que ha entendido este conflicto laboral como algo personal. Y sus declaraciones han sido una ofensa continua hacia nuestra capacitación profesional como trabajadores de la administración de justicia. No ha habido ocasión en la que no nos haya llamado absentistas, incompetentes, incapaces de aprender el uso de las nuevas tecnologías. Incluso parece que llega a insinuar que la nueva oficina judicial no se pone en marcha por nuestra negativa a asumir no se sabe bien qué nuevas funciones, como si las reformas de las leyes procesales necesarias y de los edificios judiciales fueran de nuestra competencia.

    Ese torrente de despropósitos me indigna y me duele. A mí y a muchos, con dar un paseo por alguno de los foros de justicia queda claro como se sienten la mayoría de los funcionarios. Quizá cuando estas emociones pasen sólo quede desmotivación. Me da miedo pensar que el odio que este señor demuestra me pueda llegar a convertir en el prototipo de funcionario que describe.

    Al menos ha sido un placer encontrar esta página en la que se pueden leer intervenciones que desde la reflexión y el humor, que nunca debería faltar, se demuestra que el acercamiento y el entendimiento es necesario…y hasta posible.

    Saludos.

  18. Buenas tardes, soy funcionaria de la administración de Justicia, destinada en órganos centrales y en huelga desde el día 4 de febrero y sin posibilidad de realizar servicios mínimos ya que estos han sido adjudicados a 3 compañeros que no deseaban secundar la huelga.
    En primer lugar muchas gracias Sr. Sevach por este artículo, donde alguien no nos insulta y desprestigia de la forma en que nuestro Ministro lo está haciendo desde el primer día y también muchas gracias a todos los comentarios de las personas que han escrito.

    Soy joven todavía pero llevo muchos años como funcionaria, no he estado en muchos destinos y casi siempre he ido con alegría a trabajar y a realizar mis funciones y las que no eran las mías para poder sacar mi trabajo adelante con la mayor profesionalidad posible aunque no fuera uno de mis cometidos y mi preocupación.

    No estamos tan mal preparados como nos dice el Sr. Ministro, aunque la formación que se nos proporciona es nula. Siempre he tenido que ser autodidacta y aprender por mi misma los sistemas informáticos implantados, incluso ayudar a formar las bases de datos para que realmente nos ayudarán en nuestro trabajo y realmente ahorrarán tiempo, pero ahora cuando todo esto termine no me quedarán muchas ganas de hacer todas aquellas cosas que durante 19 años he realizado y quizá cuando no me encuentre bien o tenga unas decimas de fiebre, me quedaré en mi casa para curarme mis males. Porque de todas maneras no importará si mi trabajo está sin hacer o tiene un retraso, ya que si al Sr. Ministro no le importa porque me va a importar a mi.

    Un saludo y muchas gracias.

  19. Funcionaria Justicia

    Sr. Sevach:

    Yo tambien «me temo» que Vd. va a ganar la apuesta. Pero cuando regrese a mi trabajo, despues de 2 meses de huelga (de soportar desprecios, humillaciones y falsedades), y cuando me sienta desmotivada y deprimida, leeré este artículo y el de la «travesia del desierto», secaré mis lágrimas, pondré mi sonrisa, e intentare, como siempre, poner mi granito de arena para que la justicia sea un poco menos injusta (aunque el Ministerio de Justicia y algunos Políticos no se lo merezcan, si se lo merecen: los ciudadanos).
    Gracias, Sr. Sevach.
    P.D.: Aunque los funcionarios de justicia resultemos vencidos (pero nunca nos van a quitar nuestra dignidad), espero que esta lucha la continuen otros funcionarios y todos los ciudadanos: IGUALDAD DE DERECHOS (no solo de salarios).

  20. Paloma

    Gracias por este foro.
    Sólo quería decir algo breve. Que me rio yo de los sistemas telemáticos del Sr. Bermejo. Estamos en el s. XXI y en en T. Supremo donde yo trabajo, trabajamos a mano, somos amanuenses, hacemos miles de sobres calcables (la gente alucina cuando lo comento) y por esta razón llevamos años pidiendo buenos materiales como unos simples bolígrafos BIC donde la tinta sale con fluidez y nuestros músculos de manos y brazos no se atrofian o hinchan, grapadoras (mi grapadora manual la tengo desde hace 13 años para que luego digan que pedimos por pedir), todo se nos ha denegado, nos mandan unos bolis que son un churro y yo me niego a tener que comprarme un bolígrafo, sólo faltaba que también tuviera que poner el material. Hace tres años pedí un ordenador, se me denegó porque (agárrate) el enchufe estaba un poco lejos y el desbarajuste era tremendo.
    Muchos de nosotros y yo misma hemos ido a trabajar estando enfermos, con fiebre, con la espalda machacada para no acumular y que el trabajo saliera y porque somos gente responsable y no consiento que el Sr. Bermejo me insulte de esa manera. Ahora me lo pensaré antes de ir a trabajar enferma, que vaya Bermejo que, al parecer es el único que trabaja en España.
    Lo único que ha conseguido este sr. es que estémos más unidos que nunca y de lo cual me siento orgullosísima, pase lo que pase, esta huelga pasará a la historia y yo me alegro de haber participado en ella, porque ya está bien de tanta prepotencia y chulería propia de regímenes fascistas y opresores. Yo no luché en los 60/70 para terminar igual que entonces.

    Les invito a todos los que lean esto que, POR FAVOR, VENGAN EL SÁBADO 29 DE MARZO A LA GRAN MANIFESTACIÓN QUE VAMOS A ORGANIZAR EN MADRID A LAS 12 DE LA MAÑANA. LEAN EL ITINERARIO EN NUESTRA WEB
    http://www.huelgajusticia.blogspot.com. SI DE VERDAD NOS APOYAN VENGAN CON SUS FAMILIAS Y AMIGOS, SERÁ ALGO LÚDICO Y SOLIDARIO
    Gracias por dejarme participar. Un saludo y ánimo compañeros, la unión hace la fuerza.

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