Sobre los políticos

De estafas típicas a políticos mojigatos

De estafas típicas a políticos mojigatos

Hace seis meses repicaban las campanas de la prosperidad por la prometida inversión faraónica en la desértica región aragonesa de los Monegros para alzar un enorme complejo de casinos, hoteles y parques temáticos (al estilo de Las Vegas), generando miles de empleos. Hoy las campanas de la prensa parecen tocar a muerto, pues puede convertirse en un espejismo ante la ausencia de garantías y credibilidad de sus promotores.

    1. Sevach considera que se trata de un nuevo acto de piratería, pero esta vez terrestre. Se trata de la piratería mas sofisticada, en una moderna versión del tocomocho, en que los pícaros engañan al político de turno agitando el anzuelo de enormes inversiones y patrones solventes. Los políticos, deseosos de tener proyectos que vender a la ciudadanía y a la prensa, lo asumen sin extremar las garantías, y las sonrisas se acaban volviendo rechinar de dientes.

    2. Varias preguntas pueden hacerse:

    a) ¿Acaso los políticos no tomaron nota del Petromocho, el mayor escándalo de estafa a la Administración española de hace casi quince años, en que la promesa de inversiones petrolíferas millonarias en Asturias se desvaneció como un azucarillo, cuando la prensa desenmascaró a los estafadores, lo que acarreo la dimisión del entonces Presidente del Gobierno autonómico?.

    b) ¿Acaso los políticos, asesores eventuales y demás personal del gabinete de confianza de las autoridades, no extreman mínimamente la diligencia para asegurarse de estos fiascos?. Tanto sueldo, tanto asesor, tanto gabinete… ¡y les dan gato por liebre!.

    c) Tanto que se habla de «Auditorias», «Planes Estratégicos», «Controles de eficiencia» … ¿A nadie se le ocurre la creación de una Agencia Nacional de Prospectiva que se encargue exclusivamente de evaluar, con independencia y confidencialidad, todo proyecto faraónico que se somete a Alcaldes, Consejeros o Ministros, limitándose a garantizar la solvencia y viabilidad de los mismos?.

3. Sospecha Sevach que al político actual lo que le interesa es la promoción y no el producto, el resultado a corto plazo y no lo positivo a largo plazo, o sea, que la mayor parte de los politicos son aficionados a la variante de la «comida rápida» en cuanto a gestion pública. Al politiquillo sin ideas le viene bien que alguien que le «venda» una idea y que además consiga hacerle creer que es suya propia. Pero lo que no puede olvidarse, es la lección que el hombre de la calle siempre tiene presente: ¡Nadie vende euros a céntimo!.

4. Bien les vendría a los políticos mojigatos el recordar que si bien al Rey de Portugal se le escapó la ocasión de apadrinar el viaje de Colón hacia el descubrimiento de América, lo cierto es que la Reina Isabel contó con numerosos dictámenes, y entre ellos el debate de los sabios de la Universidad de Salamanca.

Y aunque está bien soñar con Eldorado, no hay que olvidar aquella anécdota que se cuenta de cierto paseo en Salamanca que dieron en 1895 D. Miguel de Unamuno y el Catedrático de Derecho Penal Dorado Montero junto al río Tormes, mientras hablaban de un gran richachón de la provincia que ofrecía un gran negocio a la Universidad. Con ellos se encontraba silencioso un labriego, el tío Simón, al que le preguntaron: ¿Y usted, tío Simón, ¿Qué opina?. «Yo, señores- respondió calmosamente el tío Simón-, nada sé de esas cosas, pero con 70 años que tengo, y habiendo nacido a la orilla del Tormes, nunca he visto crecer el río de prisa… y con agua limpia. Y tampoco he visto a nadie regalar un puente a cambio de una caña».

5. Lo mas sorprendente es que la Administración pública está repleta de procedimientos, juristas, interventores y asesores para garantizar el acierto de la decisión, y sin embargo, cada día la estafa al político reviste formas mas sofisticadas.Veamos algunos ejemplos de «ventas» al Alcalde, Consejero o Político de turno:

    a) La elaboración de proyectos de Ordenanzas, Reglamentos o proyectos de ley, que se encomienda a profesores de Universidad, sabios en su materia, pero no menos que los propios expertos funcionarios de la Administración (¡y no tan baratos como éstos!).

    b) La elaboración de costosas Relaciones de Puestos de Trabajo de Personal Funcionario, a cargo de una consultora privada, que procede de un mundo alejado de la realidad burocrática y se ve obligada a envolver con celofán los datos que le proporciona los propios funcionarios.

    c) La celebración de un Centenario, quinquenio, anuario o cualquier otro evento que afecte a un personaje local o autonómico, con la implicación de ingentes fondos públicos en proyectos que, directa o indirectamente, van a parar a los bolsillos de los sabios promotores.

    d) La operación urbanística «redonda», donde bajo el disfraz de un Convenio Urbanístico, recibirá el Municipio una vistosa compensación, pero reservándose el promotor una jugosa rentabilidad que, curiosamente aflorará una vez firmado el Convenio. Y es que lo que se vendió en la prensa como «Convenio divino» se convirtió en un «convenio leonino».

    e) Y sobre todo la «venta» o «engaño» mas habitual: tiene lugar cuando alguien recomienda a un Alto Cargo público, como solución a todos los problemas administrativos, una persona experta en dirección o gerencia pública procedente de la empresa privada (anunciada como el Rey Midas de la eficacia) y todo ello por el módico precio que figurará en un Contrato de Alta Dirección (con sonrojantes retribuciones) y con amplia corte de colaboradores (que a su vez exigirán sus propias prebendas). Es cierto que hay estupendos «fichajes» del mundo privado por el atajo «directivo» hacia lo público, pero no es oro todo lo que reluce, y son más los «gatillazos» de tales directivos que sus éxitos. La historia se ha repetido miles de veces, y Sevach sabe de muchas autoridades publicas, que en la soledad de su despacho, con el rostro fruncido y rascándose la cabeza, musitan para sí: ¿Cómo me libro de este tío?… Y finalmente, la solución le viene a la cabeza…» Ya sé, se lo recomendaré a otra Autoridad diciéndole que es buenísimo y eficacísimo… igual que me engañaron a mí».

0 comments on “De estafas típicas a políticos mojigatos

  1. Visto como engañan a los políticos ( y como nos engañan ellos)..¿no debería inhabilitarse para todo cargo público al que sea «pillado» en una metedura de pata tan dañosa para los intereses públicos?. Parece que en política los errores no se pagan: el partido político los coloca en otro puesto donde no estorben y donde un buen sueldo les consuele.

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