Sobre los políticos

Violencia de género o como la estadística se alza en fuente del Derecho

Violencia de género o como la estadística se alza en fuente del Derecho

La Ministra de Igualdad ha saltado al ruedo periodístico y se ha estrenado en El Diario El Mundo (25/5/08) con un artículo titulado «Una ley pegada a la realidad«. Hemos de dejar al margen el penoso uso del lenguaje en el título ya que ni las leyes están mas o menos «pegadas» según el engrudo que les aplique el gobierno, ni la «realidad» es algo que pueda ser capturado por el cazamariposas del legislador. La ministra vierte una afirmación que Sevach no puede pasar por alto. Así, al hilo de la Sentencia del Tribunal Constitucional que considera constitucional la ley que aplica al agresor varón mayor penalidad que a la mujer, por unos mismos hechos delictivos, la Ministra se permite verter dos afirmaciones preocupantes para el común de los mortales.

1. En primer lugar, la premisa de su razonamiento se centra en que en los casos de violencia de género, «las denuncias suponen el 70% de los caos de delitos contra las personas y que, de ese porcentaje, los detenidos por delitos de maltrato son hombres en un 95%». Aquí Sevach desea subrayar que una cosa son las «denuncias» y las «detenciones» y otra muy diferente las «condenas». El número de condenas, tras un proceso con garantías, es el dato consistente, de igual modo que para hablar de los fallos de la sanidad pública, el Ministro de Sanidad no debe tomar en cuenta el frío dato de las denuncias o quejas sino de las resoluciones administrativas, civiles o penales que aprecien deficiencias.

2. En segundo lugar, y una vez introducido el dato estadístico debidamente manipulado, viene la clarividente conclusión de la Ministra: «Sólo a la luz de este dato estadístico, la violencia de genero viene a revelarse no como una particularidad de cada agresión, sino como algo que tiene raíces y causas mas profundas: la desigualdad entre los sexos».Aquí el disparate es mayúsculo puesto que se contravienen las mas elementales reglas del pensamiento lógico. Así, se pasa del dato «general» a la regla «universal» (como la mayor parte de los alumnos copian «todos» deben suspender), y del «ser» al «deber ser» (como la mayoría de los futbolistas son hombres, debe ser porque son diferentes a las mujeres). Toma ya.

3. Lo preocupante es que la estadística simplista se convierta así en fuente del Derecho y en criterio válido para la Ley. Al derecho puede aplicarse lo que para la Química afirmaba el nobel Rutherford, «Si tu experimento necesita estadística, entonces deberías haber realizado otro mejor». Y es que una cosa es que la realidad objetiva se alce en dato que ha de ser tenido presente por el legislador y otra muy diferente que una interpretación torcida y «subjetiva» de una «realidad objetiva» se convierta en norma. Así, el razonamiento de la ministra y de la sentencia del Tribunal Constitucional es simple y peligroso. Simple, puesto que básicamente se centra en que como hay muchos delitos en que son mayoritariamente varones los responsables, pues el legislador puede aplicar penas mayores a los varones que a las mujeres. Y peligroso, porque siguiendo el mismo razonamiento del Tribunal Constitucional y de la Ministra «no sería irrazonable» que, puesto que la inmensa mayoría de la población reclusa es extranjera, pues el legislador modificase el Código Penal para fijar una mayor pena a los extranjeros por el mismo delito que los nacionales. O si la mayoría son negros o gitanos, pues mayor plus punitivo que los blancos o los payos. O porque constatado que la violencia en los estadios tiene mayores protagonistas en los hombres que mujeres, debería aplicarse una pena diferente por unos mismos hechos.

4. Este esperpéntico escenario para unos será «razonable» pero para Sevach sería una barbaridad. Claro que si la mayoría (de la población o del Tribunal Constitucional) considera que la Ley penal en esas condiciones es razonable, pues quizás por coherencia afirmen bajo idéntica lógica, que «todos» opinamos que es razonable. En esta situación discrepo de la legalización de la discriminación por razón de sexo, que resulta injustificable en nuestro sistema democrático avanzado. Es deplorable la violencia de género, pero también es repugnante la violencia del «legislador» cuando zarandea los cimientos del valor de la igualdad al asentarla sobre una mera diferencia biológica entre sexos y al aplicar una presunción de culpabilidad en el varón por el hecho de serlo.

En fin que mas que la ley esté «pegada» a la realidad, diríase que la ley «pega» a la realidad. Y con saña.

0 comments on “Violencia de género o como la estadística se alza en fuente del Derecho

  1. No quisiera pecar de machista, o al menos lo intetaré.
    Con todos mis respetos a las decisiones del Tribunal Constitucional me parece una barbaridad aplicar al agresor varón mayor penalidad que a la mujer, por unos mismos hechos delictivos, No creo que las medidas deban ir por la politica represiva del derecho penal y menos por la discriminación ante unos hechos iguales eso es politica a «corto plazo».
    El tema quizá tuviera que enfocarse por otro tipos de medidas desde la escuela hasta la tumba. Cambiar la cultura, cambiar las costumbres. Indudablemente el legislador siempre tiene la pluma dispuesta para sacar nuevas leyes o reformarlas, pero en el ámbito de desarrollo, ejecución, comprensión y asunción por la sociedad siempre nos quedamos cortos.
    ¿ No será culpa de la precipitación ?

  2. Progre

    VEAMOS LO QUE DIJO JOAQUÍN LEGUINA SOBRE LAS RECIENTES «SENTENCIAS» EMOCIONALES DEL TC Y LA CAMARADA MARIA EMILIA CASAS, Y SIN PREJUICIOS, LEAN QUE NO TIENE DESPERDICIO:

    El ex diputado socialista y ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, considera que el Tribunal Constitucional pecó de «impresentable politización y sectarismo» con su decisión de avalar la disposición de la Ley Integral contra la Violencia de Género que en los casos de malos tratos fija penas más graves si el agresor es el hombre que si es la mujer. Leguina añade que la sentencia fue «dictada en defensa del Gobierno, único avalista político de esta ocurrente novedad penal» y se lamenta: «como la que nos espera, tal como están las cosas, a propósito del Estatuto catalán».

    En un artículo en la revista El Siglo recogido por Europa Press, Leguina afirma que la sentencia «echa sobre el TC la última paletada –por ahora– de desprestigio a causa de su impresentable politización y sectarismo».

    El ex diputado califica la sentencia de «farragosa», «confusa» y «dictada en defensa del Gobierno, único avalista político de esta ocurrente novedad penal», además de «interpretativa», y añade: «como la que nos espera, tal como están las cosas, a propósito del Estatuto catalán».

    El Alto Tribunal anunció el pasado 14 de mayo su respaldo a la Ley Integral contra la Violencia de Género a raíz de una cuestión de constitucionalidad planteada por la titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia, María Poza.

    En su artículo, Leguina destaca que «una vez más» el TC quedó dividido entre «progresistas», que apoyaron la sentencia, y «conservadores», que emitieron un voto particular. «Y según esta ley del embudo a quienes nos negamos a admitir que los varones somos un grupo opresor nos tocará ser tachados de conservadores», añade.

    Leguina, que era diputado cuando se aprobó la ley en la pasada legislatura, afirma que durante su tramitación preguntó a varios parlamentarios y al ministro ponente, el de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, por el origen de la propuesta, y llegó a la conclusión de que procedía de «un pequeño y aguerrido grupo de feministas radicales que había encandilado con sus rompedoras ideas al presidente del Gobierno».

    Nadie discute las «verdades reveladas» de Zapatero

    «La ausencia del debate interno respecto a las verdades reveladas por el jefe hizo el resto y le ley se aprobó, incluyendo esa enmienda al Código Penal», añade el antiguo dirigente socialista.

    De ese modo, prosigue, las «feministas radicales» lograron su objetivo de que su «pretensión ideológica» de que los hombres son en su conjunto un «grupo opresor» haya quedado «grabada a fuego en las leyes democráticas».

    Por ello, Leguina lamenta especialmente que el TC respaldara que las penas sean más duras para los hombres porque «el autor del delito inserta su conducta en una pauta cultural generadora de gravísimos daños a sus víctimas» porque ello implica que «lo quieran o no, los hombres están sujetos a una pauta cultural que les supera como individuos, es decir, los varones forman parte de un grupo opresor, que es lo que las fundamentalistas del nuevo feminismo querían demostrar».

    El ex presidente madrileño señala en su artículo que aunque la diferencia de penas entre hombres y mujeres no es grande –prisión de seis meses a un año si el agresor es un hombre y de tres meses a un año si es una mujer–, si es importante en el campo de los principios jurídicos.

    En este sentido, recuerda que en el antiguo régimen los delitos se penaban con más severidad si el delincuente era del pueblo llano que si era un noble, una situación que fue abolida por la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, con un principio («La ley debe ser igual para todos, tanto cuando proteja como cuando castigue») que fue recogido por la Constitución española en su artículo 14.

    Para Leguina, «ni el feminismo de hace un siglo (ni el de hace 25 años) ni el ecologismo en fechas pasadas eran lo mismo que son ahora», y lo que ha cambiado es que «antes denunciaban y exponían razones», mientras que ahora «incrustados en el Estado, mandan y ordenan».

    CONSTE, ESTO NO LO DIJO UN SIERVO DEL PP, NO VAYA A SER QUE YA SE TILDE DE FACHA Y LA HABITUAL LETANÍA PROGRE PARA DEFENDER SU «ARGUMENTO», CUANDO SE PONEN ESTUPENDOS Y NOS DELEITAN CON SU VERBORREA VACIA.
    QUIEN OPINA, TAN ATINADAMENTE, ES D. JOAQUÍN LEGUINA, QUE ÚLTIMAMENTE PARECE HABER RECOBRADO EL SENTIDO COMÚN, QUE NO TENÍA CUANDO ESTUVO EN LA POLTRONA.
    RAZÓN, NO LE FALTA, PERO LEAN SIN PREJUICIOS, LEAN POR FAVOR

  3. Sinónimos aparte, que también conozco,por ciencia propia o porque dispongo y consulto a diario un manual como el suyo, supongo, no me diga «Olay» que «recaudar», para el común, para los que no somos catedráticos de la cosas, suele usarse por reunir dinero o efectos de tipo económico, y ya está bien de ser tan rebuscado, tan retorcido, que es que hay quienes se pasan de listo o de lista, y caen de bruces en la pedantería hortera de bolera.
    Cuando «Olay» puso recaudar, lo puso errónea o deliberadamente, pero, desconociendo su intención, que acaso no importa, sí están muy claras las buenas intenciones del Padre de la niña asesinada en Huelva, de recoger firmas para que se castiguen más a los asesinos pederastas, por más que algunas personas se pasen de listas, hablen ex catedra o nos quieran dar lecciones y disquisiciones por un tubo, en las que se pierden, indefectiblemente. El clamor en nuestras calles pidiendo castigos ejemplares para asesinos como el de Mari Luz es imparable, por más que los de siempre le sigan el juego a los delincuentes, como siempre

  4. El Sr. Leguina, lamentablemente, padece el mal de Alzheimer (el mismo que aqueja a D. Adolfo Suárez).

    ¿Quiere decir que es más sensato en los pensamientos que expresa bajo esta situación que antes de padecerla?.

    Sólo pregunto. Porque yo no soy médico y, por tanto, me abstengo de conclusión alguna.

    E insisto: yo me llamo Olay, sin comillas. Yo no sé si José se llama así y ni me importa ni me incumbe ni me afecta o deja de afectar a la hora de contestar un comentario y/o expresar mi opinión.

    Lo que sí me afecta es la falta de educación y respeto: el último recurso de quien carece de argumentos y/o defensa.

    Sr. Administrador, discúlpeme: me retiro. Le deseo toda la suerte del mundo a su bitácora y cruzo los dedos porque se haga invulnerable a los amigos del cyber-destrozo.

    Saludos.

  5. Sevach

    Para Olay: Unicamente para pedir disculpas por mi papel de moderador si alguno de los comentaristas se ha excedido en sus expresiones o tono. En todo caso, agradezco tus valiosos comentarios y sí dejo constancia de que esta web siempre ha apostado por la libertad de expresión unida al respeto. De hecho, no faltan comentarios que evidentemente no afloran y la «guadaña» de Sevach ha impedido la grosería, la injuria o la pérdida de papeles. Lo dicho, gracias a todos.

  6. Francisquín

    Hombre, no caigamos en algo tan feo como los insultos. Que cada uno exprese aquí su opinión, que esto hace este tipo de blogs tan interesante. Yo mismo critiqué arriba lo que decía Olay pero me apena sobremanera que se haya retirado del blog después del último comentario de José…sus opiniones eran tan interesantes como las de los demás y nada justifica el descrédito en una discusión.

    Un saludo a todos

  7. Está claro que éste es un asunto polémico, a la vista del encendido debate que se produce entre partidarios y contrarios, de la ley y de la sentencia que la convalida. También hay quien arrima el ascua a su sardina y aprovecha que el pisuerga pasa por Valladolid para «sugerir» que la causa de todos los males que nos afligen es, una vez más, del maligno ZP, olvidando que esta ley fue aprobada por unanimidad en el Congreso y en el Senado, y que la cuestión de constitucionalidad no la ha planteado ningún partido político, sino algunos jueces (por si acaso, aclaro quecon este plural incluyo tanto a los jueces de sexo o género masculino, como a las «juezas» del sexo o género femenino), que, a mi juicio, con buen criterio han dudado del encaje constitucional de una ley que aplica una agravante a determinadas conductas punibles, por el mero hecho de pertenecer al sexo masculino, condición que, por otra parte, y salvo los transexuales, no es algo que pueda elegir el interesado.

    Volviendo al argumento de Sevach, coincido plenamente con su opinión de que no es razonable que la estadística pueda convertirse en fuente del Derecho y en criterio válido para la Ley, pero ya estamos muy acostumbrados a eso sea así.

    El problema es que si este criterio estadístico se lleva hasta sus últimas consecuencias, me temo que los que pertenecemos al género masculino lo tenemos muy crudo.

    Por curiosidad he comprobado que, según las estadísticas del INE sobre condenas en procedimientos penales de los últimos años, que se pueden consultar en la página web del propio instituto nacional (http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t18/p420&file=inebase), el porcentaje de hombres condenados (por todos los tipos de delito) en los últimos tres años de los que se tienen datos, ha sido: 91,84% en 2006; 92,12% en 2005, y 92,39% en 2004. Creo que las perspectivas no pueden ser más desalentadoras para el sexo masculino.

    Ahora entiendo el título de un magnífico libro del genetista inglés Bryan Sykes: La maldición de Adán.

    ¡Que Dios nos coja confesados!

  8. rutilanes

    No resulta necesaria la sardina ni el ascua ni ir a Valladolid para ver el agua del Pisuerga discurre por allí.

    Basta con escuchar las recientes palabras del diputado Leguina (algo denostado últimamente por su partido, cual Rosa innombrable, por aparente conversión al fascismo) respecto a esta ley.

    Preguntó a varios parlamentarios por el origen de la propuesta y llegó a la conclusión de que procedía de «un pequeño y aguerrido grupo de feministas radicales que había encandilado con sus rompedoras ideas al presidente del Gobierno».

  9. Nadie duda de que la iniciativa de esta ley haya surgido del Gobierno de Zapatero. pero lo penoso de este asunto es que ningún partido, ni ningún político (salvo casos muy marginales), han cuestionado ni la oportunidad ni el contenido de esta ley, ni lo harán con otras que vendrán en la misma línea, porque parece que el sentido común (que ya se sabe que es el menos común de los sentidos) no resulta políticamente correcto en estos días.
    Lo del Pisuerga y Valladolid va por los que aprovechan cualquier ocasión, como, en este caso, una sentencia del TC para meter una puyita a ZP, que seguramente se merecerá muchas, pero, como dijo Ulpiano, «suum cuique tribuere».

  10. rutilanes

    Bueno, es que aun a costa de estrellarse contra la razón, esa ley parece tener la virtud política de catalogar como reaccionario a quien la pueda cuestionar.

    A ver quién es el político que se atreve. Ése puede ser el quid.

  11. Escribo en este apartado a raíz de una reciente noticia. La noticia dice así «Castigan como violencia de género la agresión en un matrimonio de mujeres – Un juez ha condenado a siete meses de cárcel a unas de las cónyuges por insultar y agredir a su esposa».

    Y escribo no por tener ningún interés en resucitar la interesante polémica que ha dividido en dos bandos las opiniones personales aquí vertidas (personalmente me alineo con quienes siguen la línea marcada por Sevach en su comentario), sino solo porque el tema me pareció en su día y me parece muy interesante en diversas vertientes, ya que, en mi opinión, además de aspectos errados y negativos como el de la discriminación positiva, la mencionada ley sobre la (mal llamada) violencia de género adolece de fallos agudos ya desde su título, fallos que no por ser terminológicos son de pequeña entidad, pues afectan gravemente al principio de seguridad jurídica. Creí en su día y creo ahora que al servicio de la seguridad jurídica no puede estar la confusión que el revuelto de setas con champiñones que supone mezclar palabras de origen latino importadas del inglés con acepciones que no tienen en castellano (como la palabra «género») ha producido.

    En otro momento y lugar (http://www.cositalcantabria.org/phpBB2/viewtopic.php?t=162) ya tuve ocasión de manifestarme en contra de ciertas piruetas lingüísticas como esta de la violencia de género diciendo entonces que:

    1.- En cuanto SERES VIVOS, la diferencia entre hombre y mujer es «de sexo».
    2.- En cuanto SUSTANTIVOS, la diferencia entre hombre y mujer es «de género».
    3.- Conceptualmente, cruzar ambas caracterizaciones es incorrecto e imposible -por tratarse de realidades no comunicables- siendo, por lo tanto, absurdo atribuir diferencias de sexo a los sustantivos hombre y mujer y diferencias de género a las entidades hombre y mujer, por mucho que esto último se haya convertido ya en un lugar común para expresar genéricamente la lucha por la recuperación de la igualdad por razón de sexo.

    Pero ahora, a la luz de la noticia (esperada por otra parte), desde luego, de primeras, ya habría que hacerse preguntas de difícil respuesta ahora, después de la ley indicada y de sus interpretaciones extensivas: ¿Cual es el sexo de una mujer?, ¿Y cuál es su género?

    Entonces, en su momento, ya cupieron otras como p.e.: Siendo la palabra «género» masculina, ¿no debería haberse usado para el título de la Ley otra que no pudiera tener connotaciones machistas, quizá cambiándole el sexo, digo el género, a la palabreja y haberle llamado a la ley «Ley de violencia de génera» para así haber dado más gusto a quienes forzaron su nombre en base a un argumento tan endeble que intentó aproximar internacionalmente a España a culturas anglosajonas con las que no nos unen muchas cosas unificando terminologías con absoluto desprecio de las distorsiones que internamente se generarían? Y sobre ello cabe además preguntar: ¿Cuántos son los que transigieron con la felonía con que desde el Parlamento se agravió a la Real Academia de la Lengua Española (lengua que nadie protege por el solo hecho de no ser minoritaria)? ¿Aún hoy mantienen su posicionamiento a favor, o están arrepentidos? La cuestión de fondo, la materia sobre la que versa la Ley, ¿no podía haberse tratado igual sin trastocar ejes del elnguaje?

    Pero, ahora, sobre todo, caben nuevas preguntas: ¿Para qué nos sirve haber tenido claro toda la vida que la diferencia entre palabras es de género y no de sexo, y que la diferencia entre personas -seres del género humano- es de sexo y no de género?. Bueno quizá para nada, ya que ahora esto del género ha generado tanta confusión que hoy ya no sabemos si el sexo de la mujer que era el macho de la pareja es el que era femenino y su género masculino o es al revés. ¿O es que son los dos femeninos?

    Dicho de otro modo: ¿Cual es el género de la palabra «mujer»? Femenino. Y ¿cuál es el género de una mujer? ¿Depende del rol, o sea, que si la mujer es el macho en la pareja su sexo es femenino pero su género es masculino? (¿Se aclaran?).

    Llegados a este punto creo que, por desgracia, debo preguntar a lector ¿Y usted, sabe usted quién es? ¿Aún? Pues tiene mérito oiga. Porque yo, que una vez tuve claras algunas cosas, cada día me veo más desorientado en la «claridad» forzada que me imponen.

    Tanto que pienso que si todo estuviera ya claro, seguro que podrían explicarse a los niños estas cosas. Inténtenlo. Explíquenles esto a los niños. Explíquenselo (si pueden).

    Yo, a mi pesar, seguiré comulgando con ruedas de molino aderezadas de frustración por impotencia.

  12. LA VIOLACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN ES INDISPENSABLE PARA SER POLÍTICO
    Todavía en la Ley de la Violencia de Género hay quien se atreve a denunciar. Pero, ¿quén se atrevió a denunciar el caso del «Servicio Obligatorio sólo-para-varones?
    Aquí se violó el derecho a no ser discriminados de millones y millones de jóvenes a lo largo de 23 años, y ningún político dio señales de darse cuenta.
    De hecho, un 100% de la administración y de la oposición son violadores de los derechos de los ciudadanos.
    Por esta razón nadie se atrevió a decir nada, excepto algunas cartas al director (pocas, pero en casi todos los periódicos). Podéis ver explicaciones en nuestro web.

  13. Pingback: La irrenunciable libertad de expresión de los jueces ante la violencia de género: una garantía del Estado de Derecho | El Blog de Derecho Público de Sevach.

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