Sobre los políticos

Páseme el caviar…y pase la factura a la Administración

Páseme el caviar...y pase la factura a la Administración
Recientemente el caso de posible malversación de caudales públicos, en que están implicados varios ex altos cargos del Consorcio de Turismo Joven del Govern de Baleares, ha sido sometido a instrucción judicial. Lo curioso no es si hay o no delito, pero al menos resulta extravagante que el exgerente del Consorcio haya declarado con toda naturalidad que las enormes facturas de gastos imputados a la entidad pública y referidos a comidas dignas de las Bodas de Camacho eran habituales, y que la langosta o el whisky forman parte del tentempié habitual cuando se trata de la gestión pública.

1. Al margen del desenlace del proceso penal ( casi siempre sujeto al principio de mucho ruido y pocas nueces como señalé en un post anterior) lo preocupante es que la noticia de la praxis abusiva de tales gastos (que contamina a todas las Administraciones Públicas), justificados mediante factura y con el solo visado o conforme de la autoridad, no de lugar a una enérgica respuesta normativa de control. Además no es un caso aislado: todavía resuenan los ecos del escándalo de hace dos años cuando se filtró la factura de 3000 euros sufragada por la Generalitat Valenciana a la Directora del Palacio de las Artes por dos noches de hotel con limusina.

2. Y es que en la vertiente de la gastronomía representativa puede afirmar Sevach lo siguiente :

a) Que aunque existen almuerzos de trabajo que resultan constructivos y fecundos para el interés público ( alivian tensiones de negociación y aproximan posiciones: in vino veritas), lo cierto es que la mayor parte de tales ágapes son absolutamente prescindibles y constituyen una pueril compensación del cargo.

b) Que existe un sector de la hostelería, seleccionado por criterios mas bien inconfesables, que vive (mas que sobrevive) de estos gastos institucionales, pasando por la necesaria camaradería con el alto cargo de turno y el agradecimiento directo o indirecto de su gestión.

c) Que el interventor experimentado y con olfato intuye no pocas veces que algunas facturas presentadas por latos cargos no reflejan la realidad del consumo, ni de su precio o del número de comensales, y así y todo, su labor ha de ceñirse al ámbito puramente formal («ojos que no ven, interventor que no siente»).

d) Que en tales ámbitos de justificación de gastos de representación, cada Administración posee una potestad de autoorganización que le lleva a fijar reglas o instrucciones que contemplan siempre supuestos excepcionales o mas bien «cheques en blanco» que permiten la tarifa plana gastronómica de altos cargos y acompañantes.

3. Bien está el uso de los gastos de representación pero frénese el abuso. Bien está la discrecionalidad en su empleo pero frénese la arbitrariedad. Bien está el gasto moderado pero frénese el despilfarro. Bien está que el gasto de representación sirva la dignidad del cargo pero evítese que el cargo sirva al ego personal. ¿ O es que la austeridad que se impone a todos los empleados públicos por el Estatuto aprobado por Ley 7/07, no afecta a los altos cargos?

En fin…como estamos en verano…¡ Salud! Y esperemos que la crisis económica no se cebe en el recorte de las retribuciones de los funcionarios sino en las prebendas representativas de los altos cargos.

0 comments on “Páseme el caviar…y pase la factura a la Administración

  1. Ya puestos a pensar en comidas con el dinero público me viene a la mente un curso de cata de jamón ibérico, subvencionado por una administración autonómica, y con un desembolso multimillonario. Desde entonces permanezco atento para ver si puedo apuntarme.

  2. También habrá cientos o miles de gestores de lo público que devienen extremadamente impolutos en acertar si un fasto, opípara comilona o viaje debe (legal y moralmente) ser sufragado por la caja de su administración o por la cartera de su bolsillo y, después, con total naturalidad y sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello, podrían obtener un importante descuento en la adquisición privativa de bienes y/o servicios suministrados por un contratista de su administración (¡).

    ¿Puede un funcionario de urbanismo negociar el precio de adquisición de su vivienda en iguales condiciones que el resto de habitantes de su ciudad?, ¿podrá obtener un descuento?

  3. Jajajaja, menuda vergüenza a los que vivimos en las Illes Balears tener a unos políticos tan absolutamente corruptos. Y a tener en cuenta también que esta gente ha gobernado con mayoría absoluta.

    Y los que vienen, que prometieron hacer lo que los otros no hicieron, no hacen nada de nada.

    Menuda vergüenza de país!!!

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