Humor y Administracion

Zafarrancho del Derecho Público para proteger el arroz con bogavante

Bogavante bañezanaEl balance del verano con algunos almuerzos degustando un sabrosísimo arroz con bogavante en la Bañeza en excelente compañía, lleva a Sevach a valorar como puede el Derecho garantizar su supervivencia para las generaciones futuras, ante el fundado temor de que tan suculento y sencillo plato sea declarado especie gastronómica en extinción por el acoso de la cocina de vanguardia, a base de nitrógeno líquido, soplete, medallones aromatizados, fantasías rellenas, cremas solares, medallones azafranados y zarandajas varias.

1. La razón del valor del arroz con Bogavante «a la Bañezana» (así bautizado por el entorno de degustación y procedencia de ingredientes) estriba en su esmerada elaboración en el pueblecito de Miñambres de la Valduerna en un «cortijo a la castellana», o sea, patio interior, huerta y gallinero incluidos, junto con un cruce de piscina y alberca (para solaz de niños y mayores, a la que me referí jocosamente en otro post anterior). El arroz tiene que ser «bomba» (nada de arroz largo ni vaporizado) porque absorbe mejor el sabor de los condimentos (estamos en la Bañeza, no en Pekín). Hablemos de los bogavantes: dos al menos (para que sea «arroz con bogavante» y no «bogavante con arroz»), grandes (no se confundan con langostas, o en caso de tacañería con langostinos) y vivos (no estén disecados). Estos infortunados bogavantes han de ser adquiridos el mismo día del sacrificio, a primera hora de la mañana, y luego cuando sean recibidos en la cocina, han de ser troceados bajo el ritual de arranque de patas y tenazas, y corte con cuchillo matarife en cruz de la cabeza, así como de cada uno de los anillos.

Todo este singular «compango» (compañía del arroz, en terminología asturiana) se rodeará de tomate, pimiento y cebolla, pero no cualquier hortaliza que así se anuncie. El tomate, ha de ser de huerta (no de invernadero) y a poder ser comprado a los lugareños en el mercado tras el regateo oportuno; el pimiento, choricero; la cebolla, rotunda e intensa; y el azafrán, auténtico (o sea, del caro). Ni que decir tiene que el aceite ha de ser de oliva virgen extra (¡casi na!). Todo ello flotando unos minutos sobre un excelente caldo de pescado (aquí se relaja el contexto artesanal, ya que cabe tanto preparar el caldo casero como acudir a un brik de urgencia para adelantar tiempo).

Pero sobre todo, no olvidemos el ingrediente esencial y que deja se ser secreto al compartirlo Sevach: al igual que el buen mármol necesita un buen escultor, el papel de la cocinera y dueña del cortijillo, Azucena, sanota y diligente, aunque eso sí, con la colaboración de Sevach en el papel de fogonero (candidato al Oscar al mejor actor de reparto por su función de matarife de los bogavantes y avivador del fuego).

La paella (que el vulgo llamamos paellera) negra y enorme (no del todo a cien). Y el fuego… ¡Ah, el fuego!. Ha de ser de barbacoa, con buena salida de humos y alimentado primero con papel de periódico (fuego rápido y de llama intensa), luego leños de chopo (fuego moroso y cálido) y luego leños de encina (calidez sinuosa) y las brasas han de formarse durante al menos dos horas (si son leños finos dos horas, y si son gruesas trancas, tres horas). Finalmente, hay que verter el contenido en la «paella», moverlo para que se caliente de manera uniforme (agitándose con sacudidas firmes, no removerlo), y tras la evaporación calmosa del líquido, finalmente extraer el sagrado producto sin quemarse, y colocarlo con mucho amor sobre un amplio salvamanteles. Luego cubrirlo con paños de cocina, y desear que las moscas no se adelanten. El resultado está a la vista, y nunca lo vivo o saboreado estuvo tan lejos de lo pintado (como dicen los anuncios de contactos que incluyen fotos: la fotografía es real).

2. Pues bien, la elaboración de tal Arroz con Bovagante a la Bañezana, constituye un ceremonial con el que Sevach ha disfrutado de la oportunidad y el honor de agasajar, como a los peregrinos de Santiago, en distintos pero sucesivos ágapes veraniegos, a Enrique López (Catedrático de Contabilidad), Antonio Arias y Ana (Síndico de Cuentas, y activista para la salvación del Tejo, respectivamente), Juan Manuel del Valle y Elena (artista y hacendista, respectivamente), Miguel Carbajo y Esther (sufrido magistrado y sufrida funcionaria), María y Ana (flamantes funcionarias de cuerpos superiores, en los dos sentidos), Ana Paredes y sus dos gemelas (tan espléndidas como inefables), Chema Acebal (abogado prestigioso), Javier Arias (Catedrático sin cátedra de ciencia administrativa) y Alberto Gallinal (gran empresario y mejor persona). Y con tales compañías, la tertulia está servida pese al inconveniente del sabio dicho «oveja que bala, bocado que pierde».

En todos los casos, en honor a la verdad, el resultado fue un aplauso de mandíbula desbocada para hacer el honor al arroz con bogavante (por cierto seguido de costillas y chorizos criollos, regado con sidra Herminio y/o buen vino del Bierzo), dejando la paellera como un espejo, y prometiendo los abotargados comensales no dejar este mundo sin volver a probarlo. Cierto Rector de Universidad afirmaba que sólo tomaría las armas para defender la pertenencia a España de la Rioja por la bondad de sus caldos, y podría decirse que quienes han probado el citado arroz, no vuelven a ser los mismos.

3. Por eso, ante tamaño descubrimiento, el Derecho Público podría teóricamente reaccionar (nótese el hábil truco de Sevach para conectar un comentario festivo con el Derecho y garantizar el hilo conductor del blog). Y es que donde esté un arroz con bogavante a la Bañezana, cocinado con cariño, servido con abundancia, y regado con buenos caldos, bajo unas fecundas parras acariciados por sol amigo, que se quite la llamada «cocina de autor», que al decir del famoso cocinero Enric Herce, consiste en «que el chef cocina lo que le da la gana y le llama también como le da la gana», aunque Sevach añadiría: «y cobra lo que le da la gana».

Pero veamos las posibilidades del Derecho sobre tan suculento plato:

  • Aprobar la denominación de origen del Arroz con Bovagante, a la Bañezana.
  • Declarar fiesta de interés nacional el día del Arroz con Bogavante en el pueblo.
  • Declarar de utilidad pública o interés social la receta, como la fórmula de la coca-cola.
  • Subvencionar la realización del arroz con bogavante (al menos subvencionar el bogavante).
  • Aplicar una exención impositiva a Sevach por el beneficio social de promover el «turismo gatronómico bañezano».
  • Crear un Cátedra sobre Gastronomía con un Master sobre el Arroz con Bogavante, de obligatoria inclusión en los Planes de Estudios de Biología (nada justifica mas la vida que la alimentación) y de Derecho (no hay conflicto que subsista entre litigantes que compartan el arroz con bogavante).

Aunque, quizás sea mejor una idea liberal y abstencionista del Derecho, y que el Derecho Administrativo no ponga sus sucias manos sobre el arroz con bogavante.

En fin, Sevach ruega se le permita este toque de humor, y promete volver a los serios vericuetos del Derecho en el período postvacacional que se abre.

12 comments on “Zafarrancho del Derecho Público para proteger el arroz con bogavante

  1. Buffff, que buena pinta tiene ese arroz. No obstante, no lo cambio por mi arroz brut mallorquín.

    ¡Que aproveche!

  2. Pelipe

    Puestos a reivindicar, me quedo con el arroz con bugre (bogavante, llubricante, llocántaro…) que pone «El Sibarita» en L’Arena (San Juan de La Arena, Asturias).

    Enlace aquí a un artículo de J.I. Gracia Noriega sobre el particular: http://www.ignaciogracianoriega.net/nie/20021011.htm

    Por cierto, Sevach de verano es casi tan bueno como Sevach de otoño-invierno. Saludos.

  3. Labeca

    Como uno de los privilegiados que este verano ha podido disfrutar del famoso arroz con bogavante a la Bañezana, sólo apuntar que este Sevach cada día nos sorprende con algo nuevo (aunque justo es reconocer que en esta ocasión gozó de la inestimable ayuda de Azucena).
    A todo el que no lo ha probado recomendarle pasarse el verano que viene para degustarlo, y así podrá ver la versión Arguiñana de Sevach. Al afortunado que vaya sólo puedo adelantarle como decía Arguiñano que: «Rico, rico».

  4. Definitavamente delicioso el arroz con marisco que el verano pasado he disfrutado con mi «familia numerosa» en la «Hacienda» de Miñambres.
    A la espera de poder «atacar» en San Mateo la versión con Bogavante aclaro dos cosas:
    1º.- En esto de la cocina Sevach ha evolucionado muy satisfactoriamente pues, en sus inicios (recien llegado del «Este»), domaba a duras penas unas croquetas congeladas, de sabor indeterminado que, eso si, freía sobrado de cariño y con entusiasta entrega para dar paso a una buena sobremesa.
    2º.- Ahora Sevach trabaja en los fogones empleando la tecnica de esos Catedraticos, de nombre largo pero con tiempo escaso, quienes a la hora de redactar informes por encargo, puntean y firman sin recato lo que «cocina» con empeño su mas fiel colaborador.
    ¡Excelente Azucena! por tu discreción y maestria.

  5. La olimpiada del bogavante fue ganada por mi, chicos, aunque mi modestia me impida regodearme. Gané oro en el arroz, con tres platos degustados al estilo mariposa y me lleve dos platas en la parrilla sincronizada, con las chuletillas a dos manos y robadas al estilo fosbury .

    Que no tengamos que esperar a Londres’2012 ….

  6. ¿Y los que no hemos probado esa delicia?…¿Habrá franquicias para que los mortales podamos acceder a ese arrocito?

  7. ¡Me cago en to lo que se menea! Sólo se me ocurre a mi leer esta delicia gastronómica a las 14 horas y con el estómago vacío!!!, ¿podré ausentarme de mi puesto por razones de índole mayor para tomarme unas tapas?
    Te garantizo que comeré en este lugar.

  8. garotto

    Qué buenos recuerdos me trae este primer plano del » arroz a la bañezana» ! Pero además, buena compañía, buen tiempo, un sitio estupendo y,…una advertencia a Sevach y Azucena: con un reclamo como el de la foto pronto en Miñambres habrá tantas visitas como en este blog. Saludos a los dos.

  9. «Freedom for the Lobster» muy cabreados por el contenido de esta entrada…sugiero visita a mi web para ver reacciones.

  10. reivaj

    No es lo mismo, como dice la canción, ciertamente el arroz con bogavante del Sibarita esta muy bueno, pero el elaborado por Azucena con la colaboración inestimable de Sevach y degustado en la «Hacienda » de Miñanbres tiene un encanto especial , como lo tiene el desayunar el chocolate con churros recien traido de La Bañeza. El próximo año tanto Charo, la pequeña Irene, como yo esperamos disfrutar de un fin de semana tan agradable como el de este verano.

  11. Juan Manuel del Valle Pascual

    El arroz boga[b]a ante[s]
    pues el ansia de la espera
    que la sidra no atempera
    hace que doMeñ[elh]ambre(…)
    quedándote bien saciado
    al tercer plato colmado,
    y luego, siesta postrera
    o conversación jugosa
    -hablar mal de cualquier cosa-
    mientras se nos va el verano
    y la amistad se adereza.

  12. Pingback: El verano son para las bicicletas – Vivo y Coleando

Gracias por comentar con el fin de mejorar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde delaJusticia.com

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo