Contencioso

La tumba profanada del torero Julio Robles: una repugnante tropelía que merece enérgico castigo

La tumba profanada del torero Julio Robles: una repugnante tropelía

Aunque los telediarios y periódicos han incrementando las noticias que constituyen la crónica negra de nuestra sociedad (atracos, timos y estafas, muerte de infortunados en patera, apaleamientos, ajuste de cuentas entre delincuentes, deslenguados,etc) el pasado domingo afloraba una noticia que destacaba por su objetiva sinrazón y depravación: la profanación de la tumba salmantina del torero Julio Robles por cuenta del llamado Grupo Antitaurino. Intentaron extraer el cuerpo del difunto, rociaron con pintura roja la tumba, le estamparon la leyenda de «Toreros Asesinos «y robaron el busto de la cabecera, y como colofón con chulería enviaron correos ufanándose de tamaña barbaridad, identificándose como » Iniciativa charra contra la desaparición del tauricidio».

1. La palabra gamberrada les queda corta ( nadie puede sonreír con tolerancia ante tamaño desprecio a la paz de los muertos). El delito les queda largo (el Derecho Penal es una dama que difícilmente se deja engatusar por grupos innominados si no hay sangre caliente). Y en esa situación, en que se despierta la agitación de la Fiscalía para investigar, y en que los autores se regodean con el éxito mediático, y se carcajean ante una amenaza difusa de tres meses de prisión (que nadie cumplirá), no puede menos Sevach de señalar que el delito de profanación de tumbas tiene algo de universal, de inconsciente colectivo (según Jung), que merece reproche en todos los Ordenamientos Jurídicos del mundo.

2. Una cosa es que en Méjico se celebre el día de Difuntos con aires de carnaval, y que Michael Jackson se permita un videoclip de la canción mas vendida de la historia en un cementerio y con zombies, y otra cosa muy distinta es que un grupo de canallas y depravados, enarbolando la bandera de la lucha contra la tauromaquia, se adentren a destrozar tumbas. Y lo hacen con nocturnidad (aprovechando la noche) y cobardía (los muertos no se defienden), y seguramente son tan ignorantes que sus carcajadas de hiena se helarán cuando sean imputados penalmente (el art.526 del Código Penal, como Lázaro se levantará para amenazar con prisión de tres a cinco meses o multa a los profanadores). Entonces, esos mequetrefes, metiendo el rabo entre las piernas, descubrirán bajo el sabio consejo de su abogado: primero, que deben negarlo todo (la prueba es difícil, y la profanación tumultuaria es mas rentable penalmente que la profanación individual); segundo, que no se consumó el delito (no pudieron desenterrar al difunto) y por tanto todo quedaría en grado de tentativa o frustración, con los consiguientes réditos o descuentos de pena; tercero, que ha de invocarse el ejercicio legítimo de un derecho o la libertad de expresión, para su justa causa taurina; cuarto, que siempre queda el recurso de buscar un cabeza de turco o primo, a poder ser extranjero o en paradero desconocido a quien «colgar el muerto»; quinto, que podrán escudarse en que dañaron una tumba privada pero nada público (¿ o acaso los difuntos son bienes de dominio publico?); y sexto, en el peor de los casos, siempre existirá una apelación que permitirá reducir la pena. Pero lo que nunca fallará para exculparles, porque además sería una causa objetiva de inimputabilidad, sería invocar su condición de psicópatas.

En definitiva, que si colocamos en un platillo de la balanza los sinsabores de la imputación y en el otro platillo, las ventajas de la publicidad gratuita, esos repugnantes maleantes habrán hecho un buen negocio.

3. Por eso, el Derecho debe reaccionar con energía para que no se repitan estas situaciones. Vivimos en un Estado de Derecho, donde hay libertad de expresión y donde no hay delito de escándalo público ( lo que permitiría incluso sanas prácticas o «performances» para llamar la atención, o el divertido streaking de los años sesenta). Por eso, para combatir realmente de forma eficaz a quienes cobardemente profanan tumbas como este caso (ya que parece que el sistema educativo falla como escopeta de feria en cuanto a civismo se refiere), debería acudirse al ingenioso y expeditivo sistema de la sanción administrativa, tipificando en la Ordenanza de cementerios con graves sanciones simplemente la entrada en el recinto a deshora, y por supuesto reservando la mas cuantiosa para tales destrozos. Tal tipificación de infracciones es posible no sólo por los generosos títulos sancionadores que permite la Ley de Bases de Régimen Local en manos municipales ( bajo la redacción dada por la Ley 57/2003, de 26 de Diciembre), sino por la sencilla tutela de los bienes de dominio público como son los cementerios al amparo de la Ley 33/03, de 3 de Noviembre de Patrimonio de las Administraciones Públicas. Esta sencilla técnica, unida a una preventiva vigilancia videográfica sencilla, o en su defecto a una hábil instrucción administrativa para investigar el beneficiario de tal tropelía (qui prodest) bastaría para imponer una ejemplar sanción administrativa. Y es que los pervertidos, con o sin patología, se divierten tras visitar al Juez de Instrucción cuando salen por la puerta trasera (con o sin fianza) en libertad, pero entienden y temen la multa que les afecta al bolsillo.

4. En fin, lo cierto es que tras la algarada mediática, en caso de capturar a estos canallas, tras el susto de la instrucción penal, la historia se repetirá y posiblemente con impunidad insultante. Y ya que no sería civilizado que, al mejor estilo de los cortos de Alfred Hitchcock, se enterrase vivo al culpable con el difunto, siempre nos queda la confianza en que esos bastardos que profanaron la tumba del torero hayan contraído algún virus en el cementerio, al estilo de la venganza del rey egipcio Tutankamon. Pero por desgracia, incluso si así fuere, Sevach sospecha que los «burladores burlados» serían capaces de formular demandas de responsabilidad ante los Juzgados para exigir indemnización al Ayuntamiento de Salamanca por no tenerlo en condiciones higiénicas. Como dijo Victor Frankenstein, y ahora diría Sevach en relación al Ordenamiento Jurídico: ¡Hemos creado un monstruo!.

P.D. Sevach tiene amigos que luchan contra la «fiesta nacional» del toreo, y se sienten avergonzados de que las ovejas negras del movimiento puedan tener tal comportamiento. Así le han dado un pésimo argumento y flaco favor a una causa noble por sus fines.

0 comments on “La tumba profanada del torero Julio Robles: una repugnante tropelía que merece enérgico castigo

  1. Coincido con usted.

    El fin jamás debe justificar los medios (cosa que siempre se ha intentado vender).

    Es cierto que es repugnante la fiesta de los toros, y más propia de un país tercermundista (como, por cierto, muchas otras fiestas de nuestro territorio: tirar cabras desde un campanario, el toro embolao, etc.), pero lo que hacen estos que quieren acabar con ella es rebajarse a su nivel.

    Otra cosa es que hubiesen sido los mismos toros los que hubiesen intentado profanar la tumba, en un ajuste de cuentas, para torturar el alma del difunto (si se me permite la broma).

  2. Así son los animalistas radicales: la vida de un animal vale más que la de muchos seres humanos, y ya no digamos que la memoria de los seres humanos fallecidos. Es curioso que en esta sociedad nuestra, se haga más ruido para defender los derechos de los animales, que los derechos de los concebidos no nacidos, y la de los moribundos o enfermos. Es curioso que lo que se lleva ahora en nuestra sociedad es defender el derecho a la vida de los animales, mientras que se hacen auténticas piruetas para crear un inexistente derecho a la muerte. España, la sociedad más envejecida de la tierra ve como sus gobernantes se deshacen en intentos por facilitarnos el pase al otro barrio, vía abortos, eutanasias, suicidios asistidos, mientras que no se habla ni una palabra del fomento de la natalidad, de la mejora de los cuidados paliativos, de la defensa de la vida. La defensa de la vida de los políticamente correctos, o sea, de los políticamente progres, es la de los animales.

  3. German

    No veo el despropósito del grupo antitaurino. No es incompatible defender a las personas con defender a los animales. Y además el acto llevado a cabo con la tumba de Julio Robles es simbólico y pretende lanzar un mensaje. Tan legítimo como los actos que derrumban las estatuas de Sadam Hussein o que profanaron el cadáver de Mussolini. Cuando el mensaje de las atrocidades con los toros no llega a la población, bienvenido sea un acto con tono vandálico pero efectivo. Al fin y al cabo, no se hiere ni mata a nadie. Además creo que J.F. cuando habla de abortos y eutanasias «confunde al culo con las témporas». Nosotros pretendemos poner fin a los festejos taurinos. Ya es hora. Y nuestros medios serán estruendosos pero pacíficos.

  4. Considero que lo «éticamente correcto» es defender el derecho a vivir y a morir dignamente tanto de los animales como de las personas.

    La defensa pacífica de estos valores engrandece al ser humano y debe estar por encima de falsas etiquetas políticas..

  5. Que no Marty, que no nos inventemos derechos inexistentes. No existe derecho a morir, porque la muerte no es un derecho, es una realidad que indefectiblemente nos alcanza a todos. De lo que se trata es de que algunos quieren legalizar la eutanasia activa para moribundos, y lo que es peor, el suicidio asistido, también llamado homocidio suicidio para enfermos. Eso no es ayudar a morir dignamente. Ayudar a morir dignamente es mejorar los cuidados paliativos. Ayudar amorir dignamente es que no exista enseñamiento terpéutico, no forzar los tratamientos cuando las cosas son irreversibles. Eso sí es ayudar al enfermo. La eutanasia activa y el homocidio suicdio es dar muerte al enfermo de manera activa.

    El énfasis: en la muerte. En esto, como en el aborto. No se habla de ayudar a las mujeres encintas en dificultades para que puedan tener sus hijos. Se habla de cómo facilitar que esas mujeres se deshagan de sus hijos.

    Y es que al gobierno zapateril se le puede cantar el himno d ela legión, porque parecen verdaderos novios de la muerte. Sus iniciativas estrella se centran única y exclusivamente en eso: la promoción del billete para el otro barrio, por decirlo suavemente…

  6. Señor JotaF:

    Más claro, el agua (Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos)

    Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

    Y haga caso de la máxima que dice: «No juzgues hasta que no lleves 10 días en los pies del otro».

    Ayudar a morir dignamente es respetar la renuncia al «derecho» a la vida que todo enfermo tiene, y que decida lo que le venga en gana. Además, el que no quiera, no tiene por qué hacerlo.

    Lo que pasa es que la Iglesia no sacaría su tajada…

  7. Asociación Nacional de Mayorales
    NIF: G10286581

    NOTA DE PRENSA

    Teniendo conocimiento de los hechos de vandalismo ante la tumba del Torero Julio Robles el pasado día 5 de Septiembre.

    La Asociación Nacional de Mayorales esta organizando una concentración en defensa de la fiesta de los toros y en homenaje al maestro Robles
    Se celebrara el próximo día 21 posiblemente en ahigal de los aceiteros Salamanca donde se encuentra enterrado Robles o en la puerta de la plaza de toros de Salamanca donde existe una estatua de Robles

    Ya informaremos de los actos esperando que tanto medios de comunicación profesionales y aficionados se den cita ese día en favor de la fiesta de los toros y homenaje al Maestro Julio Robles.

    Si algún aficionado y medio de comunicación, Peña Taurina Club Taurino, Torero, Ganadero etc. quiere sumarse a la organización de dicho evento rogamos se ponga en contacto con esta Asociación a través del los teléfonos disponibles 927 110262 – 663796119 o a través de la pagina Web http://www.mayorales.com

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