De la Universidad

Las protestas universitarias ante el Plan Bolonia: mas ruido que nueces

bolonia

Muy sorprendente es el cacao armado ante la reforma de los estudios derivada del llamado Plan Bolonia. Es admisible tanto la posición de defensa como la expuesta por Juan Vázquez, exRector y expresidente de la CRUE, en el Diario La Nueva España de ayer, con el estilo didáctico y elegante que le caracteriza, como la posición crítica vertida por Francisco Sosa Wagner, Catedrático de Derecho Administrativo, en el Diario El Mundo y focalizada en los estudios de Derecho, con el estilo agudo y brillante que le es propio.

1. Ahora bien, frente a este legítimo debate de ideas, lo que sorprende a Sevach es la actitud de una muchachada formada por alumnos matriculados ( si son o no estudiantes en sentido literal es otra cosa) los cuales desde las Universidades de mayor dimensión han promovido algaradas de oposición a la reforma que evidencian:

– Un deseo de identificarse con el Mayo francés de los años 60, pasando por los estudiantes de Tianamenn que sufrieron la represión del gobierno chino en 1989.

– Una actitud a caballo entre guerrilla de Sierra Madre y un comando Ultrasur.

– Unos fundamentos enganchados en mantras que funcionan seductoramente entre visionarios y resentidos de todo pelaje: ¡ Contra la privatización! ¡ Contra el mercado!.

– Una organización desorganizada como ejemplo práctico de la Teoría del Caos.

2. Si bien Sevach es partidario de escuchar las voces de los alumnos y de cualquier miembro de la comunidad universitaria ( sin libertad de expresión y crítica, no hay espacio para la verdad), cuando oye esa lapidaria muletilla «contra la privatización» no puede menos de sentir lástima piadosa. Y la soflama de uno de sus líderes no tiene desperdicio: «»Entendemos que el Plan Bolonia no es una reforma de la educación a nivel europeo a secas, sino que se enmarca dentro de un plan estratégico para conseguir una Europa neoliberal que ataca al Estado del bienestar«. Toma ya. Espero que el pequeño Viriato haya tomado aire para respirar. Parodiando a Groucho Marx, un líder de este movimiento contra Bolonia podría afirmar: » Desde que conocí el Plan Bolonia, no he parado de quejarme; algún día espero leerlo«. Y es que bien estaría una lectura reposada y constructiva de la Declaración de Bolonia y de lo que significa el Espacio Europeo de Educación Superior.

– ¿ De qué privatización hablan?. Ni la declaración de Bolonia ni la normativa de la Unión Europea hablan para nada de titularidades pública o privada de la educación universitaria.

– ¿ Cómo pueden alzarse en defensores de «lo público», varios centenares de estudiantes en una Universidad española de varios cientos de miles de alumnos, y cuestionar por cauces hostiles medidas avaladas jurídicamente por la Unión Europea y por todas las instituciones democráticas españolas, universitarias y no universitarias?.

– ¿ Es «privatizar» el intento de romper las fronteras de los paises de Europa para que los titulados universitarios puedan formarse, hallar trabajo y reconocimiento en cualquiera de los restantes países sin que le pongan pegas por haberse formado en un sistema localista? No hay medida mas pública que homogeneizar títulos, enseñanzas y salidas profesionales para evitar que un Licenciado en Derecho en Grecia o un Master de Budapest por una Universidad privada que venda los títulos, hinchen el pecho con el mismo orgullo que un Licenciado por Berlín o Edimburgo por una Universidad con control público de calidad. Y es que, muchas «medallas» de idéntica denominación pero conseguidas por distintas vías y distinto mérito contribuyen a devaluar tanto la «medalla» o título como a quien lo exhibe.

-¿ Acaso conciben como una amenaza que el mercado imponga sus reglas en cuanto a precios públicos, enseñanzas que se ofertan o procedencia del profesorado? Pues que los «jóvenes airados» estén tranquilos que la capacidad de reforma estructural universitaria se agotó en la Ley de Reforma Universitaria de 1983 y en la Ley 6/2001 (LORU) con los retoques de la Ley 4/2007 (LOU). Los precios públicos académicos seguirán siendo eso: precios fijados por cada Comunidad Autónoma ( o por el Consejo de Ministros en caso de la UNED). Las enseñanzas seguirán reflejando el sistema de gobierno universitario, asentado en Escuelas, grupos de presión, mandarinatos departamentales y decanales, con lo que los planes de estudios serán una foto retocada de lo que hay. Y los profesores seguirán con el modelo funcionarial, que garantiza molicie y apoltronamiento en la minoría académica que no tiene interés en la docencia y la investigación.

3. Nada de eso sucederá, aunque si fuere así, posiblemente algo cambiaría para bien.

Si los precios de matrícula fueren mas realistas los alumnos universitarios no seguirían pagando tan solo un 20% del coste real de la enseñanza ( lo que les privilegia respecto de otros usuarios de servicios públicos no universitarios); es sabido que lo que es gratis ( o casi gratis) no motiva ( así se explica el generoso número de asignaturas de que se matricula gran número de alumnos y el elevadísimo nivel de absentismo así como de suspensos).

Si las enseñanzas se orientasen mas hacia fines de utilidad pública o social, o incluso económica, se evitaría su mantenimiento por cómoda inercia de bolsas de profesores que intentan mantener su feudo intacto, se evitarían enseñanzas costosas en que un nutrido grupo de profesores tienen por reto formar a un ínfimo grupo de alumnos, para facilitar la propia egolatría del docente o el tránsito del alumno hacia un desempleo con título.

Y finalmente, si los profesores que llevan el peso del gobierno académico (Catedráticos y Titulares) fueren sometidos a criterios competitivos de mercado ( contratación en régimen laboral, sin la perpetuidad funcionarial, penalización de la falta de rendimiento, reorientación de quienes viven «de» la Universidad para que vivan «para» la Universidad, etc) posiblemente se evitarían actitudes acomodaticias y afloraría el fecundo estilo de las Universidades sajonas ( profesores que captan recursos externos así como contratos para la Universidad como condición de mantenimiento de su estatus y profesores que en vez de «publicar o morir» hacen su divisa de «enseñar o irse»).

4. Sin embargo, nada de eso se verá afectado por Bolonia. Y si algo va a cambiar para que nada cambie, pues España correrá el riesgo de seguir figurando en el pelotón de la cola del ranking de las Universidades del mundo.
Ahora eso sí, el tejer y destejer de planes de estudio, el cortar y barajar asignaturas, los experimentos de clases a grupos pequeños (donde el profesor impartirá lo que le da la gana a alumnos sin interés, bajo el tácito acuerdo de no perjudicarse en su respectivo estatus), y sobre todo, la década que nos espera en España de modificar leyes universitarias, Estatutos Universitarios, permitirá tener entretenida a toda la comunidad universitaria.

Por eso, a Sevach le resulta tan llamativo el silencio de la mayor parte de los profesores universitarios que asisten como espectadores al Plan Bolonia como el griterío de una minoría ruidosa de alumnos quejosos por una privatización invisible.

0 comments on “Las protestas universitarias ante el Plan Bolonia: mas ruido que nueces

  1. Muy estimado Sevach:

    Me llama la atención que abraces, generalizando, la tan extendida idea de que los profesores universitarios (funcionarios; ¿y el resto?) sean poco más que unos acomodados seres que sólo miran su ombligo. Como tal, estaría encantado de que la gestión de la Universidad se dejase en manos de ¿políticos de turno?. Somos muchos los que compartimos los valores positivos del proceso de Bolonia e intentamos rectificar sus debilidades, y trabajamos en la enseñanza y el aprendizaje medainte métodos que posibiliten una formación de los estudiantes que sea garantía de futuro de nuestra sociedad. Por supuesto que adquirir recursos para la unievrsidad es un objetivo prioritario, pero resulta difícil en el entramado económico basado, no en la investigación sino en la especulación, y no en la formación continua sino en la inercia; es decir, para captar recursos tiene que haber, al otro lado, conciencia de la utilidad de la universidad, la investigación y la innovación. Qué difícil resulta convencer a las instituciones públicas y privadas de invertir, no en inmuebles, sino en ideas y patentes porque el resultado no puede garantizarse con hipotecas (el conocimiento y la aplicación tecnológica por descubrir tal vez no sea posible) y la inversión es a fondo perdido. Felicidades por tu blog y por compartir tus ideas, en todo caso muy enriquecedoras.

  2. Sevach

    Gracias Mikel, por tus palabras y tu comentario. Añadiré que coincido contigo en que el gran reto de la Universidad española es conseguir transmitir a la empresa y a la sociedad su utilidad. No en vano son la mayor fuerza investigadora del país y su actividad académica actual tendrá efecto en la formación de la generación futura.

    Ah, no afirmo el tópico de que los profesores universitarios sean unos parásitos o similar. Jamás. Me precio de conocer profesores universitarios que entregan el cuerpo, el alma, la salud y la familia a su actividad académica e investigadora. Lo que sí testimonio es que la Universidad por su especial estructura participativa y de gobierno, y una tradición mal entendida, propicia que una minoría se deje llevar por la corriente de la pasividad y apatía y se beneficia del prestigio sembrado por otros colegas. En otras ocasiones me he referido a la Universidad con la imagen de una colmena, con su abeja reina (Rector) abejas laboriosas (la mayoría), algunos zánganos ( cortejan a la reina, como es sabido) y alguna que otra avispa, pero lo cierto es que la colmena sigue produciendo miel y hay que mantenerla. Saludos.

  3. Al menos la Universidad Autónoma de Barcelona ha sancionado con la expulsión a seis alumnos que, so pretexto de combatir Bolonia, irrumpieron en el despacho del Rector y retuvieron al personal, con griterío y amenazas. Hay que aplaudir a las autoridades que valientemente responden a los vándalos disfrazados de universitarios.

  4. Personalmente, opino que toda concesión a la empresa privada es un paso atrás en lo que se llama «estado social». El mercado no corrige debilidades; las crea.

    Para ello, el Estado interviene y destina recursos a redistribuir y reequilibrar. En estos tiempos, el peso del Estado está mermando (principalmente, por una osmosis con la cultura yankie), y se está dejando en manos privadas lo de «redistribuir y reequilibrar».

    La educación, siempre, 100% pública. No se puede negociar con el conocimiento.

  5. unoqueleíaporcasualidad

    «Si las enseñanzas se orientasen mas hacia fines de utilidad pública o social, o incluso económica, se evitaría su mantenimiento por cómoda inercia de bolsas de profesores que intentan mantener su feudo intacto, se evitarían enseñanzas costosas en que un nutrido grupo de profesores tienen por reto formar a un ínfimo grupo de alumnos, para facilitar la propia egolatría del docente o el tránsito del alumno hacia un desempleo con título.»

    ¿y quién decidiría sobre qué es útil? ¿es la única responsabilidad de la universidad el «colocar» a los esturdiantes en puestos de trabajo? ¿o formar personas con verdadera actitud crítica? ¿acaso temen que la gente piense por su propia cuenta? Se os ve el plumero agitar al viento…

  6. Universitario-matematico

    Siento contrariarles, pero me opongo a Bolonia.
    Es cierto que no conozco al pie de la leta lo que Boloña puede aportar, pero si hay muchos aspectos de tal reforma que me «chirrian».

    Lo que no se puede pretender en una carrera de alta dificultad como puede ser ciencias matemáticas, es que haya continuamente examenes porque dificultaria poder llevar al día todas las asignaturas y estaríamos totalmente extresados.

    Tampoco podemos prescindir de las horas de clase que nos quitaría Bolonia. No es que muchos profesores ayuden a la íntegra comprensión de las asignaturas, pero reducir las horas teóricas sería un suicidio. ¿Han intentado estudiarse «Analisis de Variable Real», «Topologia Algebraica», etc por su cuenta?. Tan solo oir el nombre asusta.

    Por último no podemos olvidar que todas las familias tiene un alto nivel económico. Siento no ser de Madrid norte, pertenezco a un humilde pueblo obrero situado en la zona sur de Madrid. Mis padres se dedican al sector alimentación y gracias a que mi padre se levanta a las 5:00 de la mañana y a su jornada laborar de 11 horas, mi hermaa y yo podemos acceder a estudios universitarios.

    ¿Qué pretenden con el aumento de precio de los creditos? ¡Que en mi casa no hay caprichos ni vicios! por no ir, llevamos sin vacaciones veraniegas desde hace muchos años

    Un poco de paz y no nos axfisien mas

  7. No sé si es responsabilidad de la Universidad «colocar a los estudiantes en puestos de trabajo» pero si es responsabilidad de todos tener en cuenta aquéllo de: «Primero vivir, después filosofar» ( o sea, primero cubrir las necesidades básicas y luego a soñar) y además tener en cuenta que la Universidad la pagamos todos y no está al servicio del capricho intelectual de cada uno. O sea, bien está que Europa unifique y que si es necesario, algunas titulaciones ruinosas pasen a la historia.

  8. Enrique

    Muy apreciado Sevach:
    Te adjunto publicado en Cartas al Director de El Pais, con una opinión «foranea».
    Salu2 😉

    EL PAIS-Clasificación de universidades

    WILLIAM COLE – Sitges, Barcelona – 02/12/2008

    Leí con gran interés el artículo de Joan Subirats, con su propuesta de establecer un ranking de universidades (¿Clasificar universidades?, EL PAÍS, edición de Cataluña, 27 de noviembre). No hace falta: las universidades públicas españolas ya están clasificadas, y la clasificación corresponde más o menos a cuarta división regional.

    Soy de Estados Unidos. Me licencié en Columbia University y me doctoré en Harvard University. He pasado temporadas como profesor del Departamento de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra y del Departamento de Filología Inglesa de la Autònoma. En ambos sitios estaba asombrado por el nivel bajísimo -tanto en investigación como en docencia- de la gran mayoría de profesores (incluso titulares y catedráticos). La razón era obvia: aquí en España, los profesores ganan sus plazas con conexiones y no con méritos. Y todo el mundo lo sabe.

    No veo nada malo en las sugerencias del profesor Subirats. Pero ya se han propuesto una infinidad de soluciones al problema de la mediocridad de la Universidad española y hasta que se elimine la enchufocracia, todas esas soluciones serán inútiles.

    Que los estudiantes lo tengan en cuenta para su próxima manifestación.

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