Procesal

En busca del móvil perdido o la cruzada de un abogado para conservar la fe en el Derecho

indiana

En puertas de las vacaciones de Semana Santa nada mejor que saborear plácidamente la lectura de un suceso con ingredientes atractivos para los amantes del Derecho penal: un abogado que deja su móvil en la cafetería donde desayuna todos los días, la búsqueda infructuosa del mismo, el inicio de diligencias penales para activar a las empresas de telefonía y detectar el móvil así como al ratero, la persistencia del abogado propia de un bull-dog con conocimientos de CSI (investigación, solicitudes, recursos, transacciones, contactos policiales…) y una actividad intelectual digna de Hércules Poirot con huellas de Colombo que da por resultado la recuperación del móvil a los ocho meses y medio.

1. El interés de la anécdota para Sevach radica no sólo en que tuvo el privilegio de conocerla de boca de su protagonista (en torno a una buena mesa madrileña), sino que refleja la victoria del Derecho y la fe en la Justicia. Quizás Ihering cuando hablaba de la lucha por el derecho no estaba pensando en el via crucis judicial para recuperar un móvil, pero seguramente pocos sucesos tan simples ilustran la complejidad de la maquinaria judicial que hemos creado hoy día.

2. Y como no hay nada mejor que escuchar la historia en palabras del abogado (sembrado de ironía y verbo espléndido), digna de inspirar un episodio de la serie televisiva Ally Macbeal, aquí la encontraréis, divertida a raudales, contada con precisión de relojero y avalada por los documentos procesales originales escaneados. Disfrutadla, porque a diferencia de la muletilla del mentalista Anthony Blake, “todo, todo lo que ustedes leerán es pura realidad y no imaginación”.

Un aplauso para Ricardo Cabaleiro. Un ejemplo admirable.

0 comments on “En busca del móvil perdido o la cruzada de un abogado para conservar la fe en el Derecho

  1. Si por un móvil, ese abogado derrochó tanto tiempo, dinero y energías, me temo que debía tener pocos clientes en su despacho. Aunque hay que reconocer que si pone el mismo énfasis en un pleito que le encarguen, yo lo contrataría a ciegas.

  2. policía local

    Es interesante lo que le pasó a este abogado y, desde mi punto de vista es «una piedra mas en el muro» (música de fondo Pink Floyd), recuerdo haber leido hace tiempo que un abogado madrileño se dedicaba en su tiempo libre a las pequeñeces diarias que suponían mucho dinero a las empresas y poco a cada ciudadano, tales como el importe del billete del metro, la devolución en las cabinas telefónicas, el cobro por tiempo en los aparcamientos, etc. En si mismas eran menudencias que parecía que no iban a ningún lado pero, a la larga readaptaron sistemas fraudulentos millonarios que se activaban en las empresas dedicadas a los cobros masivos de pequeñas cantidades y que nadie iba a contratar a un abogado para que pleiteara. Era un poco una labor social (¿abogados sin fronteras?), un divertimento o una cabezonería (¿recordais la película de «Don erre que erre?), pero tenía un resultado formativo del estado de derecho, iba ajustando la realidad y advirtiendo a los empresarios de que no iban a quedar impunes si tomaban esa dirección.
    Luego aparecieron las compañías de móviles y todo dió un paso atrás, así como la asistencia telefónica desde paises remotos, al no poder «sisarnos»el suelto, las grandes empresas optaron por agotarnos la paciencia con los telefonos 902 ¡¡¡por favor que alguien haga algo!!!

  3. Interesantísima la entrada, y todo un ejemplo -como dice Policía Local- de lo es un ciudadano «Don Erre que Erre»…lo cual a veces es más que necesario…

    Necesario porque de lo contrario te toman vilmente el pelo….Y pasa muy especialmente con los móviles como dice el contertulio.

    Cuento yo de forma muy resumida lo que me ha pasado con un móvil y con El Corte Inglés….La diferencia es que yo por comodidad o quizá por falta de tiemmpo no he sido todo lo Erre que Erre que se precisa y al final pisotean nuestros derechos como consumidores.

    HECHOS:

    1.-El día 4 de junio de 2008 adquirí en el Centro Comercial de El Corte Inglés de xxxxx un teléfono móvil para mi hijo marca Sony Ericcson, modelo W580i, número de serie XXXXXXX valorado en 213 euros, pagando 89 euros con tarjeta de crédito y el resto en puntos movistar.

    2.-El teléfono se estropeó a las pocas semanas estando en garantía. Lo llevé al centro comercial que a su vez lo trasladó al servicio técnico.

    3.-El servicio técnico no ha sido capaz de reparar el terminal, y han sido dos veces las que el teléfono ha sido llevado al servicio técnico llegando cada vez exactamente con la misma avería con que se envió la primera vez.

    4.-Cuando volvió del servicio técnico por segunda vez el teléfono continuaba con la misma avería del principio, no funciona, y por tanto no se podía utilizar.

    5.-Lo llevé por tercera vez al Centro Comercial el día 25/11/2008 solicitando o la devolución del dinero, o un terminal igual nuevo o uno similar.

    Las personas que me atendieron se negaron a aceptar mi petición pidiéndome que volviera a entregar el teléfono por tercera vez para ser llevado al servicio técnico….argumentando que el fallo no era de ellos sino de Movistar.

    6.-Ante la negativa a que se atendiera mi petición, y tras comprobar que la empresa no respeta su propio lema comercial de «si no queda satisfecho le devolvemos su dinero», opté por poner un reclamación oficial.

    7.-Con sorpresa compruebo la negativa de la empresa a aceptar arbitraje de consumo, lo cual sólo puedo interpretar como verdadera mala fe, puesto que de estar forma obligan al cliente a acudir a los tribunales de justicia para ventilar una reclamación si no está dispuesto a aceptar lo que desde esa empresa se le quiera imponer.

    Tras mi reclamación recibí una llamada telefónica en casa de personal de atención al cliente en la que me pedían de nuevo que entregara el terminal para que lo llevaran al servicio técnico, solución que no estoy dispuesto a aceptar.

    8.-Después he recibido una carta contestando la reclamación fechada el 5/12/2008 en la que insisten en que yo vaya a llevar al terminal al departamento de móviles para que a su vez lo vuelvan a remitir al servicio técnico. Pueden esperar sentados.

    En la carta, por cierto, no costa identificación de quien contesta en nombre de la Compañía ni tampoco una dirección postal a la que poder replicar por mi parte.

    9.-Cuando ya estaba a punto de olvidar este asunto, pues a todas luces resulta antieconómico acudir a la vía judicial civil por este importe, recibo una llamada de los servicios centrales del Centro Comercial en la que de forma muy gentil:

    -me piden disculpas por el trato que me han dispensado,
    -se comprometen a ponerse en contacto conmigo para solventar el asunto.

    10.-Quedo varias semanas esperando la resolución del asunto y como no ésta no llega, opto por ponerme en contacto telefónico con el Servicio de Atención al Cliente de ese centro comercial, y me indican que no les consta ninguna llamada por su parte comprometiéndose a resolver el asunto, y que lo dan por finalizado con la negativa por escrito a acceder a atender mi reclamación…

    …Encima, con esa llamada «fantasma» que me hacen, recochineo.

    CONSECUENCIAS:

    Al tratarse de un asunto de relativa poca importancia, en el que concurren dos empresas, toman la opción descarada de hacer que los clientes tengan que tragar lo que a ellas mismas les venga en gana (en este caso que el móvil vaya al servicio técnico tres veces seguidas sin que se resuelva en ningún momento la avería que presenta).

    Las dos empresas se niegan a aceptar ninguna responsabilidad, y se la echan a la otra como en una partida de ping pong.

    Se niegan a aceptar arbitraje en materia de consumo, y si el cliente quiere llevar a buen término su reclamación entonces lo obligan a ir a los tribunales.

    Yo aún no he ido con este asunto, quizá vaya, pero lo cierto es que se están saliendo con la suya….por todas las molestias que llevo en este asunto, las que aún me quedan…o por tener que conformarme con este abuso.

    Es necesario que existan ciudadanos que ejerzan sus derechos a cualquier precio. Es imprescindible. Las grandes empresas juegan que un enorme porcentaje de consumidores van a considerar antieconómico emprender una reclamación.

  4. Pues yo lamento discrepar, ya que me siento mas cerca del mensaje de fondo de la vieja película «Erre que erre», de Paco Martinez Soria, que de la alternativa que aquí tanto se pondera.

    A mi juicio, dejando a un lado la injusticia y la necesidad de reparación, que no discuto, al no existir proporción entre la acción y la reacción la falta de medida -lo desmedido y desproporcionado- solo podría justificar un esfuerzo tan tenaz de ser la cuestión en debate algo de enorme importancia desde el punto de vista personal. Si es vital o de sumo interés por alguna razón, entonces se podrá hacer de ello cuestión de vida o muerte, pero sino… sería un contrasentido.

    En fin, para mí, sin perjuicio de apreciar también a menudo el peso que gravita detrás de la maldición gitana de «Pleitos tengas y los ganes», por supuesto pesará siempre, además, aquello de «si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería» (José Mota), pues encuentro, respecto de cualquier actuación de ciudadanos o empresas, o de los poderes públicos, absurda y contraproducente la iniciativa reivindicativa o impugnatoria que no esté soportada en la existencia de pruebas concluyentes, por un lado, y que no se soporte en bases que hagan prever de manera razonablemente ‘posible’ a nuestro alcance el éxito, o esperar un resultado favorable a nuestra pretensión.

    De manera razonablemente posible, y a un precio también razonable, en sintonía con la expresión al uso de pagar o no pagar el tiro.

    Pero, por supuesto, allá cada cual.

    Lo de disfrutar de la anécdota en torno a una buena mesa madrileña lo encuentro bastante más justificado. Eso sí.

  5. policía local

    Hola;
    Yo si creo que se puede atacar a las menudencias, porque, como dije «tacita a tacita» van timando pequeñas cantidades a mucha gente hasta robar ( empleemos la palabra correcta, hay dolo específico) grandes cantidades.
    Como ejemplo, en el siguiente enlace encontrareis gran cantidad de quejas contra telefónica. Si hay algún economista en la sala que, por favor, nos eche las cuentas del cómputo total de lo «descuidado» al consumidor
    (descuidero, ra.
    1. adj. Dicho de un ratero: Que suele hurtar aprovechándose del descuido ajeno. U. t. c. s. Diccionario RAE)

    http://www.denuncia-social.com/tag/telefonica/

  6. NICASO

    Buenas.
    Eso de denunciar el telefono por perdido ante las fuerzas del orden, queda muy bonito y parece que tengas forma de recuperarlo. En mi caso, me fui a la comiseria de policia, me antendieron perfectamente pero cuando les comente la denuncia que ponia. El Policia me comento que no estaban ellos para tramitar denuncias de telefonos que tenian cosas mas importantes que hacer. Finalmente tomo nota de todos los datos, numero de emei y datos personales. Pero conforme estaba escribiendo el policia su superior le estaba diciendo que lo guardara ya en archivado.
    Que perdida de tiempo.

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