El pasado martes, se presentó en el Club Prensa asturiana de Oviedo, el último libro de José Ramón Chaves García, » El control de las oposiciones y concursos en la jurisprudencia», ya mencionado en anteriores post, interviniendo Federico López de la Riva, Secretario General del Ayuntamiento Pleno de Madrid y magistrado excedente, así como Antonio Arias Rodríguez, miembro de la Sindicatura de Cuentas de Asturias, y finalmente el propio autor. El acto duró una hora y se caracterizó por la elevada concurrencia, la amenidad y la participación. Pues bien, la crónica periodística del evento es la mayor prueba del lema de las Facultades de Periodismo («no dejes que la verdad te estropee un buen titular») y de la ligereza con que se abordan los temas. Así pues sugiero que leáis la crónica aquí tal y como la ha ofrecido el diario local, y luego reparéis en las siguientes observaciones de Sevach.
1º El título del libro presentado es «Control de Concursos y Oposiciones en la Jurisprudencia» y el título según se abre la crónica es » Control de Recursos y Oposiciones» (¡toma ya!).
2º Si se lee la crónica no es posible saber si el tal «Chaves García» es jurista o vendedor de palomitas, que permita evaluar la profesión del autor y desde la que publica el libro. Claro que quizás, al igual que las noticias periodísticas no precisan que Brad Pitt es actor tampoco las que se refieren a Chaves requieren mayor precisión sobre su profesión de magistrado de lo contencioso-administrativo. De hecho, la primera impresión del común de los mortales al leer el titular » Chaves: las oposiciones tienen interferencias de políticos del tribunal», le lleva a pensar que el autor de tan «original» afirmación es el Vicepresidente Manuel Chaves o el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
3º El «discreto» titular del artículo es » Chaves: las oposiciones tienen interferencias de políticos y del tribunal«. No se sabe qué malvados políticos enredan ni si son los Tribunales judiciales o los calificadores de la oposición (sólo faltaron las interferencias parlamentarias). Lo que se dijo realmente es que en los procedimientos selectivos no faltan «interferencias» de factores tales como:
a) El criterio político al fijar los términos de la convocatoria, si se selecciona por concurso u oposición, cuantas plazas y cuando será el examen.
b) El criterio del Tribunal calificador que al estar formado por seres humanos, con sus fortalezas y debilidades, filias y fobias, mayor o menor formación, incide en el resultado.
c) El azar que siempre está presente, bien por las razones personales del aspirante (estado anímico, biorritmos, crisis personales, etc.) o por razones objetivas del examen (ej.sorteo del tema,etc.).
4º La fotografía ilustrativa, con pie de foto mencionando a Ramón Chaves, sitúa en cambio en primer plano a Federico López de la Riva hablando, para desorientar al personal sobre quién es quién.
5º Finalmente en el texto se alude a que los jueces tienen «mayor sensibilidad al paralizar las oposiciones» afirmación que parece evocar unos jueces con toga y pistola de gas paralizante que por capricho se dedican a parar procedimientos selectivos por doquier.
Pues bien, debe matizarse lo publicado, en el sentido que fue expuesto oralmente de que «los jueces en casos de ostensible aberración o manifiesta ilegalidad se muestran mas sensibles a decretar la suspensión del procedimiento cuando un aspirante formula la impugnación y solicita la medida cautelar».
6º Tampoco la noticia se explaya en reflejar la afluencia al acto, si fue un ejemplo de overbooking o un desierto, ni menciona que asistió el Vicedecano del Colegio de Abogados, Técnicos Superiores de la Administración, opositores, Secretarios de Ayuntamiento, letrados de la Seguridad Social, dos exConsejeros autonómicos, varios magistrados… y especialmente un Catedrático de filología italiana de la Universidad de Salamanca que, tal y como se dijo, fue el recurrente que consiguió el primer pronunciamiento del Tribunal Constitucional (STC 215/1991) sobre la «discrecionalidad técnica» afirmando aquello de que el control ha de moverse en los aledaños de la decisión pero sin sustituir el criterio del tribunal especializado y dando lugar a valientes artículos doctrinales.
En definitiva, que de lo vivo a lo pintado hay un trecho. ¡¡ Menos mal que se grabó lo allí dicho !!. Me pregunto :¿ en una oposición a periodista de plantilla municipal, si el ejercicio práctico consistiese en elaborar la noticia del evento en cuestión, qué calificación habría obtenido el aspirante?. Justo es agradecer al diario La Nueva España su generosidad como anfitrión pero también es de justicia continuar con una crónica ajustada a la realidad.
Tal y como resumieron las intervenciones los amanuenses periodísticos, a Sevach le recuerda aquél chascarrillo de Woody Allen, cuando le comenta a un amigo: » He realizado un curso de lectura rápida que me ha permitido leer Guerra y Paz en quince minutos». Y le dice su amigo:¿ Cúal es el argumento?. Le contesta: » Rusia».
Desconocía la existencia de un libro como este.Creo que voy a disfrutar de lo lindo. Magnífico!
Un claro ejemplo de que la prensa refleja la realidad con mucha relatividad.
A veces, ni aún leyendo varios periódicos es posible conocer la exacta realidad.
Sevach me alegran mucho estas últimas reflexiones, pues ese sentimiento de lejanía con la realidad que te ha dado la noticia vista en la prensa, es una percepción continua y diaria que experimentan muchos políticos (los hay que no leen la prensa, estos viven en otro planeta).
Cuando se hacen declaraciones a la prensa, «incluso a la prensa más afín», y luego leen, siempre se tiene la sensación que no era ese el mensaje, que no era ese el sentido.
Cuando se deja de ser un político novato, aprendes que a la prensa SIEMPRE, todo por escrito.
De todas formas no creo que todo sea tendencioso, los niveles academicos y profesionales de algunos supuestos profesionales(mucho aficionado de aluvion) deja mucho que desear no ya por lo que dicen si no por como lo dicen, que resulta ininteligible.
Tengo bastante relación con la prensa y he aprendido a enviarselo todo «mascado»; me di cuenta de ello hace mucho tiempo, a partir de una intervención por la tele de Adolfo Suarez tras un atentado de ETA. Su gabinete de prensa le había dicho que tendría que mirar fijamente a la cámara y ser muy claro y contundente. No recuerdo exactamente las palabras, lo que si recuerdo es que decía una frase; por ejemplo:»de perseguir a estos asesinos…..TODO, de pactar con ellos……NADA, de aplicarles todo el peso de la Ley…..TODO. Mucho mas tarde observé como Aznar empleaba un tonillo de maestro de educación especial cuando quería comunicarnos algo, en clara imitación a Suarez; y, aunque muy ofendido por sentirme tratado como un imbecil, no tuve mas que reflexionar y darme cuenta de que los gabinetes de prensa de los partidos no son tontos, estudian las entendederas del grueso de su público y se adaptan a ellas. el problema de la prensa es la especialización; ¿puede la Nueva España tener un periodista entendido en Medicina, otro en Derecho y un tercero en tecnología punta? Me figuro que no y tendrán que mandar a una presentación de un libro que trata de cuestiones legales a un periodista que irá corriendo al evento tras entrevistar a un físico nuclear que opta al Principe de Asturias o, peor aún, a un futbolista sobre si el gol fué,técnicamente, fuera de juego
No hay mal que por bien no venga, seguro que ese titular sensacionalista ha causado mucho alivio en más de un opositor suspenso…
“Ves mama, como yo tenía razón… si hasta un magistrado me da la razón”
Como siempre, un placer escucharle.
Mi trabajo es muy próximo a la política.
Muchos temas políticos -que yo conozco de primera mano- se reflejan en la prensa un día sí, y otro también.
Desde hace años rara vez leo en los periódicos nada que tenga que ver con la actividad política que conozco profesionalmente…¿Motivo? Pues sólo uno; casi nunca cuentan las cosas como son.
Unas veces es porque desconocen la materia, y de esa forma difícilmente pueden escribir una noticia exponiéndola.
Otras veces es porque escriben de oídas, sin preocuparse ni lo más mínimo en acceder a las fuentes de la noticia.
Y otras no pocas veces -me da la impresión- porque consideran que el público es tonto o tan inculto que tienen que hablarle como si fuese niños de menos de cinco años.
No son pocas las anécdotas de noticias mal redactadas, mal tituladas, en las que el lector saca una impresión absolutamente diferente de la que debería haber sacado.
Recuerdo haber leído en un periódico hablando de un programa comunitario llamado «Leader II», «programa Leather»…O el haber confundido el concepto «imputado» por el de «condenado».
Es verdad que hay también excelentes profesionales de los medios de comunicación, que informan muy adecuadamente.
Y también que en muchos medios de comunicación las condiciones de los profesionales son muy precarias; bajísimos sueldos, contratos basura, escased de medios, ausencia de dirección…
Y también que hay quien hace llegar muy mal la información a la prensa, muestra de que les preocupa muy poco lo que la opinión pública opine.
Lo importante de todo este asunto al final es que los estudiosos del derecho y los juristas contamos desde ya con una nueva e interesantísima obra sobre un tema no menos importante.
El tema de la subjetividad (que suele desembocar en arbitrariedad) de la Administración es un tema que despierta bastante mi interés, sobretodo cuando uno puede ver que tiene claras connotaciones políticas y/o sociales. En mi blog dediqué un artículo a la subjetividad de las oposiciones de informática, en relación con la entrada, pero es que la subjetividad/arbitrariedad afecta a muchos más ambitos de la Administración, como la promoción profesional de los empleados públicos, o la adjudicación de expedientes de contratación. Y es aquí donde uno puede ver diferentes raseros de medir. En esta otra entrada de mi blog comparo el Estatuto Básico del Empleado Público, y su medida de la evaluación del desempeño, con la Ley de Contratos del Sector Público. En el primer caso se diría que está justificandose una valoración subjetiva, mientras que en el segundo, se busca la aplicación de fórmulas matemáticas….El tiempo dirá (cualquiera que haya formado parte de una comisión de valoración de un contrato público, puede certificar mi sensación)
Leída la crónica constato que efectivamente es una chapucilla de las que mosquean a la fuerza. Demuestra poco oficio, y no sólo por las incorrecciones y *desajustes* con la realidad, sino también porque es un texto sin sustancia, absolutamente carente de estilo en el que algunas construcciones gramaticales son cuando menos sospechosas. Está redactada sin ganas y sin querer vender el propio trabajo (¡y eso que lleva firma!). Habiendo estado presente alguna vez en alguna intervención oral del autor de la obra que se presentaba- ya hace tiempo- recuerdo a una persona que acude a las conferencias, ponencias, clases, etc, con una buena preparación de los temas, cuidando el detalle y sabiendo ponderar la parte más pesada o técnica de la exposición con la anécdota pertinente y el dato divertido para mantener la atención del auditorio; y mucho tendrían que haber cambiado las cosas para que a una presentación de José Ramón Chaves García no se le haya podido sacar más jugo.
Desconozco el caso de La Nueva España, pero sí que sé que es habitual en las redacciones que a las presentaciones de libros y conferencias, salvo amistad de alguien, popularidad del autor o conferenciante, o capricho particular del redactor vinculado a sus propios intereses, no envíen precisamente a un primera fila (seguramente ni siquiera pertenecerá a la sección, y que fuese un especialista sería ya ciencia ficción). Por ello creo que siempre es aconsejable desde el punto de vista del interesado en la correcta cobertura del evento acudir con nota escrita (nota de prensa) con todo aquello que interese que no sea tergiversado y empleando los *trucos* habituales que se suelen encontrar en los manuales de marketing, comunicación política, corporativa, etc, para su redacción. En otros comentarios ya se ha hecho mención al sutil (irónicamente) arte de hablar a la prensa, así que lo dejo aquí. Mucha suerte editorial al autor (del libro) a pesar de los pesares.
En este comentario seguro que meto la pata ya que tiene que estar en el libro y yo no lo he sabido encontrar (no me ha dado tiempo a ojearlo todo), pero quisiera un poco mas de información sobre la práctica de muchos tribunales (sobre todo cuando se encuentran a solas) de efectuar subidas lineales a todos los opositores como forma de repesca y así salvaguardar, según ellos, que se cubran las plazas, según yo que se salve…….
Pues creo que el tema se trata en los siguientes epígrafes (aunque te confieso que el libro es una selva y me «suena» que lo trato en algún otro: nums.143,144,216 y 219. Personalmente no tengo ninguna duda de que un acuerdo adoptado por un Tribunal con la finalidad de llevar a cabo una subida «lineal» para que todos o un grupo aprueben un ejercicio (por ejemplo, el de oposición y así que decida el concurso), es un acuerdo ilegal. El problema real radica en cómo se prueba que esa fue la finalidad de la valoración, cuando normalmente todos los miembros del Tribunal tienen complicidad y las Actas no se ponen coloradas al mentir…
Saludos