Rincón del Opositor

Claves curiosas y útiles de las oposiciones mediante exámenes tipo test

Esta semana fue noticia que un analfabeto logró aprobar una plaza convocada a oposición mediante cuestionario tipo test para alguacil de un Ayuntamiento Brasileño. El hombre logró una de las 70 plazas disponibles al marcar aleatoriamente el cuestionario, que incluía preguntas de matemáticas y conocimientos generales.

1. Así, tradicionalmente en España en las oposiciones masivas se incluía un cuestionario tipo test, de respuestas alternativas con una sola correcta, referido a temas generales. Luego se puso de moda incluir exámenes psicotécnicos para eludir personas cuyo perfil psicológico (temperamento, discurso mental, talante, etc) fuere incompatible con el concepto de servidor público. Al final, los exámenes tipo-test se han universalizado (desde la obtención del permiso de conducir a los exámenes de Universidad), así como en buena parte de las oposiciones del mercado.

2. Tales exámenes presentan ventajas.

La gran ventaja teórica es que se produce un alto control de la discrecionalidad de los Tribunales y del amiguismo. O se tiene bien la respuesta o mal. Y si el Tribunal calificador la valora de forma errada, podrán luego en fase de impugnación por los afectados, ser corregidos por los Tribunales contencioso-administrativos, quienes aplicarán la respuesta correcta, con la consiguiente alteración de la calificación inicial.

La gran ventaja práctica radica en que lleva a cabo un filtro objetivo en oposiciones masivas, con la consiguiente economía de esfuerzo del Tribunal (suele  corregirlo mediante el sometimiento de las plantillas y exámenes a un lector óptico que de forma automatizada ofrece los resultados de cada aspirante así como visiones de conjunto con evidencia de las desviaciones).

3. Claro que los inconvenientes no faltan. El primero radica en que los test y cuestionarios, incluso los psicotécnicos se pueden preparar y no por ello reflejan una formación general (de igual modo que hay maestros de crucigramas o sopas de letras y son un desastre organizativo o mental). Quizás el bueno del protagonista de la película «Rain Man» (Raymond Babbitt encarnado por Dustin Hoffman), sería capaz de recordar todos los artículos de todas las leyes y estampar la cruz en la casilla correcta y no por eso sería un funcionario idóneo. Y es que los exámenes por cuestionarios tipo test, no revelan por un lado, la capacidad de argumentación y pensamiento lógico, ni por otro lado, garantizan que el aspirante domine una herramienta tan elemental como la caligrafía, la ortografía o la sintaxis.

El segundo inconveniente radica en que no existe un vínculo puro entre resultado del cuestionario y capacidad a demostrar, ya que el resultado está manipulado por las condiciones fijadas por el Tribunal (ahí si hay discrecionalidad): el tiempo disponible; el peso específico de unas u otras materias que refleja mas la especialización del Tribunal que el contenido del temario; el coeficiente de penalización de respuestas incorrectas; y el umbral de aprobados (el Tribunal suele fijarlo a posteriori, en función del nivel y plazas disponibles, amparándose en cláusulas de estilo de las convocatorias).  En ese punto, hay que recordar la afirmación de la Sentencia de 6 de Abril de 2005 (rec. 127/2004) de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia:

«Es práctica habitual, frecuente y de general aplicación facultar a los tribunales en los procesos de selección para que puedan, con posterioridad a la celebración de los ejercicios, atendiendo a los resultados obtenidos por los aspirantes y calibrando su nivel de conocimientos, establecer la nota de corte. Tal sistema, que se aplica con carácter de generalidad a todos los intervinientes en el sistema selectivo, cumple, además, la importante misión de evitar que se produzcan más aprobados que plazas. Sin ir mas lejos es el sistema utilizado en la corrección del primer ejercicio (tipo test) e las oposiciones para ingreso en la Escuela Judicial (Carrera Judicial y Fiscal)».

Ahora bien, la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de 28 de Junio de 2006 (rec. 7923/200) rechazó que el Tribunal calificador usase

«fórmulas de ponderación de un ejercicio que resulten discriminatorias o perjudiciales al comportar conversiones matemáticas con resultados alejados del orden derivado de la calificación real».

4. De hecho, Sevach formó parte en el pasado de un Tribunal de Oposiciones para auxiliar administrativo, tan masivo en número de aspirantes, que el Tribunal optó por un examen muy duro en el detalle (p. ej. número de diputados del Parlamento europeo cuando España ingresó en la Unión Europea), acompañado de unos criterios muy rígidos (penalización descontando una respuesta correcta por  cada dos mal), de manera que aquéllas sesenta preguntas a responder en una hora, arrojaron el resultado de que la máxima puntuación depurada era de: ¡22 puntos!; se daba la paradoja de que para no dejar desierta la oposición (pues quedaba un segundo ejercicio), hubo que aprobar a los opositores con… ¡10 puntos!… O sea, que si alguien hubiera tenido la picardía de responder y no arriesgarse ni un milímetro mas allá de las que tenía seguras, hubiera aprobado.

5. Lo cierto es que si tales pruebas de cuestionario se establecen como criterio o prueba complementaria y no exclusiva, y si además se elaboran combinando a técnicos de Psicometría con expertos en el temario a examinar, el resultado suele ser bastante fiable, con lo que el aprobado estadístico por puro azar  en una anécdota o una leyenda urbana de opositores, mas que una realidad.

Así y todo, Sevach ofrece algunos trucos prácticos (sin mayor rigor científico que la experiencia personal desde la perspectiva de quien ha elaborado infinidad de cuestionarios para tales fines), para aquéllos osados que despositan su destino en la suerte, como reglas para salir de la encrucijada cuando varias respuestas parecen posibles a los ojos del opositor:

1º  Sáltese el semáforo en ámbar. Si la penalización consiste  en descontar una válida por cada tres mal, es como el semáforo ámbar: podemos saltárnoslo y entre dos respuestas posibles, optar sin miedo aun sin tener la certeza. En cambio, si la penalización es mas fuerte (descontar una válida por cada dos mal, por ejemplo) es como el semáforo rojo: mejor dejarla en blanco si hay la mínima duda.

El tamaño importa. Si entre las varias respuestas ofrecidas, una es desmesuradamente larga, posiblemente sea la correcta.

Mira quien habla…mejor. Si entre las varias respuestas ofrecidas, una ofrece un mayor grado de precisión, riqueza léxica o abunda en mas tecnicismos, habrá que decantarse por ella.

Radical, no gracias. Si una respuesta es tajante y formulada con adverbios generales (nunca, jamás, siempre,  etc), posiblemente sea la respuesta incorrecta, pues para dar por válida tal afirmación el Tribunal requiere seguridad absoluta.

Bienvenido, Míster Concordia. Si una respuesta absorbe a todas las restantes (“Todas las demás”, o “Ninguna es correcta”, etc), posiblemente esa sea la correcta.

Desconfiar de los trabalenguas. Si una respuesta no guarda concordancia gramatical con la expresión de la pregunta,  hay que considerarla incorrecta, sin forzar el lenguaje para armonizarlas.

7º  Huya de los borrones. Las erratas tipográficas u ortográficas en las respuestas no suelen darse en las correctas, que suelen ser releídas con exquisita y reiterada atención por el Tribunal.

8º  Intente igualar los montones. Hay que optar por la respuesta cuyo orden (A, B, C, D) sea la que mas sirve, en una visión de conjunto de todas las respuestas dadas, a mantener el  equilibrio cuantitativo entre las distintas respuestas de los ejercicios que suele imponer el Tribunal.

9º   No se fije  en la oveja negra.  Si hay varias respuestas extremadamente parecidas, entre ellas estará la correcta y debiendo descartarse la “respuesta bastarda”.

10º Las corazonadas  funcionan. Si subsisten las dudas, hay que optar por la que en primera lectura, y de forma intuitiva,  se daba por válida.

6. Para finalizar un ejemplo práctico con nota de humor.  Imaginemos la siguiente pregunta para el examen de las oposiciones a Técnicos del Estado:

Pregunta del cuestionario: ¿Cuál de estas afirmaciones no es correcta?:

A) Ningún analfabeto ocupa cargo político.

B) Los funcionarios tras aprobar la oposición mantienen actualizados sus conocimientos.

C) Los conocimientos demostrados en el test son útiles y realmente aplicados en los destinos de los funcionarios aprobados.

D) Todas las anteriores son incorrectas.

33 comments on “Claves curiosas y útiles de las oposiciones mediante exámenes tipo test

  1. Falta un inconveniente de los test: resulta mas fácil la filtración de algunas preguntas (las suficientes para aprobar) por algún miembro del Tribunal «garganta profunda», y además pueden garantizar esas pocas preguntas el aprobado del aspirante cómplice. Muchos casos, pero difícilesde demostrar.Sólo se evidencian cuando se comprueba la identidad de los aprobados. Por ejemplo, el escándalo de las oposiciones de la Diputación de León:
    http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=45737

    Mas difícil es engañar con un examen oral, sin duda, aunque también tiene inconvenientes.

  2. Almussent

    Estoy de acuerdo con J.A. en el alto riesgo de que se filtren preguntas, que es mayor cuanto más pequeña es la administración. Hoy por hoy la única garantía de objetividad que tienen los aspirantes es el sorteo de los temas del desarrollo y el anonimato de los aspirantes (que, por cierto, se rompe cuando hay que leer el examen).

    • peterlove

      Pues si esto es perjudicial, no digamos nada de las entrevistas personales eliminatorias, donde se ve al candidato. Muchas son a puerta cerrada, por lo que la discrecionalidad y el amiguismo están a la orden del día.

      O de los exámenes a desarrollar, cuando el tribunal es parcial. Total, que al final dependemos de personas imperfectas para encontrar soluciones perfectas.

  3. LetradoConsistorial

    La D, obviamente. Aprobado¡

  4. Policía Local

    Un amigo mío, y colega, me contó hace muchos años que, cuando se estaba preparando para las oposiciones de ingreso en el cuerpo, asistía a las clases que daba un suboficial de la plantilla de cierta localidad asturiana. Él se presentó a la oposición, que luego tumbaron los tribunales, en la que si eran 18 las plazas ofertadas (no me acuerdo exactamente cuantas eran), 17 fueron de la academia de ese suboficial y me jura y perjura que el día anterior hicieron todos los alumnos baterías de test para preparar el exámen del día siguiente y que una de esas baterías era, exactamente, el exámen que cayó al día siguiente. Fué escandaloso si, pero a día de hoy, todavía no se ha articulado ningún mecanismo que evite esa posibilidad de filtración antes de una oposición; solamente si entre los miembros del Tribunal hay alguna persona que no obedezca ciegamente los dictados del representante en el mismo de la administración (que suele ser a la vez el presidente del tribunal, aunque no siempre)se podrán elaborar las preguntas minutos antes de que entren los opositores al exámen, con la merma de calidad de las mismas, pero con la seguridad de que el principio de igualdad no se vulnera.
    Quiero hacer desde aquí un llamamiento para luchar por la transparencia y la justicia de las oposiciones allá donde se lleven a cabo, especialmente las de los Ayuntamientos.

  5. Buenos días, en cuanto a lo de leer el examen, es la única solución posible en oposiciones con temas a desarrollar. Ya me gustaría a mí ver a la gente intentado descifrar la letra de un opositor nervioso que escribe durante 4 horas, con abreviaturas indescifrables, tachones, flechitas…Además, en estos casos se tendría que suspender al 50 % de los presentados por faltas ortográficas. Por lo tanto, leer el examen es la única solución (y muchas veces ni el propio opositor se entiende la letra).

    También se ha planteado la alternativa de exámenes orales. Bien ¿para una oposición a auxiliar administrativo? Fenomenal. Y complicada cosa la de respetar el anonimato en estos casos, salvo que se admitan máscaras venecianas, burkas, comparsas de cabezudos..

    En cuanto a las filtraciones, no hay un remedio absoluto, ya sea en los test, en los prácticos o en las preguntas de desarrollo. Esto va con la dignidad de la persona, que como todo, tiene sus escalones. En todo caso, es costumbre del opositor suspendido invocar todo tipo de corruptelas; la natureza de la frustración..

  6. Almussent

    Ni siquiera elaborando el examen el mismo dia del examen se puede garantizar que no lo va a tener nadie. No se puede impedir que haya miembros del tribunal que ya hayan dicho previamente las preguntas que van a poner. También tengo mis dudas de si se puede impedir a los miembros del tribunal salir del despacho en el cual se estan haciendo las preguntas para hacer una llamada «urgente».

    Hay formas de mejorar la objetividad de la selección:
    Extender el sistema de habilitación estatal (o autonómica, me da igual, y a pesar de que también tiene sus fallos) a todos los funcionarios de los subgrupos A-1 y A-2.
    Las policias locales deberían ser substituidas por policias autononómicas, con un único tribunal de selección y un único centro de formación. A medida que el estado va renunciando a sus competencias en materia de seguridad en favor de las policias locales va perdiendo sentido la existencia de estos cuerpos, que deberían ser substituidos por un cuerpo autonómico.

    • peterlove

      Hay una solución bastante efectiva, y es encargar el examen a un organismo público externo. Por ejemplo, ayuntamientos y Diputaciones/Consells/Cabildos a la Comunidad Autónoma y ésta al Estado.

      Una hora antes del examen se elabora este en el organismo, se mete en sobre cerrado y se envía a la Administración competente.

      No es un mecanismo perfecto, pero sí mucho mejor que el hacerlo la propia administración.

  7. Jordi Lluch

    Como elaborador durante varios años de exámenes tipo test para distintas oposiciones, secundaría todos tus trucos para opositores salvo en los puntos 5º y 8º. Un redactor diligente generalmente intenta que las respuestas «de cierre» despisten más que ayuden, y que en la lista de soluciones no pueda distinguirse un patrón.
    Por otro lado, y en cuanto al examen que nos pones, seguro que algún «broncas» (de los que hay al menos uno en cada oposición) se empeñaría en impugnarlo. Fijate que la opción D), por ser cierta, en buena lógica no podría ser la respuesta a la pregunta «¿cuál es incorrecta?». Y el argumento de que hay que escoger la respuesta «más correcta de todas» porque al menos una tiene que ser correcta no convence a nadie.
    Si algo me quedó claro de mi pasada experiencia es que elaborar un buen test es más difícil de lo que parece… ¡Toda una ciencia!

  8. Buenos días, no puede elaborarse el examen en una hora, es inimaginable. Cuestionarios de tipo test Con 50 o 100 preguntas requieren un trabajo previo inmenso. El Tribunal puede reunirse con 8 o 10 horas de antelación, y aún así, en estos casos, la mayor parte del trabajo ya se ha realizado en casa. Pensad que luego las impugnaciones son legión, y hay que tener todo muy bien atado.

    Por otro lado, que se encargara de las pruebas otra Administración implicaría trasladar el asunto de las filtraciones a otro ámbito, pero la polémica no dejaría de existir.

    Los tribunales cuando se reunen el día del examen no son burbujas: la gente hace sus necesidades, come en un restaurante, saluda a gente conocida, y también recibe llamadas al móvil. No hay que ser ingenuo. Las posibilidades de filtración no pueden eliminarse. Como dije antes, es cuestión de la rectitud de cada persona.

    • sergio

      Cierto tufo de corrupcion en tu manera de hablar.Es decir que usted prefiere que todo siga igual,sabiendo perfectamente que en cientos de Municipios se están colocando a amigos,afiliados,perientes cercanos o conocidos en los ayuntamientos a traves de dudosísimos procesos selectivos,llamados oposiciones por llamarlos de algún modo

  9. Enrique

    Estimado Sevach, se nota que es Vd. un gran conocedor de ese zoo humano que habitan los empleados públicos.

    En particular, me ha encantado esa sutil distinción entre la «ventaja teórica» y la «ventaja práctica». Similar razonamiento es extrapolable a muchos otros aspectos relativos a nuestros Poderes Públicos.

    Un saludo.

  10. Policía Local

    ¿que tal sería la opción de una reforma urgente del Código Penal y un castigo de los gordos y de verdad al jerifalte administrativo pillado en orsay? No olvidemos un detalle que desde mi punto de vista olvida la justicia y es que prefiero que me roben mil veces la cartera, aunque me llamen imbecil, a una vez que me roben un puesto de trabajo en el sector público por no alcanzar el grado de parentesco de algún otro rival. Yo creo que la justicia en general tiene deberes que cumplir, salvo honrosas excepciones, con las víctimas de los delitos el nepotismo y los daños psicológicos entre otros.

  11. alberto

    Oposiciones:
    Lo primero y principal: conocer al tribunal
    Lo segundo e importante: no tener contrincante
    Lo último y secundario: saberse algo el temario

    Pues eso…

  12. rodolfo

    Por lógica si sólo el presidente conoce la batería de preguntas que se van a poner,de entre muchas propuestas por los miembros del tribunal, y en el último momento se hacen los trabajos de imprenta,a poder ser en imprenta desconocida,se recogen y se meten en un furgón de seguridad que se abre con garantías justo antes del examen.Creo que es un sistema bastante seguro y más objetivo que cualquier otro basado en reparto de exámenes a corregir o en diferentes tribunales,donde el criterio de corrección de cada tribunal,incluso del mismo tribunal,dependiendo de hora o día de corrección,varía sustancialmente.Un ordenador puede variar las letras con las opciones a responder en el último momento,de forma que se puede controlar bastante la manipulación.
    Mucho más subjetivo es un examen tipo oral o de lectura,donde el examen puede ser desconocido,pero la corrección depende de muchos factores y donde hay muchos favores que agradecer.Y esto es más viejo que la pana y cualquier opositor lo sabe,existe y existirá.

  13. Antonia

    Veo que la falta de rigor y pensamiento crítico acechan siempre. Me río yo de tus corazonadas y trucos de opositor. En este país de corruptelas, chistes fáciles y miseria moral generalizada, los tests, como todo, han ido sufriendo de una dejadez cada vez mayor con tal de prepararlos rápido y mal, que sean inimpugnables y que la máquina corrija 1000 en 5 minutos. Peeero, te reto a que que vayas a aprobar un tipo test a Matemáticas o Físicas y ya me contarás cómo te va con las corazonadas. Esa parte del artículo, prescindible.

  14. Lo que es más viejo que la pana es que si el opositor aprueba el tribunal hace justicia y reconoce su mérito y si suspende, el tribunal, prevaricador, ha hecho un pucherazo para colocar a los amiguetes. En mi experiencia examinadora debo decir que el rigor y profesionalidad de los tribunales han estado años luz del de la mayor parte de los opositores.

  15. Policía Local

    ¿y si además del examen tipo test hay un psicotécnico y yo soy el psicologo seleccionado y cobro un pastón?¿eliminaré al sobrino del presidente del tribunal y persona que me designó y puede designarme en el futuro?No quiero hablar de «rigor y profesionalidad» de muchos de los tribunales, sobremanera en la administración local.

  16. Enrique

    Está claro que las oposiciones estarán siempre en el punto de mira de la sociedad mientras no se trate de garantizar su limpieza. Yo, personalmente, tiendo a no fiarme por mucho que me juren que el rigor y profesionalidad del tribunal está a años luz de los opositores, tal como manifiesta Func en su comentario.

    Esta es una pregunta para Vd., señor Func:

    Si el sorteo de Navidad consistiera en un acto a puerta cerrada y sin testigos externos en el que la manita inocente del niño de San Ildefonso extrajera la bola manualmente ante la atenta mirada del funcionario interventor…

    ¿Se fiaría Vd. del agraciado con «el gordo»?

    Y si además el ganador es sobrino de un primo del Director de Loterías y Apuestas, que manifiesta que no hay tongo porque tanto el niño como el interventor son unos profesionales de tomo y lomo que están «a años luz» de los ciudadanos poseedores de cada décimo…

    ¿Se seguiría fiando?

    Otro de los comentarios anteriores incluso hablaba de reformar el Código Penal y todo.

    Pues no, señoras y señores, lo que sí que es necesario reformar es el sistema de acceso a la función pública. Y es tan fácil como utópico porque los que tienen el poder no van a cambiar las normas para perderlo, ¿verdad?.

    Es suficiente poner un ejemplo sencillo:

    Imagínense que existe una norma básica a nivel nacional para todos y cada uno de los procesos selectivos de acceso a la función pública.

    Imagínense que dicha norma obliga a que los miembros de los tribunales sean siempre designados por sorteo público entre empleados públicos que cumplan requisitos y se presenten voluntarios.

    Solo con eso, ya se matarían dos pájaros de un tiro. Por un lado se acabaría el chollo de los que eligen a los tribunales de conveniencia, a no ser que amañen también el sorteo, claro; y en segundo lugar se acabaría también con los que viven del cuento haciendo siempre de miembro de tribunal, cobrando por ello y, por supuesto, siempre fieles a la mano que les da de comer.

    Si además imponemos en la misma norma un sistema de calificación y/o baremación de méritos que promueva que haya muchos empates al final del resultado, forzosamente se tendría que recurrir en la mayor parte de los casos de nuevo al sorteo público entre los mejores para resolver los empates.

    Alguien me criticará el posible fomento de la mediocridad de la norma pero…

    ¿No es el principio de igualdad más importante que los de mérito y capacidad?

    Además, ¿no es más mediocre el nepotismo?

    El sistema puede desarrollarse para hacer la norma compatible con gran parte de la legislación ya existente, es bien sencillo y tremendamente efectivo si se llevara a la práctica. Reto a cualquiera de Vdes. a que me demuestre lo contrario en debate abierto. Ahora bien…

    ¿Quién le pone el cascabel al gato?

  17. rodolfo

    Todo dependerá de qué oposiciones estemos hablando,que todo no son los cuerpos A1 del Estado.

    Si tiramos de hemeroteca,a nivel regional y local,pues podemos ver.Sólo os animo a poner en vuestro buscador favorito «oposiciones» y «sospecha» u «oposiciones y transparencia» y miramos lo que sale.Rumores? es posible.Son casualidades de esta España nuestra,como las casualidades en la contratación pública y como en la promoción profesional a niveles medios-altos en muchos lugares de las Administaciones.

    Cuanta menos opción haya a la discrecionalidad mejor y para eso los test me parecen perfectos.En el momento es que se puntuan cursillos que sólo se dan donde trabajas tú,currículos,experiencias previas en el organismo que convoca,etc…para mí no existe la igualdad de oportunidades. El diseño de unas pruebas decanta bastante el resultado y existe mucha picaresca en esto.

    Desde luego también hay filtraciones con los test,aunque con las debidas garantías pueden servir como cualquier otra prueba,dado que se pueden mezclar casos prácticos con teoría y poner la nota de corte a la altura deseada.
    Yo he hecho bastantes exámenes de test y me parecen complicadísimos si se elaboran por profesionales.

  18. Está claro que ha tenido usted una mala experiencia; yo en todo caso dejaba claro que hablaba de la mía personal.

    Algunos comentarios a sus propuestas:

    – Elección por sorteo: ¿Quién asegura que los que se presenten voluntarios vayan a ser transparentes? Y por otro lado, pese a que puede haber nombramientos interesados, el opositor tiene, aunque sea vaga, la esperanza de que la elección del tribunal esté también inspirada por ciertos criterios profesionales. Extender el sorteo sería muy peligroso. Si yo fuera opositor, preferiría un Tribunal con Miliki y Fofó de secretario que otro con determinados elementos de la Administración seleccionados por sorteo.

    – Tribunales como chollo económico: esto habría que explicarlo, porque creo que hay una tendencia suicida a pensar que la gente se enriquece con los tribunales. Hay que dejar claro que la situación del tribunal es muy distinta de la del opositor, obviamente más llevadera la primera, pero eso no quiere decir que sea una labor bien remunerada. Volviendo a mi experiencia personal (que será muy parecida a la de otros), cambiaba todo la riqueza que he acumulado como miembro de tribunal por disponer de todas las mañanas y tardes (incluidos muchos sábados) que he invertido en la tarea evaluadora.

    • cesare cantu

      No coincido con tu planteamiento sobre la elección por sorteo. Creo que debería de ser así y la asistencia del designado, salvo causa legal, obligatoria. No es lógico que en muchas Admons. estén siempre los mismos en los tribunales de selección.
      Coincido, no todo va a ser discrepar, en que la pertenencia a un tribunal de selección no es ningún chollo.
      Encontrar un sistema de selección perfecto lo veo complicado (¿no dijo Valdano que la perfección no existe?) aunque toda obra humana es mejorable (Alfonso Guerra dixit).

  19. gracias x estos consejo, porque yo tengo oposiciiones en julio

  20. Carlos

    Yo desde luego soy partidario de los tipo test, sobre todo porque se elimina la enorme subjetividad en la corrección de la que disponen los tribunales calificadores en los exámenes orales y escritos.
    Además el tipo test tiene una gran ventaja: que permite preguntar sobre todo el temario.
    De hecho, en una oposición de 90 temas permite que haya unas 2 o 3 preguntas por tema, por lo que no sirve eso de estudiar sólo parte del temario, a ver si tengo suerte y no preguntan los temas que no he estudiado.
    Como anécdota, comentaré que cuando estaba en la carrera de Derecho, en Derecho Penal nos hacían exámenes oráles. En una ocasión andaba tan falto de tiempo que estudié sólo un 50% de los temas, y tuve suerte y saqué la bolita correcta, pero he de reconer que fue injusto.
    Un saludo.

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