De Jueces y la Justicia

De sentencias judiciales hechas con los pies

Las gallinas deben poner huevos y los jueces deben poner sentencias. No importa  cómo pero sí cuánto. La recientísima Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, enfrentada a la curiosísima cuestión de si una lesión del dedo anular de la mano impide a un juez desempeñar la función jurisdiccional  con el consiguiente derecho a licencia de enfermedad, revela que el sentido común campea en tan alta Corte jurisdiccional. Escuchemos el  razonamiento de la sentencia y comprobemos  como de la lectura bostezante pasamos a la sonrisa y finalizamos con la carcajada.

1. Afirma la Sentencia:

“1.- En virtud de lo establecido en el artículo 377 de la LOPJ , en esta materia es de aplicación el artículo 245 del Reglamento de la Carrera Judicial y, de conformidad con lo establecido en este precepto reglamentario, lo que determina la licencia por enfermedad no es cualquier padecimiento que merezca este nombre sino tan sólo aquéllos que impidan el normal desempeño de las funciones judiciales.

2.- Las tareas de la titular de un Juzgado de lo Social consisten principalmente, si no totalmente, en presidir y celebrar vistas orales y en dictar las resoluciones que exija la marcha del órgano jurisdiccional, y esas únicas limitaciones que en el cuarto dedo de la mano derecha sufre la demandante no le impiden desarrollar dichas tareas, porque existen medios alternativos para la escritura manual que se viene a señalar como imprescindible para su actuación jurisdiccional.  Respecto de esto último, debe señalarse que la demandante puede utilizar para instruirse del resultado del juicio oral, en lugar de notas manuscritas, el acta en que se haya documentado o los medios  técnicos que permite el artículo 230.1 de la LOPJ .

Y también tiene a su alcance dictar las resoluciones a los funcionarios del juzgado o realizar las minutas y borradores sobre ellas a través de los medios informáticos que existen actualmente en todos los órganos jurisdiccionales, cuyo empleo, para lograr en la escritura una rapidez pareja o superior a la manual,  no exige ser un experto mecanógrafo, sino tan sólo el manejo del teclado con los dedos índice de cada mano al nivel del usuario doméstico (que, como es bien notorio, es lo que hacen la gran mayoría de los jueces españoles).”

2. Como fácil juego de palabras se me ocurre que mal juez es el que le falta el dedo “anular”, pues buena parte de la función judicial es confirmar o “anular” actos o negocios. Por otra parte, comparto el criterio de la sentencia ya que las ruedas de la justicia no deben pararse por el percance de un solo dedo lesionado, y  creo que la inmensa mayoría de los jueces se sobrepondrían a tal dolencia y seguirían al pie del cañon judicial.

3. Aunque eso sí, confieso enterarme ahora de que es notorio que “la gran mayoría de los jueces españoles” escriben al teclado con los dedos índices de la mano. Me pregunto si procediendo tal afirmación del Tribunal Supremo quizás se refiere a la “mayoría de jueces españoles…del Tribunal Supremo”, aunque mas bien me inclino por pensar que hay una inmensa mayoria de jueces que utilizan el ordenador con todos los dedos, una minoría que sigue utilizando el bolígrafo o pluma ( bien porque les ayuda con el ritmo del discurso mental o bien porque tienen ese hábito de antiguo) y un puñado ya testimonial pero no insólito que dicta las sentencias.

4.  Lo que importa es que tras esta sentencia lo veo claro. Las sentencias pueden dictarse viva voz si el juez no puede escribir; las vistas orales pueden escucharse aunque el juez no vea; la presencia en el Tribunal puede garantizarse con el secretario y los oficiales llevando en andas al juez cojo; el razonamiento judicial suplirse con una buena base de datos, y la intuición de la experiencia solventarse con una bola de cristal. Y para el caso de que el juez no puede apañarse con los dedos índice de cada mano, o que la lesión recaiga sobre tan imprescindibles dedos, pues el Consejo General del Poder Judicial tendrá que formar a los jueces en la técnica del pintor Cornelis Ketel, que por la artrosis en las manos acabó dominando el pincel con los dedos de  los pies.  Y entonces las quejas referidas a las sentencias desfavorables de que están “hechas con los pies” ya no sería una metáfora sino pura realidad.

5. Aunque con los tiempos que corren para los jueces, mas vale no quejarse y seguir remando en el duro banco de galeote judicial, con dedo roto y todo, no vaya a ser que reciban los jueces la medicina infalible aplicada tradicionalmente a los caballos con la pata rota.

41 comments on “De sentencias judiciales hechas con los pies

  1. Juan Manuel del Valle Pascual

    DE SENTENCIAS Y EXTREMIDADES

    No me gusta que me dictes
    la sentencia con los pies,
    no vaya a ser que medites
    lo que es cierto del revés.

    O que escribas muy confuso
    lo que debiera ser claro
    y dejes patidifuso
    a justiciable y letrado.

    No resuelvas con dos dedos
    lo que hayas de hacer con diez,
    ni utilices del cerebro
    un diezmo, mejor todo él.

    Dictar sentencias no es fácil,
    menos aún que sean sencillas,
    mas…si ha de ser con los pies,
    por mí, que la tire Villa.

  2. John Marshall Harlan, aquel magistrado
    Que superados ya sus años mozos,
    Perdida la visión de sus dos ojos
    Continuó con pie firme en el estrado.

    O William Rehnquist, de cáncer afectado,
    (su laringe sumida en negros pozos),
    Siguió con su trabajo. Asombrosos
    Ejemplos del obrar sacrificado.

    Muchos más hay, dentro de la justicia
    (jueces, letrados, mucha gente noble)
    Que acude a su trabajo aún impedido.

    Mas también hay pícaro y bandido,
    Que estando sano y fuerte como roble
    Evita su trabajo con malicia.

  3. Dias atras oí en una emisora de radio (no recuerdo cual) información sobre este asunto «del dedo anular», en la que se indicaba el periodo de baja laboral que había causado la problemática anatómica (incluida intervención quirúrgica) en el citado dedo de la Magistrada. Lo que me llamó la atención fué los once (11) meses que estuvo de baja.
    Ya sé que en temas sanitarios todo es posible. Lo anecdótico de este caso son las circunstancias que concurren en él (Lesión en dedo anular, incapacidad para desempeñar un determinado trabajo, periodo de baja laboral, intervinientes Magistrada, C.G.P.J., Tribunal Supremo,y falta el Médico que determina la incapacidad laboral.
    Saludos

  4. marcus

    Como se nota que no eres pata negra. La Carrera no necesita «compañeros» como tú, dejando a un lado el pésimo analisis jurídico cargado de populismo.

    • sevach

      Lo de «pata negra» habrá que dejarlo para los cerdos. No creo que ningún compañero merezca tal encasillamiento.Afortunadamente ese marchamo solo refleja complejos anclados en opiniones corporativas vetustas,superadas, y francamente, como diría Red Butler, opiniones de gente que piensa como tú me importan un bledo.

    • AlfonsoPC

      Marcus, deduzco de tus palabras que eres juez y me produce cierta tristeza que hayas quedado tan resentido con el mundo sólo por haber pasado unos años estudiando. Eso tiene el valor que se le quiera dar, pero puedes estar seguro de que no te hace mejor que otros: cada uno es hijo de sus actos y por sus frutos se conoce el árbol. A mí el post me ha hecho gracia, que para eso está escrito, y no acabo de entender que critiques el «análisis jurídico», tildándolo de «pésimo», cuando de lo que se trata es, simplemente, de cachondearse, en el buen sentido de la palabra, de una sentencia curiosa que, como a veces sucede, incluye una enorme tontería, de la que nadie está libre, ni siquiera magistrados tan competentes como Nicolás Maurandi, ponente del asunto.

    • Has tenido suerte. Al menos no tienes un correo privado con insultos y amenazas.

  5. Pentapolín

    Muchas veces, como ocurre en este caso, se critica a quién destaca con su buen hacer. Pues que se fastidien.

  6. sevach

    Gracias, Alfonso y Pentapolín. Lo cierto es que no hacen falta subtítulos al post para captar que yo no pretendía un sesudo tratado jurídico sino dar una referencia pintoresca. Tampoco pretendo confundir el plano profesional con esta vertiente lúdica-divulgativa estrictamente personal, y por supuesto que mi respeto hacia el ponente de la sentencia, D. Nicolás Maurandi Guillén es máximo. En fin, creo que el tono y función de un blog es conocido, y como dice el mandato bíblico «quien quiera ver, que vea» y «Quien quiera oir, que oiga». Abrazos

  7. alegret

    Estupendo eso de que «la pata negra es para los cerdos». Cuánto ganaría la justicia con menos gorrino ibérico y más gente sensata y con sentido común.

  8. Javier

    Pues a mi entender, la sentencia de marras se equivoca de medio a medio en el desarrollo argumental, en tanto que desconoce la realidad de los juzgados de trinchera. Si tienes que acudir a las actas de los juicios no obtienes nada de «hechos concretos sobre los que juzgar», si tienes que revisar las grabaciones (allí donde se puedan hacer), la elaboracion de una sentencia te puede llevar bastantes más horas, si tienes que dictar a un funcionario, eso implica que haces las sentencias`por las mañanas, lo que nadie hace ni puede hacer, no hay tiempo material.

    Y desde luego, se podría haber ahorrado la dichosa afirmación de los dos dedos, a mi me ofende y quizá haga bueno lo de «cree el ladrón que todos son de su misma condición». ( y lo digo a título de refrán, con todos los respetos hacia el ponente de la sentencia).

    Cuestion esencialmente distinta es si la recurrente abusaba o no de la baja. El caso especial y singularmente concreto no debe permitir sentencias cuya argumentación quede para siempre como un obstáculo insalvable para solicitar justicia cuando en verdad se merece.

    En fin, saludos para todos.
    Javier.

  9. Alvarox@hotmail.com

    ¡Que paciencia tienes, Sevach! Además te respeto mayormente porque demuestras tu tolerancia al permitir que el tal Marcus publique en tu blog comentarios mezquinos sobre patochadas de patas negras, compañerismo y otras casposidades que están en la base del endiosamiento de muchos jueces. Ni caso. Recuerda al Quijote: Ladran, luego cabalgas..

  10. Desde1990

    Comparto totalmente la opinión de que la gran mayoría de los jueces seguiríamos yendo a trabajar pese a lesiones como las descritas en la sentencia, pero ello no impide que esté totalmente de acuerdo con las palabras de Sevach. Y muy bueno lo de las sentencias puestas con los pies. Tendré que planteármelo para ver si me disminuyen los dolores de espalda.

  11. Contencioso

    Yo si soy de los que Marcus llama «pata negra», y al márgen de resaltar igualmente que Sevach solo trata con fina ironía y sin mas pretensiones el asunto, debo decir que ojalá algún dia llegue a saber de administrativo la mitad de lo que Jose Ramón ya ha olvidado.

    En todo caso, me gustaría recordar a los intervinientes que no sería la primera vez que alguien, abusando del anonimato de internet, se atribuye características de las que carece y las usa para sembrar cizaña y reirse del resultado, al haber perjudicado en el inconsciente de los lectores de buena fé la percepción de un colectivo entero. Lo digo porque, poniendo el ejemplo contrario, hubiera sido igual de fácil hacerse pasar por «turnero» para insultar a los de «pata negra». Como juristas que somos, debemos recordar que nada vale sin prueba de lo que se afirma, y menos para formarnos una imágen distorsionada de todo un colectivo.

    Saludos

    • sevach

      Contencioso: Al margen de tu excesiva generosidad hacia mis conocimientos, sabes que agradezco tus comentarios porque siempre demuestras una habilidad especial para centrar los aspectos relevantes de las cuestiones, por encima de la hojarasca. Y me ha encantado esa hábil sugerencia de los peligros de «intoxicación» informativa en este y otros blogs y como saca de algunos que entramos al trapo, lo peor de nosotros.
      Sobre los calificados «jueces de pata negra» ( cuya cotización eleva gente como tú) me limitaré a decir que todos, todos, merecen mi respeto y admiración por haber superado en fuerte competencia una oposición durísima y con gran sacrificio personal. De ahí, a aplicar un criterio de «limpieza de sangre» estilo apartheid hay un largo trecho, y lo cierto es que por lo que yo conozco solo una minoría vive instalado en esta creencia, pues afortunadamente la inmensa mayoría de los jueces que conozco se siente unida sin complejos ni prejuicios por la solidaridad entre quienes deben afrontar en soledad asuntos complejos o importantes, mientras los políticos no parecen estar en condiciones de garantizar su profesionalidad y dignidad, ni salvaguardar su función de ataques mediáticos.

  12. Scaevola

    Yo soy Juez y comparto plenamente la opinión de Javier sobre la desconexión entre el Tribunal Supremo y los juzgados «de trinchera». Si todos los jueces no pudiéramos acudir a nuestras notas sobre la vista y escribir nosotros la sentencia, sino que tuviéramos que repasar e video adelante y atrás para fundar fácticamente los razonamientos y dictar sentencias a un funcionario en horario de mañana, la «productividad» se reduciría a un tercio como poco.
    Aunque bien pensado, a lo mejor esa es la intención del Ecmo Sr Ponente, reducir el número de asuntos sobre los que tengamos que pronunciarnos y que por fin los jueces tengamos tiempo para pensar sobre el objeto del proceso mientras estudiamos la vista y un funcionario espera pacientemente a que le dictemos.
    Si esto realmente ha sido tenido en cuenta, estoy esperando deseoso a que se publique otra sentencia con igual razonamiento y, por fin, ya tengamos jurisprudencia. Es más, por si esto no se produce en breve, empiezo a notar un dolorcillo en el dedo anular…

  13. Algunos que presumen de ser «pata negra» solo puede ser porque no se la lavan. Enhorabuena y gracias por hacernos aprender y pasar buenos ratos.

  14. La verdad es que llego un poco tarde al post pero quería localizar una sentencia de hace unos años que me hizo realmente reir (la cito al final), pero antes quería hacer unos comentarios:

    1.- La sentencia del Tribunal Supremo, al menos el extracto transcrito, creo que evidencia lo que quiere decir (que el juzgador podía trabajar), con independencia del apunte final, que a mí personalmente me hacía imaginar una viñeta de Forges, o de Sansón (cuyo trabajo conocí por links de otros forero, concretamente Sedlex), pero es que a veces se agradece una ráfaga de aire fresco. Ahora bien, lo que en todo caso deja abierto dicho apunte, es el comentario humorístico y desenfadado por parte de terceros (mismo tono humorístico que trasluce el fallo judicial). Y en ese punto el post de Sevach es muy bueno y consiguió que pasáramos un buen rato, siendo evidente que su fin no era otro que ese. Por cierto, en la descripción de posibles formas de materialización de sentencias falta una, y es el uso de programas de dictado, que una vez «amaestrados» por el usuario no dan un resultado malo del todo, y así el uso de las manos es menos necesario todavía.

    2.- En cuanto a los «pata negra» es algo que creo carece de ningún sentido práctico, es más, incluso hace no demasiado se había publicado algún tipo de encuesta a los abogados (que si bien no son los únicos que pueden opinar, sí son actores cualificados) y el grado de aceptación de jueces provenientes del cuarto turno era tan o más alto que cualquier otro segmento (por decirlo así), pero esto no deja de ser una creación un tanto ficticia y arcaica, ya que cuando comentamos entre compañeros la actuación del algún juez, en rarísimas ocasiones nadie hace mención al origen del juez en función de si pertenece al cuarto turno o no, o la promoción de la que salió, se valora exclusivamente su actuar jurisdiccional, y obviamente los hay muy buenos y no tan buenos en todos los grupos,y hacer valoraciones a priori por razón de «raza» es un craso error.
    3.- Sobre algún comentario sobre la pobreza jurídica del post tampoco tiene sentido, porque el registro es humorístico nada más, sobre la calidad técnica de Sevach es innegable, y para ello basta acudir a cualquier otro post donde sí se hayan realizado valoraciones jurídicas (que los hay y muchos) donde se realiza una completa reflexión temporal de la problemática con abundante jurisprudencia del TS o TC (que en ocasiones me he tomado la libertad de archivar porque a buen seguro usaré en el futuro), o leer algunas de sus publicaciones como «Control de concursos y oposiciones en la jurisprudencia» que son concisas, prácticas y muy recomendables.

    4.- Por último para finalizar y cumplir con lo prometido, comentar una sentencia (comprobada su veracidad y extraida de una base de datos legislativa) en la que los magistrados de una Audiencia enfrentan la apelación de un particular que exige repetir un juicio por no haber podido acudir ya que se cagaba. El recurso de apelación dice:

    «El motivo por el cual llegué 10 minutos tarde, es que justo cuando decidí salir de casa para presentarme a la citación, me entraron ganas de cagar y no podía aguantarme, y por esos motivos presento recurso de apelación».

    La Audiencia podía desestimar sin más, pero con evidente sentido del humor le desestima el recurso con la siguiente reflexión:

    «PRIMERO: Se alza la parte recurrente frente a la resolución de la instancia sobre la base de un singular motivo cual es el de que llegó 10 minutos tarde al acto del juicio, lo que impidió su comparecencia, porque cuando decidió salir de casa para presentarse a la citación le entraron ganas de cagar y no pudo aguantarse. Simple y llanamente así.

    Sin duda alguna, en la tesitura de escoger entre una y otra deposición, una, por evacuación del vientre, otra, por manifestación ante el Juez como acusado, cualquier persona habría de optar por la primera por los graves apremios que supone el caso de no ser satisfecha esa necesidad fisiológica, siendo poco higiénica la presentación ante un Tribunal en otras condiciones que no sean las de un completo descargo. Precisamente el recurrente sostiene que por hacer una cosa no pudo hacer la otra, lo que le supuso la inasistencia al acto del plenario y la condena por atender el Juzgador a una sola de las versiones, la del contrario. Sin embargo, pese a lo expuesto con anterioridad no podemos acceder a lo que se nos solicita porque la parte ni demuestra la existencia del sorpresivo apretón que refiere, ni acredita que, cuando después de sofocar sus presurosas consecuencias, acudió inmediatamente al acto del juicio, este ya había concluido.

    Mucho nos tenemos que la que el recurrente llama causa de su inasistencia no sea sino una forma de burlarse de la administración de justicia que le ha condenado, que si bien admitimos con sentido del humor desdeñamos como motivo de apelación.»

    Un saludo.

  15. padraig

    Sin entrar en descalificaciones propias de otros foros de internet, lo destacable de la sentencia del TS es la absoluta separación entre este órgano judicial y los juzgados «de pie de obra». Los Jueces no dictamos las sentencias, las redactamos en ordenador, y no con dos deditos sino mecanograficando con más o menos soltura. Y desde luego sin «asistentes» o letrados que te busquen la Jurisprudencia y te hagan un borrador sobre el que corregir dos cositas y luego estampar la firma. Tampoco se leen las sentencias en audiencia pública, anacronismo que debería desaparecer de las leyes procesales.

    el trabajo de los jueces de a pie sigue sumido en un gran desconocimiento, pese a lo que se ha avanzado en los últimos dos años.

  16. Personalmente, creo hablar a fecha actual de «pata negra» en la judicatura tiene tanto sentido como las pruebas de hidalguía para obtener una encomienda en las antiguas órdenes militares y únicamente revela un carácter esnobista o una trasnochada concepción aristocrática del cargo. Existen (y conozco ejemplos con nombres y apellidos) magníficos jueces que han ingresado en la carrera por oposición y excelentes magistrados que han accedido por el cuarto turno, aunque no es ningún secreto que soy bastante escéptico con el sistema de oposiciones (ya he dejado claro en post anteriores que prefiero mil veces el sistema inglés que nuestro manifiestamente mejorable sistema de acceso).
    Ahora bien, creo, sin entrar en la polémica creada por la, a mi juicio, desafortunada intervención de Marcus (quizá porque éste ha malinterpretado el sentido de un post que en modo alguno pretendía ser jurídico, sino un mero divertimento donde la cuestión jurídica era únicamente la guinda del pastel) lo único que con ella ha demostrado es que la formación intelectual no siempre va ligada a la corrección y a las buenas formas.

  17. Juan Manuel del Valle Pascual

    Cómo se enfadan los jueces
    por el color de la pata.
    P´a mí son gilipolleces
    que no habrán de importar nada.
    DE DEDOS Y PATAS

    Sevach sabe más que un cerdo
    ibérico, aunque gustoso
    no parezca, así, tras verlo,
    que esté, mas es amistoso
    y siempre buen compañero.

    Pero se enfada el jodío
    si le imprecan tonterías
    y entra al trapo, como un niño.
    ¡Tu tranquilo, vida mía,
    que estamos todos contigo
    juntitos, como una piña!

    Tú mezcla Derecho y bromas
    con tu natural maestría,
    y aunque los tontos se toman
    en serio las divertidas
    cosas de que nos informas,
    pues perdieron la sonrisa
    cuando eran opositores.

    Tú no cambies que lo abstruso
    precisa tu voz sencilla
    para que pierda ese tufo
    que se otorgan los señores
    que más lo son de mentira
    por más que lo digan mucho
    por si les cree la pandilla.

    • Muay bueno, Juan. Es admirable el humor que le pone Sevach a todos temas. Estoy encantada de haber encontrado este blog, no sabes lo que me rio con vuestros comentarios y sobre todo con las notas de humor se Sevach. Así hay que tomarse la vida, es la mejor manera de sobrevivir a tantos golpetazos a los que estamos sometidos en nuestro país. Un saludo, Pepi

  18. Ahora entendemos el porqué la justicia es lenta.» autor: Pepe_ite

  19. Ahora entendemos el porqué la justicia es lenta.» autor: ite_ite

  20. Imagináos a un juez, tras un accidente de coche, como el típico tío (o tía) enyesado de cabeza a pies con la pierna colgando de un estribo, con sólo los dedos y los ojos al aire. ¿Tampoco le darían la baja?» autor: Fesavama

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