De Jueces y la Justicia

Las castas de abogados penalistas


Al hilo de la reciente noticia de que el abogado Javier Guisasola asumía las acciones penales frente al Gobierno español en nombre de varios belgas de origen marroquí por el supuesto maltrato de la policía española, se han producido las entrevistas al citado abogado.

Sevach confiesa que no había oído hablar de tan eminente letrado. De igual modo que tampoco había oído hablar de la empresaria Carmen Lomana hasta que los medios de comunicación la sacaron al estrellato farandulero. Lo llamativo y que ha merecido una reflexión veraniega ha sido la circunstancia de que el Sr.Guisasola cuenta con 45 años, un jet privado que le mueve a todas partes, ha sido posiblemente contratado por la familia real marroquí y además esgrime unas minutas de infarto. Todo muy legítimo y envidiable. La pregunta es, parafraseando a Machado, si «soy un necio al confundir valor y precio», puesto que confieso ignorar las claves que han conducido a un abogado jovencísimo a la NBA de los honorarios, teniendo en cuenta que sus honorarios por un caso como el comentado exceden muy posiblemente de las retribuciones anuales conjuntas de varios magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

Se me ocurre una cómoda simplificación, o caricatura, del mundo de la abogacía penal asimilando cada tipo de penalista a cada palo de la baraja española.

1. En primer lugar, estarían los «bastos», que sobreviven con las defensas de oficio de delincuentes de poca monta, o de mucha monta venidos a menos. Llevan muchos palos en su profesión pero lo afrontan con dignidad.

2. En segundo lugar, estarían los «copas», que son letrados con gran vida social, con bufetes de dimensión media, y que aprovechando sus otras especialidades (laboral, civil o contencioso) han ido asumiendo los asuntos penales de sus clientes de otras órbitas. Viven de una reputación cosechada a golpe de pasillo, reunión e imagen.

3. En tercer lugar, estarían los «espadas», que suelen ser Catedráticos de Derecho Penal que compatibilizan la cátedra con la abogacía. Son rigurosos y prestigiosos, y un foro donde comparecen como letrados de partes en conflicto (acusación particular frente a imputado) se ofrece como un espectáculo con la vistosidad de la «lucha de gallos» y un admirable nivel de erudición propia de Porcia en El Mercader de Venecia.  Si a la formación se añade la sagacidad, el éxito está servido. A su mismo nivel, se situarían los abogados penalistas de «pata negra», curtidos en bufetes de origen familiar, que conocen bien los sótanos del mundo penal, la criminología y como diseñar estrategias hacia la inocencia.

4. En cuarto lugar, estarían los «oros», no tanto por la mercancía que ofrecen como por lo que perciben por ella. Son abogados cuyos despachos llevan casos sonados y se sienten cómodos con la luz mediática: juicios entre famosos, contra magistrados, acusaciones de corrupción, narcotráfico, etc

Aquí tienen cabida abogados prestigiosos como el citado Guisasola (en que el origen de su éxito es tan críptico como la identidad del preboste marroqui que le contrató recientemente) o como el tristemente célebre abogado Menéndez. Y es que hay «oro de ley», y «oro fuera de la ley».

Finalmente, podríamos hablar también de «comodines» ya que no faltan penalistas que son jueces o fiscales en excedencia, y que saltan la barrera de lo público, cambiando la toga por la paga. Especialmente curioso es el caso de la Audiencia Nacional donde ha proliferado el «tocata y fuga» de magistrados hacia la excedencia, para ocuparse de la defensa como letrados frente a delitos monetarios, de guante blanco o sencillamente para dar un barniz de respetabilidad a bufetes consolidados.

5.En fin, hay que concluir señalando que la inmensa mayoría de los estudiantes de Derecho piensan como meta en la justicia penal, al estilo del telefilme americano, y conforme avanzan los cursos académcios se producen las deserciones. Al final, el Derecho Penal es cosa seria, pues no se trata de papeles, ni asuntos económicos sino de los derechos fundamentales de la libertad y seguridad en todo su esplendor.  No es extraño que sean bien pagados.

6. A ello se une el dilema moral inevitable al defender a quien se confiesa bajo secreto profesional como culpable lo que nos emplaza en la adivinanza citada por Angel Ossorio en «El Alma de la -toga» ( 1922):

» Nuestro oficio ¿ es hacer triunfar a la Justicia o a nuestro cliente?, ¿ iluminamos al Tribunal o procuramos cegarle?

Aquí no me resisto a comentar la confesión que me hacía un amigo abogado de gran prestigio forense, que me contaba como hace años de una defensa por compromiso a un cliente por un tema de extranjería, pasó a llevar un tema de prostitución organizada y proxenetismo, que a su vez como los rabos de las cerezas, le trajo un complejo caso de narcotráfico, que desembocó finalmente en una defensa por blanqueo de dinero. Al final, me señaló que el caso le desbordaba, no tanto por su complejidad como por la existencia de sus últimos clientes que confundían la derrota judicial puntual o la simple demora en resolver, con la derrota o traición del abogado.

7. Y es que si reescribiéramos la Isla del Tesoro,  y nos encontrásemos a un John Silver el Largo imputado penalmente por motín, traición y asesinado, a buen seguro que pagaría mas espléndidamente al abogado que le salvase de la horca o de los grilletes que al abogado que contratase para demandar civilmente al médico que le amputó por error la pierna equivocada.

14 comments on “Las castas de abogados penalistas

  1. sed Lex

    A mí, la verdad es que no me extraña la fuga del sector público. Ya no era ningún chollo en el sentido económico y con los últimos recortes es casi una cuestión de supervivencia (no sé si para jueces y fiscales, pero para la mayoría de los funcionarios sí).

    Por no hablar de toda la desmotivación que conlleva el trabajo público en manos de políticos cortoplacistas que no ven más allá del corto periodo que resta hasta las elecciones en el mejor de los casos. Supongo que la tentación cuando ves como el sector privado se mueve en otros niveles es inevitable.

  2. Siendo de la misma ciudad que este abogado no lo conocía de nada. Desconozco si es por no movernos en el mismo ámbito jurisdiccional, pero en una zona tan pequeña como galicia es díficil que no lo conociera…

  3. vestidita de rosita

    En mi casa somos 6 abogados. Un padre y una madre con 40 años de ejercicio y 4 hijos, todos abogados.

    Estamos especializados; un penalista, un civilista, una administrativista ( que soy yo), y un matrimonialista. Ni mi padre, ni mi madre ni ninguno de mis hermanos, jamás, jamás, hemos tenido una minuta como la que dice tener este super-abogado.

    Es cierto que el penalista, es el que más gana de todos nosotros, pero también es cierto que se pasa la vida visitando a sus clientes en la cárcel, (practicamente va todos los dias) y así y todo nunca ha cobrado una minuta de 100 mil euros.

    El derecho penal da dinero, porque la gente paga lo que no tiene para que le libres de la cárcel. Sin embargo, jets privados y lujos similares a los 45 años, sólo se pueden conseguir con algo más que el ejercicio del derecho penal.

    Habrá que descubrir el secreto……..

  4. No merece la pena prestarle la más mínima atención a semejantes «abogados». ¿De qué sirve la crítica? Todos los que nos dedicamos a esta profesión sabemos lo que hay. Y cuando apesta a muchos, lamentablemente, de tanto oler termina por gustarles «la olor». A otros nos repugna. No todos somos iguales. Unos lo son más que otros. Pero cuando se toma distancia todos sabemos distinguir…o al menos deberíamos.
    En la minuta también va incluida su penitencia.

  5. vestidita de rosita

    Un cosa que me ha sorprendido de este abogado es que dice «mi despacho soy yo».

    La interpretación que le doy es que no tiene otros compañeros, no tiene pasantes, ni secretarias, ni contables, ni nada de nada. Es decir que todo el trabajo propio de un despacho (el jurídico y el no jurídico), lo hace él solito.

    Si esto es así, me induce a pensar dos cosas: ¿por qué está tan sólo? ¿por qué no tiene compañeros? y ¿cómo es posible que lleve tantos asuntos en tan absoluta soledad?

    En este asunto, todo es un misterio……..

  6. El mundo de los abogados penalistas siempre me ha resultado muy críptico y extraño. Para empezar, y no nos engañemos- el Derecho Penal y su práctica es relativamente sencillo -salvo en cuestiones si se quiere de Derecho Penal de índole económico o fiscal-. Aunque también es cierto que afecta a lo mas importante de una persona, cual es su libertad.

    También siempre me ha llamado la atención las extrañas complicidades entre Abogados «de prestigio» jueces y fiscales. Cuestión aparte es la de los peritos psiquiatras. Hay alguno, por lo que sea -prestigio, amistades, influencia- en mi ciudad al que el Tribunal siempre le da la razón en sus dictámenes, bien para acreditar la anomalía mental del acusado o por el contrario su sanidad y consiguiente imputación. Desde luego, algo no huele del todo bien y más cuando te enteras de que un hijo suyo trabaja en un «prestigioso» bufete.

    Respecto a los Abogados Catedráticos, su eficiencia como Letrados es muy discutible. Es cierto que conocen bien la teoría -estaría bueno- pero a veces en estrados se mueven como pulpos en garajes. Y ello por no hablar de sus eruditos y larguísimos -por su extensión- escritos de querella, defensa o acusación. Como anécdota, un colega tuyo, buen juez y mejor amigo y persona, me comentaba como una vez se encontró con una querella de más de 250 folios firmada por un prestigioso catedrático con la particularidad de que había errado en algo tan básico y elemental como era la cuestión de la competencia funcional. Así, muchos.

    En fin, estimado amigo, que la vida sigue igual.

    Un abrazo.

    Alegret.

    • No creo que debamos desacreditar a los Catedráticos por el hecho de serlo. Mas bien, no faltan ocasiones en que los profesores nos rasgamos las vestiduras ante los disparates de los abogados de la parte contraria, y mas aún cuando el juez los asume. Hay de todo, pero no creo que deba cuestionarse que alguien que está especializado en Derecho penal (doctorado mas investigaciones,etc) mas allá de dos asignaturas de la Facultad ha de presumírsele un mayor conocimiento de la disciplina. Saludos.

  7. Maximilen Robespierre

    C’èst la vie. En rose

  8. Felicidades por el artículo. Es tan imaginativo como certero y, como no, lleva una buena dosis de humor.
    Por cierto, ya puesto el «velo» podría corresponder a aquel que, forrándose, es todo opacidad en sus declaraciones fiscales.
    Un saludo

  9. Empecé a leer el artículo con prejuicios y preparando, mientras leía, la crítica que te iba a dejar en el comentario.
    Seguí leyendo y dejé la crítica para concentrarme en el post.
    Lo cierto es que al terminar, me queda una extraña sensación de coincidencia con el planteamiento.

    Saludos

    Ignacio

  10. Hola. Me parece muy acertada la «clasificación» de los palos de la baraja. Me considero de bastos.
    Y los bastos hemos visto bastantes veces como las copas y las espadas realizaban una buena labor de cara a saber vender bien su activiad (en sala) de cara al cliente, metiéndose en farragosas testificales que al final perjudican a su defendido pero con muchos minutos de brillantez oratoria, preguntando y en el informe final.
    A los oros nunca los he visto actuar, a los comodines si, y me cuestiono la imparcialidad cuando Su señoría saluda con afecto y admiración a uno de los letrados que ha presidió una sala del TS.
    Un saludo y gracias.

  11. Hola. Me parece muy acertada la «clasificación» de los palos de la baraja. Me considero de bastos. Y los bastos hemos visto bastantes veces como las copas y las espadas realizaban una buena labor de cara a saber vender bien su activiad (en sala) de cara al cliente, metiéndose en farragosas testificales que al final perjudican a su defendido pero con muchos minutos de brillantez oratoria, preguntando y en el informe final. A los oros nunca los he visto actuar, a los comodines si, y me cuestiono la imparcialidad cuando Su señoría saluda con afecto y admiración a uno de los letrados que ha presidió una sala del TS. Un saludo y gracias.

  12. claudio

    La abogacia penal real es una absoluta desconocida.
    Me dedico a ella desde hace 20 años en exclusiva y no me veo en ninguno de esos palos.
    Abogados no adscritos al turno, dedicados al derecho penal exclusivamente , con pequeños despachos, en torno a 5 personas, las edades estan entre 45 y 55 años, si bien estan en ciudades de tipo medio y grande se gira por toda España, cobramos poco trabajamos mucho,y creo que con mejor nivel que cualquiera de la baraja.Los clientes nos conocen en las prisiones y nos valoran.Juntando 10 «espadas» y sumando 100 obtendran el nivel de experiencia de cada uno los nuestros. enhorabuena chaves .
    Uno que iba a tu clase

  13. Me parece una disección y tipificación bastante acertada de nosotros los abogados penalistas. Un saludo…

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