Crónicas administrativistas

Como ganar un premio literario : Diez pasos hacia el éxito

Ganar premios literarios: claves

  ♠  El camino fácil y mas selecto para ganar un concurso literario es contar con fama de escritor, buenos contactos editoriales y cierta capacidad de intriga palaciega para promover la sensibilidad del Jurado. Sin embargo, la inmensa mayoría de escritores noveles no cuenta con tales virtudes y sin embargo el secreto del éxito está a su alcance con unos sencillos pasos. No quiero ser pretencioso, sino intentar aportar algo, pese a que solo he ganado un Premio por una obra científica (no literaria), autor de diez libros,  participado como miembro de media docena de Jurados (y presidiré el del I Concurso Internacional de Relatos Breves de Humor sobre la Administración pública «Sonrisa de Quevedo») y sobre todo me precio de ser un gran veloci-lector. Quizás tengo presente aquello que decía Churchill de que no hace falta poner un huevo para juzgar una tortilla mejor que las gallinas.   Sígame si le interesa, que expondré mis leales consejos y en el próximo post ofreceré la visión de su implicación tributaria.

1º  Escribir y leer son las armas de un buen escritor.
     Pocos se consagran con su primera obra. Pocos nacen con talento espontáneo e infalible. Por eso, el escritor no nace sino que se hace. Para ello hay que leer mucho,  y hay que emborronar ( o mas bien teclear) muchos textos. Es cierto que el primer relato o poesía llena de orgullo a su autor como un padre primerizo. Y sin embargo, con el tiempo y cuando se consolide y domine los secretos de la escritura, se reirá de aquellos primeros escarceos creativos. Además hay que documentarse porque al lector hay que guiarle y no puede sentirse engañado ni perdido.

 Antes de empezar a escribir una obra tomo siempre abundantes notas de todos los libros, dramas, revistas o informes científicos.” ( Julio Verne).

 Para escribir una buena novela hay que escribir antes varias docenas de novelas malas” ( W.Somerset Maugham).

2.-  Limpiar, fijar y da esplendor. Ese es el lema de la Real Academia de la lengua española en su atención al idioma y debería ser la divisa que inspira a todo escritor novicio respecto de su obra. Todo texto es mejorable, en  ortografía, léxico o en sintaxis. O en estructura narrativa o extensión. El texto hay que maquillarlo hasta la perfección. El escritor que se inicia debe tener la humildad de San Francisco de Asís.

  Puede que escribir las palabras no te lleve mucho tiempo, pero encajar las piezas puede volverte loco” (Paul Auster)

3.-  Someter la obra al juicio ajeno. Todos somos indulgentes con nuestras obras. Es precisa la distancia y a poder ser, someterla al criterio de varias personas de distinta sensibilidad estética y emocional. También es importante que no sean íntimos amigos para que su juicio no sea compasivamente benévolo. Siempre se descubren ángulos de la obra cuando los ojos ajenos nos lo muestran.  Hay frases que ayudan mucho: “ Un poco lenta”, “ palabras confusas”, “no se entiende el final”, “no acabo de ver el rostro del personaje principal”,etc. Y no se trata de dejar la propia voz para hacerse eco de la ajena, ni de seguir las críticas a pie juntillas, sino sencillamente de reflexionar sobre ellas y poder decidir con autonomía si hay algo que rectificar.

Los críticos son como centinelas en el gran ejército de las letras que se hallan estacionados en las esquinas de los periódicos y las revistas para echar el alto a todo escritor nuevo.» (H.W. Longfellow).

4.- Dejarla reposar y volver a releerla. Las buenas historias hay que rumiarlas. La obra elaborada y antes de ser divulgada requiere un paso por la “Cámara de enfriamiento” . Ir un poco mas allá de la “consulta con la almohada”. Hay que dejarla un tiempo y volver a releerla. El relato, la novela o el poema se ofrecerá a nuestros ojos con vida propia, e incluso seremos capaces de verla bajo distinto prisma. La obra no ha cambiado pero habremos cambiado nosotros y nuestro estado de ánimo y circunstancias respecto del que poseíamos al tiempo de escribirlas.

Si entendieras algo de música, sabrías que el mejor piano es el que ya ha sido tocado” ( Cuando ruge la marabunta, 1954).

5- Un buen título y un buen final. Se dice que a los cinco minutos se sabe si alguien podría enamorarse de la persona que acaba de conocer. Lo mismo sucede con las obras literarias. Tras las primeras líneas, fragmentos o capítulos, sabemos si la lectura es deliciosa o fatigosa, si engancha o aburre. Por eso desde el mismo comienzo hay que seducir al lector. Prometerle un buen rato. Lo único que permite asomarse al pozo de la felicidad de un libro es el título. No es una decisión baladí sino crucial.
 E igualmente los finales, como los buenos postres, son lo que deja el paladar agradecido y ganas de volver a idéntico ceremonial. Nada de callejones sin salida, ni desenlaces crípticos. No ayuda.

 ¿Qué lector crees tú que llega al segundo párrafo? «(Primera Plana,1974)

6. Una historia. Algo que decir. Una obra literaria no es un ejercicio de psiconálisis, ni un reportaje periodístico ni una combinación de palabras rebuscadas. No. Un relato bellamente escrito pero sin historia consistente es como un bombón de licor: bello por fuera y amargo por dentro. Las obras literarias son la respuesta o traducción de una idea o historia y no a la inversa. Tampoco hay que pensar que toda la obra tiene que ser redonda y genial: basta con conseguir un par de momentos o fragmentos mágicos, que el lector lleve consigo y asocie con la obra.
 Cada historia trae consigo su propia técnica. Lo importante es descubrirla” ( Gabriel García Márquez).

 7. Sea original. Citas ajenas, las mínimas. Una cosa es inspirarse en un estilo o idea de obra literaria consagrada y otra muy distinta el plagio descarado. El corta y pega informático casa mal con la originalidad. Es cierto que todo escritor es hijo de su experiencia y sus lecturas y puede que la obra sea la voz inconsciente de algo leído, pero el toque de originalidad tiene que estar ahí. El germen de «La Vuelta al Mundo en Ochenta Días» nació de la lectura por Julio Verne de un anuncio turístico en un periódico.

Además, ser original no se improvisa.

 Para ello, hay que darse tiempo frente al folio o pantalla en blanco. Mejor, recrearse en la historia mirando el horizonte y barajando posibilidades. La musa es remolona pero si llega, tarda en irse.
Tuve una idea para aplicar a John Silver…: tomar a un amigo mío…, privarle de sus mejores cualidades y de las gracias mas elevadas de su temperamento, dejarlo sin nada más que su fuerza, su valentía, su rapidez y sus magníficos rasgos de genio y expresar todo esto a través de la cultura de un rudo marinero. Esta cirugía psíquica creo que es una forma corriente de fabricar personajes y tal vez sea, en realidad, la única forma” ( Robert L. Stevenson).
 
8- Olvidarse  de políticas, fanatismos, casquería y excesos. Nada de psicoanálisis ni onanismo intelectual. Al público lector le gusta que el autor fabule, juegue  con las palabras y excite su imaginación. El lector no es tonto y le gusta «escuchar con sus ojos» y sacar sus conclusiones, no que se las dicten. No le gustan los panfletos ni las intoxicaciones ideológicas. Diríase que entre una novela sugerente y una novela agria hay la misma distancia que entre el erotismo y la pornografía.

 Los pasajes narrativos tiene que ser vivos, ir directamente al grano, y no más largos de lo que sea necesario para explicar los motivos de los personajes, dejando claras y convincentes las situaciones en que ellos se hayan colocado” ( W. Somerset Maugham).

9.-  Participar en los Concursos y Premios. Dentro de los miles de concursos que anualmente se celebran hay uno esperando por usted. ¿Finalista, galardonado,accésit? . No se trata de ir a los Premios Planeta, Adonais, ni similares. Hay infinidad de premios y concursos modestos, con premio modesto, y que quedan desiertos o con mínima concurrencia. ¿Qué puede perder?. La lotería solo le toca a quien juega. Si es valiente para poner negro sobre blanco su relato o poema, también lo será para enviarlo al certamen. No lamentará enviarlo y que no le premien pero sería lamentable que por no haberlo enviado hubiere perdido tan enorme respaldo a su creatividad.

“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar” (Forrest Gump).

10.- Esperanza. Hay que tener confianza en la propia labor. Antes o después llegará el reconocimiento y si no llega, siempre nos quedará el manido consuelo de que Van Gogh no vendió un cuadro.

 Lo mas increíble de los milagros es que ocurren” ( Gilbert K. Chesterton).

Y si considera que su obra literaria está madura para el estrellato, pues adelante, le sugiero que participe en el I Concurso Internacional de Relatos Breves de Humor sobre la Administración o sobre el mundo universitario, cuyas bases están aquí…¡ y el plazo de presentación vence el próximo 31 de Mayo de 2012!

♣ Aquí tenéis un estupendo artículo desmitificando los Premios Literarios y el sistema de clientelismo y endogamia que suele prodigarse.

♥ Como contrapunto, un original y bello artículo elogiando las «trampas de los Premios».

Para finalizar, y no perder de vista que este es un blog jurídico, en el próximo post daré noticia de una reciente Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que aborda nada menos que la cuestión de si el finalista del Premio Planeta debe disfrutar de la exención tributaria del cuarenta por ciento del monto total de la cantidad recibida. Un precedente judicial muy relevante y favorable para los autores.

5 comments on “Como ganar un premio literario : Diez pasos hacia el éxito

  1. Excelente aportación. La mencionaré en mi blog.
    Saludos,
    Ricardo

  2. Blanca

    Muy bueno lo de «La trampa de los Premios».Voy a aportar mi granito de arena al respecto. Concurso literario en donde se nos convoca para escribir sobre un tema que supuestamente se elige al azar. El tema que sale es «Contigo en la distancia», muy fácil porque se puede hablar sobre amor o desamor. Hasta el día que se reparten los premios nadie sabe quién es el ganador. Se seleccionan 3 obras, en la primera, y a mi modo de ver la mejor, el autor escribe un preámbulo, antes de empezar con el relato, sobre Nietzsche, ¿eh?. La 2ª es un tostón super mal escrito, de este modo pueden hacer destacar la 1ª y la 3ª. La 3ª es de un periodista del periódico de la provincia y el autor no ha podido ir a recoger el premio pero sí ha ido su madre en representación de él, y yo me pregunto: ¿cómo puede ser que la madre supiera que tenía que ir a recoger un premio?

  3. Pingback: Cómo ganar un premio literario « comunicarbien

  4. Pingback: El relato vencedor: cómo ganar un concurso literario : Revista Nuevas Letras

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