Humor y Administracion

Algo huele mal en la justicia

            Marcelo le comentaba al príncipe Hamlet que algo apestaba en Dinamarca, Quevedo realizó un divertido ensayo para defensa del Pedo, y a la inmensa mayoría de los españoles el tufo de la corrupción le resultará molesto, pero lo que no esperábamos es que un Juzgado de Violencia de la Mujer impusiese una multa por atentado contra la dignidad de su pareja al propinarle alevosamente una ventosidad. Tal suceso tuvo lugar esta semana pasada en Valencia. Y merece alguna reflexión jurídica y sociológica.

 1. Es cierto que el menosprecio puede expresarse con palabras, por  escrito, con gestos ( dedos, cortes de manga,etc) así como por cualquier otra conducta que revele ánimo de vilipendiar, y entre ellas, las conductas socialmente reprochables, sonoras y pestilentes.

 De hecho incluso los taxis en Madrid han empezado a poner pegatinas que prohíben tales escapes en el interior del vehículo, cosa lógica dadas las limitaciones del habitáculo, porque allí donde la educación no llega tendrán que establecerse normas.

Y mas allá de nuestras fronteras, recientemente fue noticia que un conductor de 34 años, fue obligado a detener su coche bajo sospecha de conducir ebrio en South Charleston, (West Virginia, EEUU), y mientras el agente de la ley se disponía a preparar el equipo para realizarle la prueba de alcoholemia, el acusado levantó su pierna y soltó una gran ventosidad en dirección al agente; la víctima declaró que «el gas era de un olor tan fuerte que le provocó un trastorno», así que acusó al autor de agresión a la autoridad.

2. En el ámbito de la función pública hay un especial deber de consideración hacia los ciudadanos, compañeros y superiores, de manera que un ventoseo deliberado y que afecte a otros o a la imagen del servicio, pudiera constituir incluso una falta disciplinaria, que solo admitiría lógicamente comisión dolosa. Es el caso zanjado por la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de 7 de Junio de 2011 (rec.1316/1998) que en relación a un policía de servicio  que por toda respuesta a su superior , quien le instó a colocarse la gorra, fue lanzar una ventosidad y levantar la pierna con chulería, lo que mereció la sanción de empleo y sueldo por cuatro días, confirmada por la Sala en los siguientes términos:

» Ante todo se ha de poner de manifiesto que en las infracciones que se imputan al recurrente, es preciso que la conducta del funcionario sea relacionable con su relación de servicio y con la función pública a la que sirve. Y en el caso que nos ocupa, la conducta del demandante mal se compadece con la imagen de seriedad y rigor que la Policía debe ofrecer ante la sociedad, y con la dignidad y prestigio de la Institución Policial.(…) está igualmente acreditado que en el itinerario anteriormente dicho y tras el requerimiento del Subinspector respecto a la prenda de la cabeza, evacuó en la vía pública una «ventosidad con cierta sonoridad», cuya acción fue acompañada con gesto de «alzar la pierna», comportamiento impropio dirigido hacia la persona del Superior.»

3. Tampoco faltan sentencias de la jurisdicción laboral que enjuician si encierra conducta de desprecio u ofensa hacia el empresario el realizar en su presencia eructos, ventosidades o muecas, cuestiones que deben ser analizadas bajo una estricta casuística y según las circunstancias.

4. Volviendo a la sentencia del Juzgado de Violencia de Género (que confieso desconocer en toda su extensión pues posiblemente el juez obró en consecuencia con los antecedentes y las circunstancias) soy de la opinión de que el sendero tomado puede ser  peligroso. Pues aparte de las dificultades probatorias del ánimo doloso para controlar y dosificar tales efluvios,  no debe penalizarse tal conducta.

    Por un lado, se frivoliza el poder punitivo del Estado que debe orientarse a otros menesteres mas relevantes y graves, y por otro lado, resulta ofensivo en tiempos de crisis promover el costoso aparato de la justicia para tal percance doméstico. Además aunque el caso requiriese esa respuesta penal, se lanza un mensaje hacia otros ciudadanos de que puede «criminalizarse» tal conducta y se propicie el abuso de denuncias y querellas por este motivo.

   Quizás esa conducta de su pareja hubiera tenido respuesta mas adecuada y proporcionada con un insulto directo, como legítima defensa, dentro de la variada gama semántica porcina ( guarro, cerdo, gocho, marrano,puerco, cochino, etc) o el elegante desprecio a tan incívica conducta. No creo que los Juzgados de Violencia de Género tengan que ser el Primo de Zumosol para zanjar todas las cuitas.

 5.   Lo mas grave es que se abre un portillo para confundir la descortesía o la guarrería con la injuria. Confiemos en que no se ponga de moda denunciar por estas tonterías  ni que desemboquen en condenas porque  alguien considere agresivo un eructo,  sonidos forzando gargajos,  arrojar unas pelotillas de la nariz, rascarse los sobacos, y ya que estamos en esa línea, puede  venir la multa por el mal aliento,( si se orienta deliberadamente para anestesiar al rival) o incluso castigar el mal olor corporal, el carraspeo reiterado, la mirada aviesa, tantearse los genitales o juguetear con el palillo en los dientes, que a muchos molesta.

¡¡¡   Y yo que pensaba que la única perspectiva jurídica del problema era la medioambiental por aquello de la contaminación que suponen las ventosidades del ganado vacuno hacia la atmósfera !!

 

 

 

0 comments on “Algo huele mal en la justicia

  1. Rafael

    Una observación Sevach: De la lectura de la noticia se echa en falta en la sentencia, la orden de alejamiento. Aceptada la relevancia jurídico penal del hecho, parece que hay que «anudar» -como decimos en administrativo-la consecuencia, que sería la orden de alejamiento…
    Elemental mi querido Watson , o ¿no?

  2. Parecidas a las sentencias de un arroz mal cocinado de CR

  3. jurista

    Esperemos que no cunda el ejemplo y no se dedique la gente a denunciar tales actos, que no son más que faltas de educación, si es que son intencionados; de lo contrario, no va a haber jueces bastantes.
    Y esto es un caso de violencia doméstica????? Que me lo expliquen.

  4. Elegantísimo lo de «tantearse los genitales», aunque supongo que será una errata y querrías decir «tentarse los genitales»; aunque tampoco descarto que no haya existido tal errata y que te refieras a la acepción de «tantear» de «Medir o parangonar algo con otra cosa para ver si viene bien o ajustada». En cualquier caso me lo apunto para emplearlo como sustitutivo de la expresión vulgar (¡Deja de tantearte/tentarte los genitales!)

  5. Malos tiempos para la veracidad. La noticia de Valencia no es cierta, pero vaya usted a saber quién redactó la novela, como y cuando. Y, aclare, si puede o le dejan.

  6. Juan Jo

    EL PEDO DEL BÍPEDO

    Suspiro, pedo del alma,
    pedo, suspiro del cuerpo,
    de los gases anticuerpo,
    de la flatulencia calma.

    A su Señoría digo
    que a mi mujer no quería
    sedar con mi melodía,
    a Dios pongo por testigo.

    Tal vez gastarle una broma
    muy parecida al eructo,
    pero con peor aroma.

    Mi solfeo es incorrupto,
    del esfínter un diploma,
    del ano mero exabrupto.

    Universal es su idioma.

  7. Panóptico

    Aunque es antigua y conocida, aporto copia de un Recurso de Apelacion y como lo resolvio la Audiencia de Girona para reirnos un rato:
    http://www.bufeteconejo.e.telefonica.net/SENTENCIAS/Peculiar%20Rec%20%20Apela%20y%20Sentencia%20Sala.pdf
    Saludos

Responder a RafaelCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde delaJusticia.com

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo