La publicación en el BOE de la Ley 19/2013, de 9 de Diciembre, de Transparencia, acceso a la información pública y buen Gobierno es una buena noticia para el Estado Social y Democrático de Derecho, pero me siento como cuando en la infancia le pedía a los Reyes Magos un scalextric y me traían un vaquero de plástico descolorido con piernas arqueadas y sin caballo, que podía sacarle partido y disfrutarlo con mucha imaginación pese a que no resistía la comparación con los juguetes de otros.
Aunque puede verse la botella medio llena, no puede evitarse la lectura de tan pomposa Ley sin percatarse de que resulta mareante, penosa, triste, invisible y sangrante.
Enhorabuena por tsn rápido y agudo análisis de una Ley muy esperada pero con más ruido que nueces.
Todas estas leyes absurdas y políticas hacen mucho más daño que bien. Ni se va a aplicar, ni se va a cumplir, ni sirve para nada. Una forma de entender las leyes que hace tiempo que yo dejé de entender. Se legisla para la opinión pública,para el editorialista o el tertuliano amigo, que se contenta de momento con estas estupideces mientras se sigue robando. Cuando fracase…se hace otra ley.
En los tiempos que corren no está de más esta nueva norma, pero no puedo evitar la sensación de que, con ella, muere el Estado Social y Democrático de Derecho, en el que, por definición, no deberían ser necesarias estas iniciativas legislativas.
Lo peor de todo esto es que con este tipo de leyes nos tratan como a tontos.
¿Transparencia? Si ya tenemos una ley que la garantiza. ¿Y cómo la garantiza? Pues con el arma más poderosa que tiene la Administración cuando no quiere actuar: el silencio. Es de juzgado de guardia que el silencio sea negativo. ¿Dónde está aquí la imperiosa razón de interés general que podría justificar el sentido negativo de dicho silencio? En fin, que cada día más transparentes…
Pingback: La burocracia de la transparencia « Iurismática Abogados – Derecho TICs
Ojo al dato que en el ámbito local si el Alcalde hace alguna de las suyas en materia económico-presupuestaria, el órgano competente para incoar el procedimiento sancionador es: ÉL MISMO (art. 31.2.c LT). Y por si algún día se ha tomado algo de más y decide incoar procedimiento contra sí mismo, no pasa nada, porque el competente para imponer la sanción también es él (art. 31.4. c LT) ya que el alcalde suele ser el presidente de la junta de gobierno municipal (entiendo que hay una errata en este precepto y donde dice pleno de la junta de gobierno debe decir presidente de la junta de gobierno)
Qué disparate es ésto?
estupendo (y muy técnico, como esperábamos de ‘Sevach’) análisis. Sabíamos que no iba a llegar muy lejos. Está llena de excepciones y trampas para sortearla
Pingback: Ley de Transparencia Potemkim | Rayas en el agua. El otro blog de Verónica del Carpio
SIn división de poderes real no harian falta normas de este tipo, problema cuando se hace una norma de esta naturaleza y la hacen los que han sido siempre ocultos(esos borrados curiosos,..)que se puede esperar.
Mas de lo mismo. Creo sinceramente que nuestros gobernantes politicos no se enteran del cambio de ciclo.
¿Esperaba alguien algo distinto que decepción?. ¿Como se van a tirar los legisladores piedras contra su propio tejado?. ¡No creo que estén dispuestos a que se les descubran los chanchullos institucionalizados a lo largo de los tiempos!.» autor: Tomaydaca
¿Esperaba alguien algo distinto que decepción?. ¿Como se van a tirar los legisladores piedras contra su propio tejado?. ¡No creo que estén dispuestos a que se les descubran los chanchullos institucionalizados a lo largo de los tiempos!.» autor: Tomaydaca
Un análisis incisivo y agudo.Enhorabuena!!! Como viene siendo habitual…legislan a saco!.
Pingback: Publicada la Ley de Transparencia: quince decepciones
Buenas, fantástico artículo.
En cuanto al punto 1, ¿y la doctrina del TC sobre el doble silencio administrativo? STC 14/2006. ¡Saludos!
Curiosa es la situación de la disposiciones finales, que entrarán en vigor a los veinte días de su publicación oficial, esto es, el 30 de diciembre, conforme a la regla general del artículo 2.1 del Código Civil, por causa de una enmienda aprobada en el Senado estableciendo un régimen incompleto de vacatio legis.
Como consecuencia, por ejemplo, quedará derogada la regulación sustantiva del artículo 37 de la Ley 30/1992 faltando once meses y once días para la entrada en vigor de la nueva regulación que la sustituye. Nos quedaremos así casi un año sin reglamentación del derecho de acceso a los archivos y registros públicos, nada menos que por causa de la ley de transparencia. ¿No os parece un tanto irónico?
Pingback: Por fin la Ley de Transparencia, pero, ¿qué fue del proceso participativo de elaboración? | La nueva Administración
Supongo que ahora tocará reinterpretar los artículos 31 y 35 de la Ley 30/92.
Nuestro representantes electos han corrompido otra vez, una legítima aspiración social, para crear nuevos órganos completamente superfluos e inoperativos en donde colocar a más funcionarios vitalicios sin alicientes y a viejos políticos amortizados, y organizar nuevos procedimiento con los que saturar a los tribunales; órganos que, por supuesto habrá que pagar entre todos.
Espero, al menos, que los Consejos, Consells, Consellos y kontseiluas de transparencia y buenos gobiernos de los pueblos de España, compartan sedes con los defensores, sindics, diputados, valedors y arartekos de los pueblos de España.
Pingback: Publicada la Ley de Transparencia: 15 decepcion...
Chapeau Sevach, no hay que dar pistas.