¡Por fin!. Se acaba de publicar por Aranzadi-Civitas – Thomson Reuters, y ya está en las tiendas, el libro titulado «Abogados al borde de un ataque de ética» que he tenido el atrevimiento de elaborar «a dos manos», como una sinfonía jurídica a dueto, con Juan Manuel del Valle Pascual. Un libro que rezuma enseñanzas y humor sobre la abogacía, en el que ambos, hemos intentado ofrecer el poso de la experiencia profesional y judicial en píldoras, que al novicio le enseñarán la trastienda de la profesión y al veterano le provocarán sana complicidad y sonrisas.
Creo, aunque mi opinión es recusable pues nunca mejor dicho, «soy juez y parte», que es un libro ideal para relajarse con el mundo de la justicia, la abogacía y el derecho, en tiempos en que el tumulto nos invade. Espero que os guste, y confío en que como los buenos vinos, lo paladeéis y no podáis abandonar su lectura hasta apurar la botella; al menos tiene la ventaja de que puede leerse por partes, de principio a fin o viceversa, y según el estado de ánimo del lector. No es un libro pretencioso, pero pretende ser delicioso.
Los culpables de este arriesgado viaje al centro de la abogacía, son dos amigos de enorme sintonía vital, quienes disfrutaron escribiendo este festivo descenso a los infiernos: Juan Manuel del Valle Pascual, y José Ramón Chaves García.
La contraportada nos alerta de lo que ofrecen esas 288 páginas con algunas ilustraciones deliciosas, escritas por nosotros con las venas abiertas y con la imaginación en estado febril, y bajo el amable prólogo de Francisco Sosa-Wagner, así como alguna otra perla introductoria de buenos amigos juristas:
Aquí está la segunda profesión más vieja del mundo al desnudo. Los secretos y habilidades del abogado, los tipos de clientes, las estrategias en tiempo de crisis, encrucijadas, éticas y laberintos procesales, grandezas y miserias de los pleitos, saber y ganar… o perder. Que todo educa.
Lo expuesto es fruto de la experiencia de años de alguien que lo ha sido y ahora es magistrado, José Ramón Chaves García, y de quien lo fue y aún lo es, Juan Manuel del Valle Pascual. Y si no quieres serlo también te interesa estar informado de tus derechos, porque no es posible vivir estos tiempos sin tener que necesitar los servicios de un abogado. No digas que no te hemos avisado. Si quieres ver ese mundo en broma y en serio, de forma que se entienda, no pierdas la ocasión. PASEN Y VEAN.
Lo tenéis en librerías de Aranzadi, en Bosch, Disjurex, en librerías on-line, o en cualquier otra librería jurídica.
No solo hay que regalarse libros en Navidad. A veces, conviene desafiar la leyenda urbana de que no se lee, de que no se compran libros, y regalarse un ratito de regocijo.
NOTA.- La presentación del libro tendrá lugar el día 12 de Diciembre de 2014, viernes, en la librería Civitas en la C/ Don Ramón de la Cruz, 33 de Madrid, a las 18:00 hora, acto en el que intervendrán D. Juan Mestre Delgado (Catedrático de Derecho Administrativo), así como D. Marcos García-Montes y D. Javier Muñoz Pereira (abogados de reconocida filantropía con las artes) y los autores.
Es la ocasión para saludar, firmar libros, selfies o brindar por la abogacía en el cocktail que se servirá finalmente. La asistencia al acto es libre y basta confirmarla con exponer el deseo de asistir en este correo electrónico (libreria.civitas@thomsonreuters.com).
Gracias, amigos.
“Para ser abogado hay que saber muchas cosas que no estaban hasta ahora en los libros, pero están en la vida.”
Completamente de acuerdo con esta frase. Si importante es para un abogado saber lo que sólo se aprende en la vida, imprescindible es para un juez. Por eso creo que a la judicatura se debería de llegar después de haber estado un tiempo aprendiendo de la vida, ejerciendo el Derecho. Encerrado entre cuatro paredes, aislado de la vida, preparando una oposición no creo que sea el mejor medio de llegar a la judicatura. Aunque, la verdad, algunos de los jóvenes jueces parece que saben más de la vida que algunos magistrados de Audiencias.
Estimado Josef, has dado de lleno en el problema de nuestro actual sistema judicial.
En más de una vez he tenido un cabreo monumental ante hechos evidentes que sus señorías no atinan a comprender, por qué, como tu bien dices, porque estuvieron «encerrado entre cuatro paredes», ese el problema , el sistema de memorización que se aplica para ser juez.
Un saludo.
Estoy completamente de acuerdo con López Lera. Hay que evitar que los jueces sepan Derecho. ¿Qué es eso de encerrarse a estudiar? A la calle, a los bares, donde crecen los juristas de prestigio, a empaparse de la realidad social. Si luego no saben hacer la O con un canuto, pues nada, ya tendremos otra cosa de la que quejarnos. Eso de saber Derecho «de memoria» es muy malo, hay que saberlo por inspiración, por metempsicosis, por ciencia infusa, como sea, menos estudiando,
Estimado desmemoriado, veo que no te has enterado de lo que he querido expresar.
Yo no he realizado una apología a la ignorancia jurídica, si no todo lo contrario, debe existir una fusión entre el conocimiento y la experiencia, lo importante es conocer las fuentes y beber de ellas.
Esto me recuerda una vez cuando me detuvieron unos agentes de tráfico para pedirme la documentación del vehículo, le entregue toda y la antigua carta verde del seguro, la reacción del más joven fue indicarme que no tenia seguro porque el recibo del mismo debía ser de color blanco, menos mal que su compañero peinaba cañas y le explico que lo que le había mostrado era el justificante internacional del seguro que era de color verde y que en el mismo venían más datos que el de como blanco.
No se si tienes costumbre de leer sentencias del TS, de cualquier jurisdicción, yo si, me quedo en muchas ocasiones perplejo cuando en las mismas dejan en evidencia a los jueces de primera instancia, incluso a magistrados de la Audencia, simplemente aplicando el sentido común, el sentido menos utilizado.
Es un clamor que el actual sistema para acceder a la judicatura no es acorde con los tiempos que vivimos, a no ser que queramos mantener una casta como ocurre con nuestros políticos.
Un cordial saludo.
Ese «clamor» es no poco interesado y es muy fácil saber a dónde nos quiere llevar. El ministro Bermejo estuvo a punto de conseguirlo. La idea es ir creando un clima de opinión, «los jueces viven fuera de la realidad», «necesitamos jueces en contacto con la realidad social», que tengan «sentido común, mucho sentido común». Lo malo es que el aparato para medir el sentido común está por inventar y, al final, todo se reduce a algo muy sencillo ¿quién va a tener más sentido común que un amiguete del partido?
Ya se sabe que algunos se aprenden de memoria todos los temas sin entender ninguno…
La abogacía dices «La segunda profesión más antigua del mundo»; la primera debe la de profesor de historia en Cataluña o Euskadi … ; en fin…. Felicitaciones y muchas gracias por tu blog y todas tus aportaciones mediáticas y literarias .
Yo creía que era la de puta…o puto, que también los hay.
Por cierto que ambas profesiones son muy similares, pues las dos trabajamos mucho con la lengua… Y como decía un viejo amigo y abogado viejo: hacemos como las putas; cuánto más nos paga el cliente, más placer le damos, dándole siempre la razón.
Enhorabuena José Ramón, estoy deseando leerlo! El lunes lo recibiremos en Disjurex y seguro que venderemos muchísimos ejemplares, os deseo mucho éxito a los dos.
Estimado Sevach, seguro que será un gran éxito entre los juristas.
El lunes sin falta reservo un ejemplar.
Por cierto he terminado de leer otra obra tuya, La prueba contencioso-administrativa: Análisis dogmático y jurisprudencial. Gran obra que me ha servido de gran ayuda en un caso, recomiendo encarecidamente su lectura por aquellos compañeros que crucen «armas» en la jurisdicción contencioso-admininistrariva.
Un cordial saludo.
Esa es la clave: fundir conocimiento y experiencia. Y vale para jueces, abogadis, catedráticos o médicos. Ni la oposición memorística ni el solo trampolín de la experiencia deben bastar para tan elevada función.
Pues yo, sin ánimo de crear polémica, estoy de acuerdo con López Lera. Aunque pienso que debería articularse un sistema mixto: estudio y ejercicio (lo que yo llamo bajar a la arena y soportar todo).
En otro orden de cosas, compraré el libro para «echarme unas risas» que buena falta me hace.
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Buenos días, señor Chaves:
Soy un estudiante gallego de Derecho español (por la UNED) que vive en Francia desde el 2008 y que sigue atentamente su blog desde hace ya un par de meses, siendo honestamente de lo mejor que he leído nunca. Inicialmente había empezado a estudiar Derecho por mera curiosidad, pues entiendo que el Ordenamiento jurídico es algo que nos atañe a todos y siempre me he preguntado por qué no se estudia algo así como «Introducción al Derecho» durante el Bachillerato, por ejemplo (pues ya estudiamos Matemáticas, Economía, Física e incluso Gimnasia, pero nada parecido a Derecho, que es algo tan importante o más que todo lo anterior para la vida cotidiana). Sin embargo, y pese a que en Francia me están tratando realmente bien, últimamente me está entrando «morriña» y me estoy planteando la posibilidad de regresar a mi tierra natal para dar uso práctico a mis conocimientos teóricos y ejercer allí como abogado o procurador (todo dependerá un poco de quién gane las próximas elecciones generales y de cómo evolucione la economía española en consecuencia). Por consiguiente, estoy altamente interesado en su libro, que espero que sea tan divertido y didáctico como su blog.
¿Hay alguna posibilidad de comprarlo en Amazon.fr para el Kindle? Se lo pregunto porque para mí sería mucho más práctico.
Muchas gracias por su tiempo.
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Enhorabuena por el alumbramiento de la obra, y confirmada asistencia a la presentación de la misma, que ya está recogida en mi carta a los RR.MM.
Respecto a la entrada de tu blog sobre el día a día del abogado y, en general, el de todos los agentes que intervienen en la Justicia, incluyendo al propio -y a veces olvidado- justiciable, me ha venido a la cabeza el siguiente diálogo que me contó un amigo hace poco:
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Estimado Sevach. Leído el libro, está bien, y no digo muy bien porque habido momentos que la redacción me ha parecido un poco enrevesada, incluso he dudado que fueras el autor, ya que nos tienes acostumbrados a todo lo contrario.
Un cordial saludo.