Contencioso

Sansón Carrasco y su valerosa lucha por el Estado de Derecho

Un libro que se subtitula «La quiebra del Estado de Derecho y de las instituciones en España« alerta rápidamente al lector de una mirada valiente y profunda sobre la crisis de las instituciones públicas en que nos vemos inmersos.

LIBROS DEL FIN DE SEMANA
SECCIÓN : LIBROS DEL FIN DE SEMANA

Se hace preciso un comentario de urgencia sobre tan sugerente obra, que no debe pasar inadvertida a los analistas políticos y jurídicos.

 

1. El título es deliberadamente siamés («Sansón Carrasco ¿Hay Derecho?» (Ediciones Península, 2014).

La referencia a «Sansón Carrasco», cumple una doble misión confesa. De un lado, evoca al bachiller Sansón Carrasco que consigue sacar a Don Quijote del desvarío, como imagen que inspira a los autores para devolver la dignidad institucional del Estado usando sus propias armas jurídicas.

De otro lado, la interpelación «¿Hay Derecho?» promueve la reacción crítica del lector frente a la degeneración del Estado fuera de los carriles del Estado de Derecho.

Pues bien, este amenísimo ensayo es obra de cinco juristas de prestigio: Elisa de la Nuez, Fernando Gomá Lanzón, Ignacion Gomá Lanzón, Fernando Rodríguez Prieto y Rodrigo Tena Arregui ( la primera abogado del Estado y sus compañeros de lides, notarios, aunque todos ellos añaden a su condición de juristas, el don de la pluma fértil y la filantropía intelectual).

2. En clave expresiva, podríamos decir que la obra es tributaria ( para los publicistas) o heredera (para los privatistas), corregida y aumentada, del fecundo blog de actualidad jurídica y política, denominado hayderecho.com, web encumbrada en los foros jurídicos de máxima influencia de la red en la España, proporcionando un espacio crítico abierto caracterizado por la libertad de expresión y alto nivel jurídico, bajo la noble meta de resucitar nuestro maltrecho Estado de Derecho.

3. Sobre tales bases, el libro lleva a cabo un diagnóstico de nuestro Ordenamiento Jurídico partiendo de la Constitución, el Estado autonómico, la calidad de las leyes y la Administración desenfrenada, para pasar a analizar la eficacia del sistema de garantías, poniendo de relieve las deficiencias de la justicia y los resultados monstruosos en cuanto a partitocracia, corrupción, clientelismo y descontrol.

4. Sin que sirva de excusa para sustituir la lectura de la obra, avanzaré algunas verdades como puños que ofrece el libro:

– La voluntad del Parlamento hace tiempo que no es «la voluntad general»pág. 47).

– Si la Constitución no se cumple, será porque el encargado de velar por ella – Tribunal Constitucional- no ha hecho bien su trabajo (pág. 51).

– El exceso legislativo autonómico tiene consecuencias muy graves en forma de costes de incertidumbre y riesgo para los operadores económicos (seguridad jurídica, competitividad, unidad de mercado) como en términos de justicia, igualdad ante la ley y libertad individual para los ciudadanos (pág. 65).

– Es también imprescindible un cambio cultural donde la actividad de un Gobierno no se mida por el número de leyes o decretos que aprueba, sino por el nivel de eficacia y eficiencia en la consecuencia de resultados, incluidos los de tipo normativo. (pág. 76).

– «El problema es que empiezan a aparecer los «no obstante» y los «sin perjuicio», expresiones jurídicas muy socorridas cuya principal virtualidad es, como bien saben los juristas avezados, vaciar de contenido las disposiciones en las que se insertan sin que se note mucho»(pág. 68) Es muy frecuente como cláusula derogatoria que aparezca una expresión del tipo «quedan derogadas cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en esta norma». Muchos pleitos se interponen por la inseguridad jurídica provocada por esta situación tan caótica, en la que el ciudadano no está seguro de sus derechos (pág. 83).

– No nos olvidemos de un dato fundamental: cuando los contratos o las concesiones públicas no se adjudican a la mejor oferta técnica y económica, la principal consecuencia es que al comisionista le pagamos todos los contribuyentes por el sobrecoste del servicio (pág. 189).

– (Hablando de la Inspección de Hacienda o la de trabajo): Aunque tenga usted toda la razón, nadie se la dará por la vía administrativa; tendrá que irse a la vía judicial, pagando los honorarios de abogado y procurador, y las correspondientes tasas judiciales, que son bastante disuasorias (pág. 230).

Sanson Carrasco– También se explican las concesiones efectuadas en la transición democrática (pág. 32, 33), y se enaltece el Informe de la Comisión de Expertos presidido por García de Enterría (pág. 167), ya que al apartarse de sus carriles técnicos ha dado lugar a un proceso enloquecido autonómico, que tiene por punta de lanza el caso catalán, para el que los autores postulan una solución estilo «Quebec», que está expuesta con sencillez y claridad (pág. 178-180).

5. Por otra parte, salen malparados del libro, justamente por los pecados allí denunciados, la clase política en general (aunque mas bien los partidos políticos que los sustentan), el Consejo General del Poder Judicial, el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores, entre otras instituciones.

Además, por el libro desfilan cargos, personajes y personajillos (Pascual Estevill, César Alierta, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Botín, los Albertos, Enrique López, los indultados, los aforados, los paniaguados subvencionados…), como referencias precisas para demostrar las afiladas tesis del libro; de hecho, me sorprendió la referencia al entonces Secretario de Estado de Fomento y actual Ministro de Justicia (Rafael Catalá) para exponer que casualmente fue secretario general del Consejo de Administración de una importante empresa de juegos de azar que obtuvo una posición ventajosa gracias a la política desarrollada por el Ministerio de Hacienda (pág. 198-199).

Finalmente, tras apuntar por la necesaria apuesta por la mediación y el arbitraje para aliviar las cargas de la justicia, en lo que se refiere a frenar los pasos de cangrejo de nuestro Estado de Derecho, la esperanza entra por cauces democráticos en la perla final del libro: «Pero no solo tenemos las elecciones: hay mas medios de participación y presión legítimos. Está la crítica, está la manifestación, está la reunión, está la asociación, está la sociedad civil. En definitiva, es preciso concienciarse, organizarse y luchar con las armas del Estado de Derecho».

6. El análisis es ambicioso y extenso, y nada fácil ofrecer en 300 páginas los puntos débiles de todos los flancos del poder público actual, aunque personalmente echo en falta algunas referencias, que bien podrían enriquecer siguientes ediciones: el papel de los medios de comunicación y sus relaciones con el poder a la hora de alumbrar y/o enterrar asuntos de interés público; el impacto de lo políticamente correcto como motor y disfraz de leyes indigeribles; el abuso impune de añejos institutos como la expropiación de urgencia, contratación negociada o planificación urbanística a la carta y resucitada tras su anulación judicial; o la crítica al sistema educativo de la Universidad que permanece inmune a las reformas pese a la ineficiencia del ingente gasto en personal e investigación que digiere y provoca una pesada digestión.

Y como no, seguro que en esa segunda edición ampliada (o la web hayderecho.com) nuestros diestros analistas tendrán ocasión de analizar el fenómeno Podemos y su impacto en el tentetieso de la partitocracia actual.

7. En suma el libro tiene un contenido atractivo (todo lo que pueda ayudarnos a diagnosticar los males del Estado y atajarlo nos mejorará a los ciudadanos), con un estilo suelto, vivo, plástico, aderezado con metáforas y datos reales; y sobre todo, nos ayuda a los lectores a descubrir que la ciudadanía va montada en una bestia que hay que controlar, ya que los domadores políticos no hacen su trabajo como era de esperar.

De ahí que justo es agradecer el generoso regalo del libro a Carmen Lence Reija, funcionaria de alta profesionalidad y sentido común, así como a sus autores por embarcarse y llevar a buen puerto esta ambiciosa obra.

En fin, al final de la lectura de libro tan recomendable, me viene a la mente la frase irónica de Bertold Bretch, en que tras constatar «que el pueblo había roto la confianza del gobierno y sólo la podría recuperar redoblando esfuerzos: ¿No sería más fácil para el gobierno en este caso disolver el pueblo y elegir otro?.»

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Nota.- Ya que estoy en la Sección de Libros del Fin de Semana de este blog (un comentario cada sábado a un libro jurídico), recordar a los lectores del blog que el próximo viernes día 12 de Diciembre en la Librería Civitas en la C/ Don Ramón de la Cruz, 33 de Madrid, a las 18:00 horas tendrá lugar el acto de presentación del libro «Abogados al borde de un ataque de nervios«, obra que he escrito mano a mano con Juan Manuel del Valle Pascual, y en el que intervendrán D. Juan Mestre (Catedrático de Derecho Administrativo), así como D. Marcos García-Montes y D. Javier Muñoz Pereira (abogados de reconocida filantropía con las artes) y los autores.

Es la ocasión para saludar, firmar libros, selfies o brindar por la abogacía en el cocktail que se servirá finalmente. La asistencia al acto es libre y basta confirmarla con exponer el deseo de asistir en este correo electrónico (libreria.civitas@thomsonreuters.com).

 

 

2 comments on “Sansón Carrasco y su valerosa lucha por el Estado de Derecho

  1. María J

    Enhorabuena por el artículo y el blog del que soy fiel seguidora desde hace poco. Me animaré a ir a la presentación del libro, y avisar que el número de la calle está equivocado, Librería Civitas, está en calle Ramón de la Cruz número 33.

    Un saludo y hasta el viernes!

  2. Pingback: ¿Hay derecho? de Sansón Carrasco – Apuntes Breves « Raul Barral Tamayo's Blog

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