Habemus Doctor en la Universidad de Salamanca: Antonio Arias

Me llena de satisfacción divulgar que el pasado viernes el síndico de cuentas del Principado, compañero de promoción de funcionario, y cómplice de un sinfín de batallas jurídicas y sociales, obtuvo el Grado de Doctor por la Universidad de Salamanca con una impresionante tesis de título tan ambicioso como atractivo: “La gerencia de la Universidad Pública española. Aspectos financieros y áreas de riesgo en la actividad docente e investigadora”.

El Tribunal estaba presidido por el Director del área de doctorado así como director del Master Estado de Derecho y Gobernanza global de dicha Universidad, Nicolás Rodríguez García, el catedrático leonés Enrique López González y la letrada del Tribunal de Cuentas, Pilar Jiménez Ríus.

No recuerdo quien socarronamente afirmaba que la elaboración de las tesis doctorales era parecido a trasladar huesos de unas tumbas viejas a otras modernas. Sin embargo, la tesis doctoral de Arias demuestra que es capaz de ir mas allá y resucitar un tema complejo y prácticamente inexplorado por el mundo académico como es el ámbito jurídico universitario, contando con el lujo de la codirección del administrativista Pedro Nevado y del economista Roberto Fernández Llera.

En efecto, a nivel profesional y administrativo, los letrados de las Universidades, bajo la sombra de AEDUN, fueron creando eso que hoy puede calificarse de Sistema de Derecho Universitario Español.

Y Antonio Arias ha dado un paso adelante con su monumental tesis doctoral, que el mismo ha reseñado en su blog con exposición literal de su elocuente resumen, y donde demuestra aquello de «ser agradecido para ser bien nacido». No era fácil adentrarse en un terreno jurídica y económicamente quebradizo, y salir con bien del lance.

1. En primer lugar, las Universidades son Administraciones Públicas atípicas, por lo que doctrinalmente se las califica de “Administraciones independientes”. O sea, el traje clásico de las Administraciones territoriales y Organismos Autónomos le revienta por las costuras.

En segundo lugar, las Universidades son la única persona jurídico-pública titular de un derecho fundamental privativo: la autonomía universitaria en su triple vertiente de libertad pública (libertad de cátedra, estudio y de investigación), derecho fundamental (con recurso de amparo para su defensa) y garantía institucional (con contenido mínimo “ajustado a los tiempos”, de forma que sea recognoscible en cada momento).

En tercer lugar, la Gerencia de las Universidades es un órgano complejo en que se inserta un órgano unipersonal, el Gerente, con una posición jurídica y poder inédito en el universo público, hasta el punto de que es un “primus inter pares” en los órganos de gobierno universitarios.

Y por si fuera poco, cada Comunidad Autónoma con su normativa de desarrollo, y cada Universidad con la elaboración de sus Estatutos ha provocado que cada Universidad cuente con fisonomía, poderes y limitaciones propios. No puedo evitar tener presente la teoría del desplazamiento de placas tectónicas de Wegener para explicar la deriva actual de muchas Universidades por la fuerzas internas de magma así como por los volcanes y terremotos que les asedian.

2. Pues tan peliaguado escenario es abordado por la tesis de Antonio Arias. Una tesis, como se encargó el Tribunal que le otorgó la máxima calificación, caracterizada por una estructura clara, ordenada y que aborda con soltura y profundidad todas las vertientes de la Gerencia universitaria. Además las virtudes de la obra impactan en el lector: amplía y oportuna bibliografía, nacional y comparada; referencias jurisprudenciales y de órganos consultivos y de control actualizada “a tiempo real”; exposición de planteamientos valientes sin eludir respuestas en escenarios espinosos (costes indirectos de investigación, operaciones presupuestarias, relaciones de puestos de trabajo, experimentos organizativos, tensiones entre órganos de gobierno y órganos de gestión, los riesgos del mercado competitivo universitario, etc).

3. El doctorando desarrolló su resumen, con cita de agradecimientos así como de su ambicioso objetivo, y tras los encendidos elogios de los miembros del Tribunal, aunque no faltaron elegantes críticas puntuales: forma de ordenación de capítulos, necesidad de soluciones mas arriesgadas o imaginativas dada la trayectoria y probado ingenio del doctorando, conveniencia de establecer paralelismos con las Universidades privadas, incidencia de la crisis económica y el mercado competitivo en la política gerencial, etc.

4. En suma, una gran obra que además verá la luz con su edición en el último trimestre de este año, y con ello se proporcionará a Rectores, Gerentes y restantes cargos académicos, además de a los administrativistas, un valioso estudio de la rara avis que es la Gerencia de las Universidades.

Con estudios así, reverdece la ilusión en la productividad del mundo académico que tan altos frutos ha dado pero, ya sea por un contexto de desencanto o por penurias económicas, tengo la sensación de que está en horas bajas.

¡Enhorabuena, Antonio!