Al finalizar las vacaciones, y deseando que los lectores del blog las hayan disfrutado, me he zambullido en la lectura del estupendo libro de la infatigable y joven abogada Sara Molina Pérez-Tomé, prologado por Laura M. Molla Enguix, Editorial Ley 57 (2014), titulado «El abogado 3.0» y que demuestra que lo gratuito en formato ebook, ahora prologado por Carlos Guerrero, puede ser bueno.
Veamos las virtudes de la obra.
En primer lugar, se ofrece generosamente en descarga digital gratuita.
En segundo lugar, su brevedad pues su extensión se limita a 68 páginas.
En tercer lugar, su estilo suelto, cercano, cómodo para el lector que se ve acompañado por la autora en el universo de las nuevas tecnologías que no debieran faltar en un bufete con pretensiones de buen servicio y modernidad.
En cuarto lugar, su contenido es utilísimo. Para los que nos acercamos a lo tecnológico con la prevención de los desactivadores de explosivos, el libro nos invita a asomarnos a las aplicaciones y utilidades actuales que son capaces de convertir un gris despacho de abogados propio del Cuento de Navidad de Dickens en el luminoso despacho de Ally Mcbeal (Cage & Fish). O sea, indica la hoja de ruta para pasar de la invisibilidad discreta del bufete a la visibilidad deslumbrante de la red.
1. Digámoslo claro. Un buen abogado clásico, artesanal, receloso de lo electrónico, es muy respetable pero… ¡no le va a perjudicar probarlo!. Al menos conocer lo que hay tras la puerta tecnológica y luego decidir en consecuencia.
No pasa nada por asomarse al mundo de la existencia de redes sociales, a la práctica del blogging (llevar un blog) y sobre todo crear una marca sin fronteras locales ni territoriales.
No tengan duda que lamentablemente el abogado que en cinco años no cuente con su web profesional, personal o en grupo, será una especie en extinción… por inanición.
A mi juicio el abogado tiene que tener un escaparate (la web con un dominio o nombre atractivo), dotar de contenido ese escaparate (exponer sus principios, su especialidad, sus méritos, opiniones y servicios), facilitar su localización (la red con su web está “abierto hasta el amanecer”), y además “flotar” en el mercado de la abogacía (participar en actividades, formarse, lanzar aportaciones de las redes sociales, practicar networking, etc). Y si tiene su propio blog (aunque lo alimente con periodicidad geológica, mejor). Y si se deja caer con comentarios en foros de internet dejando huella de su «marca», mucho mejor.
2. Me encanta la apuesta de la autora por enfocar el mundo tecnológico sin descuidar el plano humano del servicio que presta el abogado (aspecto nuclear en nuestra obra «Abogados al borde de un ataque de ética»(Aranzadi,2014). Una cosa es utilizar la red de las tecnologías y otra muy distinta que el pescador sea un robot. La autora hace hincapié en lo que constituye mi mantra vital: empatizar.
Y es que tras el ropaje formal y tecnológico, ahora sí, el abogado debe estar en su despacho dispuesto a atender a los clientes.
La empatía o habilidad emocional para ponerse en lugar de los demás y comprender su punto de vista, aunque no se comparta, es vital para el éxito de un bufete.
En suma, una buena carta de presentación a los clientes, a los compañeros y a la comunidad jurídica general es estar “visible tecnológicamente”. Cuesta poco y se gana muchísimo.
Si el homo habilis fue superado por el homo sapiens, es porque este supo adaptarse con nuevas herramientas de piedra y hueso, lo que comportó mayor desarrollo craneal para usarlas imaginativamente y la aparición del lenguaje. ¿Qué queremos ser?
3. El altamente recomendable libro de Sara, «El abogado 3.0» nos ayudará a captar las claves y actitudes para esa labor de inmersión, porque pone su voz autorizada a exponernos de forma clara la necesidad de adaptación al cambio, las estrategias y lo que las tecnologías nos pueden aportar, sin olvidarse de aprovechar su viaje literario para mostrarnos la concepción mas noble del abogado, curioso, esforzado, leal, paciente y que es capaz de tomar el tren tecnológico.
4. Para finalizar, la encrucijada me recuerda que este verano escuché una entrevista al cantante Loquillo en que comentaba que su canción Cadillac Solitario no se refiere a la nostalgia por una antigua novia sino que juega con el pasado que no volverá y que hay que darse cuenta de esa irreversibilidad para mirar adelante y seguir sintiéndose vivos.
Por eso, me viene a la mente el párrafo de la canción que ahora me evoca a aquéllos abogados que sentados en su despacho esperan con tristeza y ansiedad la llamada del cliente que no llega, en vez de probar a tomar el tren de las tecnologías. No nos engañemos, si nosotros no lo hacemos, nuestros competidores lo harán. Y desde luego, la mayoría de los clientes están familiarizados con las tecnologías. El párrafo de la canción es este:
“El amanecer me sorprenderá
dormido, borracho en el Cadillac
bajo las palmeras luce solitario… y no estas tu,
y dice la gente que ahora eres formal
y yo aquí borracho en el Cadillac
bajo las palmeras luce solitario
y no estas tu…”
Y es que como expuse en su día… ¡Abogados, los tiempos están cambiando!
Últimamente el marketing jurídico me persigue pero ¡me encanta! porque es una materia altamente necesaria, revisaré el libro que recomiendas, hay ideas muy interesantes, lo del ebook lo habia visto sobretodo en blogs de fotografía y en otras más, lo único que me pregunto es si terminaremos inundando la red con los blog jurídico (sería apasionante ver tantos estilos flotando por la telaraña digital), yo tengo el mío aunque por algunos fallos técnicos (vease mi PC) no he podido escribir bien este verano, así que me dedique a ir a la playa y a estudiar un montón, ahora que ya está arreglado lo retomo.
Un saludo!
Muy bueno.
PS: Recomiendo el clip en You tube de CAdillac Solitario BEC 2005 (Bilbao Exhibition Center.. que está en Baracaldo).
Bienvenido, Señoría. Veo que está en plena forma. La Bañeza es una maravilla qure conocí de chico camino de la tierra.
Debo decir que me he encontrado con ‘blogs’ jurídicos que entran claramente en el ámbito de la ciberdelincuencia. Auténticas trampas que violan la LOPD y las Directivas de la UE. Hay gente pa tó.
Sevach, me alegro que hayas disfrutado de unas felices vacaciones, sin sobrinos maleducados por medio, como el que suscribe.
Procuro estar en las redes sociales, pero la verdad es que pesco muy poco. Sigo viviendo de los amigos, parientes y conocidos, vamos de lo que se ha venido en llamar las 3 p: parientes, pobres y putas.
¿Cuánto se tarda en pescar clientes en las redes sociales…, o sólo sirve como publicidad genérica, sin efectos prácticos reales, como intuyo, no se si equivocamente?
(Alguno de los aspirantes a clientes he tenido que mandarles a hacer puñetas, pues te discuten los posibles honorarios, piden presupuesto como si fuesen un vendedor de un coche nuevo, que todo el mundo sabe su precio oficial, o una vez hecho el presupuesto, te piden una rebaja, como si además de ser profesionales tuvieramos que poner la cama…).
Reitero saludos y mis mejores deseos para el nuevo año judicial.
A mi dese ese enlace se me descarga un libro de ‘Marketing Jurídico’ de 20 páginas, no el ebook ‘abogado 3.0’ de 68 páginas
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