Crónicas administrativistas

Iuris Lag: la desorientación del jurista tras las vacaciones

trabajador agotadoAl finalizar las vacaciones, ya sea por el ocio activo o ya sea por el obligado parón del mes inhábil de Agosto, los sinsabores aguardan al retornar al despacho.

 

Al profesional del derecho (abogado, funcionario o académico) le aguardan papeles amontonados, el ordenador apagado pero repleto de correos electrónicos y… ¡cuidado!… mirando de soslayo y amenazadoramente, suele aguardar en esa discreta esquina de la mesa aquel asunto enojoso, aburrido, complejo o ingrato. Ese miura que hemos dejado en la dehesa de las vacaciones y que ahora inevitablemente debemos torear.

 

Para el funcionario es un expediente molesto; para el abogado, el pleito sufrido como “dolor de muelas”; para el juez, los autos interminables y repletos de incidentes. Allí están, como la Puerta de Alcalá, “viendo pasar el tiempo”… pero es hora de despertar. Veamos rápidamente las sensaciones y retos.


 

1. El problema es que el cerebro tiene que despertar al estilo de Jorge Manrique (“Avive el seso y despierte”), y no es fácil. Sobre todo cuando en esa lucha entre la memoria reciente de las vacaciones que se esfumaron y la expectativa de once meses que se avecinan, sobrevuela esa sensación tan común e inevitable: ¡Cada vez pasan mas rápido!, ¡Ni me he enterado!. Y en cambio, el trabajo parece ralentizarse… ¡Si el tiempo que dura un litigio fuese al mismo ritmo que la duración de las vacaciones!. Curiosa sensación que me llevó a comentar la paradoja de buscar el tiempo perdido que pasa mas rápido según envejecemos.

 

Y ya que hablamos de cerebro, algo común e inquietante: ¿ qué puñetera contraseña le puse a ese correo, archivo o aplicación, que ya no recuerdo?regreso abogado

 

2. En fin, mantienen su vigencia lo que en su día califiqué de Diez retos del abogado diligente tras venir de vacaciones.

 

También me ocupé del Síndrome postvacacioneal de los funcionarios: deseos, zancadillas y desencantos.

E incluso comenté la situación del profesor universitario tras las vacaciones. Además no pude dejar de subir al  blog el ingenioso Rap tras la vacaciones en verso de Juan Manuel del Valle.

 

3. Se trata de arrancar a reflexionar, leer y escribir. Confucio nos enseñó aquello de que para subir una gran montaña siempre hay que dar un primer paso y luego viene rodado. Personalmente siempre me ha gustado el primer día de trabajo dedicarlo a la exploración y aterrizaje sosegado. Me ayuda muchísimo un café ( o dos) con compañeros, hojear y ojera asuntos para devolverlos a su reposo, mirar por la ventana como el preso desde su celda a la luz del sol, leer morosamente los correos electrónicos pero sin precipitarme a contestar, esforzarme en rehacer el planning de eventos y compromisos para el trimestre… y eso sí, al día siguiente ya toca arremangarse y trabajar.carrera profesional

 

4. Al menos, pese a que existen problemas de enjundia (la migración, violencia de género, los delirios del tiranuelo de Corea del Norte, juventud enganchada a lo inmediato y lo tecnológico, el reto de infinidad de familias para llegar “a mediados de mes”, etc) lo cierto es que comienzan a verse titulares de las noticias esperanzadoras en cuanto indican un aumento de consumo y con ello, del nivel de vida (“aumenta la venta de coches”, “suben los precios de las viviendas y la construcción se reactiva”, “las familias recuperan el hábito de comer fuera”, etc).

 

Sin embargo, el indicador que profesionalmente me gustaría fuese la noticia de portada sería: “Aumenta el número de litigios al existente al inicio de la crisis”. Como lo leen. Y lo digo porque, pese a que como el colesterol malo, hay numerosos pleitos que se deben “mas al fuero que al huevo” o que se llevan a cabo con malicia o abuso, lo cierto es que la existencia de pleitos no es mala en sí misma.

 

Es un índice de confianza en el Derecho, la Justicia y el sistema. Además el ciudadano tiene derecho a equivocarse sobre el alcance de su derecho pero no que se le niegue el derecho a la tranquilidad con un portazo judicial.titulares abogados

 

Lo auténticamente penoso es tener razones para litigar y no hacerlo por su coste (tasas, costas, etc).

 

O no hacerlo por la condición prepotente del demandado, a quien no le importa demandar ni ser demandada: banco, aseguradora, compañía aérea, o empresa de telecomunicaciones, por ejemplo.

 

O no recurrir frente a la todopoderosa Administración porque “juega con blancas” y se ha diseñado o blindado procedimientos, garantías y privilegios.

 

Confiemos en que el titular del  futuro inmediato no sea: “Un ciudadano gana un pleito frente a la Administración y no se arruina”.

4 comments on “Iuris Lag: la desorientación del jurista tras las vacaciones

  1. Magnífico ‘post’ de alguien muy especial. El problema estriba, a mi modesto juicio, que dudo que sean muchos los operadores jurídicos que comprendan su alcance. Y mucho menos las citas. Para desgracia de todos, nuestro ‘blogmaster’ es de otra pasta que poco tiene que ver con la realidad jurídica del cotidiano devenir de los unos y los otros. Sin cultura, tampoco se da la cultura jurídica. Pena.

  2. Pingback: Iuris Lag: la desorientación del jurista tras las vacaciones | "MOLINOS DE VIENTO DE LEVANTE": Fallera de nacimiento, manchega por adopción,madre y jurista. @angels_blaus

  3. Joan Jaume Serra

    Confiemos en que el titular del futuro inmediato no sea: “Un ciudadano gana un pleito frente a la Administración y no se arruina”…..Supongo que esta frase es un lapsus del autor ….Por lo demás,brillante artículo

  4. Pingback: Tras las vacaciones los fantasmas del jurista seguían ahí – delaJusticia.com

Gracias por comentar con el fin de mejorar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde delaJusticia.com

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo