Luchas

Nuevos propósitos del jurista para el nuevo año

propósitos 2016Solemos plantarnos retos y metas al inicio de un nuevo año. Es nuestra forma de resetearnos para poder apurar la vida y no que la vida nos apure a nosotros.

Es el primer día del año, tras las felicitaciones y buenos deseos de familiares, amigos y conocidos, y es hora de precisar los propósitos, aunque sean finalmente incumplidos y dentro de un año me encuentre otra vez como en el día de la marmota de la película “Atrapado en el tiempo”.

Veamos las ambiciosas metas. 

1. Aquí están mis propósitos, que recomiendo a los que vivimos de la profesión jurídica:

I. Comprometerme a consultar el BOE digital diariamente y no verme condenado a sorprenderme de las novedades cuando ya es tarde.

Nada más decepcionante que el asombro de un abogado o juez cuando le informan que una norma ha sido derogada o invalidada judicialmente, y no digamos si esta información va envuelta en formato de sentencia (desestimatoria para el abogado, o revocatoria para el juez).

II. Descargar los Códigos Electrónicos del BOE de mi especialidad, que son oficiales, gratuitos y actualizados. ¡Casi nada! Y si hay que avanzar en el libro electrónico pues adelante: no cansan la vista ni ocupan espacio y además baratísimo y elegante. No deja de sorprender que quienes se resisten al libro electrónico en cambio utilizan con naturalidad la tarjeta de crédito en vez de portar monedas y billetes.

ordenador consultarIII. Efectuar un barrido semanal de la jurisprudencia del Supremo y del Constitucional puesto que solo echando la red en los caladeros pueden cobrarse buenas piezas. Además el derecho vivo no está en la letra de la ley sino en la letra de las sentencias que la interpretan… o malinterpretan. Y especial valor tiene la jurisprudencia procesal puesto que siempre está en el camino para luchar por el derecho.

IV. Consultar periódicamente los principales noticieros jurídicos, que la web nos ofrece gratuitamente y en formato atractivo. Basta con asomarme diariamente cinco minutos a los titulares periodísticos de esos noticieros, leer lo que interesa y prescindir de lo anodino para ir pisando fuerte en el mundo de la comunicación jurídica. Un jurista informado es un jurista preparado.

V. Dedicar algún tiempo de los fines de semana a ordenar la cosecha de mi vida profesional. Vamos acumulando cursos, seminarios, publicaciones y eventos y no nos molestamos en tenerlos de forma organizada para cuando se necesitan. Quizá en las esquelas de defunción solo figure nombre y familia pero en vida son muy importantes los logros y frutos profesionales. Tenerlo ordenado, claro y disponible es una estupenda carta de presentación, que no debe dejarse a la improvisación. Y si además se sube a linkedin, siempre tendremos nuestro curriculum vitae al alcance de cualquier teclado.

VI. Ordenar el escritorio de la pantalla de mi ordenador (iMac de 24″), y de mi macbook air de 13″, sin olvidar mi macbook pro de 15″ así como tengo que sincronizarlos todos con mi iphone 6 plus. O sea… ¡necesito un “ordenador” para ordenar mis ordenadores!. Vamos, que tengo que mantener mis herramientas de trabajo a punto como el cirujano su juego de bisturíes. No podemos convertir nuestro ordenador en un “trastero”, repleto y desordenado. Mas que acumular incalculables montañas de datos jurídicos en el escritorio y archivos del ordenador, tenemos que emplear un poco de tiempo en organizarlos para acceder a ellos de forma rápida y precisa.

Y quien dice “ordenar los ordenadores” dice verificar y ordenar los cargadores, memorias externas y demás.

VII. Avanzar en uso de tecnologías al servicio del trasiego jurídico documental.

Shopping trolley on button of computer keyboard --- Image by © Matthias Kulka/Corbis
Shopping trolley on button of computer keyboard — Image by © Matthias Kulka/Corbis

En particular, debo emplear unos minutos famliarizarme en la firma de documentos y facturas desde el ordenador (con vista previa del Mac es sencillo: se acabó perder el tiempo firmando y enviando por correo postal el documento).

También debo mantener mis dos almacenes virtuales gratuitos con su contenido homogéneo. Google Drive para documentos profesionales y Dropbox para documentos de la vida cotidiana. Me resulta muy útil tenerlos bajo la misma clave y sincronizados en el Smartphone. Allí donde esté, me acompañarán los datos, y si tengo los datos, tendré las respuestas a mano. O sea, celeridad, eficacia y exactitud. ¡Casi nada!.

Y aprovechar otras utilidades tecnológicas que están ahí al alcance de la tecla como ya recomendé en su día. Y por supuesto, ningún abogado del siglo XXI y en particular del año 2016 puede descuidar la ocasión de avanzar en el marketing jurídico. Quien no se anuncia no vende, pues parafraseando el refrán, “el buen paño jurídico en el arca no se vende”.

VIII. Debo darme cuenta de que se puede ser feliz trabajando. Esto es muy importante. El Derecho es árido. O al menos, la doctrina y el formato y lenguaje de las sentencias lo han convertido en una “disciplina triste”. Pero no gano nada con amargarme. No se trata de la maldición bíblica (“te ganarás el pan con el sudor de la frente”) sino de ver el lado creativo de ganarse jurídicamente el pan… y la sal (de ahí viene “salario”).

Pensemos que el Derecho, el conflicto jurídico tiene mucho de juego, de reflexión y estrategia. Es cierto que hay asuntos jurídicos áridos y que no entusiasman pero se tarda el mismo tiempo resolviendo un asunto cabreado que resolviéndolo relajado.

Así que me propondré mantener una actitud positiva ante los problemas jurídicos.

IX. No debo quedarme en el análisis superficial de  los asuntos. Hay que verlos desde todos los ángulos y sobre todo, no darse por derrotado. Allí donde todo parece consolidado y sin razón para una tesis jurídica, nos sorprendería saber que existe una posición doctrinal, un cambio legislativo o jurisprudencial reciente que puede avalar nuestra tesis.

cuboLa mayoría de los clientes de los abogados no culpan al abogado por perder el litigio sino por no haber luchado para intentar ganarlo, que es muy distinto. Asimismo, la mayoría de las partes de un pleito no se quejan del juez que no les da la razón, sino de las endebles razones o frivolidad de quien se la quita.

Por eso, un buen propósito en la profesión jurídica es darle vueltas a los problemas como quien intenta resolver el cubo de Rubik: razón e imaginación mientras se dan vueltas y revueltas.

X. He de incrementar la presencia en redes sociales “virtuales”. Si el Derecho es regulación de la vida social, malamente se entiende un profesional del derecho aislado en su despacho, enterrado en tomos jurídicos y esperando el cliente como el sacerdote agazapado en el confesionario.

Personalmente me ha enriquecido mucho el mundo de las redes sociales, al que me acerqué inicialmente con el recelo que da la ignorancia.

Así que en los últimos tiempos di el paso adelante en LinkedIn, luego a Twitter (aunque con prudencia) e incluso tanteé en Facebook (con dudas y extrema timidez). En los tres casos, son herramientas que me han abierto otros mundos y lo mejor, a conocer personas o acceder a ideas increíblemente útiles y gratificantes. No podemos dejar cerradas esas puertas.

clubA mi juicio, Linkedin es mi club privado y selecto, al estilo de los Clubs de caballeros británicos del siglo XIX, donde están aquéllos que comparten inquietudes profesionales, culturales y sociales. En cambio, cuando me asomo a twitter me siento un vaquero que irrumpe tras las puertas batientes del salón donde reina griterío y alboroto, pero donde rápidamente puede uno trasegar un whisky, escuchar al vecino, lanzar su opinión o asistir al vuelo del escupitajo ajeno y si no le gusta volverse la grupa e irse.

Lo de Facebook es mas bien asistir al botellón juvenil, donde todo vale, y todo el que pasa algo te dice o pasa, y donde cada uno va a su tema, aunque a ti te importa un bledo.

Que cada uno escoja su ambiente.

XI. He de incrementar mi presencia en las “redes sociales presenciales”. Y ello porque nada mas gratificante que esos momentos acodado en una barra de bar con un compañero abogado o juez, estilo compadreo de la serie Ally MacBeal en el Bar Martini (¿a que no recordaban el nombre del local donde la cantante pop Vonda Shepard ponía voz a los sentimientos de Ally?). Y quien dice un bar, dice una conferencia, una reunión corporativa o una presentación de un libro. Siempre se aprende y siempre se coincide con alguien que robustece el networking.

Por eso, quizá el reto está en equilibrar las relaciones virtuales con las relaciones presenciales y conocer cara a cara, con café, caña o pulpo a tantas personas interesantes que se cruzan en nuestro camino.

prejuicios rotoXII. He de desmitificar popes y eliminar prejuicios con la lectura, el debate y el conocimiento. Cuando era niño mitificaba a mis profesores; en la madurez, a los jefes; y ahora me doy cuenta de que crecer y madurar es precisamente quitar el humo, incienso y espejos a quien pretende infundirnos temor reverencial. Hay muchísimas personas interesantes y grandes maestros o juristas de quienes aprender, pero hay mucho embaucador en el camino. Hoy día me maravillo de lo que me enriquece rodearme de personas interesantes y generosas que, curiosamente no necesariamente son juristas ni siquiera titulados; y es que en la profesión jurídica abundan los galones y la soberbia por arrobas (también por los símbolos de los correos electrónicos), y el jurista ilustrado sabe que la mayor autoridad jurídica es la de quien estudia, se esfuerza y domina las claves jurídicas. Y quien estudia de los sabios juristas, sabrá reconocer la auténtica sabiduría de abogados, profesores y jueces. Una toga da apariencia de sabiduría pero no auténtica sabiduría, que solo entra por la percepción, reflexión, estudio y esfuerzo.

La experiencia está muy bien, pero si se une a la ciencia (a la formación) es invencible. Y si la profesión jurídica es debate y razón, la munición del éxito es el estudio. Así que, otro propósito: leer muchos de aquellos libros y autores que me citaron en la Facultad pero que jamás leí.

Tampoco sobra ilustrarse con lecturas no jurídicas que ofrecen perspectiva, planteamientos, riqueza léxica y además relajan el cerebro (a cuyo fin aquí hay una buena recomendación).

descanso2.  Y por supuesto, todos esos propósitos sin olvidar anteponer la salud. Muchas horas, muchos compromisos, mucho estrés profesional son la antelasala del aviso cardíaco, de la reacción alérgica o de la depresión. Así que a bajar el ritmo, mas ejercicio y menos saraos gastronómicos. El mas importante pleito de nuestra vida es con la comadre Sebastiana, de quien nos hablaba Ramon J Sender en su novela “El bandido adolescente”, aclarándonos: “Cuando está por medio la comadre Sebastiana no hay amos ni criados. Llamaban los hispanos (mexicanos), comadre Sebastiana» a la alegoría de la muerte (el esqueleto con la guadaña)”.

Por eso, no está de más  recordar aquello de “menos cadenas, más distracciones”.

Así que, comparto con vosotros mis propósitos. Espero que algunos de nosotros podamos cumplir algunos de ellos. Tampoco va a ser cumplirlos todos este año… ¿qué haríamos entonces el 1 de Enero de 2017?

Suerte, compañeros.

6 comments on “Nuevos propósitos del jurista para el nuevo año

  1. Fantástico, como siempre. Feliz 2016!

  2. Gracias Sevach por compartir tus útiles proyectos con todos los que te seguimos. La verdad es que no sé que admiro más de ti, si tu generoso y estimulante magisterio o tu desbordante entusiasmo vital. Por eso, al Nuevo Año le he pedido, además de salud, poder seguir disfrutando durante mucho tiempo tus entradas y comentarios ¡¡Feliz Año Nuevo!!

Gracias por comentar con el fin de mejorar

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