Esa es la pregunta del millón… o de los millones… de ciudadanos de bien, de funcionarios y de políticos que quieren recuperar la confianza en la gestión pública, que se gaste de forma eficaz y con arreglo a derecho.
No es mucho pedir en tiempos en que las palabras transparencia y responsabilidad se agitan como un sonajero, pero al que los desaprensivos hacen oídos sordos.
A esta simple pero incisiva pregunta se intentará responder en el foro que tendrá lugar el próximo día 20 de Abril en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, de 9,15 a 13,30 horas, bajo la organización del Catedrático y Director del Departamento de Derecho Financiero y Tributario de la UCM, D. Miguel Ángel Martínez Lago.
En dicho foro, organizado por la Universidad Complutense, la Fundación Hay Derecho y el Ministerio de Economía y Competitividad tendré el honor de poder participar junto con otros ponentes de los que todos podremos aprender perspectivas, planteamientos y posibles soluciones al complejo contexto de gasto público que nos invade.
Nada menos que hablaremos de transparencia, tensiones entre Tribunal de Cuentas y Tribunal Supremo, armonía del Estado autonómico con exigencias de control unitario, controles parlamentarios, etc.
Es un tema apasionante, a una de cuyas dimensiones mas mediáticas dediqué en su día una perspectiva mas creativa me ocupé en su día titulando un post: la fórmula de la corrupción y su antídoto.
La información detallada de estas interesantes Jornadas, así como el enlace de inscripción lo tenéis aquí (o desde aquí)
Creo sinceramente que el Programa y los temas brindan una ocasión de oro para reflexionar con rigor sobre temas que lo merecen.
En Georgia han acabado con la corrupción, en 10 años, con estas medidas: reforma del Código Penal con fuertes penas a los corruptos. Incentivo salarial a los funcionarios que denuncian casos de corrupción; creación de empresas estatales «fantasma» que bajo la apariencia de reales comparecían en procesos selectivos de contratas, etc donde tentaban al funcionario, o político, a dejarse aconsejar por la mordida…. Creo que me dejo alguna más.(fuente «libertaddigital» de hace unos días)
El caso es que Gerorgia en 10 años ha dejado de ser un país corrupto; su PIB se ha multiplicado por 5 y el turismo igual.
Eso sí, tuvo la suerte de contar para ello con un primer ministro empeñado en ese logro….
Considero imposible que en España un primer ministro empeñado en algo lo puede llevar a caboa, lidiar con con la compañía de 17 regiones empeñadas en su particular «seña de identidad»