Triunfos y homenajes del Derecho Público

Lección magistral de Sosa Wagner: retos del jurista juicioso en tiempos tumultuosos

archivo_003Tuve la fortuna de asistir el viernes, 7 de Octubre de 2016 a la Lección de despedida ofrecida por Francisco Sosa Wagner, Catedrático de Derecho administrativo con ocasión de su jubilación en la Facultad de Derecho de la Universidad de León.

Se trata de las lecciones de cierre de ciclo académico, que gozan de tradición en Alemania, y que ofrecen la mirada serena del Catedrático hacia la cosecha de toda una vida ocupada en lecturas e investigaciones, tertulias y cavilaciones.

El acto fue presidido por Juan Francisco García Marín, Rector de la Universidad de León y contó con la presencia de Miguel Díaz y García Conlledo, Director del Departamento de Derecho Público así como con Tomás Quintana López, Catedrático de Derecho administrativo, ofreciendo cada uno su perspectiva particular para desvelar un cuadro impresionista de la impresionante figura de Sosa Wagner.

El veterano profesor, ataviado con cierto estilo colonial y su característica pajarita, desde un atril, se lanzó a la exposición vigorosa y cadenciosa del fruto final de su inquieto espíritu de búsqueda de la esencia del poder y el papel del jurista y el investigador.

Suele decirse que la amenidad es la cortesía del académico pero debería añadirse que la devoción debe ser la investigación y su obligación la docencia. Y por ello podría parafrasearse a Gracián y decir que la lección del profesor, al ser amena y buena, y provechosa, tres veces buena.

 Pero pasemos al interior…

Sería imposible encerrar en una disertación de menos de una hora de discurso toda una vida del profesor Sosa Wagner dedicada al derecho, a la política y la literatura, y mas difícil todavía en una crónica de un blog.

Una vida aderezada con curiosidad por saber de todo y de todos.

Un papel protagonista en el diseño del Estado de las autonomías ( como Secretario General Técnico, 1982-1987) y un papel crítico en la construcción de la Europa de las tensiones ( como europarlamentario hasta fechas recientes).

congresoUna experiencia profesional como letrado, abogado, profesor, alto cargo, eurodiputado y con oficio de escritor reconocido, pero sobre todo, espectador atento del carnaval que Larra ya nos advirtió como seña de identidad de la vida y el mundo.

Una vocación de conocer los fenómenos políticos y jurídicos en el haz y el envés, en su historia y en la intrahistoria ( siendo buen ejemplo, sus investigaciones casi «espeleológicas» sobre Adolfo Posada, su galería de juristas alemanes, o la figura de Pío IX). Ello sin olvidar su productividad como novelista y articulista periodístico, que demuestran que hay vida mas allá del derecho y que explican su verbo florido y pluma sugestiva cuando abandona la ficción y se adentra a explicarnos los engranajes del derecho y el poder, para desnudar la autonomía universitaria ( El mito de la autonomía universitaria, Civitas, 2004), para deshojar la margarita de fuerzas que se agazapan tras la independencia judicial ( La independencia del juez, La esfera de libros, 2016), o demostrar lo que realmente se cuece en las cocinas de la Unión Europea (Mis memorias europeas, Ed.Funambulista,2015).

Y como no, un papel de primera linea entre los Maestros del Derecho administrativo de una generación entre cuyos discípulos menores me cuento, pues ya en mis tempranos inicios pude comprender leyéndole la «naranja mecánica» de la administración local e incluso aceptar el hijo pródigo del derecho público clásico que era el derecho administrativo económico.

Pues buena prueba de su sapiencia y legado nos ofreció en formato de Lección de Despedida.

Dicha Lección, expuesta con claridad y cadencia a oídos atentos, procedentes de una veintena larga de Catedráticos de derecho público, algún magistrado y una nutrida asistencia de admiradores, alumnos incluidos, se centró en lo que me atrevo a calificar de diagnóstico del maltrecho derecho público español, sobrevolando nuestras fronteras territoriales y ofreciendo recetas.

En primer lugar, afrontó la casi perniciosa fragmentación del estudio del Derecho público en sus tres hijos, Constitucional, administrativo y financiero, que propician la pérdida de la visión de conjunto y orgánica de una misma realidad pues «forman parte de un tronco común mucho mas expresivo y rico».

preseEn segundo lugar, cuestionó la preocupante condena de la llamada ciencia básica por el empuje de la supuestamente mas rentable ciencia aplicada pese a que sin aquella ésta no puede entenderse ni quizá originarse, y rechazando el estajanovismo académico en pos de reconocimientos, grados o tramos, afirmando irónicamente que «Si en mi mano estuviera sustituiría esas milongas de clases que nos quieren dar los pedagogos y buena parte de los másteres por una asignatura obligatoria que se llamara «curiosidad» como sustituiría los estudios previos al doctorado que hoy se practican por la lectura y debate de ocho o diez obras básicas».

También reivindicó la resurrección académica de la teoría del Estado, zarandeado por las multinacionales, el mercado, la tecnología, las corrientes neoliberales y la política internacional, pues «se necesita un poder fuerte y democráticamente organizado que legitime decisiones y medidas de gobierno que afectan a millones y millones de ciudadanos, que cree espacios de acuerdo, que sea capaz de hacer frente a su responsabilidad, que tenga siempre a punto y engrasado un marco que permita depurar los conflictos sociales evitando su degeneración en un polvorín que ponga contra las cuerdas el delicado orden de la convivencia – la vieja pax pública». La soberanía clásica y autosuficiente ha dejado paso a una «soberanía diluida» donde la Unión Europea se alza como marco de soberanía compartida bajo la argamasa de la lealtad institucional de la Unión con los Estados y viceversa.

Para el profesor, la perentoriedad del reto de robustecer al Estado se agudiza ante el avance insolente de organizaciones privadas que asumen responsabilidades y controles públicos con naturalidad e indiferencia ciudadana, especialmente en el ámbito tecnológico y económico, insistiendo en la necesidad de aplicar los valores y principios de lo público a ese terreno asilvestrado del poder privado, puesto que «lo poco que hay de democracia en el mundo se halla en el Estado y en algunas grandes organizaciones regionales y la única instancia donde el ciudadano corriente, es decir ese prójimo sin poder y ayuno de influencias, puede encontrar cobijo y socorro es la instancia pública».

El discurso tras abordar referencias a sus preocupaciones por descender los peldaños de esa escalera tortuosa que es la historia, y mostrarnos el contexto y vida de grandes juristas y poderosos (la dimensión viva que los investigadores del derecho suelen descuidar), se detuvo en la valoración de la situación cultural

librossosaPor un lado, sobre la producción intelectual, exhibió su pesadumbre afirmando que «se encuentran pepitas de oro junto a libros completamente prescindibles, libros de comentarios presurosos a leyes presurosas, libros colectivos que -salvo excepciones- poco o nada aportan, hechos con un débil hilo conductor y que tan solo sirven para presentarlos a las anecas u otros evaluadores a la violeta que nada leen ni evalúan porque normalmente poco o nada saben de lo que tienen delante.» Y desemboca en una certera conclusión: « un libro resulta valioso cuando quien lo escribe- normalmente una o dos personas, no un grupo agavillado ocasionalmente- está tratando de responder a preguntas de su inquietud intelectual, de sus preocupaciones como ciudadano en el caso del derecho público».

Por otro lado, incidió sobre el estudio del derecho comparado, mostrando la utilidad de no perder de vista el derecho alemán, que tanto ha legado al derecho público actual, pese a la resistencia de los jóvenes a aprender tan áspero idioma, y como alternativa mas cómoda e inexplorada removió las mentes de los jóvenes investigadores que dominan el popular inglés para que se animen al estudio del derecho norteamericano y particularmente del Supremo, con la tenacidad proverbial del investigador español.

Con carácter general, para todos los jóvenes investigadores les azuzó a que « se aventuren con los grandes asuntos y lo hagan con ojos curiosos y talante innovador», desterrando la molicie del profesor agazapado y callado en su rincón, «tiempo tendrá en la eternidad de vivir en un nicho. El campus no debe ser un campus santo».

oidoEn suma, una deliciosa lección, para meditar y sobre todo para actuar después de oírla. Nada de dogmas, tecnicismos jurídicos o palabrería burocrática. Una lección que nos tuvo hipnotizados pero con la mente en ebullición. Consejos sabios que solo da la experiencia bien administrada y que el profesor Sosa nos ofreció con el acierto que da la reflexión rigurosa y con la generosidad que siempre ha caracterizado su vida académica y personal.

Ni que decir tiene que el apasionado aplauso sostenido y el vino español en un hotel leonés, estuvo cuajado de calidez, sonrisas, abrazos y respeto por la figura central del maestro.

Gracias.

P.D.1 El texto completo de la Lección magistral lo tenéis aquí. Disfrutadlo.

P.D.2. Y el estupendo artículo dedicado al personaje por el síndico Antonio Arias, está aquí.

18 comments on “Lección magistral de Sosa Wagner: retos del jurista juicioso en tiempos tumultuosos

  1. Pues que no se jubile sin arreglar el embrollo que ha montado con el Estado de las Autonomías …

  2. DiegoGomez

    Grande Sosa Wagner, por lo que he seguido de él, la jubilación académica no le hará perder ni un ápice de su actividad, con lo que podremos seguir disfrutando de su sabiduría y sentido común.

    Entre las muchas perlas que nos cuentas, muy interesante lo de la resurrección de la teoría del Estado o si queremos de lo público que como bien dices se encuentra «zarandeado por las multinacionales, el mercado, la tecnología, las corrientes neoliberales y la política internacional,», tanto a efectos de organización interna (la pax pública a la que se refiere el profesor, a la que decididamente no ayuda el «procedimiento de clemencia» o perdón al delator del art. 62.4 de la ley 39/2015 de Procedimiento Administrativo) como externa, asegurando ahora por la Unión Europea que existe un poder democrático que defiende a sus ciudadano del cual realmente emana y no a otros intereses, mucha veces claramente contrarios a los mismos.

    Como decía Antón Reixa en un programa que tenía en la Televisión Gallega «estamos en guerra pero hay que reflexionar» y nos hacen falta pensadores, mentes preclaras como la del profesor para buscar salidas y soluciones a los problemas que tenemos.

    Muchas gracias por el artículo!

    Buen fin de semana a tod@s

  3. Julio Planell Falcó

    Sin duda J.R.Chaves tiene el don de expresar, con fluidez , su erudición, que siempre nos enseña aspectos útiles para nuestro ejercicio profesional en el ámbito jurídico.Fdo.: Julio Planell Falcó, Abogado, Colegiado 2044 del ICACS.

  4. Buenos días J.R., buen comentario el tuyo (como siempre). Quería preguntarte si vas a «colgar» la lección magistral de Sosa Wagner, o si sabes cómo se puede conseguir.
    Muchas gracias.
    Saludos

    • La facilitó a los asistentes publicada pero me temo que no está disponible. Si la consigo en pdf la adjuntaré. Un saludo

    • Ya he subido la lección en pdf al final del post. Muchas gracias. Un cordial saludo

  5. Esos libros de Bayer Hermanos, buen jurista, buen profesor, politico con principios, que no todos sus discipulos tenían, pero eso es otro tema. Nos podremos jubilar otros.

  6. Juan Manuel del Valle Pascual

    Leo tarde este comentario tuyo sobre ese gran jurista, espectacular persona y amigo que es Sosa Wagner, hombre de sólidas convicciones y maravillosa aportación a varios campos de la inteligencia, que es que se le cae de los bolsillos y no se puede dejar derrochada.
    Me apunto a cada una de tus palabras, Sevach, que sabes que comparto y disfruto, como tantas otras cosas tuyas. Paco ha dejado escritas obras de las que el tiempo ni puede ni debe querer que se olviden. Tampoco podrá, la verdad. Debe seguir escribiendo para el placer y mejora del saber de todos. Debe seguir disertando. Debe seguir enseñando porque debemos seguir aprendiendo de él. Porque seguiremos atentos a su palabra y, deseo que no le tengamos que echar de menos, pues lo grande no empequeñece.

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