Actualidad Rincón del Opositor

Reforma urgente del modelo clásico de oposiciones

Employee IncentiveEl Diario El País publicaba ayer un artículo titulado agudamente Oposiciones del siglo XIX para funcionarios del futuro en que partiendo del anuncio del gobierno de la inminente convocatoria de 250.000 plazas de empleo público, y la Oferta de Empleo para 2017 se acoge al calificativo de los expertos como «sistema viejo, aleatorio e ineficaz» y enumera sus vicios: que no es un sistema científico, que requiere un esfuerzo improductivo de los opositores, que el resultado es aleatorio y que requiere un colchón familiar para afrontar tal sacrificio.

Ni tanto ni tan calvo. El sistema de oposiciones tiene ventajas e inconvenientes y considero que precisa reformas urgentes para evitar que la función pública de las próximas décadas no sea un ejército de fríos espartanos sino mejor sensibles atenienses.

Ofreceré mi opinión, sin pretender sentar dogma alguno, pero advirtiendo que se emite con cierto conocimiento de causa desde la triple perspectiva que me ofrece mi experiencia (más de diez trienios en el mundo público). En concreto, mi experiencia como opositor de éxito al menos a cuatro cuerpos o plazas superiores (todas por turno libre y sin preparador); y mi experiencia como miembro de decenas de Tribunales calificadores; y mi experiencia como magistrado contencioso-administrativo enjuiciando el reclutamiento de los empleados públicos.

A todo ello se añade mi reciente obra Vademécum de Oposiciones y Concursos (Ed. Amarante, 2017), que compendia el control jurisprudencial de la discrecionalidad técnica, los errores y los abusos en los procedimientos selectivos.

Pasen y vean en pinceladas gruesas mi visión sobre tales cuestiones y dejar abierto el debate al respecto.

1. Algunas ventajas del sistema de oposiciones son innegables.

  • Se demuestra la capacidad de esfuerzo, dedicación y disciplina. Un temple para acometer labores. Un estilo sufrido y monacal. El opositor planifica tiempo y dosifica esfuerzo, todo en aras a la codiciada meta.
  • Se demuestra una mentalidad adecuada para determinado trabajo intelectual: lectura, análisis y capacidad memorística.
  • Se demuestra que al menos se ha leído, y marcado en la memoria, un contenido que será el lenguaje administrativo que espera en la plaza.
  • Se garantiza la objetividad y la igualdad de oportunidades.

Además quienes superan las oposiciones adquieren altas dosis de autoestima y los laureles les dotarán de seguridad en su función, siendo lógico que cuando ellos mismos formen parte de los Tribunales de selección aplicarán las mismas reglas que les alzaron. Basta ver las opiniones de los opositores triunfales a los cuerpos de élite.

2. Pero… ¿qué pensaríamos si para reclutar taxistas para Londres se les examinase principalmente del conocimiento del callejero?.

Si obtuviesen la licencia de taxistas los que mejor memorizasen las calles y demostrasen conocer al dedillo las mismas, la objetividad e igualdad de oportunidades estaría garantizada (aunque también sorteando las licencias) pero posiblemente no quedaría garantizado:

a) Que trate al usuario con delicadeza y atención o incluso que le explique las distintas rutas disponibles;

b) Que cuando pase el tiempo, siga estudiando planos y calles;

c) Que sea el taxista mas prudente, rápido y seguro, tanto para el usuario como para el tráfico, como para el interés de la ciudad. Y sobre todo,  con los adelantos tecnológicos posiblemente ese conocimiento  resulta inútil.

Volvamos a las oposiciones.

3. Lo irrenunciable es el sistema competitivo, ya que el derecho a la igualdad y los principios de mérito y capacidad son reglas de rango constitucional y tutelan la igualdad de oportunidades, además de rechazar la arbitrariedad. Otra cosa es el «cómo» se recluta, bajo qué procedimientos, pruebas y consecuencias. Varias posibilidades u opciones se abren.

Los procedimientos remiten a sistemas de concurso, oposición o concurso-oposición. Las pruebas a las versiones teóricas, prácticas, de desarrollo o con cuestionarios, con o sin entrevistas o memorias. Y las consecuencias remiten a la importante cuestión de si existirá o no un período de prueba o si se arbitrarán mecanismos para corregir los errores selectivos y que eviten aquello de «supera una oposición y échate a dormir». Son cuestiones de gran calado y que requieren estudios serios.

4. Bajo mi personal reflexión, considero, sin tener la llave mágica, que las pruebas memorísticas deberían pasar a mejor vida, pues corren tiempos en que los ordenadores y las bases de datos suplen las posibles carencias de datos e información para la labor pública. Cualquier modesta base de datos localiza, identifica y ofrece normas exactas para cada caso, con mayor fiabilidad que la cabeza de un opositor avezado.

Quizá debería valorarse el conocimiento y habilidad del aspirante, pero no bajo exigencias cuantitativas y de exactitud literal, sino valorándose la cultura general,  y por lo que hace en el acceso a cuerpos superiores de la administración, el someterse a una entrevista abierta sobre una decena de libros o ensayos sobre el poder público y el derecho anunciados en la convocatoria (como los imperecederos artículos doctrinales sobre derecho administrativo que rubriqué expresivamente Cómo ser cinturón negro en Derecho administrativo).

alegria seleccionadoSé que existe un altísimo riesgo de arbitrariedad por el Tribunal calificador al valorar el sentido común y conocimiento de principios generales de la administración, pero entonces el problema no radica en las pruebas sino en la ética y seriedad del Tribunal, perversiones que habrá que atajar. No se suprimen las operaciones de cirugía si los médicos no se lavan las manos y provocan infecciones, sino que habrá que incrementar la higiene.

Tampoco tienen sentido las pruebas prácticas o escritas que en muchos casos siguen siendo caligráficas, donde se pierde lo que no es legible, y se olvida que en la vida burocrática escribir a bolígrafo resulta anacrónico.

Tradicionalmente se consideraba que no tenía sentido imponer pruebas o casos prácticos para seleccionar para la administración ya que malamente podría demostrarse pericia como cirujano si jamás se ha operado. Así y todo, normalmente los casos prácticos se convertían en un ejercicio ritual al que llegaban casi tantos aspirantes como plazas y era una auténtica ruleta, pues dependía su rigor y perspectiva del Tribunal calificador, y su valoración encarnaba la mayor dosis de discrecionalidad imaginable.

5. Me gustaría enlazar con lo que afirmaba Jorge Wagensberg (investigador eminente) quejándose que en la enseñanza de las aulas no existe una «asignatura de conversación, ni de como informarse, confiar y desconfiar», carencia que existe también en las oposiciones pese a que el funcionario eficaz es el resolutivo, el que se mueve como pez en el agua por archivos y expedientes, en bases de datos e internet, y que sabe explicar los problemas y plantear soluciones al ciudadano, al compañero y al jefe. Son perfiles del funcionario deseable que el actual sistema de oposiciones no evalúa.

En cambio, debieran incorporarse pruebas que valoren lo que es realmente la inteligencia, tal y como suele definirse, como la capacidad para resolver problemas. Así, el citado artículo de El País mencionaba la recomendación del Catedrático de Psicología del Trabajo, Jesús Salgado, de “medir la inteligencia con prueba psicométricas”.

O  sea, test de inteligencia para valorar la comprensión y capacidad de tomar decisiones; test de aptitudes y habilidades en el ámbito burocrático; y test proyectivos para valorar los aspectos personales y de relación del individuo y como interpreta la realidad.

Ya sé que los cuestionarios tipo test, como todo, se entrenan y cuentan con trucos y claves, pero hay que buscar lo menos malo, y creo que reúnen las características de objetividad y al menos, bien elaborados, conseguirían filtrar aspirantes de perfil sociópata, ególatra, parasitario o imprudente, que unas oposiciones memorísticas no son capaces de detectar, y que tanto daño hacen en la imagen y resultados de la administración pública.

Especialmente interesantes son las pruebas en que se valore sobre todo la atención al usuario. Esto es, la capacidad de empatía con el particular, la capacidad de valorar la institución a la que se sirve y compartir sus fines de servicio. Y como no, la relación con los compañeros y jefes pues el trabajo en equipo es vital en las grandes organizaciones.

La inmensa mayoría de los que trabajan en una administración suelen calificarla como “la casa” y lo cierto es que mas bien parece una “comunidad de vecinos” con sus mismas virtudes y problemas. Hay vecinos colaborativos y destructivos, voluntariosos y rémoras, los que suman y los que restan. La mayoría tiran por la cosa común, pero unos pocos zancadillean.

En fin, mientras el sistema se revisa, aquí está un bloque de temas de interés para los opositores (técnicas, leyendas urbanas, pasos hacia el éxito, etc).

NOTA SOCIAL.- Pese a las escasas intervenciones públicas previstas en el presente año, por imperativos personales y familiares, me complace anunciar un doble evento.

Por un lado, que tendré el gusto de participar el 20 de Abril, jueves, en Avilés, en la Biblioteca de La Luz, C/ Fray Junípero Serra, 1, a las 18:00 horas en un Encuentro literario original para hablar de la creatividad, la escritura y del libro Los diez pecados capitales de los empleados públicos (J.R. Chaves y J.M. del Valle, Ed. Amarante, 2016).  Sois bienvenidos al acto.

Por otro lado, en Barcelona, el próximo día 27 de Abril de 2017 (9,30-13,30) tendré ocasión de participar en el Seminario de Actualización de la Función Pública Local, organizado por la Federación de Municipios de Cataluña según este Programa. Me ocuparé de disertar sobre el Control jurisdiccional de la discrecionalidad técnica: control de los abusos y errores de los procedimientos selectivos.

19 comments on “Reforma urgente del modelo clásico de oposiciones

  1. Encarni

    Gran reflexion. Hay que mejorar los procesos de seleccion y adaptarlos a los nuevos tiempis.En ests ocasion tengo que discrepar respecto a los tests de inteligencia. Medir la intelugencia humana basandose solo en una prueba de cociente intelectual es altamente engañoso y se presta a la picaresca …

  2. Contencioso

    Comparto mucho de lo expresado por Jose Ramón, asi que me limito a añadir algunos matices que entiendo importantes:

    1) Desgraciadamente, en un país como España en que el nepotismo, enchufismo y demás son casi una ley de la gravedad del sistema, las oposiciones tradicionales son el medio menos malo de evitar esas influencias nefastas. Por supuesto, lejos de ser perfecto, pero muchísimo mejor que los «méritos», «entrevistas» y demás. En punto a los méritos además, ahí está el ejemplo de las oposiciones internas o restringidas entre funcionarios, en las que tienden a premiar precisamente al que menos ha trabajado y peor servicio público ha dado, ya que se ha dedicado a lo suyo, a los bolos y a acumular esos méritos que luego, paradójicamente, le sitúan en ventaja respecto a los demás.Y si hablamos de virtudes de la persona (Empatía, razonabilidad, etc) y no de méritos académicos, estamos en general preparando el terreno para el filtro ideológico, ahí están propuestas como las de Podemos de exigir «Compromiso con un programa de cambio» y cosas así.

    2) No se puede confundir empleo público con democracia. Cuando se elige a un diputado se espera que sea representativo de quienes le votan, y no necesariamente el mejor en términos académicos o intelectuales. Pero cuando se elige por examen a un funcionario, sí se pretende que lo sea para dar el mejor servicio. Es un error por ello pretender «democratizar» el acceso a la función pública tratando de que llegue a un espectro mayor de gente a pesar de que ésta tenga menor aptitud.

    En fin, es un equilibrio delicado y al no tener una solución perfecta, cada uno de nosotros tendemos a fijarnos en los defectos que nos preocupan, como es lógico.

    Saludos

  3. Charlie

    Siempre estamos con lo mismo. Se cuestiona con suma facilidad el sistema selectivo en las administraciones públicas y se pone como ejemplo el de las empresas privadas, cargadas de entrevistas, test psicotécnicos, etc.
    En fin, yo que he trabajado tanto en el ámbito privado como en el público (tengo 2 plazas ganadas por oposición), puedo asegurar que el sistema selectivo de las administraciones públicas basado en el duro estudio de una oposición, es infinitamente mejor que el sistema de selección utilizado en el ámbito privado en el que todo depende de algo tan subjetivo como la realización de entrevistas y test psicotécnicos. En el ámbito privado reina el amiguismo, el compadreo y el peloteo.
    Hay gente que tiene mucha labia y en las entrevistas venden humo pero luego resulta que son pura fachada, y otros que por ser más tímidos o por no tener gracia natural para expresarse, no parecen gran cosa y luego descubres que son empleados brillantes.
    Por favor, no cambien el sistema selectivo de las administraciones públicas con ideas ocurrentes como entrevistas conductual-estructural, ni con ridículos test psicotécnicos. Déjenlo tal y como está, ya se que no es perfecto pero no lo estopeen con las subjetividades propias de la empresa privada. Por favor, no dejen entrar en los procedimientos selectivos a los gurus de la psicología, esos que se basan en una pseudociencia llamada psicología, en la que todo son teorías y ocurrencias sin demostrar, carentes de rigor empírico. No midan la inteligencia, pues para empezar la inteligencia tampoco es algo objetivo y de hecho hay varios tipos de inteligencia (nadie es inteligente para todo).
    El problema de la función pública no es su procedimiento selectivo, sino la carrera administrativa que viene tras el procedimiento selectivo. Si alguien brillante al cabo de unos años acabo desmotivado y quemado, quizás habría que analizar qué es lo que le ha hecho acabar así, en vez de decir la respuesta fácil de que no debería haber sido nunca funcionario.
    Un saludo

    • Pilar Pérez

      Los sistemas de selección psicológica también se pueden burlar, basta con aprenderse los test. Un psicópata es el que puede dar más altos valores en empatía e inteligencia emocional, al fin y al cabo, normalmente convencen a todo el vecindario de lo majetes que son
      Todas las respuestas que lleven a tener en cuenta al otro, perseguir objetivos de grupo por encima de objetivos individuales dar la impresión de tener altos valores morales….buenooooo. Todo eso es más fácil de aprender que el manual de derecho administrativo.

  4. Como nos tiene acostumbrados, una excelente reflexión de José Ramón Chaves. Hablando de selección de personal, no vendría mal que la Administración Pública empezase por aplicar la Norma UNE-ISO- 10667, que regula todo lo relativo a la Evaluación de Personas en entornos Laborales. ¿Por qué el sector público tiene que ir por detrás del privado en lo relativo a la selección de las personas? El problema de fondo es que para entrar en la administración pública sólo se comprueba el nivel de conocimientos, lo cual está bien, pero faltan indicadores relativos al carácter, por ejemplo responsabilidad y disposición a seguir aprendiendo. Se estima que los conocimientos técnicos tienen una vigencia de entre dos y cuatro años, ¿de qué vale lo que sepa hoy un funcionario si no está dispuesto a seguir aprendiendo?

  5. A mi el alcalde no me ha preguntado jamás por cuestiones de literatura, de historia o de geografía. Me pide que le solucione los problemas jurídicos que se plantean en el ayuntamiento, que son muy variados. En ocasiones quiere respuesta inmediata, como suele suceder cuando se plantean cuestiones en los plenos.
    Por otra parte, cuando ejerzo la fiscalización interna no me acuerdo del último libro que leí sino que tengo que aplicar los conocimientos jurídicos adquiridos durante la oposición. En la carrera apenas toqué la Ley 7/1985, o el Texto Refundido de disposiciones legales en materia de Régimen Local, o la legislación de Haciendas Locales. Por cierto, el Real Decreto 500/1990, de 20 de abril, no lo conocí hasta que llegué a opositar (serán las cosas de un mal estudiante).
    ¿Cuántas veces intenta «colarla» el político experimentado?.
    Tampoco dedicaba más de un tema al Derecho Local una oposición con un temario más amplio que estuve preparando anteriormente y que no superé, de manera que si no hubiera estudiado Derecho Local no sé qué estaría haciendo hoy en un ayuntamiento, porque no sé nada de fútbol.

  6. Pero seguramente que para convencer al concejal de lo que dice la norma, explicarle su sentido y las consecuencias de obviarla, has precisado de destreza expositiva, cautela y persuasión…¿ 0 crees que recitar como un papagayo la norma ayuda a mejorar el servicio público?. ¿ A que en las sesiones de órganos colegiados has valorado la capacidad de convencer mas que el gramófono? Te supongo tan experimentado como yo en estas lides y que valoras ese conocimiento general de la vida que marca la diferencia entre un funcionario decorativo y un funcionario respetado. Un saludo

  7. Pilar Pérez

    En las encuestas del CIS, entre los profesionales más valorados por la sociedad, se encuentran policías, bomberos, médicos, enfermeros…todos ellos pasan pruebas selectivas y deben de ser buenas y adecuadas al puesto, porque tenemos buenos servicios.
    El problema es cuando entramos en el mundo jurídico. En la judicatura, nos encontramos con el colapso judicial (que nos habla de la incapacidad de ponerse de acuerdo para reformar un sistema kafiano) y la «lotería judicial»…(no lo digo solo yo, que también), donde muchas veces los ciudadanos tenemos la sensación de que el papel lo aguanta todo y susseñorías son intocables, así que dependemos del talante ético y la voluntad de cada uno. Pura lotería.
    Lo mismo nos pasa cuando llegamos a los altos funcionarios que tienen que controlar al poder político: interventores, secretarios, etc. donde de nuevo no nos fallan tanto los conocimientos como la voluntad de aplicar la ley. Personajes capaces de memorizar la guía telefónica y utilizarla para mantener al concejal contento quién, al fin y al cabo, es quién aprueba la relación de puestos de trabajo, los niveles y las adjudicaciones de libre designación. La reforma de las pruebas selectivas no se hará, y además serviría de poco, si no se reforma la mentalidad feudal de que al poder se le permite todo.
    El sistema selectivo podría contemplar, en los nuevos tiempos, la contratación de experimentados gabinetes de selección, que diseñen y pongan en práctica sistemas modernos que capten a los mejores.Habrá que ver también cómo se les controla a ellos para que no metan a todos sus parientes, pero eso podría hacerse.
    En educación tenemos que meternos en la cabeza que para enseñar idiomas los profesores tienen que ser nativos y para enseñar otras cosas, además de conocer el temario hay que saber hacer, que no es fácil

  8. FMendaro

    Desde dentro de la Administración mi opinión es que la oposición sigue siendo el mejor sistema selectivo y el que mejor se ajusta a nuestros principios constitucionales. A ello cabría sumar la dificultas material de profundizar en otros tipos de selección por competencias, entrevistas y otros, en procesos selectivos que suelen ser muy numerosos y por último la inseguridad jurídica que estos nuevos sistemas conllevarían ante unos Tribunales que cada vez más vienen revisando la tradicional discrecionalidad técnica que se venía predicando de las Comisiones de Calificación. En resumen, innovar desde fuera está muy bien, pero los que tenemos la responsabilidad de poner en marcha los procesos selectivos y garantizar en la mayor medida posible su adecuación jurídica, tenemos otras prioridades difícilmente compatibles con unos sistemas pensados para la selección en empresas privadas. Es mi humilde opinión.

  9. Huevo frito

    El sistema es imperfecto e incongruente. En cuanto a las oposiciones jurídicas A1, el sistema únicamente premia dos aptitudes, la capacidad memorística y la dedicación (acumulación de horas de culo en al silla). Ninguna de esas dos aptitudes son necesarias en tan ingente volumen como se requiere para aprobar en el futuro trabajo diario a los que finalmente se accede.

    Respecto a la dedicación, capacidad de sacrificio, tesón, o como se quiera llamar, no digo que no se requiera en el trabajo, pero desde luego, el trabajo en ninguno de los cuerpo exige tal inmenso acopio de horas como el demostrado en la oposición. Se trata por tanto de un aptitud tan admirable como vacua

    En cuanto a la memoria, si bien pienso que ese estudio intenso permite estructurar los conocimientos necesarios y cimientos jurídicos a la hora de trabajar, desde luego resulta injustificado memorizar literalmente durante 4-7 años de media (notarías,registro, Abª del Estado o carrera judicial) artículos cuyo contenido ya ha sido asimilado. En efecto, para eso están las bases de datos. Es más trascurridos 10 años, cada uno recuerda sus artículos favoritos… y poco más.

    Igual que José Ramón comenta desde su experiencia de opositor victorioso, yo encuentro mi legitimación en la de opositor frustrado que no consiguió acceder a su plaza. Sin embargo, ello no ha impedido que en mi carrera profesional en el ámbito privado tenga el reconocimiento de muchos operadores jurídicos del sector público que han alabado mi aptitud, por lo que en cuanto al mérito, ciertamente no puedo achacármelo, pero entiendo que sí puedo autoreconocerme la capacidad (al menos así tengo que creérmelo para seguir funcionado)

    Hablo igualmente con conocimiento de causa si como inciso comento que algunos de los socios de grandes despachos profesionales son ex opositores frustrados que no consiguieron aprobar, y que sin embargo y paradójicamente, son consultados e incluso contratados en labores de asesoría o dirección letrada por Administraciones en las que no pudieron acceder, y cuyos emolumentos difieren enormemente y para su satisfacción, de los que hubieran percibido de haber aprobado. Que sentido tiene contratar por quien supuestamente demostró su capacidad a quien supuestamente no fué apto? Así funciona el tema.

    Más grave resulta por desgracia encontrarse casos de ineptitud profesional (EN LAS MENOS OCASIONES, todo hay que decirlo), de quienes accedieron a la plaza: bien, por estar dotados únicamente de una gran memoria y tesón, pero sin los mínimos dotes de lógica humana que ciertas profesiones requieren, bien por simplemente haberse «dormido en los laureles» una vez aprobado, sin reciclaje ni interés alguno por actualizarse, aunque esto último, ya no forma parte del problema del sistema de acceso, sino de la condición de inamovilidad absoluta, que por cierto también valora el artículo del periódico de referencia.

    En definitiva, el sistema acredita el mérito: desde luego. La capacidad… eso ya como los asuntos: al caso concreto.
    En todo caso, pocos visos de cambio. Al menos, de no sustituirse, ojalá se mejore.

  10. Por experiencia, la oposición tal cual está planteada ahora mismo, en un plano importante memoristico con la indudable y necesaria habilidad de exposición y concreción en la prueba escrita y práctica me parece un sistema que garantiza la igualdad de acceso. De eso no cabe duda. También por experiencia tengo que reconocer que, con el paso de los años haciendo callo y resolviendo temas vas enfocando mucho mejor los conocimientos, orientandolos de forma más correcta y eficaz. En conclusión, ambas facetas se complementan necesariamente… Ninguna sería eficaz si falta alguna de las partes.
    Chaves, no paras! Muchísimo éxito de antemano. Fuerte abrazo.

  11. Carlos

    Lo primero felicitarte por los eventos sociales a los que acudirás este mes, seguro que los asistentes disfrutarán con las charlas y exposiciones que tendrás preparadas.

    No puedo estar más de acuerdo contigo en que habría que dar un giro al sistema actual de oposiciones para adaptarla a los tiempos y a las nuevas tecnologías sin perder de vista los principios de igualdad, mérito y capacidad que permiten el acceso con criterios objetivos.

    Es innegable que se requiere, al menos para ciertos cuerpos, un amplio conocimiento y dominio de la materia para ejercer con soltura y eficacia las labores propias del puesto pero ¿realmente es necesario saber el Código Civil o la reciente ley 39/2015 con puntos y comas? y por favor, que no se me malinterprete porque admiro la capacidad y tesón de todos aquellos que lo han hecho, hayan o no tenido el éxito de conseguir una plaza. Simplemente planteo si es necesario tal nivel de memorización perdiendo de vista otros aspectos como análisis, adaptación, comprensión…A veces se necesitan ver las cosas con perspectiva, desde lejos, para observarlas con más claridad.

    Quizás, y desde mi humilde opinión, fuese necesario y sin dejar de acreditar unos amplios conocimientos técnicos, establecer métodos que prueben también la aplicación práctica de esos conocimientos midiendo la capacidad de análisis, comprensión y deducción de supuestos propios del puesto así como resolución de posibles situaciones que pudieran darse en el desarrollo del mismo, sin ser únicamente pruebas de pura memorización.

    Consciente soy que ello podría implicar así mismo una merma en la objetividad pero hoy por hoy ¿no existe también cierta subjetividad en el momento que debes exponer ante personas con ideologías, sentimientos, emociones…o incluso estados de ánimo diferentes?

    Un saludo

    Pd: no se me olvida que todavía debo un café

  12. izaskun

    Por proponer alternativas complementarias (no excluyentes) al vuelo:
    – a todos los mejores expedientes de las universidades «públicas» españolas darles la oportunidad (becada) de ir a una Escuela especializada (a crear) donde se preparen para algunos puestos de funcionarios.
    – a todos los Doctores en Derecho facilitarles el acceso a puestos funcionariales mediante pruebas menos memorísticas.

  13. bruixaveriada

    Por lo que veo, desde dentro de la Administración se sigue prefiriendo la oposición. Yo también, y también tengo práctica de opositora, y de todas las categorias. Igualmente, también llevo más de diez trienios en mi administración local, en diferentes puestos y en diferentes niveles.

    Como ya se ha dicho, no es lo mismo la selección para una administración pública que para una empresa privada. Un privado puede hacer con su dinero lo que quiera y seleccionar por los motivos que encuentre que le convienen, o no. Pero una administración pública debe seleccionar con criterios objetivos a los mejores, de entre los que se presenten para el trabajo, y creo que eso sólo se consigue, de momento, con el modelo clásico de oposición.

    Y lo digo desde el conocimiento de las entrevistas que tan de moda están últimamente, donde te preguntan cosas del tipo: «y si te piden que hagas un informe (jurídico) a favor de una solución que tu crees que no es correcta, que harías?»….. y tu te quedas con cara de tonta, pensando qué responder, puesto que quieres ese puesto (aclarar que esto me pasó hace ya muchos años y que, no sé si por la respuesta que di, no conseguí la plaza).

    Tampoco estoy convencida de que los psicotécnicos detecten los problemas mentales que puede que alguno tenga, aunque al ritmo que vamos últimamente en la administración local…. yo creo que todos tenemos algún problema mental….

    Finalmente, aunque creo que las pruebas prácticas sí que son útiles. También hay que tener en cuenta que no beneficien a determinado sector opositor, que puede que ya esté desarrollando las funciones sobre las que se pregunta en la prueba……

    En resumen, es necesario entrar con un importante grado de conocimientos técnicos en la administración. De lo contrario el servicio se resiente, sobretodo teniendo en cuenta la cortedad actual de las plantillas. Pero, sobretodo, hay que poder probar la imparcialidad de los tribunales que deciden la oposición, que, de momento, es el método más imparcial que conozco.

    Otro tema es la fase de concurso y la valoración de méritos por haber trabajado, con una tipologia variada de contratos, o de relaciones «laborales» en la administración.

    • Encarni

      Totalmente de acuerdo.
      Me identifico con todo lo que cuentas.
      He tenido que presenciar varios episodios donde la igualdad, el mérito y la capacidad se la pasan por …
      Y estamos pagando las consecuencias justos por pecadores.
      Las oposiciones son muy duras pero sólo para algunos.
      Yo pondria un ordenador para hacer el examen de manera que se pueda acceder a la base de datos de normas juridicas. No hace falta memorizar hasta la coma.
      Aun así el control del ordenador tendría que ser trsnsparente para asegurar la igualdad.
      Y por supuesto los politicos fuera del proceso ni en forma de asesores
      Sorteo publico para elegir los miembros de los Tribunales de Selección y que pasen el detector de mentiras antes,durante y despues del proceso.
      Con pena de inhabilitacion si se pasan de sus funciones.

  14. Tarnina

    Creo que el sistema de oposición puro es el mejor por su objetividad, y en algunos casos con los méritos muy tasados y genéricos. Si las entrevistas fuesen objetivas y efectivas, sólo existirían empleados modelo en lo público y en lo privado, que aquí también hay de todo.

    En los posts precedentes, se habla del funcionario que se echa a la bartola después de conseguir plaza. Puede que haya unos cuantos que después de un estudio intensivo aparcando su vida o años de una precariedad laboral indefensa, lleguen ya quemados. Los demás, creo que la mayoría, se enfrentan a una jerarquía que trabaja para los políticos de turno y que les importa poco los subordinados de los que suelen desconfiar por si les descubren los chanchullos (Sólo hay que ver las noticias). Se suele echar mano de personal de confianza o asistencias técnicas para hacer el trabajo «delicado», mientras que los empleados públicos competentes quedan arrinconados, menospreciados y en tareas secundarias, sobre todo si no quieren firmar lo que les ponen delante….pero lo ven todo y lo saben todo… Para cuando la Ley de protección al denunciante!!!???

  15. Tenemos que mejorar los sistemas de selección, han quedado muy anticuados para el sistema en el que vivimos actualmente. Genial el articulo por cierto.

  16. Izaskun

    En lo que sea de interés (Derecho comparado):
    http://www.eldiario.es/economia/funcionarios_0_637637025.html

Gracias por comentar con el fin de mejorar

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