Estos días de calor provocan intensa galbana. Y los juristas no se escapan al agobio de calores, pereza y lentitud mental.

No es el mejor momento para bucear en la jurisprudencia sobre plazos, impugnaciones indirectas, cuestiones prejudiciales y otras refrescantes cuestiones.

A veces me pregunto si alguien ha estudiado estadísticamente el índice de éxito o fracaso de los alegatos efectuados en días calurosos o templados, si los testigos o peritos son mas o menos vehementes según la temperatura, o si el calor incide en la productividad de bufetes y juzgados; e incluso si son comparables en rigor y calidad una sentencia puesta una mañana calurosa y la que se dicta en mañana fresca.

Si está claro -y hay estudios que lo avalan- que los Lunes y los Viernes son días de muy distinto impacto en el talante, actitud y aptitud de los trabajadores (aquellos provocan un tinte mas negativo y pasivo que éstos), quizá la temperatura extrema, cálida o fría, influye en el resultado jurídico.

Bueno, creo que este delirio argumental evidencia que el calor reblandece los sesos. Y no ayuda estar con la persiana bajada intentando engañar nuestra percepción de la tórrida tarde.

Hay otras cosas que ayudan…

Me parece que es buena terapia detenerse, apartar libros y folios, dejar la mente libre y practicar el tranquilizante yoga de relajarse al sol. Vale una terraza de bar, un banco del parque o una piscina. Y si todavía regresan las malas ideas jurídicas, hay que sacudírselas como un perrillo la mojadura.

Y por supuesto, nada de tablet, móvil ni ordenador. No, no y no. Demostremos que somos capaces de descansar sin estar aferrados a un artilugio tiranuelo.

Confieso que incluso intentaba hacer trampa y curiosear en la base de datos alguna sentencia sobre playas, urbanismo de litoral o similar. Pero no… me dije: cada cosa a su tiempo.

Y es que si ser jurista impone administrar el tiempo y manipularlo (plazos, prescripciones y caducidades, vigencias y derogaciones, prórrogas y preclusiones, citaciones y señalamientos) me temo que una parte del tiempo muy valiosa para el jurista es la dedicada al ocio, a la ausencia de normas y divagaciones. En suma, a pensar sin ataduras ni prejuicios. El mejor motor del mundo necesita reposo.

Es verdad que cuando estoy flotando en la piscina moviendo mis pesados excesos o cuando me tumbo en la hamaca, me vienen las malas ideas de las cuestiones jurídicas. A veces, un problema al que le voy dando vueltas, otras veces me pregunto adonde va eso que llamamos ordenamiento jurídico, otras si no podía dedicarme mejor al circo…

Lo que estoy completamente seguro es que si me quedo esta calurosa tarde en casa escribiendo alegatos y razones jurídicas, sacrificando una tarde veraniega que seductoramente me llama, ni el mundo va a ser mas justo ni yo mas feliz.

Archivo_000 (43)Así que mañana prometo volver al cauce jurídico, pero ahora… a chapotear y hacer de árbitro entre dos pequeños de 8 y 10 años… eso sí que es difícil. No hay manual de derecho que consiga poner orden y justicia cuando luchan por lo que creen que es suyo. Quizá es que son como los mayores. Y me detengo que este razonamiento toma derroteros jurídicos…

Os deseo buena tarde, día o noche, con tiempo para vosotros. El Derecho puede esperar, seguro, seguro.

10 comments on “Calor jurídico

  1. Pilar Pérez

    Bueno, pues por preguntar ..¿Es verdad esa leyenda urbana de los findes caribeños en la judicatura? Lo pregunto por malmeter, no más

  2. Esa batalla la tienes perdida.

    Que no te hagan muchas aguadillas.

    Un saludo.

  3. Pilar Pérez

    ¿No le vimos el año anterior con una Tommy Bahama?

  4. Con 8 y 10 años y esas caras de pillos no hay Tribunal que los contengan.

  5. BALDOMERO GÓMEZ GONZÁLEZ

    Caramba!! Me pregunto si estarán también afectados otros colectivos tales como médicos o controladores aéreos

  6. FELIPE

    Perdone, pero ¿no es éste el blog ¡Vivo y Coleando!? Con el calor debo haberme desnortado.

    Ya lo decía Obelix, ¡Están locos estos juristas -romanos-!

  7. Joaquin

    Dé recuerdos a las gambas rojas.

  8. Buenas reflexiones que deberíamos aplicar incluso por «prescripción médica» , si fuera necesario. Creo que de nuestra desconexión depende nuestra salud mental y la de nuestra «tropa» 🙂 . Saludos a la familia y encantada de haberos podido saludar. Buen verano y ¡a poner orden….! Donde se pueda y si se dejan :-))

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