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Bestiario de magistrados

Leo tardíamente pero con ilusión el libro Organización y Procedimientos Administrativos- Libro Homenaje al Profesor Francisco García Navarro ( Thomson-Aranzadi 2007)- por cierto, prodigiosa fusión de magistrado y profesor de quien tantísimo he aprendido- y me tropiezo con un delicioso y vivo artículo del siempre interesante Alejandro Nieto, gran maestro de la palabra y el derecho, titulado “La obra jurisprudencial de Francisco González Navarro” en que con su estilo inimitable dice grandes y divertidas cosas; en este caso, sobre los tipos de magistrados. De verdad, un texto único e impactante. Un mosaico o cuadro de El Bosco sobre la magistratura al que podría ponerle música Joaquín Sabina.

Veamos lo que nos dice literalmente:

En el Supremo hay variedades para todos los gustos.

Hay ciertamente magistrados que se limitan a argumentar acumulando una cita jurisprudencial detrás de otra, sin molestarse en añadir alguna de su cosecha.

Hay magistrados vacuos que van saltando de un lugar común a otro y de una generalidad a otra, construyendo al fin sentencias, aparentemente impecables y que valen para toda clase de fallos, incluso contradictorios.

Hay magistrados eruditos empeñados en demostrar – venga o no a cuento- lo mucho que han leído y en quienes los psicoanalistas descubren sin demasiado esfuerzo vocaciones profesorales frustradas.

Hay magistrados sobrios: tanto, que en aras a la brevedad, obligan al lector a indagar los argumentos que parecen haberles movido.

Hay magistrados que se contentan con citar y transcribir leyes: a los que Holmes llamaba jueces-fonógrafos.

Hay magistrados, por el contrario, que, como algunos toreros, citan de lejos.

Hay magistrados que solo saben citarse a sí mismos en anteriores sentencias que se saben de memoria y que repiten ad nauseam.

Hay magistrados que tienen veinte o treinta modelos de sentencias y a la hora de resolver se limitan a indicar a la secretaria que tome del ordenador el modelo número tantos cambiando, eso sí, los nombres de las partes.

Hay magistrados que no se molestan en citar leyes ni jurisprudencia puesto que seguían por su experiencia y sentido común (cuando no por su capricho).

Hay magistrados ingenuos que se creen todo lo que les dicen los abogados y otros, en cambio, cazurros como Sancho Panza, que no se dejan engañar por nadie.

Hay magistrados coherentes y otros que no lo son.

Hay magistrados que escriben como literatos y otros que cometen hasta faltas de ortografía.

Hay magistrados honestos y otros que no lo son tanto.

Hay magistrados formalistas y otros que no se quedan en la superficie sino que buscan el fondo de las cuestiones.

Hay magistrados que empiezan las sentencias por el fallo, adoptado por intuición o voluntarismo, y que luego redactan los fundamentos jurídicos con la única intención de autojustificarse; mientras que otros se atienen rigurosamente al texto de la ley y de la meno de ella llegan al fallo, fuere cual fuere.

Hay magistrados concienzudos y magistrados frívolos.

Hay magistrados justos y magistrados que no se preocupan de serlo.

Hay, en fin y con esto basta, magistrados buenos y magistrados malos.

Queda un poso tragicómico, que intentaré aliviar con esta reflexión personal.

  • Aunque se refiere a los magistrados del Supremo puede decirse de todos los magistrados de cualquier órgano jurisdiccional, ya que de un modo u otro pueden reconducirse a unos u otros rasgos.
  • Aunque se refiera a todos los magistrados, basta sustituir el término “magistrados” por “Catedráticos” y nos vale perfectamente para clasificar o etiquetar a todos los profesores universitarios de disciplinas jurídicas, mutatis mutandis.
  • Aunque se refiere a todos los magistrados y profesores de disciplinas jurídicas, podría valer perfectamente para clasificar o etiquetar a todos los abogados según sus escritos de alegatos procesales, mutatis mutandis.
  • Aunque pueda decirse eso de todos los profesionales del derecho, me temo que son tendencias, rasgos, actitudes, virtudes o patologías- según se mire- que son inherentes a la condición humana y en ello todos desde nuestra profesión hemos incurrido una o muchas veces. O sea, el que sea inocente y pueda mirarse al espejo hinchando el pecho y diciendo «no me reconozco» en ninguna pincelada, que tire la primera piedra. Yo prefiero quedarme con la última frase de la película Faldas y a lo loco, de Billy Wilder: “Nadie es perfecto”.

 En fin, como toque de humor me atrevo a parafrasear la conocida canción de Joaquín Sabina, La del pirata cojo:

Pero si me dan a elegir
Entre todas las vidas yo escojo
La del juez majo 
Con toga sin palo,
Que juzga con sonrojo,
Con seguridad de escualo,
El viejo truhán, capitán
De un barco que tuviera
Por bandera
Un par de balanzas y una papelera

18 comments on “Bestiario de magistrados

  1. Francisco Artero Montalván

    Me ha gustado mucho la reflexión por cuanto entraña de «autocrítica corporativa». No obstante creo que los jueces, como colectivo, superan con nota alta cualquier escrutinio a que se les pueda someter, desde cualquier punto de vista. Desde que empecé a trabajar y pude ir observando diariamente cómo era el trabajo de un juez y en qué condiciones debía desarrollarlo, forjé una opinión que el tiempo y la madurez me han ido confirmando: que el trabajo de juez es el más difícil de todos en esto que llamamos «la Justicia», y que desde luego no está pagado.

    Como abogado, tengo que reconocer que nosotros, los letrados, no siempre estamos a la altura. Personalmente intento evitar que la edad, el cansancio y los reveses de la profesión y de la vida vayan degradando mis quehaceres profesionales. No es sencillo pero «se intenta». Sí procuro mantener «vivos en la memoria» algunos compromisos que hice de muy niño en cierta organización a la que debo mucho, que encuentro aplicables a mi profesión, y que decían así:

    -Recordar que el estudio y el trabajo constituyen mi aportación personal a la empresa común.
    -Defender la justicia y luchar por imponerla aunque su triunfo signifique un mayor sacrificio para mí.

    Sigo con mucho interés y agrado su blog. Le felicito y le doy las gracias por compartir su tiempo y su conocimiento con los lectores.

    • Ib mardanis

      Pues yo también soy abogado con tres decadas de ejercicio y no puedo compartir en absoluto tu comentario la situación de la Judicatura a nivel personal roza la catástrofe.
      La falta de idoneidad para el cargo es casi una cuestión generalizada.
      El juez del montón es arbitrario y suele hacer lo que le da la gana.
      Los jueces que se salvarían de una buena criba no llegaría ni al 20%.
      Eso es un baño de realidad.
      Afortunadamente el panorama va a cambiar y no por los abogados que somos unos inútiles en la contribución a ese cambio sino porque la propia historia así lo decreta.
      Y es que el giro de la Tierra es la fuerza que provoca los grandes cambios.
      Despierta compañero al mundo real.

      • Alfon Atela

        Pues para que haya todo tipo de pareceres te diré Ib que para nada puedo suscribir lo que dices. Tengo tu misma antigüedad (voy para 32 con la toga) y en mi partido judicial en general no hay mala calidad. Reitero: en mi partido judicial (capital de Comunidad Autónoma) y en general. Con esto quiero decir que no sé bien lo que hay fuera y que también aquí los hay penosos (como en todo), pero la situación en absoluto es catastrófica.
        Por lo demás debo reconocer, entre avergonzadillo y humilde, que me veo reflejado en más de una variedad, en función del día que tengo, el trabajo que tengo que sacar, y otras variables. Supongo que seré un híbrido de alguna que otra de ellas.
        Gracias a todos.

      • elSumario, Andreu Roselló

        Y si se hiciera un estudio por el CGPJ de lo que pasa en Cataluña, el resultado sería bochornoso.

  2. pilara112

    Me gustó. Muchas gracias

  3. María García

    Genial entrada, Sr. Chaves, no sólo por lo que me ha hecho reír, sino porque el análisis es perfecto, aunque nadie sea perfecto.
    Se ha centrado en jueces, abogados, catedráticos…. pero en el fondo no se ha olvidado de ninguna de las profesiones porque efectivamente, todos somos humanos y nos equivocamos (aunque sin ganas de trabajar, unos se equivocan más que otros).

    Una vez más, encantada de leer sus entradas del blog

  4. ALFONSO RAMIREZ LINDE

    «Queda un poso tragicómico…» Es cierto. Pero ese «fondo» no tiene un 50% de tragedia y otro 50% de comedia, sino que tiene (creo) un 95% de tragedia y sólo un 5% de comedia. O sea y para ser realistas, el poso que usted refiere es un poso trágico contra el que sí y sí, hay que reaccionar. ¿ Qué soy, al respecto muy pesimista ? Ojalá fuera sólo eso…

  5. pilara112

    Y puesto que trenzando con estos mimbres cualquier cesta puede salir..¿por qué se eliminó el recurso de casación para la unificación de doctrina?

  6. Enrique Sánchez

    Alejandro Nieto es genial. Lo he leído bastante. Francisco Navarro también. Son personas que saben escribir. Al final dejé la novela. Entre sentencias de Francisco Navarro, de Manuel Jiménez de Parga, de Delgado Barrio, de Rafael de Mendizábal, … hay sentencias con las que te lo pasas mejor que con una novela.

    Por cierto JR Chaves escribe fenomenal también.

    • Gracias, pero eso son Maestros y yo el escribano desenfrenado😊👍

      • Anónimo

        Como dice Francisco Artero, el primer comentarista, los jueces en su conjunto, como colectivo, superan con nota alta cualquier escrutinio: en general son gente honrada, en general son trabajadores, en general se toman en serio su trabajo. Lógicamente hay jueces vagos, sin interés, que no estudian el asunto (abrumados por tantos asuntos). Pero en general es un colectivo del que podemos estar orgullosos y con un sueldo y unos despachos que a veces dan pena.

  7. Ib mardanis

    El problema de escribir sobre la guerra sin haber pisado las trincheras es que se confunden espejismos con realidades.
    Alejandro Nieto es un cronista de guerra pero desde un palacio de cristal.
    Los que han vivido las trincheras y las mutilaciones de la justicia conocen el olor de la sangre y están en condiciones de transmitir al mundo real. Hay muchos intereses en que no se conozca la cruda realidad del mundo judicial.
    Pero los vientos de la historia están soplando muy a favor de desenmascarar la putrefaccion de la Judicatura española. Miren hoy lo que publica vozpopuli sobre Villarejo y su lista de jueces amigos.
    Alea iacta est.
    Se acerca la hora de la verdad.

    • Enrique Sánchez

      Pues he mirado vozpopuli y no dice nada: que sacó unas fotos a unos jueces.

    • Alfon Atela

      Que no, IB, y te lo digo con cariño y respeto. Es cierto que cuando la política entra por la puerta del juzgado, la justicia sale por la ventana, tanto más cuando más alta sea la instancia. Pero eso no es la trinchera. La Trinchera es, por ejemplo, el juicio laboral por despido que he tenido hoy de 12 a 4 (sí, 4 horas) con un magistrado (hasta te puedo decir su nombre, Jaime Segalas) que debería de estar poniendo sentencias en el TSJ y que es un lujo total tener en Social. Y te lo digo ahora que aun no ha puesto la sentencia cuyo signo, por supuesto, desconozco y que en algún momento de la vista me ha leído la cartilla (con razón además, por pelmazo o por lo que sea). Y los hay más como él, en primera instancia, en instrucción, etc…..,aunque también reitero que los hay malos y recalco el cáncer de la política en la justicia, que le resta toda independencia. Pero eso no es la generalidad A MI JUICIO.

  8. José Luis

    Yo fui alumno suyo (es un decir, ya que era el titular pero acudía de pascuas a ramos y habitualmente era sustituído por algún subalterno con escasa o nula vocación). Me refiero al bueno de D. Francisco González Navarro y su tratado de derecho administrativo donde cabía todo lo divino y lo humano para desesperación de los sufridos estudiantes. Todavía recuerdo el comentario de las taquígrafas del Tribunal Supremo (a cuento de no se qué) y lo comento en ocasiones con mi hermano (y compañero de fatigas entonces). Después del sufrimiento padecido, la verdad que se trata de una jugosa anécdota sobre la capacidad para enrollarse que tienen algunos, arquetipo que, francamente, echo de menos en laa descripción del paisaje (y del paisanaje).

  9. javier muñoz

    l a entrada es divertida como lo que es .”animus iocandi”. Totamente injusta si nos lo tomamos en serio.

  10. José Ramón, ¿has tenido ocasión de echar un vistazo a este libro? Un saludo

    https://www.marcialpons.es/libros/inteligencia-artificial-y-administracion-publica/9788490975909/

  11. Pingback: González Navarro, in memoriam delaJusticia.com El rincón jurídico de José R. Chaves

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