Actualidad Sobre los políticos

Estos políticos están majaretas

Así lo afirmaría Obélix, si su pueblecito de las Galias se viese sometido a cuatro elecciones generales en cuatro años, inmerso en plebiscitos mientras el Estado navega a la deriva.

De los políticos se espera la búsqueda de lo mejor para el país a precios que debemos ignorar los ciudadanos, pero en este caso, unos por otros, la casa sin barrer. Una prueba de incapacidad de los políticos para alcanzar consenso o pacto de gobernabilidad que debería alzarse en causa de inhabilitación para el cargo. O quizá prueba de incapacidad de los ciudadanos que no sabemos elegirlos, lo que me lleva a las palabras de Bertold Brecht:

¿No sería más simple en ese caso para el gobierno, disolver el pueblo, y elegir otro?

En todo caso dejar a un país sin gobierno estable es una tremenda imprudencia y en cafés y coloquios no faltan palabras gruesas para referirse a los políticos.

Afortunadamente al menos nos queda la libertad de crítica y el insulto suave, a ver si así se espolea al animalito y avanza. Sobre los insultos a los políticos ya nos ha enseñado los límites el Supremo.

La sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo de fecha 26 de febrero de 2014 (rec. 29/2012), desestimó la demanda sobre protección civil del derecho al honor interpuesta por el alcalde que fue calificado de «chalado» en el artículo de un periódico local, por publicar

que alguien con dos dedos de frente no permita a un chalado convertir a toda una institución, como es el Ayuntamiento, en la casa de la señorita ‘Pepis’.

Para la Audiencia Provincial, confirmando la sentencia de instancia:

La expresión «chalado» constituye en sí misma un insulto, por su propio significado y por el contexto en el que ha sido utilizada, al significar sonado, tocado, loco, majareta, chiflado, abobado o alelado, según el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, y por el contexto de un artículo de opinión titulado «El despropósito», en un párrafo en el que se demanda la intervención de alguien con dos dedos de frente, como cualidad que hace referencia a la inteligencia de dicha persona, para que no permita que el Ayuntamiento de Salamanca se convierta en un lugar alocado, sin orden ni concierto; 2) de esta palabra se podría haber prescindido en el artículo, y su uso no se corresponde con ninguna contestación proferida en el curso y calor de un debate.

En cambio (¡oh, maravilla de jurisprudencia!… que del revés haces el derecho, y viceversa), para la Sala civil del Tribunal Supremo ha de estarse al contexto y a la finalidad de la expresión vertida, más que a valorar si era o no necesaria o no la molesta expresión:

El juicio de valor esencial para resolver el recurso es, por tanto, si el derecho fundamental a la libertad de opinión en la prensa escrita justificaba o no, en el referido contexto informativo, la palabra «chalado» aplicada al alcalde, la comparación de su gestión del asunto con el juego infantil de la casa de la señorita «Pepis» y, en fin, la aspiración a que interviniera «alguien con dos dedos de frente» para impedir ese tipo de actuaciones del alcalde, y no si tales expresiones eran o no necesarias para manifestar una opinión crítica, porque al ser infinitas las formas de expresión no puede ser competencia de los tribunales el establecer, en abstracto o con carácter general, cuáles son las palabras permitidas y cuáles las prohibidas. La opinión se expresa libremente y, desde este presupuesto, los tribunales juzgan si la libertad de opinión se ha ejercido de un modo constitucionalmente legítimo o, por el contrario, no ha sido así por haberse vulnerado otro derecho fundamental, en este caso el derecho al honor.

Y suaviza el impacto en el honor del calificativo «chalado», señalando que el Diccionario no es suficiente para considerarlo insulto:

Pues bien, aunque ciertamente la palabra «chalado» pueda tener un matiz despectivo, y aunque ciertamente el Tribunal Constitucional haya reiterado, como se ha expuesto anteriormente, que el artículo 20 de la Constitución no reconoce un pretendido derecho al insulto, también es cierto que el concepto de insulto no es cerrado, inequívoco o carente de matices. Incluso dentro de un mismo ámbito lingüístico una misma palabra puede ser considerada como un insulto en una determinada zona geográfica y no serlo en absoluto en otra, donde puede llegarse al punto de tener un sentido amistoso según el tono y el contexto en que la palabra se pronuncie. De ahí que la definición de insulto por el Diccionario de Real Academia Española resulte insuficiente para determinar si la palabra «chalado» lo es, ya que por insulto se entiende la «acción y efecto de insultar» y por insultar la «ofensa a alguien provocándolo e incitándolo con palabras o acciones»; y de ahí, también, que las acepciones del adjetivo «chalado» en el mismo Diccionario tampoco permita considerarla un insulto siempre y en todo caso, pues equivale tanto a «alelado», de indudable carga peyorativa, como a «falto de seso o juicio», acepción perfectamente admisible en la crítica a los políticos y gestores de los intereses públicos.

Y así, analiza la expresión en el contexto:

En consecuencia, esta Sala no comparte el juicio del tribunal sentenciador de que el término «chalado» constituya por sí mismo un insulto («por su propio significado y por el contexto en el que ha sido utilizado,» razona el tribunal sentenciador), ya que al margen de que la referencia de la sentencia recurrida a las acepciones de esa palabra en el Diccionario no sea totalmente exacta, la palabra «chalado», lo mismo que el deseo de que interviniera una persona «con dos dedos de frente», reforzaba, y al mismo tiempo resumía, la carga crítica de la opinión que se quería transmitir a los lectores de un modo inequívoco y comprensible de inmediato por cualquiera. Es así, también, como hay que entender la alusión al juguete infantil de la «señorita Pepis», siempre relacionada con la crítica a una forma de gobierno que, en conexión a su vez con la esencia de la noticia que ocupaba toda la página del periódico, este medio de comunicación, conformador de la opinión pública, consideraba inaceptable por lo que esa forma de gobernar el Ayuntamiento tenía de contradictoria, incoherente y perjudicial para los intereses colectivos de la ciudad de Salamanca, acudiendo el periódico a una comparación que dotaba a la crítica de una mayor expresividad mediante el recurso a elementos de la cultura popular.

Finalmente el Supremo recuerda la piedra de toque, que debilita la defensa de los políticos:

Y es que, según esta sentencia del Tribunal Constitucional, el interés general de la cuestión y la condición de funcionario público de la persona criticada son circunstancias en las que el ejercicio de la libertad de expresión alcanza “su máximo nivel de eficacia justificadora frente al derecho al honor. (FJ 6, párrafo último, con cita de la STC 110/2000 que a su vez cita la STC 107/1988).

En fin, me alegra que se haya superado la situación del régimen pasado en que el humorista Álvaro de la Iglesia en un coloquio de los años setenta calificó de memo al ministro, y aunque su abogado intentó probar que no dijo “el memo del ministro” sino “la memez del ministro” que sería menos injurioso, le condenaron a seis meses y un día de prisión menor, sobre el que informó socarrón en La Codorniz:

Por fortuna, la prisión era tan menor, tan menor, que en ella no cabía ni un solo preso; así que no me encerraron en la cárcel, aunque sí dentro del país, del que no pude salir en medio año.

10 comments on “Estos políticos están majaretas

  1. elSumario, Andreu Roselló

    Es veraz que Pedro Sánchez ofreció dos Ministerios y otros tantos cargos de relevancia a Podemos. Es veraz que Pablo Iglesias no estuvo de acuerdo con la parte del pastel que se le ofrecía. Es veraz que la falta de acuerdo nos ha llevado a donde estamos.
    Es veraz que en una entrevista el Presidente en funciones Pedro Sánchez, manifestó que no podría dormir tranquilo con ministros de Podemos. La cosa tiene su gracia o su pena. La duda que tengo es en cual de las dos situaciones alcalzó Pedro Sánchez político un mayor grado de «memez». Como libertad de opinión creo que el Presidente en funciones piensa que los «memos» están en el pueblo.

    • Fernando

      Gracias por dejarnos su opinión que nos clarifica su posición política. Ahora bien, intentando ser un poco neutral, si ello es posible, habría que preguntarse sobre la «memez» (por usar la terminología que usted emplea) del resto de candidatos de los otros partidos políticos que están en la liza política.
      En mi opinión una cosa me ha quedado clara y es que a la vista de lo sucedido durante estos meses, los principales candidatos adolecen de capacidad para consensuar acuerdos de Estado y por contra sus personalidades egocentricas (yo soy el mejor y lo hago mejor que nadie por tanto no necesito consejos y apoyos), dificulta esa finalidad de pactar.
      Ya cambiando a lo que se comenta en el artículo, en cuanto a una posible equivocación de los electores al votar, es natural que, dado que los candidatos nos vienen impuestos y que son los que son, los españoles tengamos dificultades para que se consiga una mayoría, si no absoluta, sí suficiente. En todo caso la sociedad española demuestra en cada Elección la diversidad ideológica que existe en nuestro país, diversidad que es muy saludable pero que acompañada de la capacidad de consensuar es aún más saludable en términos de convivencia sociopolítica pero que nos está vedada pues son otros los que tienen esa misión y que no elegimos directamente.
      Por todo ello, veo un panorama político y social preocupante (ojalá me equivoque).

      • elSumario, Andreu Roselló

        Con mi mayor consideración y aprecio deseo que se tome esta respuesta con un buen sentido del humor. Lo de la bola mágica que le predice de que pie político cojeo es una maravilla, el asesor del presidente en funciones pagaría por tenerla. Me ha «castigado» Vd. a tener que leerme repetidas veces mi comentario y lo mismo con el suyo. En cuanto a su entrada me parece bien y la podría compartir, exceptuando la frase de la entrada, porque no es verdad que haya pretendido mostrar ninguna posición política, ni ha sido, ni si quiera, intención.
        Ha sido totalmente casual que encontrara en el mismo blog dos palabras con las que jugar en esta entrada «veraz» y «memo». Hace poco el Anfitrión del blog subía la entrada «El Supremo separa la condena social de la condena penal». Gracias a la aportación de los comentaristas descubrí el Art, 20.1.d) de la CE (A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.)
        La otra palabra «memo» la copié del final de la entrada (ya puede ver que de originalidad poca) que la pone el insigne Anfitrión en la boca del humorista Álvaro de la Iglesia, justo un poco más arriba al final de la entrada, y Vd. parece que no se atreve con el de «arriba» y me suelta («por usar la terminología que usted emplea»), pues ya ve ha sido un plagio.
        Desde la posición de reportero quise utilizar todo lo que había estado leyendo de sentencias del TS y TC, con respecto de libertad de información y derecho al honor, teniendo en cuenta todo lo que habían criticado los medios la famosa frase «que no podría dormir tranquilo».
        Vd., en su comentario dice «En mi opinión una cosa me ha quedado clara y es que a la vista de lo sucedido durante estos meses, los principales candidatos adolecen de capacidad para consensuar acuerdos de Estado y por contra sus personalidades egocentricas…» Bien, se puede compartir. Pero noto (y está en su derecho) que al envolver a los «candidatos» en esa misma opinión, parece que intenta restarle protagonismo de la situación al Sr. Sánchez.
        Los hechos son los hechos, por tozudos que parezcan, y cada vez es más evidente que la estrategia de Pedro Sánchez y sus asesores era desgastar a Podemos a costa del precio que fuere, y que no tenían intención de formar gobierno. Es la vuelta del PSOE a la egemonía. Y un hecho es que Pedro Sanchez no ha planteado a la oposición un gobierno de CONCENTRACIÓN NACIONAL, para desencallar la falta de mayorías, como han aplicado en varias ocasiones en Alemania. El coqueteo de los socialistas con el nacionalismo es un hecho que asusta.
        Ante la crítica que hace de la falta de capacidad de pactar quizás seria conveniente pensar en que las elecciones tendrían que ser con segunda vuelta. Para finalizar Don Fernando, como dicen Vds. los juristas, en este «procedimiento» (elecciones) tenemos HECHOS DE NUEVA NOTICIA. Errejón se presenta cuando hace una semana decía que no, un autentico caballo de Troya. ¿Le hace falta más?.

  2. Anónimo

    Quizá el señor Sánchez debería explicar por qué mandó a sus tres más estrechas colaboradora a negociar con Pablo Echenique, sabiendo de antemano que «no iba a dormir bien» pactando con Podemos. Creo, sinceramente, que no ha estado muy afortunado, y que, probablemente, se habrá arrepentido más de una vez de decir lo que dice. Ahora sí ha roto definitivamente los puentes con Podemos.

  3. Anónimo

    No debemos tener miedo a las elecciones. Ya quisieran en otros países del planeta tener un sistema democrático.

    Frente a críticas de malgasto opino que ningún euro gastado en plebiscitos, elecciones o consultas es dinero malgastado. La repetición electoral es un síntoma de que el sistema funciona. Y , por otra parte, el gobierno continúa en funciones y el Congreso sigue con sus comisiones permanentes. Por lo que no nos quedamos descabezados.

    Buen blog, un saludo.

  4. MANUEL Perez Casas

    Ya es una verdadera chaladura que el TS tenga que dedicarse a estos menesteres, así como el TC. Eso ya nos da una clara imagen de cómo somos los españoles, lo nuestro es lo cogérsela con el papel de fumar.

    Manel

  5. Contencioso

    Desde luego, si las normas de verdad se interpretaran conforme al contexto y realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, dudo mucho que cualquier insulto a un político, por grueso que sea, llegara a ser punible. Porque el consenso en la sociedad es tal acerca de los calificativos y epítetos que merecen los políticos actuales, que dificlmente puede estimarse ya que exista siquiera un derecho al honor en ellos reconocido a nivel general. Creo que la Constitución es el último reducto y meramente formal de ese derecho, porque desde luego la sociedad como tal mayoritariamente no se lo reconoce – ni siquiera a los que ella misma vota!.

    Saludos

  6. FELIPE

    ¿Cómo se levanta uno cuando enciende la televisión y se entera de que habrá unas nuevas elecciones generales, las cuartas en cuatro años? Pues, al margen de indignado, aburrido y engañado, haciendo propias estas reflexiones de Carlos Goñi (el lider de los Rebeldes) a un medio escrito:

    «Uno piensa que son todos tan sumamente malos, que no son capaces ni de ponerse de acuerdo. Simplemente, tengo la sensación de que no hacen su trabajo y que quieren que seamos nosotros los que se lo pongamos aún más fácil».

    «Creo que lo que hay es una crisis de la clase política, en general. Simplemente es que son muy malos, no porque tengan malas intenciones, sino porque son malos políticos. Al igual que malos músicos o malos banqueros, hay también malos políticos. Son malos profesionales, y no es cuestión de derechas ni de izquierdas. Si los políticos fueran músicos, no cogería a ninguno para mi banda. Lo que tengo claro es que las ideologías deberían estar al servicio del ciudadano y no al contrario».

    Pues, eso, si los políticos (estos políticos) fueran abogados yo tampoco cogería a ninguno para mi despacho. ¿Y ustedes los cogerían para su profesión, trabajo o negocio?

  7. sed Lex

    Como siempre, es Sansón quién pone el dedo en la llaga:

    https://blogs.elnortedecastilla.es/rafavega/2019/09/23/nueva-tendencia/

  8. ERNESTO LOPEZ-PEÑA

    Bns tardes,sólo manifestar que lo que empieza a ser un tópico cargado de ingenuidad es la necesidad, reclamada a los politicos electos,de que se pongan de acuerdo en aras de gobernabilidades etc etc.Nuestro sistema democrático se basa en la prevalencia de los partidos politicos como sujetos primordiales del devenir parlamentario,de donde sale como todos sabemos el ejecutivo,de manera que la no obtención de mayorías absolutas y el rechazo al sistema de doble vuelta,hará que el tacticismo de cada partido opere como elemento único a la hora de sumar o restar apoyos a la candidatura prevalente según resultados obtenidos.Eso sí,cada uno razonará apoyos o rechazos con argumentos que se pretenden nobles y en busca de lo mejor para los ciudadanos…..para creyentes en suma´, previamente convencidos,nada distinto a lo que ocurre por ahí fuera,no nos flagelemos.Saludos

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