Crisis

El Derecho que España necesita

Una vez interiorizada la lección que para la vida personal y familiar supone la fragilidad de la salud y la vida, y sabiendo que la reconstrucción del Estado requerirá “sangre, sudor y lágrimas”, como jurista me preocupa que el Poder público (en todas sus dimensiones) sea capaz de mantener sus pilares de racionalidad.

No sería aceptable que so pretexto de recuperar de forma acelerada la calidad de vida, la economía o los servicios públicos, se procediese a la “destrucción” del alfabeto jurídico propio de un Estado de Derecho que merezca tal nombre.

A mi juicio, el Estado administrativo que salga de la crisis sanitaria, que permite muchos modelos, leyes e ideologías, debe respetar algunas claves elementales.Veamos.

I. La sensibilidad jurídica ante la excepcionalidad de las situaciones. Si algo nos ha enseñado esta crisis es que las medidas para garantizar la seguridad personal y salud colectiva, se han aplicado con insoportable inseguridad jurídica. Ha sido difícil conocer el alcance preciso de las medidas, extensión y consecuencias, unido a su cambio incesante a golpe de boletín oficial e instrucción. Ese escenario de normas del estado de crisis (Decretos de Estado de Alarma y un puñado de Decretos-leyes de urgencia), será el parámetro de enjuiciamiento de los numerosos litigios que se generen tras superarlo. Aplicar e interpretar normas excepcionales para situaciones excepcionales cuando ha pasado la excepción. Examinar bajo lupa judicial las sanciones, las medidas empresariales, las relaciones civiles patrimoniales y familiares, el estándar de asistencia sanitaria… Nada fácil. Con mal mármol, mal se hacen las estatuas y por eso es de esperar especial sensibilidad jurídica en las Administraciones públicas (expedientes, plazos, requisitos, consecuencias de la crisis,etcétera) y como no, que pese el sentido común y cierta empatía judicial al examinar los casos sembrados por la crisis.

II. Claridad, transparencia y seguridad. Nuevas normas serán necesarias. Algo hay que hacer. Pero bien estará no ser tan originales de aprovechar para borrar todo lo que funcionaba legislativamente en el pasado, ni para apartarse de las de las soluciones de otros países europeos. Lo que necesitan los particulares, los trabajadores, las empresas y la ciudadanía es seguridad jurídica. Saber de antemano las consecuencias de sus actos, saber que sus decisiones domésticas, laborales o de inversión tienen un riesgo pero un mínimo horizonte de estabilidad.

Ese es el reto. No podemos exigir a los gobiernos ser infalibles pero sí que proporcionen seguridad jurídica y actúen con elemental precaución. No en vano advertía Quevedo que «Bien acierta quien sospecha que siempre yerra». El caos jurídico impulsa el desaliento, la paralización, la desconfianza y el hundimiento de toda organización o sociedad.

III.La confianza legítima. Ciertamente, la reconstrucción del Estado requerirá nuevas normas legales, especialmente en el ámbito de empresa, laboral y fiscal. Esas nuevas normas, para sacarnos del pozo, no serán decorativas sino que afectarán a los cimientos de la vida cotidiana, y vendrán cargadas de Disposiciones transitorias (para no pisar derechos adquiridos) y Disposiciones adicionales (para salvar o excepcionar casos justificados), sin olvidar Disposiciones sobre vigencia que posiblemente sea escalonada o diferida en el tiempo (para no sorprender a los particulares en la confianza legítima).

Ese bloque de Disposiciones que suelen ir agazapadas al final del cuerpo de la Ley han de ser trazadas con finura porque suelen ser las bombas-lapa que truncan el éxito de la norma principal.

IV. Cuidadito con lo Urgente. El Boletín Oficial soporta todo y creo que los próximos seis meses post-crisis asistiremos a un gran protagonismo de los Decretos-leyes y de normativa de todo rango (leyes ordinarias, reglamentos, ordenanzas, etcétera) cuya rubrica incorporará la palabra “Urgencia” como las tibias y calavera de la bandera pirata, avisando de lo que se avecina. Solo quiero insistir en la obviedad de los viejos axiomas: que lo urgente no mate lo importante; que lo urgente no autoriza a prescindir de planificar.

Captura de pantalla 2020-03-06 a las 19.05.31V.Recuperar el peso de lo técnico. No puede actuar el poder público a golpe de ocurrencia, improvisación ni populismo. Las medidas legislativas pueden comportar cambios radicales pero eso no excluye que sean técnicamente bien hechas y sin perder de vista el impacto colateral en otros sectores del ordenamiento jurídico. Las Administraciones públicas cuentan con equipos de altos funcionarios especializados, con órganos consultivos de rango y calidad, con técnicos que tienen por divisa la objetividad y neutralidad. Sin embargo en la última década el asalto de los partidos políticos al poder ha comportado la postergación de los dictámenes y criterios técnicos, salvo que sirvan de arma arrojadiza contra los contrarios. Hora es de respetar al máximo la legitimidad política al tomar decisiones, pero sin olvidar el criterio técnico ( jurídico, económico e incluso social). No olvidemos que la Constitución une en el mismo artículo el papel del Gobierno que «dirige la política interior y exterior» el requisito de que se realice «de acuerdo con la Constitución y las leyes»; además el art.103 de la Constitución impone servir al «interés general» (apreciado por los políticos, ciertamente) pero bajo imperativos de «eficacia»(cuya valoración prospectiva o retrospectiva incumbe a los técnicos).

VI. Retoquemos el modelo autonómico. Mas que hablar de Pactos de Estado, estilo pactos de la Moncloa, en que todos los partidos actuarán como los jugadores de póker, exhibiendo el farol de alcanzar acuerdos aunque ocultando su intención de torpedearlos, creo que mas racional sería desempolvar la figura de las Leyes de armonización (art.150.3 CE), y alcanzar un pacto limitado a rediseñar puntualmente a favor del Estado las competencias básicas en materia de economía, sanidad y educación. La crisis sanitaria ha mostrado los puntos débiles en situación de emergencia, pero ahora se trata mas bien de reforzar la medidas para salir de la situación crítica. No se trata de hostigar a las autonomías, sino garantizar que se sale de la crisis sin ir lastrado de cadenas que no nos dejen abandonar las arenas movedizas.

En definitiva, creo que debería hacerse el esfuerzo por negociar lo que realmente requiere acompasar el paso. El éxito de una colmena y un hormiguero es la actuación coordinada y en la misma dirección. Si no se intenta, es que no hemos aprendido nada.

VII. Aliviar la carga de litigiosidad. Por último, hay que bajar la presión de infinidad de pleitos que distraen al Estado de sus obligaciones. Existe un semillero de litigios en la Administración que colapsan tribunales y generan un trasiego de ilusiones y desgracias que lastran la economía y la sociedad. Es el caso de los pleitos en materia de impuesto de plusvalías, los de los trabajadores indefinidos no fijos, los de las sanciones impuestas durante el Estado de Alarma, los de la responsabilidad sanitaria, los de extranjería y nacionalidad, etcétera. Los pleitos masivos no se deben al error de la Administración ni al capricho del demandante sino a la cobardía o comodidad del legislador.

Una buena Ley, que por definición es general, zanja miles de pleitos nacidos o por nacer. El problema es que los grupos políticos coinciden en rechazar las leyes impopulares aunque sean indicadas y eficaces, porque resolver conflictos de intereses suponen críticas de los perjudicados y pérdida de votos, pero para eso está el blindaje que otorga la legitimidad democrática. No deja de ser curioso que se puede acudir a los tribunales frente a la inactividad o pasividad de la Administración por «no hacer lo que debe» y en cambio, no hay fuerza humana, divina ni judicial que obligue al legislador (estatal o autonómico) a que coja el toro por los cuernos y con riesgo lo devuelva al redil de lo resuelto de un plumazo legal.

VIII. No olvidar que el todo es más que la suma de las partes, y si tocamos las partes se resiente el todo. El Ordenamiento jurídico es un mecano complejo, que puede y debe ser cambiado, pero como los mecanismos de relojería, no perdiendo de vista que el reloj tiene que seguir funcionando bien.

810657-20644174-2560-1440Toda ley tiene un efecto carambola sobre las capas de la realidad, y saber como acaba la carambola requiere visión estratégica y sentido de jugador de ajedrez. La economía política nos explica como las decisiones públicas sobre demanda o ingresos provocan efectos sobre el bienestar; el derecho tributario provoca efectos laborales y sobre los inversores; el derecho laboral incide en el sector servicios y bienestar; un cambio urbanístico afecta a los tributos locales, a las actividades empresariales y al medio ambiente, y a la inversa; un modelo de teletrabajo, o las medidas  electrónicas, afectan al concepto de empresa, establecimiento, costes y como no, al servicio prestado; un modelo mas integrado u hostil a la Unión Europea afecta brutalmente al nivel de vida; y como no, el modelo de justicia elegido afecta a los derechos que deben transitar por sus salas.

Pero sobre todo, España y sus gobernantes necesitan no perder de vista que nuestra Constitución, inspirada en la Constitución alemana, introduce en su art.103 no solo el sometimiento de la Administración pública a «la ley» sino «al Derecho», algo más que la fría y formal norma, esto es, a los valores de libertad, justicia, igualdad, seguridad jurídica y equidad, que están por encima de experimentos legislativos y cálculos políticos.

No es mucho pedir. Solamente sensatez y altura de miras. Esa es la lección de la crisis del coronavirus, que habrá costado miles de vidas y hundimiento de negocios, educación, planes e ilusiones. Tendrá que servir para algo el sacrificio. No puede ser que la ciudadanía cambie en su interior y concepciones vitales con la crisis y los políticos y gobernantes no cambien. Al menos, creo que los juristas estamos dispuestos a ajustarnos a los nuevos tiempos con la mano tendida.

Quede lo expuesto como sugerencias que me brotan en mi confinamiento, dando la razón a Lope de Vega en aquello de:

«A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos»

38 comments on “El Derecho que España necesita

  1. Completamente de acuerdo. De cabo a rabo.

  2. Totalmente de acuerdo, magníficas reflexiones. Lo de las leyes de armonización es urgente e importante pero con un amplio consenso de los partidos mayoritarios del Congreso, si no será peor el remedio que la enfermedad. Y, si me permites, yo apuntaría una clave más: que el poder judicial sea de verdad «poder» y «judicial», que va hacer falta, más que nunca, cuidar y defender el estado de derecho.

  3. Jurista y abogado

    Magnífico.

    Gracias y salud.

  4. JOSÉ ANTONIO IBÁÑEZ MARQUÉS

    ¡Enhorabuena! Has sido muy claro y conciso. Aunque no espero que la mayoría de la casta política del país consiga entenderlo… (Aunque puede haber individuos excepcionales, estos siempre constituyen una «selecta minoría»). Espero que te encuentres mucho mejor y una pronta recuperación absoluta.

  5. oscar viera

    sisi es magnifica, el tema es que todo lo dicho es una gran falacia, ya que justamente, si hay algo que demuestra la crisis es que debemos aspirar a la extinción de esa organización criminal que se arropa baja el llamado Estado, a pesar que puede haber muchas personas bien intencionadas que participan de ella

    Es una falacia lo que dices ya que ahora, antes o después, si se plasmara y lograra lo que dices, entonces, el Estado no sería Estado

    El estado basa su poder y estrategia justamente en lo contrario que propones y esas son sus armas y herramientas

    Lo tuyo, como buena persona y buen jurista que eres o así te considero, hablas desde el sentido común, la lógica y la búsqueda de la protección del bien general. Lo que tu razón, afectada como nos pasa a todos de una u otra forma, por los paradigmas en los que nos hacen sobrevivir, no te permite ver y valorar el engaño que realiza un grupo de presuntos delincuentes orgnizados politicamente que se han adueñado de las llamadas instituciones (o bien las han creado desde hace ya mucho tiempo), con el fin de perpetrar múltiples delitos

    Lo que planteas es de desear que lo podamos lograr, pero hamás será desde las estructuras del Estado, sino por el contrario, solo lo lograremos si tenemos la capacidad de erradicar el llamado Estado y crear otro tipo de organización social

    Abrazo

    • En el debate parlamentario sobre la redacción de la Constitución Gil Robles vaticinó que con ese tenor el resultado sería un Estado ocupado por los partidos políticos.

    • ¡Sí, señor! No hubieran mejorado tan atinadas palabras Lenin ni Musolini.

      Querido Magistrado, cuando deja a un lado el mundo del derecho abre en esta página la caja de Pandora de los exabruptos. Ánimo para su pronta recuperación.

  6. Sabino

    Reflexiones oxigenantes. Reflexiones que escapan del populismo.
    A recuperarse.

  7. Y Vd. que lo vea.
    Cuando esto acabe vamos a asistir a un ensayo social para ver las cosas de otro modo a como han sido, con el entusiasta apoyo de casi todas las televisiones. A los necesarios recortes ¿Como les llamarán?¿Ajustes sociales? Y los que llevan chupando del bote tantos años pensarán aquello de “mar*** el último,” sin permitir la pérdida de ningún privilegio (en mi región hay un progre que creó una Fundación ecologista hace muchos años, con implantación en Sudamérica, y que recibe dos millones anuales de subvención, para un objeto que es concienciar la ecología y seguir la huella del carbono… Tal cual)
    Y todas las iniciativas sociales y legislativas van a ir acompañadas de esos propósitos.
    Sobre la técnica legislativa de este gobierno aconsejo leer esa confusa Instrucción del ministro Illa que parece que delega en las regiones la compra de material antaño centralizada. Su texto viene a decir, en el ultimo párrafo, algo así como que el ministerio autoriza al ministerio para que delegue en las CCAA…

  8. MARIA ISABEL BARBERÁ

    Le deseo una pronta y rápida recuperación desde Cádiz. No he visto confinamiento que está teniendo más fructuoso. Un cordial saludo

  9. carlos lancha

    MAGNÍFICO!!!!! UN CORDIAL SALUDO

  10. Fernando

    «Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades», le dijo D. Quijote a Sancho. Ante un artículo como el suyo que parece estar contagiado de malos presagios y desmoralización pero sin querer parecer un enardecido optimista que negase con vehemencia la patética realidad y el brumoso futuro que nos espera a todos, sí conviene tener fe en que, de igual manera que en el pasado la humanidad y más concretamente los habitantes de este país supimos salir adelante y prosperar en lo material y en lo inmaterial, también en Derecho y leyes, sabremos afrontar las abrumadoras vicisitudes que deberemos afrontar entre las que estarán sin duda la obligación de poner límites o cuestionar decretos y actuaciones desmedidas o desacertada de políticos y gestores de lo público.
    Para eso está la Autonomía de los Poderes del Estado de Derecho (ya en alguna ocasión manifesté mis dudas de que sean totalmente independientes o libres en sus criterios, decisiones y procederes) que deberán contrarrestar el exceso del de los otros.
    Téngase en cuenta que, a pesar de los vaivenes pendulares de la historia del Hombre, se ha avanzado alcanzando las mayores cotas de libertades y derechos con lo que tras la actual y futura minoración de éstos, vendrá una rebelión contra el mantenimiento de su recorte, y con el empeño de personas, como usted, y colectivos críticos se conseguirá revertir esta opresiva situación.
    Ánimo y a seguir vigilando el sometimiento a la Ley y el Derecho con respeto a la seguridad jurídica.

  11. Pingback: El Derecho que España necesita – lopezleraabogado

  12. Anónimo

    ¡Sí señor!

  13. Anónimo

    Magnifica reflexión sobre lo que nos va a venir….

  14. Luminoso y clarificador, de lo que está por llegar… gracias y un saludo

  15. elSumario, Andreu Roselló

    «desempolvar la figura de las Leyes de armonización (art.150.3 CE), y alcanzar un pacto limitado a rediseñar puntualmente a favor del Estado las competencias básicas en materia de economía, sanidad y educación»

    ¿Quién es el que le pone el cascabel al gato?

    Salud.

    • Oscar Viera

      Eeeesssssp. Café para todos y ración doble, que sale buenísimo

  16. De acuerdo en que ha habido mucha improvisación, pero gran parte de la culpa no es del gobierno actual, sino de los anteriores. Desde 2003 y antes la OMS había instado a los estados a preparar planes de pandemias, y aquí no se hizo NADA al respecto.
    Encima tenemos un gobierno con poca experiencia de gobierno, una oposición con igual falta de experiencia de gobierno (al menos su dirigencia), una casi nula coordinación a nivel técnico entre las comunidades autónomas y una externalización brutal de la industria.
    En Alemania el Pandemieplan reposaba en un cajón, pero existía. Gran parte de las capacidades (almacenes del Katastrophenschutz) habían sido desmantelados en los últimos años, y los niveles del Pandemieplan a nivel de los Länder y las Kommunen no acabaron de desarrollarse, pero el plan maestro existe. Y al haber una Groko, no hay una oposición con fuerza suficiente para ir torpedeando y malmetiendo contra el gobierno, como aquí.

  17. Enrique

    Una vez más, en su línea habitual, el Dr. Chaves García, nos agracia como lectores con tan certeras y atinadas «reflexiones». Todo un decálogo del buen hacer. Ojalá que sus críticas (por lo fundamental) aportaciones también sean consideradas, por su contribución prístina, en las más altas instancias, pues en estos tiempos tan aciagos y tristes, no resulta fácil mantener la cordura y prudencia a la par que la mesura y la proactividad.
    Lo dicho: muchas gracias. Porque, ante tanta crítica-pataleo-visceral estéril y fútil, sus propuestas nos iluminan la tarea de adaptarnos a la nueva marea.
    A este respecto, en relación al punto cuarto, como nota anecdótica y menor, me permito sugerir la consideración de la conocida como «Matriz Eisenhower» en la relación estratégica del cuadrante «importancia-urgencia».
    Un abrazoT

  18. Anónimo

    Buenos días,

    Primero de todo espero que su recuperación sea y un hecho total y absoluto y haya quedado atrás el mal sueño del «coronavirus».

    En segundo lugar podría estar de acuerdo en todo lo que expone, pero, esto es España, y como dijo aquel gran hombre: «Cosas veredes amigo Sancho que faran fablar a las piedras significado…», será difícil pasar de un Estado populista como el nuestro que funciona a golpe de telediario a un Estado Social y Democrático de Derecho.

    Atentamente,

    Manel Pérez

  19. EDUARDO GARCIA RAJO

    Magnífica arenga, que puede seguramente ser tachada de utópica. Pero a recordar que utopía no es lo imposible, sino lo que nadie ha intentado. Y es imperativo para el jurista intentar siempre señalar y pronunciarse acerca de lo que debe ser. Gracias por el recordatorio y los mejores deseos para ti desde BuenosAires. EDUARDO GARCÍA RAJO.

  20. andresmoreyjuan

    Estoy de acuerdo. Si bien yo soy más crudo en mis juicios. No dudo que haya buenos funcionarios pero no sirve de nada si los principios básicos de lo que es una Administración pública se han bastardeado y están políticamente patrimonializadas todas ellas. Necesitan un rearme moral y de formación.

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