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La lotería jurídica que necesitamos

En este año trepidante creo que muchos compartimos la simple pero ilustrativa frase de Forrest Gump: «La vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te puede tocar».

El Derecho no solo es regulación de la vida social sino fuente de oportunidades y freno de ilusiones para la ciudadanía. Tras cuatro décadas de vida constitucional en que el ordenamiento jurídico nos suministraba una red de seguridad para la vida laboral, mercantil, civil y administrativa, este año la ruleta ha sido sacudida por el COVID y ha trastocado lo que tenemos, lo que esperábamos y lo más insoportable, que todavía no sabemos el desenlace.

2020 ha sido un año sin precedentes. Annus horribilis. A nivel jurídico internacional, el fuego cruzado no ha cesado: los coletazos del brexit, los órdagos de Donald Trump o las maquinaciones soviéticas; los tifones, terremotos y turbulencias climatológicas que han sacudido localmente a muchos países ricos y hundido a países pobres; las guerras y hambruna que azotan países sin futuro claro (Yemen, Somalia, Siria,etcétera); las tensiones entre judíos y países islámicos; las convulsiones políticas de países como Venezuela o Brasil,etcétera.

En el ámbito jurídico interno, el estado de alarma y sus consecuencias jurídicas se han convertido en una versión de las historias para no dormir. Nadie podía soñar la tremenda elasticidad de las normas que todo soportan; la inmensa paciencia de los ciudadanos frente a prohibiciones (bajo el eufemismo de “restricciones”); la mansa lectura de informaciones y desinformaciones sobre mandatos o prohibiciones jurídicas (que parecen seguir el viejo dicho castrense:¡cumplan la orden antes de que llegue la contraorden!); la resignada aceptación de una tecnología impuesta a machete (citas previas, servicios online, etcétera); la insoportable perplejidad ante un mismo enemigo (virus) que es tratado de forma diferente por cada Comunidad Autónoma (pese a que los virus no entienden de fronteras pues  de nada sirve que en una barca con varios agujeros, se tapen unos y se dejen libres otros); el molesto ruido de estrategias políticas de gobierno, oposición y los actores secundarios de la película, cada uno arrimando el ascua a su sardina, mientras los grandes problemas hunden las esperanzas de todos…

Para colmo, el virus COVID ha actuado con la eficacia de las guerrillas: muchos frentes abiertos, llega y se retira, ataca a los más débiles…

Y llegan las navidades, que no serán navidades blancas sino navidades grises. En unos casos, faltarán seres queridos arrebatados por el virus. En otros casos, faltarán medios económicos para afrontar el agasajo. Y en la inmensa mayoría, la clásica alegría navideña no contará con la presencia de todos los que querían estar.

Así y todo, hay que ser positivo. Esto pasará. Se llevará por delante a muchos inocentes, incluso seres queridos,  hundirá en la miseria a gente humilde y convertirá a muchos empresarios en supervivientes, pero pasará.

Creo que nos ayudará a todos la reunión familiar navideña “en formato reducido o light”, muy distinta de esas navidades que recuerdo con ternura de la infancia en que nos reuníamos tres generaciones en la mesa y yo era un niño de ojos grandes que disfrutaba de una noche que parecía durar lo que ahora duran cien nochebuenas.

Pese al duro contexto, tiene sentido celebrar la nochebuena y el día de navidad. Al menos conseguiremos disfrutar del espejismo de que son unas navidades más, tiempo de amor y paz, y nos creeremos que fuera no hace tanto frío, y podremos apreciar el sano regocijo de estar con algunos seres queridos, incluso de poner buena cara al mal tiempo, y sobre todo, de recargar nuestras pilas desgastadas de esta dura situación.

La Navidad es momento para estar en el hogar, en cuerpo y alma, y dejando a la intemperie problemas, decepciones y microbios. Personalmente me gustaría que fueran navidades todo el año, y pocos pueden vaticinar como serán las próximas, así que no dejaré que ésta se me escape. Por eso, no me he privado del arbolito de navidad con sus luces y colores, ni de un exceso controlado de dulces, ni de un buen yantar, ni de leer divagaciones no jurídicas, ni de reírme con mis íntimos, ni de pasear plácidamente con mi pareja, ni de comprobar el cambio de piel de mis sorprendentes hijos en adultos, ni de acordarme de tantos buenos amigos que también se acuerdan de mí.

Me considero tremendamente afortunado por contar con profesión estable y seres queridos, y un bloque numeroso de lectores entrañables que no solo tienen esa gentil deferencia de asomarse a mis blogs, sino que me han apoyado y con bellísimas palabras en los momentos difíciles que he podido pasar este año. Esa grandeza de corazones, algunos anónimos, otros conocidos y los más, de amigos, es lo que me lleva a inundarme del sentido de la Navidad, de la luz y alegría que me ayuda a ser más tolerante y comprender las razones incluso de quienes no parecen tenerlas.

Viene al caso la cita de Cuento de Navidad de Dickens:

Es una ley de la compensación justa, equitativa y saludable, que así como hay contagio en la enfermedad y las penas, nada en el mundo resulta más contagioso que la risa y el buen humor».

¡Felices fiestas, amigos!  Mis mejores deseos de una nochebuena y día de navidad entrañables, porque la auténtica lotería es contar con auténticos amigos y buenas personas a las que le importamos. Eso no lo arrebata ningún virus alevoso, ni políticos maliciosos, ni lobos con piel de oveja, ni las noticias tóxicas. La mejor vacuna contra las malas sombras es una sonrisa y buena compañía. No falla.

Se ve que sigo siendo el niño del vaso medio lleno. Por eso, os deseo a todos lo mejor, y sobre todo, que en las Navidades de 2021 podamos mirar por el retrovisor con alivio las de este año y que las buenas noticias pesen sobre las malas.

Y en la lotería jurídica, que nos toque la pedrea de la seguridad jurídica, o sea, el mínimo. Lo de acertar con leyes buenas y eficaces ya sería «el gordo» pero como máxima de experiencia sabemos eso es improbable.

 

 

 

22 comments on “La lotería jurídica que necesitamos

  1. Felices Fiestas, José Ramón y amigos de este rincón jurídico.

    Y que el 2021 nos traiga fuerzas para defender el estado de derecho.

  2. Anónimo

    ESTIMADO MAGISTRADO:

    ENTRAÑABLES PALABRAS QUE SUSCRITO TOTALMENTE.

    NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE.

    FELIZ NAVIDAD, PRÓSPERO AÑO NUEVO Y MUCHA SALUD

    UN FUERTE ABRAZO.

    EMILIO LORIDO, LETRADO MUNICIPAL BADJOZ

  3. Santiago Cañete

    FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO A TOD@S

    http://www.englobaecu.es/wp-content/uploads/2020/12/NAVIDAD-2020.mp4

  4. Conquero

    Y hasta la pedrea de la seguridad jurídica es ya un pensamiento desiderativo, si lo analizamos fríamente.

    Lo mejor que puedo decir en estas vísperas es que, de cara a 2021, nos tenemos que apoyar en las pequeñas cosas —vacuna mediante—, esas que, se supone, hemos debido de aprender a valorar mejor durante estos meses.

    Feliz Navidad —dentro de lo que cabe— para todos.

  5. dqabogados

    Felices Fiestas y Próspero 2021. Un abrazo virtual a todos

  6. Anónimo

    Como siempre leerte resulta un placer y hoy un remanso de paz.
    Gracias José Ramón!

  7. Francisco Artero Montalván

    Gracias, Señoría. He leído el artículo con la sonrisa en la cara y un pulso de emoción. Todos hemos sido niños y hemos gozado de esas Nochebuenas que parecían no tener fin. Le deseo una Feliz Navidad, de corazón.

  8. Mi deseo de felicidad para todos. Creo que el vaso está por debajo de esa mitad que quisiéramos llena, así que cualquier esfuerzo por rellenarlo es un regalo para los demás.
    Gracias José Ramón por su blog y por su agridulce pero animoso deseo de olvidar este año infausto. Que 2021 sea testigo de la reparación que merece en su ejercicio profesional.
    Un abrazo.

  9. Manuel Capdevila Blasco

    Gracias al autor de este blog por la generosidad de compartir su extenso conocimiento a lo largo de todo el año, de una forma útil y amena.
    Feliz Navidad y renovada esperanza para 2021.
    Saludos desde Zaragoza.

  10. Jesús Ángel Ibarreche

    Feliz Navidad al autor y a los miembros de esta pequeña (¡o no tan pequeña!) y maravillosa comunidad. Y que el año entrante sea mejor que el saliente para todos.

  11. Carlos

    Feliz Navidad José Ramón, y gracias por tanto.

  12. carlos

    Gracias Chaves por tirarnos de la lengua tan magistralmente y al resto de seguidores por aportar la experiencia práctica y sabios consejos a veces.
    feliz Navidad y feliz salud 2021!!!!!
    Carlos de Miguel Camarero

  13. Es una lotería para todos leerte. Feliz Navidad y Próspero Año para el autor y los lectores de este magnífico blog.

  14. Anónimo

    Felices Fiestas a todos y a usted en particular ¡

    Sobre el vaso medio lleno o medio vacio, como buen gallego siempre digo que el vaso está por la mitad. por la mitad de que, da agua o de aire? depende.

  15. EDUARDO GARCIA RAJO

    Apreciado don José Ramón:
    Somos muchos los que, con placer y provecho, nos alimentamos diariamente de sus brillantes aportes. Usted se significa por amalgamar ciencia y conciencia y su mensaje de hoy es el mejor ejemplo. Muchas felicidades para Usted y para todos los seguidores que ha sabido convocar. Mantengamos la Esperanza, la misma que tuvieron aquellos padres en ese pobre pesebre hace veinte siglos.
    Cordialmente desde Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, en Argentina,
    Eduardo García Rajo.

  16. Goza usted de aplastante lucidez, una de las cualidads que sin duda más admiro. Gracias y feliz Navidad!

  17. Anónimo

    Feliz Navidad y hurra por el buen ánimo para conformarse con lo que toca🥂

  18. Feliz Navidad a todos y todas, y muy especialmente al webmaster JRChaves, con mi agradecimiento.

    Mis décimos de la Lotería Jurídica Nacional los adquiero siempre en la Administración nº1 «Delajusticia.com», y espero que siga abierta mucho tiempo.

    A falta de buenas leyes y de políticos bienintencionados que las aprueban, espero que nos toquen a todos algunos premiecillos:

    1.- Una pedrea muy repartida por todos los pueblos de España: que, en los procedimientos selectivos de personal de las Administraciones Públicas, el escrupuloso cumplimiento de trámites formales, citas de normas y publicidad de convocatorias y actas, vaya acompañado de un poquito menos de arbitrariedad, enchufismo, filtraciones, trampas y trucos.

    (Hemos visto la rigurosa convocatoria con publicidad en el BOE para designar a Presidente de Sala de TSJ, la publicación de los méritos de cada aspirante e incluso del vídeo de sus entrevistas, con su correspondiente 18-0 a un Magistrado de Sala Especialista en Contencioso, entre muchos más méritos.)

    2.- Un tercer premio: que a las Administraciones Locales, escuelas de pícaros, refugios de vagos y trepadores y fábricas de caciques, se les agüe el vino de la autonomía local, se les vaya imponiendo una tutela administrativa, se controle de verdad judicialmente la potestad de autoorganización y se les impida fijar los sueldos de los habilitados nacionales, para que dejen de ser sumisos sirvientes en algunos casos.

    3.- Segundo premio: Que haya muchos, muchos juzgados de lo contencioso, para que los jueces y funcionarios judiciales no estén saturados y dediquen su saber y su esfuerzo a juzgar, y no a evitar que acudan los justiciables; que no despachen tarde y de mala gana los asuntos, no den por vencedores de entrada a los ayuntamientos por su potestad de autoorganización y presunción de veracidad; y no impongan las costas como estocadas de escarmiento para el ciudadano, y besos con bombón y flores para las administraciones.

    4.- Primer premio: Que a partir del próximo año, por algún extraño sortilegio, dejen de cabrearme las injusticias y abusos administrativos, la escasez de justicia contenciosa y la impunidad de los cargos públicos arbitrarios, nepotistas, ignorantes o prevaricadores.¡¡Así seguro que veo el vaso siempre lleno!!

    Felicidades y saludos a esta gran familia contencioso-administrativa.

  19. bernardino

    Veo en su artículo, que no comentario, una luz hacia el futuro, así que, aunque no olvide el pasado y luche lealmente por enmendarlo, siga alumbrando hacia el futuro. En esa estela le acompañaremos. Felices fiestas en compañía de los suyos.

  20. FELIPE

    Me casé un ya lejano día 22 de diciembre y hace tiempo tuve la dicha de descubrír a sus blogs, ¿cómo no voy a creer en la lotería de la vida?.

    Hace escasos días los «1», que manejan el -muy deslegitimado, politizado y mediatizado- órgano de desgobierno del poder judicial, urdieron una burda trama para enviarle al imaginario país de los «0». Desde el mismo sus confinados habitantes (a saber, los ninguno, los ninguneados, los nunca jamás, los al margen y los siempre menos) me han pedido que le haga llegar esta poesía de Cesar Brandon a modo de Cuento de Navidad.

    «EL 0 Y EL 1

    Uno no quería contar con nadie, y Uno no entendía por qué era impar si antes de él había alguien.
    Uno no quería contar con nadie, y Uno sentía que después de él estaba el infinito.
    Y a Uno lo sempiterno le daba miedo, así que Uno, muerto de pavor, se fijó en Cero.

    Y cuando Uno vio a Cero, pensó que cero era el número más bonito que había visto y que, aun viniendo antes que él, era entero.
    Uno pensó que en Cero había encontrado el amor verdadero, que en Cero había encontrado a su par,
    así que decidió ser sincero con Cero y decirle que aunque era un cero a la izquierda, sería el cero que le daría valor y sentido a su vida.

    Eso de ser el primero ya no le iba, así que debió hacer una gran bienvenida.
    Juntos eran pura alegría y se completaban. Uno tenía cero tolerancia al alcohol, pero con Cero se podía tomar una cerveza cero por su aniversario, aunque para eso tuviesen que inventarse una fecha cero en el calendario.
    Cero era algo cerrado y le costaba representar textos pero, junto a Uno, hacían el perfecto código binario.

    Eran los dígitos del barrio y procesaban el amor a diario, pero uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, así que Uno perdió a Cero.
    Y para cuando Uno se dio cuenta, Cero ya contaba de la mano con Menos Uno, que a pesar de ser algo negativo le trataba como una reina.

    A Cero le gustaba que Menos Uno fuera original, tener un hueco en Menos Uno, un guion con el que podían jugar.
    Cero le gustaba que Menos Uno no fuese uno más, que Menos Uno no fuese ordinal.
    Que fuese justamente competitivo y que cuando jugasen al UNO, Menos Uno no le dejase ganar.

    Cero sentía que a diferencia de Uno, Menos Uno sí le trataba como un número de verdad.
    Y Menos Uno no ponía peros, ni pretendía darle valor a cero poniendo comas entre ellos.
    Menos Uno no tenía complejos, y cuando hacían el amor, a menos uno le encantaba estar bajo cero.

    Y Uno, una vez más se volvió a quedar solo, separado como una unidad.
    Sin Cero, su vida se consumía como una vela. Sin Cero, el tiempo en él hacía mella…
    Y Uno empezó a contar pero sin Cero, se olvidó de los besos de Cero, del sexo con Cero, de los celos de Cero…

    Y uno empezó a contar, pero sin Cero.
    Uno se olvidó de Cero y le dijo adiós. Uno se olvidó de Cero y tal vez hasta del amor, y empezó a contar hasta lo que más miedo le daba: hasta el infinito.
    .. O tal vez solo hasta dos.»

    El “0” no solo existe, aunque tenga la condición de invisible para algunos “1” soberbios y cortos de vista, sino que tiene peso decisivo, voz propia y representa la energía sin fin. El “0”, querido José Ramón, son/mos todos los que aman, creen y luchan por la verdadera Justicia (la libre, la independiente, la digna, la objetiva, la humana), esa que propugna usted, y que, precisamente por ello, reciben la pena del destierro, el desprecio, la desacreditación y el ninguneo de quienes la manejan y deshonran.

    Feliz Navidad y año nuevo para usted y su familia. Y mucha, mucha salud, porque la mejor lotería es seguir vivos y poder continuar dándoles guerra. Lo que hago extensivo a todos sus seguidores y, en particular, a los muchísimos «0» de este blog.

    • Absolutamente genial. Agradecido de cuerpo, alma y blog. Un magnífico regalo creativo, tierno y reconfortante. Felices fiestas y feliz año.

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