Humor y Administracion

Jueces humanos: ¿comprenderlos o resetearlos?

Leo perplejo la noticia de la sentencia de la Sala tercera del Tribunal Supremo que confirma una sanción por falta muy grave, a un magistrado que se negaba a la adaptación a las nuevas tecnologías, aduciendo una patología en el pulgar, y parecía querer seguir viviendo como un escribano egipcio.

Para el Tribunal Supremo, «al magistrado sancionado le pareció inaceptable todo lo que no fuera el método de trabajo al que se había habituado». O sea «todo lo que no fuera disponer de personal administrativo para transcribir al dictado».

Esta noticia merece poco comentario porque habla por sí misma, y demuestra que «en todas partes cuecen habas», o sea, que hay anécdotas en todas las profesiones. Si ayer era un obispo que colgaba los hábitos para irse con una joven escritora de literatura erótica, hoy se trata de un magistrado que quiere dictar sus sentencias oralmente en vez de escribirlas usando las tecnologías disponibles.

En el caso de la justicia el caso es más llamativo porque se trata de un ámbito donde debe darse ejemplo, donde hay obligación de adaptarse a los tiempos en alma y cuerpo (por aquello de aplicar las leyes en el «contexto social»), y donde debe imperar especialmente el sentido común.

Me cuesta aceptar que no pudiese el magistrado manejar el ordenador… (cosa distinta sería si fuese un «ordeñador», como la herramienta exigida en la administración tributaria :). Además el problema auténtico para un jurista, sea juez o abogado, no sería encender el ordenador ni teclear… sino no saber «cortar y pegar» 🙂

Es más, puede comprenderse incluso cierta resistencia, comodidad o inercia del juez sobre el pasado, pero… ¿merecía la pena recurrirlo?

En su día comenté el caso real de la magistrada que solicitó la baja por tener lesionado el dedo pulgar y que mereció pintoresca sentencia de la Sala tercera.

A veces comprendo al Conde de Romanones en la conocida anécdota, cuando se sintió tan decepcionado por sus colegas que profirió su famoso: ¡Joder, vaya tropa!

En fin, pasemos página que hay cosas más interesantes en el horizonte, y no hablo de boletines ni leyes, sino de la vida misma.

5 comments on “Jueces humanos: ¿comprenderlos o resetearlos?

  1. Phelinux

    Me pregunto qué le puede pasar al sr. juez si se sigue negando a teclear un ordenador. ¿Le pueden sancionar por la misma falta? ¿»Non bis in idem»?

    Como empleado público tengo la sensación (y la experiencia) de que a menudo se emplean las nuevas tecnologías en el ámbito de la Administración como arma de acoso y derribo contra ciertos empleados que no se acomodan al gusto del superior jerárquico, sin que por ello su desempeño sea peor que el de otros colegas.

  2. Yeyutus

    Supongo que Su Señoría sancionado, no sabe de la existencia de software muy sencillo por el cual simplemente le dicta al tlf o le dicta al ordenador y él sólo escribe sin tener que expresamente teclear nada de nada. Tal vez voy hacer de defensor de causas imposibles, el culpable es el Consejo del Poder Judicial, por no dotar de medios baratos y fáciles a uno de sus miembros para el ejercicio de las tareas que le son propias, si están mermadas su facultades de escribir, pues dótenle de medios que suplan esa carencia….Enfocó mal su defensa, el culpable el Consejo o el Ministerio, el que tenga por función dotar de los medios necesarios. El expedientado no dijo que no quería trabajar dijo que no podía hacerlo por una merma, y por tanto quien tenga la obligación de poner los medios no lo hizo.
    Como bien dice nuestro SEVACH, ciertamente los trabajadores se adaptan a los medios, pero tan cierto como de contrario, los medios también pueden adaptarse a las mermas de los trabajadores que pueden ser muy diversas.
    Defender estas causas es un defecto profesional que me gusta mucho.
    Aunque ciertamente vaya tropa….es lógico que un elenco tan grande de profesionales surjan mucha casuística muy pintoresca y a veces de difícil justificación.
    Tenía que haber solicitado al Ministerio y al Consejo, más que un Auxiliar administrativo, que le dotaran de medios y en su expediente haber alegado que quien no puso los medios fue el obligado hacerlo, y con eso abría la puerta a un bonito pleito. Que determine quien es más culpable, quien no puedo ejercer por una merma o quien no dota de los medios necesarios.

  3. Alfonso

    No puedo sino coincidir con los argumentos de los dos comentarios anteriores.
    Tirando del título del artículo, sobre los jueces humanos, estimo que la argumentación del Tribunal Supremo deja mucho que desear: no entra en la necesaria vinculación entre Derecho y Ética, que son los dos cimientos para impartir Justicia.
    La cuestión no es si un juez puede o no escribir al ordenador, sino si está obligado a hacerlo, ya que su misión no es esa. Esa tarea, en efecto, corresponde a otro tipo de personal, y con la decisión del Supremo, lo que se está haciendo no sólo es introducir un elemento de valoración poco positiva de las tareas del personal auxiliar (lo puede hacer cualquiera), sino también incitando a la reducción de puestos de trabajo.
    Pongamos el caso: pongamos que en la sanidad pública deciden suprimir a los celadores, puesto que ese trabajo lo pueden hacer enfermeros o médicos. ¿Nos parecería bien? Desde luego mi respuesta es que no. Taxativamente no. Cada cual tiene su trabajo, y debe hacer ese y no otro, por más que pueda o sepa hacerlo (al menos de forma ordinaria, no digo yo en situaciones provisionales).
    El conflicto entre el «maquinismo» y el «humanismo» comenzó ya con la Revolución Industrial. Seguimos en ello. Y parece que el maquinismo lleva las de ganar, en detrimento del humanismo.
    Las tareas del personal administrativo en el servicio pública son dignas y deben respetarse. Si una persona se dedica a tales tareas de forma continuada y ordinaria, siempre las va a hacer mejor que yo, que tengo un trabajo diferente, por más que yo sepa escribir al ordenador o manejar una Excel, al igual que un médico sabe servir comidas a los pacientes ingresados en un hospital.
    Un cordial saludo.

  4. Trayendo el tema al mundo de la administración local, soy muy crítico con el hecho de que en las convocatorias para TAG o letrados/as municipales no se valore, normalmente, la capacidad de escribir (con todos los dedos). Con independencia de que las funciones administrativas recaigan sobre las compañeras y compañeros que ocupan puestos de administrativa/o (o, en su caso, auxiliar), lo cierto es que, afortunadamente, la mayoría de nosotros nos hacemos nuestros escritos. Al menos, los más enjundiosos.

    Quienes tuvimos la suerte de aprender a teclear sin mirar al teclado los hacemos en bastante menos tiempo, pero en las convocatorias de acceso se actúa como si siguiésemos dictando, lo cual va contra el principio de capacidad y, lo que es más importante, hace que se pierda eficacia.

  5. Begoña

    Bueno Iker, o sea que para ti es importante que un letrado o un TAG de la Administración escribamos con todos los dedos…lo importante es lo que se escribe, digo yo, con uno, dos o tres dedos, con las dos manos o con una…allá cada cuál con la velocidad que le imprima.
    Por lo demás, ya hace tiempo que el personal auxiliar dejó de dedicarse a transcribir lo que le dictan otros…sinceramente no lo veo en mi Administración, que es bastante grande, hace tiempo, ya que se dedican a cosas más productivas, afortunadamente…siempre quedará algún o alguna troglodita, pero no es lo habitual. Pena me da el señor juez que no puede comprar por amazon, leer el periódico digital, y estar fuera del mundo real…debería apuntarse a esos cursos de los ayuntamientos para incorporación de las tecnologías en la tercera edad

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