Cuando llama a la puerta un año nuevo, todos deseamos lo mejor, para nosotros, para el prójimo y para el que no está tan próximo, con especial énfasis en la salud y la paz.
El año 2022 ha sido especialmente duro por un contexto de inestabilidad política, social y económica, sacudido transversalmente por una absurda pero terrible guerra en las fronteras de la Unión Europea. En el plano personal no puedo ni debo quejarme: la salud se ha mantenido de forma razonable con las expectativas propias de la edad, tanto de la mía como de los míos; he tenido trabajo (y lo he cumplido con seria dedicación); he disfrutado de momentos agradables (familia, amigos, ágapes y festejos de éxitos de quienes los merecían); he impartido una docena de charlas con ilusión, e incluso he escrito diez artículos y publicado dos libros (Las Claves de una buena Demanda Contencioso-administrativa. Psicología, mitología y jurisprudencia -Ed. Amarante-; y Elogio de los Abogados escrito por un juez -Ed. Bosch-).
Además este año cuento con un pastor belga –no un cabrero de Bruselas, claro :)- que me hace ser y sentir mejor persona. Y lo mejor, me siento querido por aquellos a quienes importo y me importan.
He administrado el tiempo con avaricia, al igual que los aplausos, alzando a quienes admiro en su grandeza, y desdeñando a quienes cuesta verles el brillo de humanidad en su talento.
Por supuesto, he leído deliciosas obras no jurídicas (por salud mental, pues el derecho es obsesivo y peligroso), focalizadas sobre historia de la Filosofía, y sobre el mundo clásico griego y romano,– no por esnobismo, sino para suplir mis enormes carencias escolares y mi curiosidad –. Aprovecharé, si me lo permiten, para recomendarles dos obras cuya lectura este año me ha llevado a otros niveles de conciencia y comprensión del mundo. Maravillosas (ideal para un autoregalo):
«Grandes rivales de la Historia» (Joseph Cummins, Ed. Arpa, 2021) y «Yo recordaré por ustedes» (Juan Forn, Emecé, 2021).
Y cómo no, he releído esa maravilla que es «Ficciones», de Jorge Luis Borges- el relato de Funes el Memorioso, es sencillamente magistral. Y he paladeado la novela histórica con «La hija de las Mareas», de Pilar Sánchez Vicente (un maravilloso viaje a la forja de sentimientos y libertades).
Junto a ello, he hecho numerosas tonterías, divagado, paseado y conversado, como todos en la vida, dueños de nuestro tiempo, para sembrarlo o enterrarlo.
Por supuesto que no todo es miel sobre hojuelas en mi vida, pero además de mi talante optimista, no merece la pena contar los problemas a los demás, pues algo de razón tiene el cínico dicho de que “Al 20 por ciento no le importan tus problemas, y el 80 por ciento se alegran de que los tengas”.
Llegados a este punto, una vez realizado un simple y personal balance de mi puñado de logros domésticos, como jurista me gustaría compartir con ustedes mis diez deseos para el año venidero 2023.
- Seguridad jurídica. Menos remitirse la ley a reglamentos como cheques en blanco. Menos leyes bajo la espada de Damocles de un Tribunal Constitucional que no tiene igual prisa en resolver todo. Menos tiempo de espera por la buena jurisprudencia.
- Calma. Las buenas normas se cocinan a fuego lento. Menos Decretos leyes. Menos “leyes en caliente” como respuesta a un fenómeno mediático. Menos ocurrencias reglamentarias u ordenanzas para hacer guiños al electorado. Menos leyes bajo cálculo electoral y más bajo cálculo de bienestar general.
- Claridad. Una ley sobre contratos públicos que no se convierta en una trampa en una espesura de preceptos, ni para la administración ni para los contratistas. Un derecho urbanístico que no sea una carrera de obstáculos, para desarrollar planes y programas, sometidos al fuego cruzado de normas ambientales, demaniales y sociales.
- Recaudar sin voracidad. Nada de legislación tributaria y recaudatoria que esquila a los contribuyentes de forma hostil, rápida y sin defensa real.
- Honradez y ejemplaridad. Necesaria en los políticos de toda ideología, por supuesto. Menos sorpresas de corruptelas, tinglados y tejemanejes.
- Humanidad.No olvidar que, por mucho que avance la administración electrónica y lo automatizado, el ciudadano “no es electrónico”, sino de carne y hueso, y tiene una mente que quiere comprender y una boca para hablar con otro ser humano.
- Menos tonterías. Límpiese la hojarasca de las leyes. Fuera con la palabrería de lo políticamente correcto cuando confunde formas con valores. Suprímanse las Memorias, Planes, Estrategias y otros ingeniosos envoltorios que distraen a gestores y ciudadanos del meollo de los auténticos problemas de la cosa pública. Menos promesas y más realidades.
- Saber distinguir. Que la opinión pública aprenda a discernir entre el colegio cardenalicio (Consejo General del Poder Judicial) y las parroquias humildes (jueces y magistrados de a pie), pues el ruido de la corte, de los navajeos y mercadeo de aquéllos (que no se dedican a poner sentencias) nada tiene que ver con la callada labor de éstos (mientras estos sí se dedican a poner sentencias).
- Justicia real. Que quien se vea inmerso en un litigio, obtenga una sentencia en plazo razonable y sobre todo, que la entienda, aunque no la comparta.
- Simbiosis. Que los académicos, los jueces y los abogados, abandonen el rol de su compartimento profesional estanco, para darse cuenta que todos navegamos en el mismo buque de la justicia. No consuela saber que si se hunde es culpa de los otros.
Como decía Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”.
Son mis diez deseos, aunque me parece que no hay trineo de Papa Noel, ni camellos de los Reyes Magos que pueda con tamaña carga. De momento, nos quedaremos con soñar y quejarnos, que es el consuelo que asiste desde el inicio de los tiempos a los que sufren las leyes que otros aprueban.
Excelente artículo y magníficos deseos, ojalá Renos y Camellos puedan hacer realidad todos ellos!! Feliz 2023 y salud para todos.
FELIZ 2023! que te sea muy dichoso en lo personal y en lo profesional!!.
Con que la mitad de esos diez deseos tuyos de vieran cumplidos, ya me sería un años genial!!
Con salud casi todo se puede. A cuidar, cuidarse y seguir sin dañar a nadie con intención. Feliz año 2023.
Gracias por el trabajo continuado. Feliz año.
! Qué sentido común tiene este zagal!.
Feliz 2023…
Gracias por el contenido. Los retribuyo pero creo que sus 10 deseos son una incomesurable y poco realista ambición.
Se acabaron para siempre los profundos y concienzudos análisis.
Los títulos rápidos mandan, aunque «el tiempo se venga de todos lo que se hace sin su colaboración».
Son épocas que nos toca vivr que no son peores que otras muchas que hemos tenido.
(lo digo a mis 72 abriles y con muchísimo trabajo por hacer …)..
Hay un tango que cantaba Gardel hace como 100 años (Cambalache) que decia: «Que siempre ha habido chorros. Maquiávelos y estafáos’ Contentos y amargaos, valores y dublé … Ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador .. »
Me sirven de mucho sus escritos para «matar mi gran ignorancia»
Gracias un abrazo
Roberto
FELIZ AÑO NUEVO 2023. SALUD, PAZ Y AMOR.
SUSCRIBO TODO LO DICHO POR S. Sª.
EMILIO LORIDO GONZÁLEZ. LETRADO AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ
Excelente artículo cargado de mucha razón. Igualmente, FELIZ AÑO 2023 para TODOS.
Estimado Dr. Chaves:
He comenzado a leer su Elogio…
Debo confesarle que es fácil de disfrutarlo y puede ser una lectura muy recomendable para mis alumnos del Máster.
Leo su Decálogo para 2023 y compruebo que la sensatez y el sentido común le han acompañado casi todo los días de su vida profesional.
No le hace falta mi elogio, pero reconocer el mérito ajeno es un «deporte» que practicamos poco los españoles.
Gracias por su blog y no se rinda.
¡Que 2023 sea como ha pedido en nuestro ámbito y que la Justicia sea mejorada!
Daniel Bellido
Muchísimas gracias, Daniel, por tan bellas palabras que se convierten en un regalo delicioso para finalizar el año. Un fuerte abrazo y mis mejores deseos
A estas confidencias y deseos me permito añadir uno más: Que en la comunidad jurídica podamos seguir disfrutando de esta magnífica guía para digerir con provecho las vicisitudes jurisprudenciales bajo la luz doctrinal requerida en estos tiempos de intensa tormenta legislativa. ¡¡¡Feliz 2023!!! Un saludo desde Tarifa.
Un abrazo Paco, desde el Norte con afecto
Magnífica propuesta para el 2023, querido
José Ramón. Hago míos, para mi y para todos, esos magníficos deseos para el 2023, que de cumplirse, harían nuestro mundo mucho mejor. Un abrazo enorme y..
FELIZ 2023, amigo querido👏🏻👏🏻🙅♀️🙅♀️🙅♀️⭐️😘
¡Ojalá¡, sus deseos se conviertan en realidad. Feliz Año Nuevo a todos.
Demasiada inestabilidad. Esto no es bueno. Es más bien peligroso. El poder no puede estar en manos de fascinerosos y de gente con aviesas intenciones que para engañar a muchos ciudadanos que carecen de formación lo quieren revestir de «progresividad». El progreso es comerle terreno a las enfermedades y en avances científicos. Manipular la democracia puede ser un terrible error, anque quien lo hace le da igual, es frialdad, una frialdad siniestra. REPITO MI FELICITACIÓN DE AÑO NUEVO PARA JR Y PARA TODOS.
FELIZ AÑO 2023 EV.:.:.: A JR Y A TODOS.SON DIEZ CONSEJOS ESTUPENDOS QUE PROCURARÈ SEGUIR. SI SE ME PERMITE APORTAR ALGUNO, PARA LA SOCIEDAD EN GENERAL DIGNIDAD, NNCA PERDAMOS NUESTRA DIGNIDAD.JUNTO CON LO ÙNICO QUE NADIE PUEDE COMPRAR, EL TIEMPO, ES PARA MI UNA DE LAS COSAS QUE MAS APRECIO.
Ojalá se cumplan todos tus deseos para este año, estoy seguro de que a España le iría mejor. Disfruta de tu pastor belga, un perro es la mejor compañía, al menos, la más fiel. Espero seguir disfrutando muchos años más de los estupendos artículos de este blog. Feliz 2023 a todos