Ventajas e inconvenientes de ser funcionario del cuerpo de astronautas

Hace pocas semanas la Agencia Espacial Europea anunciaba una convocatoria para el urgente reclutamiento de astronautas. De forma simultánea la red se hacía eco de la curiosa información de que los astronautas de la NASA debían justificar los gastos de traslado desde Houston a Florida para su reembolso como corresponde a una comisión de servicios.

1. Aquí, Sevach, asumiendo una perspectiva humorística, se pregunta por el perfil de tal hipotética función pública. Y es que, aunque hoy día el reclutamiento de astronautas se efectúa a través de la Agencia Espacial Europea, tras un singular procedimiento selectivo, puede fácilmente vaticinarse un futuro en que el tráfico extraterrestre lleve a la selección de personal astronauta para las funciones de interés público, a su incorporación como funcionarios, y quizás a que las Comunidades Autónomas seleccionen personal para sus propios cuerpos de astronautas.

2. Así, partiremos del supuesto de que los astronautas fuesen funcionarios, con lo que mantendrían una relación de sujeción especial con la Administración Espacial (relación de sujeción especialmente intensa cuando flotan en el espacio unidos por un arnés a la nave). Tal relación funcionarial tendría sus ventajas e inconvenientes.

3. Ventajas.

– Permiten conducir vehículos «sin permiso de conducir» y sin preocuparse por el control del radar policial.

– Nunca te llevas «trabajo a casa».

– El examen de oposición se supera si se dominan materias del Temario tales como «Estatuto del Marciano: Naturaleza. Derechos y obligaciones. Extinción.»

– Nunca fichan. Y si lo hacen, sólo antes del viaje y al regresar.

– Jamás se ha sancionado disciplinariamente a nadie por abandono de servicio.

– El almuerzo corre a cargo de la empresa.

– Pueden hacer llamadas desde el trabajo, sin coste.

– Los jefes jamás les miran por encima del hombro.

– Los administrados o ciudadanos nunca aparecen protestando, aunque puede acechar algún lunático.

– No les parece mal que los ciudadanos digan que «están en la Luna».

– La ropa la paga la empresa, aunque el uniforme le tira de las sisas.

– El trabajo está totalmente automatizado e informatizado.

– Se garantiza el espacio libre de humos.

– Se pueden «estirar las piernas» en la superficie lunar y vistos los progresos espaciales de China, en breve podrán aprovisionarse en un «Todo a Cien», pasando el cráter del fondo, a la izquierda.

– El tiempo disponible para hacer sus tareas y el tiempo para entrar en juego el silencio administrativo positivo se prolonga eternamente por la ley de la relatividad y la velocidad de la luz.

– Probablemente, tiene el complemento de «destino» mas «elevado» del mundo.

4. Inconvenientes.

– No leen el periódico en el trabajo (ni les llega, ni lo pueden «hojear» ).

– Carecen de servicios higiénicos con intimidad en la «Oficina».

– Su trabajo les trae de cabeza, cuestión de gravedad.

– No tienen mesa de despacho, ni luz natural.

– No tienen derecho a salir a la hora del café (que además se le derrama siempre).

– Tampoco tienen derecho ni a «tomar el aire».

– Siempre están en «suspensión de funciones».

– No pueden ejercer el derecho de huelga mediante la ausencia del centro de trabajo.

– El último Convenio Colectivo de los astronautas se aprobó en una Asamblea de todos los afectados mientras compartían una cabina telefónica en Houston.

– La jerarquía y disciplina es severa: ¡Menudo genio tiene el Cabo Cañaveral!.

5. Y sobre todo, habrá oposiciones en breve, aunque no puede olvidarse que se ha hecho noticiable que la NASA está barajando reclutar a un voluntario para ir a Marte sin retorno. Ante este planteamiento a Sevach se le ocurre que mejor sería una comisión de servicios forzosa para algún que otro Ministro (aunque claro, correríamos el riesgo de desatar la «guerra de los mundos»).

P.D. Por cierto, el astronauta de la foto es una figura esculpida en el pórtico de la Catedral de Salamanca (¡).