Gran ocasión: VII Congreso Internacional sobre el Derecho de Daños

Corren tiempos en que como alguien decía que la agenda se satura porque “O voy a asistir a una conferencia, o voy a darla”.

Es curioso que la información jurídica siempre acecha. A veces en formato bibliográfico (libros o artículos), otras en formato oral (Conferencias, jornadas o seminarios) y otras en formato forense (las resoluciones judiciales o los actos de las partes, demandas y contestaciones, enseñan mucho).

Cuando veo un Programa de una actividad formativa cautivador, me gusta compartirlo, y por eso indico que está en puertas de celebrarse el VII CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EL DERECHO DE DAÑOS, a celebrarse los días 7 y 8 de marzo de 2024, jueves y viernes, en Madrid, y dirigido a la comunidad jurídica:jueces, abogados, fiscales, peritos, investigadores universitarios y académicos interesados, técnicos y tramitadores de siniestros de aseguradoras.

Indicaré las virtudes del Programa en que se ve la buena mano del Director del evento, el abogado Mariano José Herrador Guardia y del estupendo Comité Científico:

I.En primer lugar, se aborda un tema universal: el derecho de daños, o sea, la responsabilidad. En el mismo origen del Derecho está aquél homínido que sufrió un golpe o pérdida por la intervención de otro, y la víctima le exigió algo a cambio, para compensar. Fueron necesarias muchas lunas, mutaciones neuronales y avances civilizados, pasando por el duro Código de Hammurabi, o las leyes de Dracón que giraban en torno al viejo “ojo por ojo”, hasta llegar a ese sencillo artículo 1902 de nuestro Código Civil: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”.

No puede decirse más, con mayor claridad y simplicidad. Un precepto impecable en la forma y en el fondo, que da la razón a la confesión de Stendhal, de que todos los días leía algo del Código Civil “para mejorar mi estilo”.

Lo cierto es que, pese a su sencillez, es y ha sido fuente de infinidad de litigios civiles, contencioso-administrativos, penales o laborales, según la legislación especial o sectorial, aunque ciertamente la mayoría de los pleitos no giran tanto sobre la letra del precepto (interpretación) como en el plano de la prueba de los hechos, daños y circunstancias.

El protagonismo del instituto de la responsabilidad se ha incrementado ante un mundo más complejo y tensionado, en que acechan más peligros y nuevas facetas de daños.

De ahí la oportunidad de mantener este Congreso que va por su séptima edición y además, bajo la perspectiva internacional, pues estamos ante una cuestiones transfronteriza.

II. En segundo lugar, me resultan atractivos los ángulos jurídicos que se abordarán, pues entre otros, se abordan los clásicos que nunca mueren: fronteras entre responsabilidad contractual y extracontractual, caso fortuito y fuerza mayor, etcétera.

También los de vanguardia mal cerrados:Lesiones al derecho al honor por inclusión en registros de morosos; la compleja acción directa frente a las compañías aseguradoras de la Administración; aspectos controvertidos del Baremo de valoración de daños en ámbitos ajenos a la circulación…

Y por añadidura, desfilarán por el Congreso las cuestiones todavía no abiertas y que plantean interrogantes: Inteligencia artificial y responsabilidad por daños; indemnización por daños derivados de la protección de datos,etcétera.

Además, se dará noticia de los pronunciamientos por el Tribunal Constitucional, así como por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

 O sea, que se abordarán todas las valiosas caras del diamante de la responsabilidad.

III. Y por último, los buenos temas mejoran con ponentes virtuosos, y a la vista del ambicioso cartel, no faltarán voces rigurosas y con criterio razonado.

Como postre, o sea algo más dulce, la ponencia a cargo del escritor Lorenzo Silva titulada “Obligación de reparar el daño… ¿salvo si es demasiado grande?»

En fin, aquí está el el Programa, y aunque lamento no poder asistir por incompatibilidad de agenda, el que fuere, que lo disfrute, lo aproveche y me provoque sana envidia.