Humor y Administracion

De aeropuertos, intimidad y eficacia

Controles aeropuertosSostiene Sevach que el exhibicionismo de los pasajeros de las líneas aéreas cuando se despojan de sus utensilios, líquidos y prendas sospechosas en los arcos de control policial de los aeropuertos constituye un escarnio impropio del Estado de Derecho y de los principios de libertad que inspiran la Unión Europea.

No hay pasajero que, ante el control de acceso a la sala de embarque, su corazón no se acelere ante la presencia de una cola de pausado avance (encarrilados como ovejas listas para esquilar), de unas descoloridas bandejas de plástico barato (donde el viajero deposita sus abalorios, rememorando el ritual previo a los hornos crematorios nazis), una cinta con rodillos mecánicos donde se colocan maletines, envoltorios y chaquetas (escrutados por ojos policiales mas curiosos que rigurosos), un arco metálico (evocando el palio de los ahorcados) y varios uniformados controladores, uno de los cuales siempre luce manos enguantadas en latex, sugiriendo la inquietante exploración rectal.

Así comienza el desfile de modelos improvisados (por si fuera poco la cola de facturación, ha de soportarse la cola de exhibición). Ciertamente, la medida se justifica en sí misma, al ser evidente el conjunto de personas altamente sospechosas (sonrosados turistas extranjeros con mapas en las manos, niños con tamagochi, cansados ejecutivos armados con ordenadores portátiles y jabones de hotel, ancianitos con gafas metálicas, niñatos con piercing susceptibles de convertirse en metralleta, jovencitos con camisetas de leyendas provocadoras, etc). Todos ellos disfrutan del minuto de gloria y exhibicionismo por cuenta del Estado, sin chaqueta y despojándose de cinturones y correajes, agitando llaves y monederos, con expresión de angustia cuando oyen el condenatorio pitido de alarma. No extraña que, para evitar rubores, se hallan encontrado en las papeleras de las inmediaciones del control no pocos consoladores metálicos, bolas chinas o piezas metálicas de inconfesables utilidades.

En este panorama Sevach no entiende porqué no suele existir en los aeropuertos españoles ningún cartel expresivo de la norma que ampara tales medidas de control propias de un Estado de excepción. No se advierte del protocolo policial, ni de sus límites o garantías, ni del alcance de las obligaciones ciudadanas de someterse a tales controles en un ámbito tan íntimo, ni del posible cauce para reclamar u objetar frente a las extralimitaciones del control. Ciertamente existen diversos Reglamentos de la Comisión de la Unión europea que, bajo la sombra de la amenaza terrorista, han impuesto medidas de control de acceso bienintencionadas, pero ciertamente absurdas, desproporcionadas o cuanto menos, ineficaces y contraproducentes en su aplicación por el Estado español.

a)

      Son ABSURDAS porque el terrorista potencial tiene que ser tonto de baba para esperar pacientemente una inmensa y cansina fila de control y someterse al mismo con armas blancas, de fuego o líquidos de potencial explosivo.

 

      El cerebro del terrorista mas lobotomizado sabe que puede ocasionar mayores estragos en infinidad de centros que alojan multitudes, tales como cines, teatros, estadios, circos, museos, o similares, en los que resultaría sencillísima la introducción de toda arma o explosivo (y mas sencilla la retirada indemne del delincuente sin el inconveniente de posible inmolación en el ámbito aéreo). Ello sin olvidar la mayor vulnerabilidad de autobuses, barcos o trenes, donde no hay tan sofisticados controles.

Por otro lado, hay múltiples objetos de apariencia inocua que acompañan al pasajero y que superan los controles de acceso, a pesar de que son hipotéticamente susceptibles de uso perverso (gafas, cuerdas, alfileres, bolígrafos, etc), a lo que se une la práctica de otros objetos de menor inocencia, que superan igualmente los controles (Sevach pasó inocentemente en su mochila una navaja multiusos, y además cuenta con familiares de edad que han pasado involuntariamente abrecartas y similares). Mas aún, recientemente Christophe Naudin, investigador de la Universidad París II, se presentó en el Parlamento Europeo con una bomba despiezada que consiguió burlar todos los controles de seguridad desde Paría a Bruselas, y ello para demostrar a los europeístas lo fácil que era burlar tan absurdas medidas de seguridad.B) Son DESPROPORCIONADAS porque tales controles serían mas efectivos si se hicieren por muestreo, caso de Méjico (un semáforo en la aduana indica con su color quién debe someterse aleatoriamente a un exhaustivo control), o con identificación biométrica de pasajeros (iris o huellas dactilares) como en Arabia Saudita, o circunscrito al perfil de los sospechosos (¿islámicos, kosovares,…?), evitándose colas inmensas e inútiles en términos de tiempo y energías (es significativo que desde su implantación no parece que haya sido detenido ningún sospechoso de amenaza real en los aeropuertos).

c) Son virtualmente INEFICACES ya que tales controles no resultarán muy fiables si son efectuados por personal de empresas de seguridad privada, o personal contratado en régimen laboral temporal (por cierto, muchos de ellos extranjeros), sin que revistan la condición de autoridad pública, ni la especialización que requiere una de las intromisiones masivas en la intimidad mas toleradas hoy día.

d) Son CONTRAPRODUCENTES ya que tales medidas de control contribuyen a crear un clima de crispación e inseguridad de los pasajeros, y del transporte aéreo, que hace peligrar seriamente el interés psicológico de los usuarios, que no deben soportar la tensión (o agobio) de tales incertidumbres; también el interés económico de las compañías aéreas se ve sacudido por la zozobra de los usuarios que saben han de asumir supuestos riesgos, cargas de trámites y demoras en sus vuelos; y como no, también padece el interés político, ya que los potenciales terroristas han conseguido sin mover un dedo tener en jaque a toda la Unión Europea, a golpe de reglamento comuntario, y de rebote a los veintisiete paises, así como hacer pasar por las «horcas caudinas» de tan asfixiantes controles, a una buena parte de los casi 500 millones de europeos, y además con medidas de vocación permanente.

Por todo ello, cree Sevach que bien la Comisión Europea (como Administración ejecutiva de la Unión Europea), o bien los Estados miembros (desde su potestad y autonomía institucional para cumplir sus reglamentaciones), han de adoptar criterios serios que permitan tales situaciones absurdas, costosas o hilarantes y optar por soluciones más ágiles y certeras, bajo estudios mas serios y científicos que los que han inspirado tales medidas. Aquí Sevach recuerda a un amigo suyo húngaro que leyó un estudio estadístico relativo al número de aviones cuyos vuelos incluían pasajeros portando bombas, de forma que se cifraba la posibilidad de que existiese una sola bomba en un avión civil, en uno de cada cien mil vuelos, y se afirmaba a renglón seguido de que la probabilidad de que hubiere dos pasajeros con dos bombas en el mismo avión era de uno por cada millón de vuelos; y en consecuencia, tras leer el estudio, el húngaro viajaba siempre en su maleta con una pequeña bomba, y así viajaba mas seguro…

P.D. En el 2008 nos llegan noticias de que en EEUU el control fronterizo de los aeropuertos llega incluso a examinar la información y correo electrónico que figura dentro del ordenador portatil.

P.D.2.: La Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, de 10 de marzo de 2009 anula la lista de objetos que no se pueden llevar en el equipaje de mano de un avión. La petición de decisión judicial planteada en ese asunto tuvo como eje central la normativa comunitaria que detalla los objetos prohibidos en el equipaje de mano a la hora de subir a un avión. Se concreta, esta normativa, en un Reglamento sobre seguridad aprobado en 2002, al que un año después se le añadió el anexo que recoge la lista de objetos antes citada. La cuestión surgió a raíz del análisis realizado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea de la demanda presentada por un ciudadano austriaco que fue desalojado de un avión por llevar en el equipaje de mano unas raquetas de tenis, objetos prohibidos según el anexo. En su demanda el ciudadano alegó que al no estar publicada en el boletín oficial, no había tenido forma de conocer la lista.

La Corte considera que un reglamento no tiene fuerza vinculante hasta que no es publicado en el correspondiente boletín. A esta afirmación añade que en la propia normativa comunitaria se establece la necesidad de que los viajeros tengan acceso a la lista de objetos prohibidos, para poder aplicarla.

Por todo ello, y otorgando la razón al demandante, el Tribunal suspende la aplicación de la normativa, señalando que no puede imponerse a los particulares una norma que nunca ha sido publicada.

8 comments on “De aeropuertos, intimidad y eficacia

  1. Paul Lafargue

    Apreciado Sevach: entre extranjeros debemos ayudarnos. ¡Cómo te comprendo! Yo dejé de viajar en avión, y creo que cualquier sensibilidad media se ve ofendida por las absurdas medidas en los aeropuertos, que no sirven precisamente a la seguridad, sino al miedo. Mostrando tu reconocida erudición jurídica, recuerdas que son cosas de la normativa comuntaria, pero me permito añadir -por si alguien no la sabe- que esa normativa es secreta (han leído bien). El Reglamento (CE) n° 857/2005 de la Comisión, de 6 de junio de 2005, que modifica el Reglamento (CE) n° 622/2003 por el que se establecen las medidas para la aplicación de las normas comunes de seguridad aérea (Diario Oficial n° L 143 de 07/06/2005 p. 0009 – 0010) dice algo tan estupendo como esto: «para evitar que se produzcan actos ilegales, las medidas mencionadas en el anexo del Reglamento (CE) 622/2003 han de ser secretas, por lo que no pueden publicarse» y añade que «el anexo será secreto y no se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea». ¿Leyes secretas, que no se publican «para evitar actos ilegales»? Si te acordaste de los nazis, Sevach, no te faltaba razón. Yo ahora me voy a llorar por la libertad perdida.

  2. Me escribe un correo privado un amigo de un amigo con esta profunda reflexión, que quiero compartir con todos:

    …….

    Dices, entre otras cosas , que son «contraproducentes», es decir, añado yo, …ineficaces.

    D) Son CONTRAPRODUCENTES ya que tales medidas de control contribuyen a crear un clima de crispación e inseguridad de los pasajeros, y del transporte aéreo, que hace peligrar seriamente el interés psicológico de los usuarios, que no deben soportar la tensión ( o agobio) de tales incertidumbres…

    Ahora bien, ¿lo son?

    Como tantas veces decimos, la eficacia mide el cumplimiento de los objetivos y la cuestión podría entonces ser: ¿Cuales son los objetivos, los «VERDADEROS OBJETIVOS» de decisiones tan aparentemente estúpidas, caras, molestas, contraproducentes, etc.

    Los terroristas de toda clase destacan por su fanatismo y su inmoralidad. De su inteligencia no tenemos informacion suficiente de tipo estadístico ( que yo sepa) como para sostener una opinión empírica. Ahora bien, por mucho que nos divierta la idea, tampoco los yanquees son bobos, ni los mandamases nuestros que secundan tanta gilipollez.

    ¿A ver si de lo que se trata realmente es de molestar, precísamente de molestar a la gente, de crisparla, de hacerle sentir la posibilidad de una amenaza a su seguridad con la única finalidad de que legitime gastos y políticas liberticidas pero consistentemente lucrativas para el olvidado «complejo militar-industrial».

    Desde el Golfo, mi viejo, ya no hay unas buenas guerras de gran desgaste de material tecnológico y donde sólo mueran negros.

    Ya no hay épica ni patriotismo ni ná. Unos «nenazas», éso es lo que son los europeos y éso es lo que se están volviendo muchos americanos. Hay que agitar un espantajo y para esa labor nos tenemos mutuamente los islámicos y «Occidente».

    No creo que las sociedades islámicas soportaran muchos años sin ir elaborando algún tipo de ilustración , máxime hoy en día con el formidable desarrollo de los medios de comunicación, si no fuera porque sus autoridades religioso-(in)civiles pueden tenerles convencidos de que somos su enemigo exterior, imperialista, infiel, etc.

    Y el papel de nuestro enemigo exterior es cumplido a la perfección por los fanáticos islamistas. Por cierto, con entusiasmo, no lo vamos a negar…

    ¿Cómo no iba a caer el comunismo con la poca falta que hacía?

    «La seguridad contra los peligros externos es el más poderoso impulsor de la conducta nacional y, pasando el tiempo, hasta el amor a la libertad acaba por ceder a sus dictados. La destrucción violenta de las vidas y propiedades inherente a la guerra, el esfuerzo continuo y la alarma que acompaña a un estado de constante peligro, obligarán a las naciones más apegadas a la libertad a buscar la seguridad y el descanso en instituciones que tienden a destruir sus derechos civiles y políticos. Para estar más seguras, acaban por estar dispuestas a correr el riesgo de ser menos libres.»

    Hamilton, «El Federalista»

    Un abrazo.

  3. Estimado Sevach: ¡Cuanta certeza en tus palabras con las que me identifico plenamente!
    Sabes bien que esa cascada de leyes de control aereoportuario nació a raíz de unas lamentables acciones terroristas que conmocionaron al mundo cuando corría el mes de setiembre del año 2001.
    Conoces también que el objetivo de esas normas era filtrar la entrada de «extranjeros indeseables» que pretendían trasladar su guerra al corazón de occidente.
    Hablas de la inutilidad de las mismas que solo acarrean torturas para los usuarios que diariamente pretenden emplear este medio de transporte.
    Efectivamente es así pues te someten a una serie de suplicios para los que debes ir prevenido pues de pronto te ordenan que te despojes del cinturón pensando por un momento que vas a verte en la obligación de tumbarte en la cinta transportadora como lo hacía aquel joven cantante con apellido de los lugares donde se practica el culto o «Churchs» y que con una complexión atlética hacía saltar todas las alarmas, especialmente las de las féminas que miraban atónitas tan sorprendente chequeo.
    Pero eso no es todo ya que superado el control y realizado el interrogatorio en el que afirmas que nadie te ha hecho la maleta (¡que mas quisiéramos!) y que en ningún momento has perdido de vista el equipaje (¡están las cosas como para darle la espalda a tus enseres!) viene la parte de la travesía que no siempre es pacífica.
    Como algo inmediato te relato lo que me ha ocurrido este sábado cuando regresaba de Madrid con la sana intención de celebrar mi cumpleaños compartiendo una suculenta tarta de chocolate con mis tres hijas y su encantadora madre, que me acompañaba.
    El despegue estaba oficialmente previsto para las 14,20 horas y la llegada a Asturias una hora mas tarde.
    La realidad fue bien distinta pues «tomamos tierra» hacia las 22,10 horas.
    Cuando se iniciaba la maniobra de descenso y aproximación a Santiago del Monte el aparato se eleva para recuperar altura y mi corazón se queda tan alejado del tórax como le pasaba al rápido del Correcaminos que en cada arrancada dejaba su sombra a kilómetros de distancia.
    Nos explican que debido a la niebla existente se va a demorar el aterrizaje unos minutos hasta que autoricen la maniobra.
    Al poco tiempo nos dicen que nos vamos a Bilbao. Pero cual será nuestra sorpresa cuando de repente tras un suave giro para tomar la dirección contraria nos indican que nos vamos a Santiago de Compostela.
    Bien pensé que se trataba de un error motivado por una inocente confusión del piloto de «esi ye» que en su impecable ingles mezclaba Santiago del Monte con el otro, el del Monte do Gozo, pero pronto nos percatamos que la orientación de la nave acariciaba sin titubeos las brisas del Atlántico.
    Y cierto fue que hasta ese monumental lugar nos llevaron para meternos en un autobús y hacer el Camino de Santiago pero en sentido inverso llegando a Ranon como ya te he dicho a las 22,10 horas.
    Aquí «aterricé» con cansancio, sin tarta y sin hijas y aguantando a una malhumorada rubia que venia desde Madrid a Asturias para cerrar un contrato de Arras que como habrás intuido debió ser aplazado.
    Pronto pensé que mi consuelo vendría por vía de reclamación ante la compañía aérea, pero mi querida esposa me puso los pies en tierra al recordarme que habiendo abonado una tarifa mini de quince euros por trayecto a lo mas que llegaría sería a recuperar tan insignificante cantidad.
    Pero mi espíritu inconformista me animaba a buscar otra vía: la de reclamar perjuicios morales.
    Entonces mi mujer me animaba y decía «acudiremos al Juzgado».
    Reflexione respondiéndole que en la práctica los jueces se atienen fundamentalmente a aplicar la Ley y resuelven con criterios de legalidad por lo tanto a lo mas que llegaríamos sería al reembolso del billete.
    Haciendo gala de la insistencia con la que a veces nos empujan las mujeres, me recordó que hay miembros de la Judicatura, que son tipos finos, muy conectados con la ley y con la realidad, que hacen uso del arbitrio judicial que es amplísimo y que de ordinario les posibilita hacer justicia a pesar de las leyes, es decir interpretándolas de forma conveniente.
    Finalmente querido Sevach hemos llegado al acuerdo de encargar la tarta para el próximo sábado con la pena de celebrar un cumpleaños a destiempo pero con la satisfacción de poder compartirla en familia y con unos amigos que a buen seguro me van a interrogar para saber como conseguir una de esas tarifas que propiciaron la peregrinación a Santiago y a la inversa al Salvador.

  4. Pingback: Carmen

  5. Estimado profesor: En la página web http://www.nosinzapatos.com, algunos nos dedicamos a estudiar ese fenómeno de la seguridad aeroportuaria, que yo me permito llamar «estado de excepción aeroportuario». Aparezco con ese anónimo, JJ53. Estoy absolutamente de acuerdo con Ud. de la cruz a la firma: no es sólo que sean bastante inútiles, es que está demostrado. Auditorias de seguridad en USA, (publicadas por la prensa), en Alemania (Der Spiegel), y en muchos países incluído el nuestro, han demostrado que si se quiere, se pasa cualquier cacharro. Y entre tanto empleados privados realizando funciones estrictamente públicas, sin amparo legal alguno. Saludos cordiales.

  6. Pingback: Seguridad en los aeropuertos | Antonio Arias Rodríguez es Fiscalización

  7. Pingback: Cuento burocrático de Navidad, Chaves Dickens | Contencioso.es

  8. Hola, veo que este artículo es muy antiguo. Desde entones los controles de seguridad se han intensificado en todos los países. Yo vengo de pasar un auténtico infierno en Texas, Londres y Bruselas. Esto es inadmisible. Por favor podrían informarme de alguna iniciativa popular (ongs, peiticiones…) o jurídicas contra esta violación permanente de los derechos humanos, derecho a la imagen, derecho a la intimidad y a la libertad individual?

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