Después de escuchar el discurso del Rey Juan Carlos por la Televisión, lejos del frío exterior y adormecido por el mazapán, diríase que la Navidad tiene magia y que el Derecho es un invento de los hombres para mantenerles al revés, divididos e insatisfechos. Todavía con los ecos de la Navidad, las felicitaciones y las luces de colores, Sevach fue sacudido de su aturdimiento infantil con un email de un amigo desencantado, sabio como su tocayo el Rey idem, que le confesaba su voluntad seria de hacerse cartujo ( y cambiar su toga de juez por el blanco hábito) ante la lectura del periódico del día 26 de Diciembre de 2008, que mi ocurrente amigo de forma espontánea reproducía en titulares, que transcribo en sus palabras literales:
“El hombre que mató a su esposa en Neda tomaba ansiolíticos por una expropiación”. Ibarretxe: «Si la Constitución es integradora, que venga Dios y lo vea». “Sólo un 68 % de los católicos practicantes cree que un dios creó el mundo de la nada (en Adán y Eva, ya sólo cree un 58%. Una asociación cultural asturiana ha lanzado la figura del angulero, inspirado en el olentzero, para «combatir la influencia de Papá Noel. Cuentan con apoyo institucional y tendrá cabalgata propia”. “Mladic, prófugo desde hace más de doce años, rechaza cualquier posibilidad de entregarse de forma voluntaria a la Justicia”. “Un Papá Noel con problemas matrimoniales se suicida tras matar a ocho personas en California”. “El sexo nació de un alga acorralada por un virus”. “Álvaro Cuesta, considera que «es urgente» que el PSOE solicite la comparecencia del CGPJ en el Parlamento para que explique su política disciplinaria”. “El juez Calamita se querella contra el magistrado que le ha inhabilitado”. “Dos hombres matan a sus parejas a golpes de bate y martillazos en Tenerife y La Coruña”.
Ante este panorama, unido al bombardeo televisivo, el españolito de a pie en la tertulia caldeada o en el bar adopta una actitud de triple signo:
– Los pesimistas. Todo está mal. No hay solución. El Derecho está al servicio del poder. Los políticos ineptos, apoltronados o corruptos. Los jueces corporativos. Los policías prepotentes. Los funcionarios unos vagos.
– Los optimistas.No está todo mal. La sociedad mejora. El Derecho funciona. Los políticos persiguen el bien común. Los jueces son independientes y justos. Los policías respetuosos. Los funcionarios serviciales.
– Los indiferentes. No quiero saber nada de política ni de Derecho. Sólo me interesa mi equipo deportivo, mi cañita, mis culebrones televisivos, mi iphone-wii, el baile, el botellón, la colección de sellos, la teletienda o cualquier otra afición.
Lo cierto es que ni todo esta mal, ni todo es perfecto. Todos criticamos al policía que nos multa. Odiamos al Inspector de Hacienda que nos visita. Protestamos al peregrinar de ventanilla en ventanilla. Desconfiamos de la subvención pública al vecino. Y sin embargo, todos agradecemos al policía que detiene o multa a quien nos molesta. Nos parece justo que inspeccionen al defraudador. Nos conforta que existan trámites burocráticos cuando nos expropian. Y nos gastamos la merecida subvención.
Así es la cara y cruz del Derecho Público. Es la herramienta del poder pero ese poder está al servicio del ciudadano. Lo que sucede es que la percepción ante el ejercicio singular del poder es muy diferente. En los años setenta se efectuó un experimento en EEUU realizando unos test o cuestionarios sobre temas cruciales (libertad de expresión, racismo, aborto, pena de muerte,etc) a sesenta músicos de una orquesta filarmónica que en los conciertos estaban perfectamente sincronizados y el resultado fue una grandísima disparidad de criterios. Además cuando se le pedía a cada uno que valorase individualmente una melodía tocada por otra orquesta ajena, su valoración ofrecía grandes oscilaciones. Esto puede ayudarnos a explicar porqué ante una misma norma el sentir personal es plural (caso de los miembros del Tribunal Constitucional al enjuiciar la Constitución) de igual modo que al valorar una medida pública cada persona lo efectúa desde su particular sensibilidad y experiencia (caso de la sanción del Juez Tirado, por ejemplo).
Así que, si somos capaces de creer en los Reyes Magos, o si somos capaces de creernos que a partir de Enero cuidaremos la dieta y haremos deporte o que aprenderemos diariamente un idioma, pues tendremos que realizar un acto de fe y creer en esa frase de nuestra Constitución: “ La Administración pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa…con sometimiento pleno a la ley y al Derecho«.
Y ya que estamos en período Navideño, hablando de creencias y verdades, os recomiendo un relajo escuchando la deliciosa canción de Joaquín Sabina titulada «Es mentira», que hallaréis aquí. Disfrutar.
Esto solo ocurre y nos damos cuenta tarde… en navidad epoca magica
Un pesimista es un optimista bien informado. Sobre todo en España.
Feliz Navidad.
No creo que sea cuestión de optimismo o pesimismo. La realidad es descorazonadora y muy cruda. Esa es mi experiencia. En ocasiones, hay episodios muy positivos. Pero que los políticos son ineptos y corruptos, eso lo suscribo de todas todas. Es algo que nunca cambia. Como que todos los años llega en diciembre la Navidad
En el mundo del derecho público hay de todo, como en botica.
Hay cosas buenas, malas, regulares, e indiferentes.
El derecho las más de las veces es garantía, protección, tutela….En otras ocasiones es un instrumento utilizado torticeramente para someter a otros.
Creo que esto tampoco es nuevo…y que no es exclusivo del derecho público.
Feliz año nuevo.