Informatica y Derecho

¿Qué jurista teme a la inteligencia artificial?

derecho de las nuevas tecnologíasHemos de admitir que los avances de la inteligencia artificial, lo digital y la robótica son imparables y que en una alforja traen soluciones y en la otra plantean problemas.

El mundo jurídico es también un campo de pruebas donde tiene presencia creciente la inteligencia artificial como bien nos enseña uno de los grandes gurús de las nuevas tecnologías y el derecho digital de los que tenemos el lujo de disfrutar en España, Moisés Barrio Andrés, quien ya nos mostró en 2018 al estilo de Julio Verne, lo que vendría, explicado para los que somos de otro estadio evolutivo anterior: «Robótica, inteligencia artificial y Derecho» (Real Instituto Elcano)

O el sugestivo artículo de la catedrática de derecho administrativo, Mercedes Fuertes, Reflexiones ante las acelerada automatización de las Administraciones Públicas (en la reciente monografía gratuita dedicada a los nuevos paradigmas tecnológicos, en la Revista Jurídica de Asturias,nº45 (2022). O la clarividencia del también catedrático de derecho administrativo, Alejandro Huego Lora, en su artículo en abierto titulado “El uso de algoritmos y su impacto en datos personales” (Revista de Derecho Administrativo, nº20(2021). O el inspirador artículo del investigador José Luis Domínguez Álvarez, quien desde la Universidad de Salamanca nos ofrece la Inteligencia Artificial, derecho administrativo y protección de datos personales. Entre la dignidad de la persona y la eficacia administrativa.

Contencioso.es - JR Chaves - Fraude en la Universidad: copiar impunemente con los smartphonePor mi parte, con mi talante más empírico que académico, y más natural que digital, solo me atreví a mostrar mi asombro ante los problemas de las nuevas tecnologías en un artículo titulado «Regreso al futuro de las Administraciones Públicas ante la cuarta revolución industrial» (publicado en abierto por la Revista Presupuesto y Gasto Público, 2020), y siempre manifesté que me temo, o más bien, confío en que en las tres próximas décadas no habrá máquina que sustituya la cabeza de un abogado y un juez enfrascadas en un problema jurídico. Mientras las leyes las aprueben los hombres y no las máquinas, su contenido, textura y alcance siempre admitirán interpretaciones distintas, y mientras las conductas sean humanas aunque dejen huellas tecnológicas, siempre el viaje al pasado requerirá contar con medios de prueba y que se argumente su fuerza de convicción.

O sea, que pertenezco a los juristas calmosos y no alarmistas, que no cierran los ojos a la tecnología, robótica y automatización, pero que tampoco se alarman ni les preocupa a corto ni medio plazo su impacto.

Viene al caso porque un amable lector del blog, letrado del SEPE, me sugirió que me aproximase a una prueba práctica de la nueva inteligencia artificial ChatGPT y su aplicación al mundo jurídico. Lo curioso es que no es un artilugio para dar respuestas jurídicas, sino más bien un Oráculo de Delfos del siglo XXI que tiene respuesta para todo, -un cruce de google y la wikipedia pero que elabora respuestas a preguntas- y en lo que aquí interesa, brindo a los lectores que se asombren como yo de su gratuita utilidad, porque basta preguntarle cualquier cuestión jurídica para que de una respuesta más que razonable y útil (p.ej. «cómo se interpone un recurso de casación», «plazos para formular recursos administrativos», «que es la cosa juzgada», etcétera). Eso sí téngase en cuenta que no afina jurídicamente porque el monstruo no ha sido alimentado con centones de leyes, doctrina y jurisprudencia, pero saldría airoso en un debate jurídico.

Me comentaba agudamente Juan, el citado letrado del SEPE, que «No sé que podría llegar a hacer si se leyese la base de datos del CENDOJ», y viendo lo que hace, me temo que le contestaría «Economía de tiempos, esfuerzo e ingenio. Respuestas inmediatas en el laberinto jurídico». Pero añadiría a renglón seguido: «Mucha exactitud, rapidez y automatismo, pero la auténtica justicia se cocina de forma casera, a fuego lento y con sentimiento».

En fin, para quien desee asomarse a este ChatGPT, puede usar su cuenta de Google: https://chat.openai.com/chat. Para usarla hay escribir el texto en el cajetín de la parte de abajo y presionar intro o el botón enviar, como se explica aquí.

Por lo demás, para alegrar la cara ante las nuevas tecnologías, me permito volver a poner uno de mis videos favoritos, del que soy guionista, productor y quien pone la voz a los personajes, titulado «Regreso al futuro del derecho». Si no consigo provocarle una sonrisa o la sorpresa, le invito a un café en Asturias… o una sidra, si me toca elegir armas.

 

P.D. Escrito en el tren Alvia, mientras viajo de Oviedo a Madrid, a la presentación de mi último libro «Elogio de los abogados escrito por un juez» (Bosch, 2022) en la sede del Consejo General de la Abogacía, Paseo de Recoletos, 13, en la tarde de hoy, martes, 13 de diciembre a las 18:00 horas.

4 comments on “¿Qué jurista teme a la inteligencia artificial?

  1. Fabián

    Buenos días.
    Hay también comentarios muy interesantes sobre esta materia en el blog de Miguel Presno Linera:
    https://presnolinera.wordpress.com/

  2. En 1988 fuí alumno de psot-grado en la primera cátedra de informática del derecho en Alemania. Desde entonces creo que podríamos haber avanzado MÁS y simplificado más las cosas proporcionanado herramientas más útiles que nos ayuden en el trabajo diario. Es necesario hacer un buen trabajo de sistematización y ordenación para dar resultados que sirvan.

    Lo mismo que para ser un buen traductor-jurista es necesario ser antes un gran jurista y conocedor de la materia sobre la que se traduce, con una muy, muy amplia experiencia y evitar errores de traducción (e.g. no es lo mismo ejecutar que reconocer y declarar como ejecutable una resolución; no es lo mismo el pago anticipado que un «devengo anticipado» del IVA) siemre repetidos en las versioens en español de normas jurídicas de la UE, siempre diferentes a otras versiones lingüisticas de países con lenguas también latinas.

    Para ser un buen sistematizador y pogramador de bases de datos jurídicas que ayuden o de intelegencia artificial jurídica hay que ser un antes un gran jurista.

  3. Javier Sarda

    La inteligencia artificial tiene su origen en la inteligencia humana.
    Houston tenemos un problema.

  4. La inteligencia artificial tiene su origen en la inteligencia humana.
    Houston tenemos un problema.

Gracias por comentar con el fin de mejorar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

%d