Discurso

Claves para ser un jurista con empatía

A veces hay que detenerse a reflexionar sobre el Derecho y el papel de los artesanos del derecho.  Y sobre nuestra propia vida, personal y jurídica. No voy a recomendar mis libros sobre derecho, ni tener el atrevimiento de aconsejar como tener más éxito o ser feliz.

Pero voy a hacerles un enorme regalo. Un discurso de alguien célebre, realizado hace cinco años, pero que resulta atemporal e inspirador. Un discurso maravilloso. Les invito a que se olviden de las penurias del Estado de Derecho, de la nómina, de esos achaques, del ruido de los vecinos, del majadero que les asedia y dediquen diez minutos a leer este discurso. Si no les hace pensar, si no lo disfrutan, le devolveré lo que han pagado por ello multiplicado.

No andaré con más rodeos. Se trata del discurso ofrecido en 2017 por John Roberts, quien es presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Pues bien, en el discurso dado a los alumnos graduados de la escuela secundaria Cardigan Mountain (muy exclusiva), entre los que se encontraba su hijo, ofreció sabiduría, pues ofrecía grandes verdades envueltas en humor. Mas allá de leerse el discurso completo (que luego les ofrezco en una mala traducción), aquí están las perlas que nos deberían hacer meditar a todos los juristas (e incluso a los no juristas), que por mucha experiencia que atesoremos, siempre nos tirará alguna vez el caballo del Derecho. Y volveremos a montarlo para intentar domarlo. Ya seamos jueces cuyas sentencias se vean revocadas, abogados que pierden litigios, funcionarios que comenten errores, o académicos que ven ignorada su doctrina, los fracasos momentáneos nos enriquecerán. Además no siempre los juristas estamos a la altura en sensibilidad ante los temas que nos ocupan.

Veamos los apartados más memorables de ese discurso, que nos hacen reflexionar y enriquecerán como personas y profesionales, y tengan presente que se dirigen por un veterano jurista, a un puñado de jóvenes alumnos ilusionados con la vida que les espera. No son malos consejos para quienes pretenden triunfar como juristas o funcionarios, y les esperan sorpresas en los recodos del derecho ( o de los colegas).

Les muestra el paradójico estímulo que supone el fracaso,  la decepción y la tropelía:

Espero que los traten injustamente para que conozcan el valor de la justicia.

Espero que sufran la traición porque eso les enseñará la importancia de la lealtad.

Siento decirlo, pero espero que ustedes se sientan solos de vez en cuando para que no subestimen a los amigos.

Y cuando pierdas, como lo harás de vez en cuando, espero que de vez en cuando, tu oponente se regodee con tu fracaso. Es una manera de entender la importancia del espíritu deportivo

Les deseo mala suerte, de vez en cuando, para que sean conscientes del papel del azar en la vida y entiendan que el éxito no es totalmente merecido y que el fracaso de otros tampoco es completamente merecido.

Espero que seas ignorado para que sepas la importancia de escuchar a los demás, y espero que tengas suficiente dolor para aprender compasión.

 

Además les da consejos sobre como conducirse en la vida:

En cierto sentido, no deberías ser tú mismo. Deberías tratar de convertirte en algo mejor

Una pista importante para vivir una buena vida es no tratar de vivir la buena vida.

 

Y no falta el apunte para la empatía y ser sociable:

Cuando llegues a tu nueva escuela, acércate y preséntate a la persona que está rastrillando las hojas, paleando la nieve o vaciando la basura. Aprende su nombre y llámalos por su nombre durante tu tiempo en la escuela.

Otro consejo: cuando pases junto a personas que no reconoces en los paseos, sonríe, míralos a los ojos y saluda

 

A mi juicio, todo maravilloso. Quería compartirlo. Aquí está el discurso completo en español aunque lo dejo en inglés en video tal y como lo ofreció.

8 comments on “Claves para ser un jurista con empatía

  1. Daniel Bellido Diego-Madrazo

    Muchas gracias Dr. Chaves.
    He visto el vídeo en youtube. Hasta la presentación del Director del Colegio es estupenda.
    El discurso del Presidente del Tribunal Supremo es magnífico, lleno de humanidad y rompe algunos esquemas: lo importante que es aprender de los fracasos, de las pérdidas, para mejorar y rehacerse y apreciar de importancia de cosas que parece que se reciben de suyo o porque sí.
    Creo que los abogados sabemos algo sobre la victoria y la derrota (winner or loser) y aprender de ambas.
    Hoy mismo se lo he «regalado» a un familiar que vive en los USA, que lo apreciará extraordinariamente.
    Gracias por este exquisito detalle a sus seguidores. Siga sin desfallecer en su blog.
    Saludos cordiales.

    D.B.

  2. Anónimo

    Enormes gracias, Gran Chaves!

    carlos de miguel camarero

  3. Gracias SEVACH, una vez más una perlita para la vida, empatizo con el discurso del Juez del TS de EEUU y con vos!
    Saludos.

  4. Anónimo

    Una variante del “Bendito aquello que nos endurece “ de Nietzsche

  5. El dolor buscado y evitable no es dolor. Los ejercicios de supervivencia no son supervivencia. La soledad de fin de semana no es soledad.
    El sufrimiento no se busca, él te encuentra.
    El amor a los otros nace de su necesidad
    Cuanto más ricos somos menos necesitamos a los otros y menos hacemos para valorarlos, es condición humana.
    Hasta el arte surge del sufrimiento, una prueba de ello es la mediocridad y la ausencia de talento que invade lo que, en estos momentos, llamamos cultura.
    Ahora ya no surgen señores que se llamen Mozart o Bach, a lo mejor es porque no hace frío en las iglesias..
    Huimos de la pobreza, del sufrimiento físico, de la vejez con necesidades tremendas.
    Pobreza significa segregación, hospitales significan abandono y “allí te las apañes, mientras no me toque a mí”, y la empatía con las residencias de ancianos no hay que describirla, la acabamos de experimentar.
    “Mientras no me toque a mí…” es la estrofa con la que comienza el primer verso del himno nacional. Acaba con el “por aquí ya están pidiendo…”
    Nosotros ni mejor ni peor que otros, es la condición humana.
    La nueva vida dominada por las nuevas máquinas y la nueva ilusión de inmortalidad, nos da falsa alegría y nos priva de un genuino sentimiento de amor.
    Y lo más que podemos conseguir es tomar conciencia de ello.
    Que tampoco es poco.
    Buenos días.

  6. Los deseos del señor Roberts sin duda fueron cumplidos. A cada poco uno se encontraba con un joven que, sin conocerle de nada, le saludaba y le sonreía. Cada uno de los profesores recibió una carta de agradecimiento de cada uno de sus alumnos. Al final fueron demasiadas cartas de agradecimiento y acabaron no dándole importancia. El chico del rastrillo y el de la basura y el que limpiaba los baños se sintieron dichosos al saber que su nombre era conocido por todos esos muchachos tan educados…

  7. Gracias por este discurso compartido.Toda una lección de humildad y humanidad,valores muy en desuso y poco apreciados en quién los practica.

  8. Anónimo

    Gracias José Ramón por compartirlo. Otro regalo más que nos hace. No sé cómo vamos a devolverle todo esto.

Gracias por comentar con el fin de mejorar

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