Nadie se asuste del titular. Veamos los hechos que han sido noticia. Un movimiento ecologista denuncia a una empresa que construye un campo de golf por delito de ordenación del territorio. Como respuesta, el abogado administrador de la empresa denuncia en la vía penal al cabecilla ecologista por rehabilitación de pocilga-gallinero de 30 metros cuadrados. La maquinaria judicial penal arranca y cobra velocidad con gran estrépito de alegaciones y pruebas durante siete años hasta que esta semana se archiva lo actuado.
La crónica periodística del evento judicial no tiene desperdicio (nunca mejor dicho):
« Nunca tantos peritos, guardias civiles, ingenieros, letrados, políticos y periodistas habían estado ocupados por las tejas y los 30 metros de una mera pocilga. Y un helicóptero con notario, más planos, fotos de satélite y de vuelos sobre Baleares de los aviones de EE UU de los años 50. (…) El propio magistrado del caso afirmó que en su larga trayectoria nunca vivió un episodio semejante. La fiscal, Isabel Monforte, que en ningún momento pidió condena para el ecologista, consideró que no debía haberse celebrado el juicio. Monforte rechazó la actuación de la acusación popular, «por no representar intereses generales, colectivos o públicos. Las motivaciones eran otras”.
Este incidente provoca en Sevach malestar y tristeza.
En primer lugar, por la miseria de la condición humana que lleva a estas vendettas absurdas.
En segundo lugar, por la perversión de la Justicia penal española, que tolera el abuso del procedimiento penal con la misma finalidad que, según expresión del novelista Sánchez Ferlosio, inspiraba el “tirarse un pedo en un botijo: para que retumbe”.
Y en tercer lugar, estos líos nos cuestan un dineral a todos los ciudadanos, pues se han desarrollado las diligencias por siete años hasta que el acusador en el juicio oral desiste de su acusación… ¡ todo se archiva!. Las pruebas y escritos de alegaciones en legajos o carpetas, y éstos en cajas; las cajas al archivo y … a sedimentarse, durmiendo el sueño de los justos ( que para eso es la Justicia). Y a otra cosa mariposa.
Claro que pensándolo bien, mejor son estos divertimentos judiciales que alternativas mas trágicas que a veces saldan estos procedimientos enconados, si recordamos la lamentable matanza de Puerto Hurraco, que comenzó en 1967 con un arado que entró en la finca de otro vecino y que se ultimó con una masacre en 1990 y huida de los asesinos a la sierra, hasta su detención.
al cabecilla ecologista se le espantó para que no se metiera en los negocios de unos pocos, pero como quedó su acusación por delito de ordenaciónn de territorio ? se utilizaron los mismos medios ? sigue adelante el campo de golf ?
El titular es de lo mejor que tiene el artículo, asi que no hay que asustarse, al menos yo lo comparto en su integridad, gran parte del poder judicial del Estado es hoy, iniciado el siglo XXI, una verdadera pocilga, indigna de seguir existiendo. Decía Manuela Carmena en uno de sus libros que la causa del descrédito de la Justicia es la conducta ilógica ( como por ejemplo, denegación ilógica de pruebas, interrupción arbitraria de interrogatorios que reflejan la poca capacidad de enjuiciar de quien tiene precisamente ese verbo por misión, incapacidad de separar lo relevante de lo irrelevante, afán de dictar sentencias de antojo, etc..) frente a lo cual ya viene de camino y se están fraguando los cimientos de una dictadura de la lógica, que es como un regalo venido del cielo para todos los oprimidos de la irracionalidad, y que va afectar a todos los órdenes de la vida pública, y especialmente a la Justicia.l
Sevach del tema Puerto Hurraco habría que remover legajos y estudiar que es lo que se investigó en ese incendio de la casa de los Izquierdo donde murió la madre de estos sin hallazgo de responsables, que a lo mejor resulta que esa investigación fue una mascarada o pantomima, favoreciendo al más pudiente, y dejó una profunda herida de agravio que más tarde explotó en la forma en que lo hizo, la lógica nos lleva a estudiar todos los aspectos del problema y no solo los que la prensa (generalmente administrada por individuos mediocres y poco independientes) nos ha presentado. Por cierto Antonio Izquierdo se suicidó el mismo dia que tenía que salir de la cárcel y no salió por culpa de la perversa doctrina Parot de nuestro servicial (partidocráticamente hablando) Tribunal Supremo.
Lo que dices me recuerda un fragmento de la letra de Hurricane, la canción que Bob Dylan dedicó a la injusticia con el prometedor boxeador Rubin Carter, que fue a la cárcel tras una farsa de juicio penal:
Couldnt help but make me feel ashamed
to live in a land
Where justice is a game.
Now all the criminals
in their coats and their ties
Are free to drink martinis and watch the sun rise
While rubin sits like buddha in a ten-foot cell
An innocent man in a living hell.
O sea:
No podrá ayudarle en nada, pero me siento
avergonzado de vivir en una tierra
donde la justicia es un juego para muchos.
Ahora los verdaderos criminales,
con sus abrigos y corbatas
son libres para beber martinis y ver salir el sol,
mientras Rubin se sienta como un Buda
en una celda de diez pies.
Un hombre inocente, en un infierno viviente.
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