Todos desearíamos que el Estado del bienestar y el Estado de Derecho salgan robustecidos de la crisis pandémica, de la crisis de seguridad jurídica y de la crisis de valores, tensiones que acaban desembocando en gritos reclamando Justicia.
Es aquí, donde contamos con una eclosión tecnológica que se ofrece como cauce para una justicia rápida, exacta o automatizada, hacia lo que se ha calificado de Estado digital de Derecho.
Es en este punto, aprovechando que es un domingo soleado en Asturias, con una extraña paz fruto del confinamiento local, me he permitido realizar este video sobre el futuro de las tecnologías en la Justicia, en clave de humor cinematográfico. Dura dos minutos, pero si consigo arrancaros una sonrisa, ya habré hecho mi buena acción del día. Ahí va:
jajajajaja, grande el maestro siempre. Abz
Acudiendo al contenido, plantea Vd. un buen debate que sin duda será un acontecimiento que formará parte de un próximo futuro entre los actores que conforman el mundo de la justicia, o eso espero yo que tendría que ocurrir.
Robots no, pero programas informáticos que asistan a las partes incluidos los jueces, se necesitan con urgencia. Por la experiencia que estoy adquiriendo en mi aterrizaje en el mundo jurídico con la intención de documentarme para seguir los avatares de los procesos en los que está inmerso un empresario, y que estoy documentado para un documental, hay que aportar un cambio en la estructura de como están conformados los actuales procedimientos.
Artículos y normas que conforman las leyes y que son de una clara, sencilla y única interpretación, son causa de mil interpretaciones incluso por los propios jueces.
La mentira y la falsedad son literatura abundante con expresiones que rozan la épica del esperpento y que hay que ponerle freno y acotar. Pero para ello hace falta que el Estado dote de recursos tanto de personal como técnicos para que se pueda ejercer una justicia justa.
Y uno de los avances que estoy seguro se impondrán, no son robots, pero si soportes informáticos que ayuden y complementen el trabajo de las partes.
Le felicito por el montaje y por el acierto en escoger las imágenes. Me ha devuelto Vd. a mi etapa en RTVE donde en varias temporadas estuve con Eduardo Punset en el programa REDES.
Yo me daría con un canto en los dientes con que colgaran el expediente completo en el portal de notificaciones y los letrados pudiéramos acceder a él telemáticamente (si hicieran lo propio con las grabaciones de las vistas ya sería la monda). Al final, más que un problema de medios, es de voluntad.
No es una mañana de Asturias….pero aquí en Argentina es un placer verlo y oirlo
Divertido el corto y cargado de buenas intenciones. Hay un guru de la Robogoogletica ingeniero de Google que nos ha contado y contactado con el futuro en su obra La singularidad esta cerca, se llama Ray Kurzweil.
En unos años se produce el salto cuantico y los ordenadores superan en 1 millon de veces la inteligencia humana. Seremos sus mascotas. La justicia será innecesaria porque bajo un control absoluto todo se arregla en su raiz ni jueces ni abogados serán precisos en ese supermundo que habrá reprogramado a la especie humana para aceptar su nuevo estado de mundo feliz que será la despedida del canto del cisne.
Además de ilustramos con su sabiduría, hace todo lo posible para que no tiremos la toalla sacándonos una carcajada, mil gracias, MAESTRO.
Que fortuna, una invitación a reírse que dentro de un rato es lunes y a lo peor no ha lugar una carcajada. Gracias MAESTRO.
Muy bueno ja ja ja ja. Sí señor…
Una primera sugerencia que me ha venido como exigencia tras la vivencia que hemos tenido de la gestión de la crisis del Covid-19 es la necesidad de que las generaciones que están entre los 60 hasta los 75 años, asuman las responsabilidades de dirección en los órganos de Gobierno de las Administraciones Públicas. La inmadurez, la agonía de los trepas, la búsqueda de la impunidad, incluso la búsqueda de un trabajo producen errores que perjudican excesivamente la calidad de vida y el futuro de los ciudadanos.
Muy bueno! Siempre nos quedará la ética.
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