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Huelgas en Francia o manifestaciones al borde del abismo

Huelgas a la francesa o bailando al borde del abismo A Sevach le sorprende enormemente los rasgos de las huelgas que están atenazando a Francia y que encierran inquietantes paradojas.

1ª La gran aportación histórica de Francia fue la Revolución Francesa (1789) que justificó el alzamiento del pueblo frente a la desigualdad de los estamentos y para acabar con los privilegios de la nobleza y el clero. En cambio, hoy día las calles están tomadas por funcionarios para defender enojosos privilegios ya que no sólo se jubilan con menos años de servicios que el común de los trabajadores sino que perciben pensiones mas jugosas.

2ª El derecho de huelga tuvo origen y sentido en la lucha de los trabajadores por condiciones de trabajo dignas en el S.XIX. En cambio hoy día, se ejerce el derecho de huelga no por obreros explotados para garantizar su seguridad, sanidad, dignidad o sustento sino un privilegio en cuanto al régimen de pensiones, defendido por colectivos a los que Miguel de Unamuno bautizaba como » proletarios de levita».

3ª El Estado es quien otorgó a sus funcionarios destinados en las grandes empresas públicas el beneficio de generosas prebendas, y los han disfrutado e incrementado durante décadas, engordando como vacas sagradas de la India. En cambio, hoy día esos mismos funcionarios niegan el derecho de su benefactor a minorar el alcance de la donación ( se alejan de la bendición bíblica de Job: » El Señor me lo dio, el señor me lo quitó, alabado sea el señor).

4ª Los estudiantes nunca fueron titulares del derecho de huelga y los trabajadores nunca consideraron a los estudiantes mano de obra sacrificada. En cambio, hoy día, estudiantes y trabajadores comparten manifestaciones y protestas, y por eso resulta difícil saber si la manifestación tiene razones económicas, políticas, de estómago o educativas, porque todo problema parece tener sitio en la calle.

5ª La grandeza de la democracia es la legitimidad de las decisiones adoptadas por el gobierno respaldado por las mayorías. En cambio, un puñado poderoso cuestiona las decisiones del gobierno, acertadas o no, pero que cuentan con respaldo democrático.
Cuesta creer que la fuerza de la protesta, que puede centrarse en el 1,6 millones de empleados y jubilados en el sector público que ven peligrar mínimamente sus privilegios pueda mantener en jaque a un Estado de mas de 60 millones de habitantes.

6ª La garantía de los servicios esenciales siempre ha sido el contrapunto del derecho de huelga para evitar que el derecho de unos pocos no perjudique a muchos. En cambio, la huelga en Francia afecta a transportes públicos, medios televisivos, suministro eléctrico, con actuación de piquetes y zarandeos sindicales. Parece que el «derecho de los que protestan» es superior al «derecho de los que no protestan».

7ª Las huelgas siempre han contado con el brazo sindical, interlocutor idóneo para canalizar diálogo y negociaciones. En cambio, en Francia, los sindicatos se ven desbordados por una manifestación que se presenta como una hidra de infinidad de cabezas, incontrolable para ellos mismos.

8ª Francia y los restantes Estados de la Unión Europea se caracterizan por la intensa aplicación del principio participativo que mediante órganos representativos de los sectores e intereses, propicia la solución de cada conflicto en su foro específico. En cambio, asistimos a una huelga en Francia que tiene la virtud de sumar a todos los descontentos, pese a contar con infinidad de Consejos, Colegios Profesionales, Asociaciones, Comités y entidades representativas de sus intereses colectivos. De ahí que estas manifestaciones reúnan a todo el mundo que tiene sueños o quejas: estudiantes, controladores aéreos, trabajadores postales, funcionarios, etc. El Gobierno francés nos recuerda a un domador de circo que cuando intenta domar a un poderoso león en una jaula cerrada y manejando el látigo, se ve distraído y asaltado por los tigres, monos, perros e incluso sometido a picotazos de aves rapaces. No puede retroceder, no controla la revuelta y es consciente de que cada animal requiere su propio tratamiento.

9ª Francia siempre representó la ley de la razón, del discurso del método de Descartes. En cambio, hoy día, parece que los resultados de esta huelga responderán a la «ley de al fuerza», al pulso entre gobierno y manifestantes, ya que el «método del discurso» de estos manifestantes son las barricadas, el desorden y el chantaje (sabotajes a trenes de alta velocidad, incendios en líneas eléctricas, piquetes, etc).

10ª La gran paradoja es que la huelga corre el riesgo de convertir el uso de un derecho en el abuso de derecho, o sea modificando la «huelga» en «algarada» o «huelgarada» .

En definitiva, donde no hay paradojas es en la etimología de la palabra «huelga», que en español tiene relación con «jolgorio» y en francés «Grève», que significa literalmente «Grava» lo que tiene relación con «grave». O sea, para un hispano-francés estaríamos ante un «jolgorio grave».

Y es que parece claro, que al igual que Europa tuvo que aprender del rechazo francés al Tratado Constitucional para la Unión Europea, también sacará enseñanzas del resultado de este suceso, cuyas proporciones y cariz, constituirá un referente futuro para políticos, sindicatos, estudiantes y ciudadanos de toda Europa.

0 comments on “Huelgas en Francia o manifestaciones al borde del abismo

  1. William H. Rehnquist

    Estoy totalmente de acuerdo con las manifestaciones de Sevach en cuanto al fondo, si bien ello me provoca unas serias reflexiones en el caso particular de España. Ex lege se otorga la representatividad a unos presuntos representantes del interés de la clase obrera (los sindicatos de trabajadores) cuya tasa de afiliación de trabajadores es mínima, por lo que su representatividad real es nula ( la eterna paradoja orteguiana de la España vital y la España oficial). Su única fuente de ingresos es la pública a través de las generosas donaciones que reciben del presupuesto, cosa absurda, a mi humilde opinión, pues si la casi exclusiva base financiera de los sindicatos es el erario público, ¿a quien defenderán en caso de conflicto trabajador-Estado? ¿Cómo es posible que una persona que, por las razones que sea (desidia, falta de identidad ideológica o incluso repulsa hacia la propia actividad sindical) tenga que financiar con sus impuestos al sindicato?
    Si bien la financiación pública del sindicato tenía su razón de ser en la época de Franco (pues el Sindicato era un organismo de Derecho público, dado que el régimen se autocalificaba de democracia orgánica, siguiendo la estela marcada por Salvador de Madariaga y por los krausistas de izquierda, sobre todo Ahrens, el mentor ideológico del krausismo español) no puede mantenerse esa teoría en el régimen actual.
    A ello debe añadirse que la mayoría de las huelgas son ajenas a los verdaderos intereses de la clase trabajadora, y únicamente buscan (y aquí coincido con Sevach) mantener los privilegios de unas élites que no necesariamente han de ser funcionariales, sino a unas castas sindicales arraigadas en el entramado antaño conocido como oligarquía y caciquismo.

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