Me entero con pesar del fallecimiento el pasado 14 de junio, de Don Manuel Clavero Arévalo, a los 95 años, quien más allá de su papel político y artífice del Estado de las autonomías, fue ante todo, un administrativista de fecundo legado.
Catedrático de derecho administrativo a la insólita edad de veinticinco años, sentó magisterio y escuela mas allá de las fronteras andaluzas. Participó decisivamente en la construcción del Estado constitucional y fue ministro de administraciones públicas con el primer gobierno de la democracia.
Pero debemos escuchar las palabras de uno de sus contemporáneos, Don Alejandro Nieto, quien glosó su figura en la selección de artículos de la RAP (10,1983) con ocasión de su centenario, en los siguientes términos que me resultan elocuentes de la estatura del maestro andaluz :
La desbordante personalidad de Clavero ha descollado en los ambientes más diversos: es conocido en Sevilla por su gestión en la Alcaldía y en el Rectorado de la Universidad; es conocido en Andalucía por su generosa, aunque no triunfante, actitud política; es conocido por todos los españoles en cuanto que ocupó un Ministerio capital para el desarrollo- que lleva su impronta-constitucional del Estado de las Autonomías. Pero todas estas glorias y servidumbres son pasajeras si se les compara con su influencia en el Derecho Administrativo. Porque en este campo, Clavero ha acertado a realizar una excelente obra personal y, sobre todo, a crear una escuela- la sevillana- a la que ha forjado con su magisterio, y que es una de las más coherentes y batalladoras de las que existen en España».
Más allá de sus innumerables reconocimientos, tanto oficiales como populares, me detendré en apuntar que fue Catedrático de derecho administrativo de la Universidad de Salamanca (1951-1954), institución tan querida para mí, y donde le sucedería como Catedrático su leal discípulo, Enrique Rivero Ysern, a quien tuve el honor de conocer en mi etapa salmantina y a quien profeso alta consideración y estima personal.
Asimismo, dentro de su ingente producción jurídica, ocupan lugar destacado en mi biblioteca los valiosísimos Estudios de Derecho Administrativo (Instituto García Oviedo ( Civitas, 1992) que acumula un puñado selecto de sus artículos que se alzan en pilares esenciales de la disciplina y referencia obligada. Personalmente atesoro, he releído y subrayado su artículo “La desviación de poder en la reciente jurisprudencia del Tribunal Supremo «(1959) en que demuestra una pluma clara, aguda, avanzada y que aborda temas espinosos con técnica jurídica impecable, siendo llamativa su indagación sobre la “desviación de poder” perpetrada por sentencias judiciales (¡¡).
En el plano más cercano, con trazo rápido y triste añoranza, el Catedrático Juan Ramón Fernández Torres nos recuerda a través de las redes sociales que Don Manuel, además de universitario de pura cepa, era
un auténtico caballero, un hombre de bien y de innegociables convicciones, defensor a ultranza del Derecho y un finísimo jurista, amén de persona entrañable por tantos afectos compartidos pese a la diferencia de edad
En suma, un personaje que ha sabido mantenerse como faro de pensamiento luminoso y crítico, que unió grandeza personal, intelectualidad, ciencia jurídica y sentido de Estado. Me consta que demostraba su grandeza personal en su enorme orgullo por los logros de sus discípulos, en reconocer sanamente los méritos de quienes no lo eran y en buscar incesantemente claves jurídicas para solventar los grandes problemas sin avivar el fuego del ruido y la furia, pues desde sus firmes valores, cuando Don Manuel hablaba, todos escuchaban, porque decía mucho y bien.
Gracias, Maestro. Descanse en paz.
ANEXO.- In memoriam:
Jesús Jordano, Catedrático de Derecho administrativo. El don de la claridad.
Javier Pérez Royo. La deuda de la sociedad española con Manuel Clavero
Juanma Moreno. Manuel Clavero, andaluz ejemplar.
Emilio Guichot, Catedrático de Derecho administrativo. En su instituto, en su universidad, en su casa.
Amparo Rubiales. En recuerdo del profesor Clavero Arévalo, a quien tanto quería
Hoy en Andalucía, tierra en la que vivo y desde la que escribo, es día de luto oficial: https://www.juntadeandalucia.es/boja/2021/554/1
Se va el hombre y nos queda su legado, bien aprovechado, como comenta el maestro Jordano Fraga, por sus discípulos directos —y, por supuesto, por los discípulos de estos últimos, como el propio D. Jesús—.
D.E.P.
D:E:P ese ilustre Profesor, político y mejor persona
El día se torna triste al tomar conciencia del tributo que pasa la vida, en forma de ausencias sucesivas de personas, que muchos sienten imprescindibles o únicas, como hoy es el caso del Profesor Clavero Arévalo (el año es terrible, no hace falta recordar).
La Ley del tiempo nos deja paulatinamente sin referentes y ello causa más dolor- si cabe- en un momento en que el clamor soterrado de la gente de bien, apenas acallado bajo el peso de losas de corrección inentendibles, se hace perceptible frente a una barahúnda donde todo parece estar al revés de la lógica y la razón. Se siente la necesidad de sentir algo de seguridad y congruencia en este errático peregrinar.
En realidad, echan de menos las gentes algo que ha sido connatural históricamente en cualquier sociedad y tiempo: llámeseles como se quiera, pero me refiero a los guías, maestros o, simplemente, personas sabias, respetables y respetadas en la medida que fieles a sí mismas, esas que las gentes honraban y confiaban para salir de la oscuridad cuando esta se hacía inescrutable. No se trata de mesías, se trata simplemente del respeto por los sabios, cuyo fin hoy queda relegado como mucho a día de hoy a una nota de tres líneas en la esquina de un periódico. Sobre todo si pertenecen al pasado impronunciable. Creemos que sabemos todo o que somos capaces de inventar todo. Y así nos va.
Hablo, sin duda, de aquellos a quienes, con fervor, cariño y agradecimiento, devuelve Chaves a la hora de su partida, el conocimiento de ellos adquirido, base insustituible y distinguible de la parte creativa y propia que nos ofrece en sus obras o comentarios. Todos los glosados son Maestros para este autor, su remembranza es palpablemente sentida y será en vano buscar un atisbo de compromiso a modo de «nota de prensa» vacía; antes al contrario, hay emoción y sentimiento en la aportación que hace, expresan detalles particularizados de personas otrora nombradas y en buena parte hoy olvidadas en el tiempo, desde que abandonaran la vida activa.
También suelen coincidir elementos comunes en estas existencias sucintas, pero emocionalmente revividas: está la regla de prescindir de raíz de circunstancias adyacentes, que en otros muchos (la mayoría) constituyen y constituirán en la “cultura en construcción” obstáculos insalvables, tales como es el momento histórico de producción de la obra, inherente a la vida del biografiado y al contexto histórico donde desplegó su actividad, por razones de lógica histórica, coincidente con la etapa de formación de Chaves. Como decimos, barrera inasumible en el deplorable panorama clasificatorio vigente a día de hoy entre lo bueno o permisible y lo estigmatizado o estgmatizable (cohonestándose esta insólita postura de JR con la clarividencia del Prof. Nieto, tan supuestamente inconformista, lo que en su caso no deja de ser un adjetivo equivalente a “congruente”, cuando habla de lo bueno y de lo malo de hoy, de ayer y de siempre, con una libertad que, pese a la desesperanza que manifiesta, da esperanza).Loados sean.
Y es que la libertad de Chaves de homenajear y manifestar el dolor por la pérdida de sus Maestros y por quien le da la gana, nace -fundamentalmente- de la admiración personal y del más genuino agradecimiento por lo aprendido, y como tal sentimiento, opera con una absoluta liberación de prejuicios.
Así sucede en el caso del Prof. Clavero, en su remisión al legado de su pensamiento y estudio, y uno piensa que es fortuna que el tiempo y la incuria humana nunca podrán socavar lo indeleble de la letra impresa, de laque nos ofrece un ejemplo. Junto a lo anterior, tampoco es raro encontrar la admiración ante la dignidad de los Maestros, puesta de relieve en actitudes de profunda firmeza, incluso en sus contradicciones, (¿Quién no es en algún momento contradictorio, solo por su condición de humano?), a veces más aparentes que reales, por tributarias de la fidelidad a uno mismo; pero que a la postre -y esto es lo definitivo- se trata en todos los casos de trayectoria vital nunca vacía, sino de aportación y constructiva y fueron adoptadas como referente y base de estudio por las personas razonables y sedientas de conocimiento.
Pues bien, a esta élite intemporal y de respeto, vinculada a la construcción del Derecho Administrativo, el profesor Clavero, se une a otros que lamentablemente nos han abandonado tan recientemente.
Basta la lectura del adjunto documental que Chaves acompaña para saborear e intuir la claridad de pensamiento del del Prof. Clavero. Una maravilla.
El presente es oscuro, algo que ha sucedido siempre nos diría el Prof. Nieto, en quien -no obstante- entrevemos una sombría predicción al hablar del panorama actual: Yo me pregunto ¿Dónde están hoy los inmortales del mañana? Descartando la caterva de iluminados/as, youtubers y gente al dictado, que se delata por sí misma, es tarea difícil entrever a los auténticos , tanto como encontrar un halo de ecuanimidad y ponderación que permita respirar, en esos momentos en que un ambiente jurídico tan enrarecido como el actual se revuelve sobre sí mismo..
Gracias JR, por glosar y respetar al profesor Clavero Arévalo, como a tantos otros válidos, que su abandono no pase inadvertido y podamos honrar su memoria leyendo sus palabras a través de tus enlaces.
Don Manuel Clavero, un Maestro, hombre cabal y ejemplo del mejor servicio público. DEP
Cual la generación de las hojas, así la de los hombres.
No debe ser llorado quien ha vivido con gloria: sí honrado con el recuerdo y el respeto a su ejemplo.
Mi sincero pèsame a por el fallecimiento del admirado profesor, el Dr. Clavero. Confirmo las bonitas palabras de Amparo Rubiales: los lunes, a primera hora, impartìa su clase magistral antes de viajar a Madrid.
Como todo lo genial, la monografìa que cita JR, , mantiene en la actualidad su esplendorosa riqueza, tanto en su contenido procesal, como en el sustantivo. Que claridad de ideas para aplicar la desviaciòn de poder tanto a actos discrecionaes como a los reglados; que manera màs fina de tratar la prueba de la desviaciòn: la convicciòn moral del Tribunal, la prueba de presunciones…DESCANSE EN PAZ EL MAESTRO.
Un señor. Un maestro de maestros. Lo odié mientras era su alumno. Muy exigente con sus alumnos y más todavía consigo mismo. Hoy mi respeto y agradecimiento a D. Manuel no tienen medida. Profesores como D. Manuel conseguían hacer juristas de alumnos mediocres. Como abogado, ejemplo a seguir. Políticamente admirable. Deberían aprender de él muchos políticos de hoy.
Descanse en paz, fui alumno suyo en la clase de Derecho Administrativo de Tercer Curso, allá por el año 1989, y además asisti a su última clase que se celebró en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de Sevilla, entonces en el maravilloso y recordado Edificio de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, abarratorada como nunca de universitarios y no universitarios. También asistí a una ponencia suya con motivo de la nueva LRJCA 1998 con Javier Delgado Barrio como Presidente del TS. Una de las cosas que más me impresionó fue su virtud de convertir los argumentos complejos en sencillas ideas, transmitiendo sus poderosos conocimientos jurídicos a todos con sencillez y naturalidad, sin artificios ni torcidos argumentos. Son aquellos seres humanos que pasan por la vida como cualquier otro, pero con la diferencia de que van por delante, conocen la realidad y las soluciones antes que los demás, como ángeles que siempre nos acompañan para cuidarnos de muchas formas …
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