Me enteró a través de ese gran funcionario que es Álvaro Casas, del fallecimiento acaecido el pasado 11 de noviembre, de Joan Seguí Serra, quien fuere habilitado nacional cuyo último destino, último de verdad, fue la secretaría del ayuntamiento de Alcúdia.
No tuve el gusto de conocerle personalmente pero hay tres circunstancias concurrentes, que me llevan a dedicarle unas líneas.
La primera circunstancia desgarradora es su muerte prematura, porque 62 años es el tiempo de la mejor cosecha de la experiencia y cuando el buen funcionario domina el oficio de lidiar con políticos, controla la jungla de leyes y ejerce un sutil liderazgo sobre los funcionarios más jóvenes.
La segunda circunstancia, cruelmente irónica, es que el infortunado Joan acababa de obtener plaza en el Consell de Mallorca pero la cruel guadaña de su última enfermedad le impidió tomar posesión.
Y la tercera circunstancia, es que no solo se habla bien del infortunado, por ese universal respeto y bendición a todos los que nos dejan, sino que se habla bien con voz alta, clara y sentida, y con unánime respeto a su profesionalidad, lo que demuestra la grandeza de Joan.
Aquí dejó el sentido obituario que le dedica Álvaro Casas, Secretario General de la Diputación de Cáceres, quien tuvo el gusto de conocerlo y tiene ahora la grandeza de agradecerle su amistad y saber hacer, de cuyas sentidas palabras extraigo estas líneas:
Pero en los dos años en que trabajé de interventor en Mallorca, en el mismo Ayuntamiento que Joan, él me mostró lo que era la realidad del oficio, fue generoso conmigo como no lo es un amigo, sino con la generosidad propia de un padre. Me abrió las puertas de su casa, de su familia, de sus amigos, de su mundo, a mí, a un «foraster» (así me llamaba, con su ironía mallorquina, y la verdad, me acabó gustando ese adjetivo que, llamado a otras personas, podría tener un sentido peyorativo, pero entre nosotros dos era complicidad, pues en él siempre me sonaba afectuoso). Joan me ayudó siempre en todo lo que necesité, en todo…
Y siempre que he tenido ocasión, es un orgullo poder decir, como digo ahora, que he tenido la suerte de tener a Joan Seguí Serra como mi MAESTRO, y no he podido tenerlo mejor. Querido Joan, siempre permanecerá con nosotros, en todos los tuvimos la suerte de conocerte, tu inteligencia, tu honestidad, tu buen humor y, sobre todo, tu bondad.”
Quede mi sencilla reseña, como testimonio de la huella, que muchas veces es silenciosa, de los habilitados nacionales, llamados a peregrinar por administraciones hasta encontrar su sitio, a velar por la legalidad y por el buen funcionamiento del ente local que sirven, hasta que un buen día se jubilan de su trabajo (pasan a «clase pasiva») y un mal día se jubilan de la vida (pasan a «clase inactiva»), mientras que la rueda burocrática y las administraciones en que sirvieron siguen rodando.
Muchas veces he pensado que otros funcionarios son sustituidos como piezas recambiables de un enorme mecano, pero en el caso de los habilitados nacionales su presencia permanece en documentos, informes, certificaciones, archivos y registros, o en afecto de ciudadanos que se sintieron realmente atendidos, pero sobre todo en la memoria de los compañeros funcionarios que compartieron la nave local e incluso de concejales y/o diputados a los que tuvieron que ilustrar de lo legal, lo eficaz, lo posible y lo imposible. Particularmente sentí la desaparición hace siete años de otro habilitado local que ejerció poderoso magisterio sobre mí y ante su fallecimiento le dediqué un artículo en la prensa (“Cálido adiós para el hombre tranquilo”), de cuyos rasgos dibujados en su semblanza profesional, me temo que participan la inmensa mayoría de los habilitados.
Sin embargo, ahora toca despedir a Joan y reconfortar a su familia, agradeciendo su legado. Descansa en paz con el respeto de todos.
Mil gracias, José Ramón por tan sentida y emocionante despedida a nuestro querido y gran compañero Joan Seguí Serra.
Que bonito por decir esas sentidas palabras de una persona y que grandes seres humanos son aquellos que pueden ser merecedoras de ellas. Gracias .