Memoriam

Ramón Parada Vázquez, in memoriam

La noticia del fallecimiento de Ramón Parada Vázquez (1933-2024)  el pasado 30 de marzo, nos deja huérfanos a una generación que pudimos conocer el derecho administrativo con un frescor, viveza y visión humanizada, a la que no estábamos acostumbrados.

No solo efectuaba planteamientos originales, sino que estaban razonados y resultaba difícil no compartirlos, siempre con anclajes en la historia o en el derecho comparado. Sus escritos sobre función pública han sido legendarios por su claridad, orden y contundencia, publicados en la década prodigiosa (1980-1990) en que se  gestó básicamente el modelo de función pública actual, a golpes de doctrina del Tribunal Constitucional (por cierto, criticada por don Ramón en cuanto éste consideraba que el modelo laboral no se ajustaba a las exigencias constitucionales), y de la pionera Ley de Medidas Urgentes para la función pública de 1984.

Por entonces tuve el gusto de conocerle personalmente y disfrutar de un paseo con él, por la zona antigua de Salamanca, ciudad a la que fue invitado por su amigo Enrique Rivero Ysern para ofrecer una charla hacia 1994. Me tropecé con él en la Calle Libreros, le reconocí de inmediato y me rogó que le acompañase hasta el lugar de la conferencia. En esa privilegiada compañía descubrí el  humor gallego, la castiza sabiduría y su vivo ejemplo para hacer compatibles esas tres damas esquivas, que son la ciencia, la conciencia y la sapiencia. De hecho, recuerdo como anécdota imborrable que, cuando llegábamos al Palacio de Congresos, donde iba a impartir la charla me dijo: “José Ramón, volvamos nuestros pasos, que por llegar antes nadie va a aprender más, y nosotros en cambio podemos aprender de estas piedras salmantinas que, como diría Napoleón, nos contemplan desde hace ocho siglos”. O sea, un magnífico cruce del idealista Quijote y el sabio Sancho, con gotas de humor quevediano.

No tengo duda de que en alguna parte del universo tendrá lugar un abrazo de reencuentro entre mis “dos Ramones” admirados, don Ramón Parada y don Ramón Martín Mateo, ambos dotados de la cualidad de la viveza, amenidad y humor, y cuyo estilo siempre me ha inspirado.

Como anécdota, comentaré que tanto don Ramón Parada, como don Ramón Martín Mateo estuvieron destinados en Guinea Ecuatorial (entonces Guinea española). Ramón Parada por pertenecer al cuerpo jurídico militar, y Ramón Martín Mateo como interventor del Estado. Después ambos fueron catedráticos de derecho administrativo, sembradores de publicaciones punteras y cosechadores de doctorados honoris causa, y ambos elevados al rango de maestros de la disciplina. Nada mejor que dejar aquí la espléndida glosa de su figura realizada en un pasado homenaje a don Ramón Parada, por el Gran Eduardo García de Enterría.

Seguiré aprendiendo de su obra que cuenta con un lugar de honor en mi biblioteca; no solo de su Tratado de Derecho Administrativo – en varios tomos y múltiples ediciones-, sino de su valiente panorama del Estado Autonómico, o los vigorosos y certeros estudios sobre la relación entre la administración y los jueces. Echaremos en falta su mente prodigiosa y pluma audaz.

Descanse en paz, maestro

14 comments on “Ramón Parada Vázquez, in memoriam

  1. Javier B

    Un afectuoso recuerdo para el Profesor; de uno más de aquellos que nos iniciamos en el Derecho Administrativo con sus magníficos Manuales.

  2. JUAN PÈREZ PERIÀÑEZ

    DEP

  3. Jose-Luis Mazón Costa

    Como abogado qur fue vivio el fastidio en sus carnes del lado oscuro del poder judicial y me pidió opinión por este motivo de alguna refriega y de ahí fraguamos una amistad de estas discontinuas de hablar por teléfono alguna comida y entrevistas. Tenía su lado rebelde y por eso nos conocimos me ofreció en 2004 escribir un libro crítico sobre el Constitucional para la Fundación Alfonso Martín Escudero donde le conocí de presidente, Ramon quería escrutar las puertas giratorias de los magistrados cesantes del TC, pero mi enfoque era sacarle los trapos sucios al TC que da para crear nuevo universo por bigbang. Tenía una memoria prodigiosa y era un gran conversador y hombre conservador.Estudio derecho en Valladolid, y era gran amante de los clásicos grecorromanos. Alli decia que estaba ya todo. Y es verdad. Como militar que fue y luchador defendía a los abogados rebeldes a la mala justicia decía que eran los soldados que se mantienen hasta el final junto al cañón que era salvar el honor del regimiento. En Guinea de jurídico militar lucho contra la corrupción del gobierno militar defendiendo la honradez.
    Profundamente admirador de Enterría del que fue pasante, con gran generosidad del maestro, empezó su carrera de abogado administrativista en Barcelona donde llegó vio y venció.
    Tenía una teoría sobre el vigor mental curiosa y era que decía que este era inversamente proporcional al gasto de semen algo que me recordaba al tantra yoga. Fue un gran jurista y un hombre amical y encantador. Le vi la última vez en el restaurante La Máquina de Madrid donde comimos los dos con Mario Conde que el tenía deseo de conocer. Y Conde también cuando le transmití su deseo. Allí salieron a relucir los profesores de derecho en Deusto que ambos conocieron.

    Un conflicto intrafundacion y posterior ictus le alejo de sus luchas y de su cargo de presidente de la Fundación Alfonso Martín Escudero. Fue un rebelde con causa, un soldado de los de mantener el fuego contra el enemigo hasta el final, vamos de los que «salvan el honor del regimiento» expresión usada por el y que yo copio ahora en su favor. Un compañero de trincheras fue Ramón Parada.

    Hasta la vista Ramon, al final todos volvemos a la nada oscura de la conciencia que es como el mar a donde concluyen los ríos según Jorge Manrique otro clásico de verdad.

  4. D.E.P.

  5. Antonio

    Descanse en paz el Profesor Parada, mi Catedrático en la UNED y mi introductor en la materia administrativa pública, cuyos manuales conservo por duplicado, por si se me piden prestados, para evitar el riesgo de perderlos y no dejar de difundir su forma de ver las cosas. Luchador incansable contra la corrupción (recuerdo su crítica acerva del «spoil system» anglosajón, y su defensa del administrado frente a «La Máquina» del Estado). No dejaremos que mueran sus ideas, Maestro.

  6. Eduardo Parada Gimeno

    Muchas gracias por compartir el entrañable recuerdo.

  7. Domingo Fernández Tubio

    Estuvo en mi Tribunal de Proyecto del Diploma de Estudios Avanzados (antes Tesina), recuerdo que me hizo varias preguntas al acabar la exposición y ahí me di cuenta de que estaba delante de uno de los grandes Maestros del Derecho Administrativo, era un arte como aplicaba el Derecho a la realidad, con su talento reflexivo y brillante. Descanse en Paz

  8. Pingback: Ronda de enlaces (1/04/2024) – Obiter dicta

  9. Descanse en paz, ley de vida el que tantos buenos nos dejen. Gracias por ser tan amigo de los amigos. Y por preservar la memoria de los Maestros.

  10. Contencioso

    En pocos meses hemos perdido nada menos que a D. Alejandro Nieto, D. Rafael Entrena Cuesta y ahora D. Ramón Parada Vázquez. Menudo annus horribilis para el derecho en general, y el administrativo en particular. Descanse en paz, Profesor, al menos nos queda su legado y ejemplo.

  11. LÓPEZ LERA ABOGADO

    D.E.P.

  12. vinchopincho

    DEP 🙏🏻

  13. juanmanueldelvallepascual

    Aldabonazo final a toda una generación. Que más que pasar a la historia , han hecho la Historia de este país. Se encontraron juntos en los apuntes rojos de la cátedra de Enterría y fueron la parte más jugosa de la semilla de la Escuela de Madrid. Incluso con quienes eran adversarios científicos. Siempre fue un placer leerle y escucharle a Don Ramón o Don José Ramón, como en cada momento quisiera hacerse llamar. Descanse, pero que su pensamiento no nos deje en paz, sino vigilando, pensando, debatiendo y haciendo. Lo que se deba hacer en cada momento.

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