Humor y Administracion

Las monstruosas leyes que produce el sueño del legislador: ¡Pasen y vean!

Las monstruosas leyes que produce el sueño del legisladorEl clasificar sustancias y seres vivos es algo que se ha hecho desde el origen de los tiempos por Galileo (planetas), Linneo (plantas), Costeau (peces) y Mendeleiev (átomos), y a la vista de la proliferación legislativa española, en que el BOE parece aquejado de diarrea normativa, vomitando leyes y reglamentos por doquier, Sevach ha realizado un esfuerzo de taxonomía de Leyes de derecho público, desde un punto de vista humorístico que es la única manera de digerir lo trágico.

    a) Leyes-chatarra. Conservan celosamente la normativa vetusta, en total desorden. Así, la Ley 8/2007, de 28 de Mayo, del suelo, deroga algunas leyes y artículos diseminados y fija un sistema de normas básicas que no solo abre un portillo a la legislación autonómica (que desplaza pero no deroga), sino que deroga la anterior Ley 6/98 del Suelo que había inspirado leyes autonómicas y planes, con lo que el almacén de normas urbanísticas esta sobresaturado y conservado no se sabe cómo ni hasta cuando, quedando siempre con la vitalidad de un zombie la vieja Ley del Suelo de 1976 así como los preceptos reglamentarios de 1978 concordantes. El legislador conserva todo y desordenado, como si padeciera el síndrome de Diógenes.

    b) Leyes clónicas. Un examen de los Boletines Autónomicos muestra que las leyes de las comunidades autónomas sobre competencias propias «violan» la propiedad intelectual de otras Comunidades (ej. leyes de caza similares ya que similares son jabalíes y conejos, aun de distinta «nacionalidad» ; leyes de protección de ancianos parecidas aunque el mal genio en la tercera edad sea superior en unas regiones que en otras).

    c) Leyes siamesas. El reciente BOE de 14/12/07 ofrece la Ley Orgánica 16/2007, de 13 de diciembre, complementaria de la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural, así como la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del medio rural. Dos al precio de una.

    d) Leyes recicladas. El legislador cocina tanto que a veces hace un «refrito» para que no se indigeste. Es el caso del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales o del reciente Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, aprobado por R.D.Legislativo 1/2007, de 16 de Noviembre.

    e) Leyes esquizofrénicas. Es el caso del Estatuto Básico del Empleado Público aprobado por Ley 7/2007, de 12 de Abril, que declara determinados preceptos formalmente como básicos y realmente lo que hace es convertirlo en materia disponible a la carta de cada Comunidad Autónoma o de las Mesas de Negociación.

    f) Leyes cojitrancas. Las que regulan el proceso administrativo, ya que se aprueba la Ley 29/1998, de13 de Julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa pero contando con la aplicación supletoria de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que sería sustituida por la Ley 1/2000, de 7 de Enero de Enjuiciamiento Civil, obligando a tirar por el carro del proceso contencioso-administrativo a dos leyes inspiradas en principios totalmente diferentes.

    g) Leyes laberinto. Es el caso de la Ley de Contratos del Sector Público, aprobada por Ley 30/2007, de 30 de Octubre, cuyas Disposiciones Adicionales (33), Transitorias (7) Derogatoria (Unica pero ramificada) y Finales (12) hacen necesaria la piedra Rossetta o mucha suerte para hallar la salida de tal dédalo de remisiones y vigencias diferidas y anticipadas.

    h) Leyes Mr. Marshall. Es el supuesto de la Ley de Dependencia o Ley 39/2006 de 14 de diciembre, de promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Recuerda aquélla canción infantil: «De la Habana ha venido un barco, cargado de cosas que empiezan con la letra… S,… ¡Subvenciones!».

    i) Leyes de aguinaldo. Es el caso de la Ley 57/2003, de 16 de Diciembre, de medidas para la modernización del gobierno local, que publicada en fechas navideñas, supuso el regalo de reyes magos para los Ayuntamientos al dotarles de potestad sancionadora y nuevas competencias.

    j) Leyes Cantinflas. Así, el art.41 de la Ley 11/2007, de 22 de Junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos obliga a la Administración Pública a aplicar «medidas informáticas, tecnológicas, organizativas y de seguridad, que garanticen un adecuado nivel de interoperatibilidad técnica, semántica y organizativa» (literal, que repetido puede sustituirse por aquello de los «tres tristres tigres… «).

    k) Leyes racimo. Como las bombas, caen diseminadas y con el mismo efecto devastador. Se trata de la Ley 16/02, de 1 de Julio, de Prevención y Control Integral de la Contaminación; la Ley 37/03, de 17 de Noviembre, de Ruido; la Ley 27/06, de18 de julio de Información, Participación y Justicia en Medio Ambiente; la Ley 26/2007, de 23 de Octubre, de Responsabilidad Medioambiental.; Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera; y la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.

    l) Leyes Yak-42 o «lo barato sale caro». El ejemplo mas vivo es la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de Enero, de Extranjería que nació hinchando pecho y que se ha debilitado y desangrado a golpe de sentencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, y propiciando todo lo contrario a un acceso ordenado de extranjeros.

    m) Leyes que «regresan al futuro». Es el caso de la Ley 26/2007, de 23 de Octubre, de Responsabilidad Medioambiental que se publica en el BOE de 24 de Octubre de 2007 y que contempla la exigencia de responsabilidades en los términos previstos en la misma para los hechos producidos antes del 30 de Abril de 2007.

    ñ) Una Ley para la eternidad. La Ley de 13 de Abril de 1877 de Obras Públicas, que sobrevive en gran parte pese a la derogación parcial operada por la Ley 13/2003, de 23 de mayo, reguladora del contrato de concesión de obras públicas.

    o) Leyes de «quiero pero no puedo». Así, la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera deroga el Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, aprobado por Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, pero eso sí, advierte que «el citado Reglamento mantendrá su vigencia en aquellas comunidades y ciudades autónomas que no tengan normativa aprobada en la materia, en tanto no se dicte dicha normativa» (o sea sobrevive el Reglamento de Actividades nocivas, molestas, peligrosas e insalubres hasta que no lo remate una ley o reglamento autonómico sobre tan «concreta y específica» materia).

    ñ) Leyes «non natas». La Ley que regule el derecho de huelga (regulado por Decreto de 1977 anterior a la Constitución), o la Ley electoral que imponga «listas abiertas», o la Ley que contemple el ostracismo a la griega para el político corrupto, nepotista o mendaz, o las leyes de armonización previstas en el art.150.3 de la Constitución y que jamás se estrenarán pese a que la cohesión del Estado Autonómico las reclama a gritos.

En fin, confiando en que el espectáculo haya sido de su gusto, Sevach les invita a que se incorporen comentarios con otros tipos de leyes que su imaginación bautice. Y a este respecto Javier Muñoz, uniendo su ciencia jurídica e imaginación, nos ofrece varios tipos de leyes, leyes-gladiador, leyes-torrija… verlo en bitacora.

0 comments on “Las monstruosas leyes que produce el sueño del legislador: ¡Pasen y vean!

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  2. PanchoVilla

    Yo añadiría las «leyes-filibusteras» , caso de la proxima Ley del Cine o de la Ley que ampara el canon digital. Incluso etimológicamente fili-busteras recordaría leyes «que parecen amigas» (fili) que te engañan (embusteras).

  3. Yo añadiría:

    Leyes ultrabásicas : categoría de legislación básica del Estado, hechas ad hoc para no desencajar con los nuevos estatutos de autonomía que convierten a la Administración General del Estado (Gobierno de España en los múltiples anuncios que estos días vemos por todos los medios), en un inmenso cascarón vacío. De este modo, el mínimo común denominador típico de la legislación básica, pasa a ser insignificante denominador común.

    Leyes pitonisas; son aquellas que se atreven a prever lo que la una ley distinta y específica a va a regular en el futuro. Por ejemplo, los Estatutos de autonómía de nuevo cuño, prevén unos consejos judiciales autonómicos que en la actualidad, no existen, pero que se supone que van a prever la Ley Orgáncia del Poder Judicial en una futura reforma.

  4. Popeye

    Podría incorporarse: Leyes Manostijeras, referida a la Ley de Expropiación Forzosa de 1954 que no solo permite que la expropiación urgente se haya convertido en regla ( y no excepción) sino que contempla un justiprecio (escaso, tarde,mal e injusto).

  5. Pues yo incorporaría a esta relación a las leyes «según me convenga»: es decir, aquellas leyes que permiten (en su propio articulado) hacer una cosa determinada, o todo lo contrario sin que, en principio, puedan exigirse responsabilidades a los políticos o altos funcionarios.
    Por ejemplo, en las leyes sobre función pública (EBEP, Reglamento de Ingreso 364/95) se recoge que la forma normal de provisión de puestos es el concurso y, por el contrario, se utiliza reiteradamente la comisión de servicios (según convenga a alguien) para realizar dicha provisión, de tal manera que puede darse la circunstancia de que el 90% aproximadamente del personal de una entidad local, pongamos por caso, no tiene el puesto en propiedad; y todo ello en nombre de la sacrosanta potestad de autoorganización.
    Eso sí, cada cierto tiempo y para hacer gala de la transparencia en la gestión de personal, se convoca un concurso para cubrir un puesto determinado, porque también conviene por otros motivos.

  6. William H. Rehnquist

    Y no se olviden ustedes de las Leyes «Juan Palomo», como las que en tiempo récord se aprobaron para que políticos no electos pudiesen percibir la prestación por desempleo. O las «Leyes metralleta» que, anualmente aprobadas junto con los presupuestos, disparan miles de perdigones destinadas a mutilar miles de normas dispersas por la viña de nuestro ordenamiento jurídico

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