Humor y Administracion Sobre los empleados públicos

De los funcionarios pagafantas

pagafantas
Parece que el término “pagafantas” , consolidado por la película de Borja Cobeaga, acabará entrando en la Real Academia de la lengua española puesto que al pueblo le gustan las palabras sencillas con poso de humor. Por eso, inspirado en la ocurrencia del estupendo blog salmón de analizar la figura del pagafantas en el ámbito laboral, Sevach no se resiste a exponer la presencia de tal figura en la Administración Pública. Previamente señalaremos que se entiende por “ Pagafantas”: chico que acompaña, mima y sirve a la chica pero ésta sólo le quiere como un amigo.

1. Pues bien, a modo de divertimento pero con poso trágico, Sevach encuentra huellas de la figura del pagafantas en varios fenómenos burocráticos.

La promoción del Pagafantas. Funcionario que, por su competencia y lealtad institucional, se deja la piel trabajando. Cuando se convoca una codiciada plaza de jefatura de libre designación, el superior jerárquico ( o político de turno) nombra a otro funcionario menos trabajador por razones inconfesables.

La formación del Pagafantas. Funcionario que trabaja mas de lo que le corresponde, con sacrificio personal de su vida privada y plena dedicación, y cuando se ofrecen cursos de formación atractivos, curiosamente le son denegados porque “ sabes tanto, que no los necesitas”, “otra vez será, para un curso mejor”, o “haces mucha falta aquí: eres imprescindible”.

La retribución del Pagafantas. Funcionario que cumple con su trabajo porque cree en la Administración, sin absentismo ni pasotismo. Cuando se atribuye un complemento de productividad, el mismo curiosamente se reparte en el mejor de los casos, como café para todos, y en el peor de los casos, solamente para algunos jefes no precisamente ejemplares de la pirámide burocrática.

– La satisfacción del Pagafantas. Funcionario que administra el material de oficina, que no abusa en beneficio propio de teléfono y fotocopiadoras, que cumple con austeridad su labor, y se encuentra con que sus jefes no predican con el ejemplo, despilfarran los fondos públicos y renuevan el material informático de sus compañeros que no lo utilizan.

2. En definitiva, que muchos funcionarios, pese a cumplir con su trabajo, velar por la calidad y cantidad, y tener iniciativas, ven con sorpresa que la recompensa se desvía a quien ocupa el tiempo de trabajo en zalamerías y conspiraciones. Al igual que el Pagafantas de la película no recibirá compensación sentimental ni sexual, el Pagafantas funcionario no recibe buenas palabras ni gratificación económica o material.

Pero lo que mas caracteriza al Pagafantas burocrático es su paciencia cuando se toma un bien ganado y rápido café a media mañana, y se encuentra algún conocido no funcionario, que le espeta un ácido:¡ Qué bien vivís los funcionarios!.

0 comments on “De los funcionarios pagafantas

  1. sed Lex

    La figura del pagafantas no me resulta desconocida.
    Por un lado ¿cómo castiga la administración al funcionario que no hace su trabajo?
    ….
    Le quita el trabajo… [que no el sueldo].
    ——————————————————————-

    ¿Y por otro, cómo premia la administración al “pagafantas” cumplidor que hace bien su trabajo?
    ….
    Le da el trabajo que le ha quitado al otro.

    Además, la forma de promocionar en la administración es ser el más inútil. Cómo la única forma que tienen de quitarte del medio y sacarte del equipo [donde eres un cáncer] es promocionarte, pues ya esta, en cuánto hay una oportunidad de promoción te van a vender como la persona idel para ese puesto.
    En cambio, si eres el que hace el trabajo, eres imprescindible, con lo que no promocionarás nunca.
    Hay una regla que dice que en la administración (y probablemente en cualquier empresa) se promociona “hasta el límite de la incompetencia de uno mismo”.

    Y además, el que trabaja es el que puede equivocarse, y con ello el que se gana las broncas…

    Esto explica algo por qué los funcionarios, en teoría gente seleccionada entre los mejores y currante donde los haya [para aprobar una oposición hay que meter horas], acabamos con el sambenito de vagos que nos cuelgan… Y es que darse de cabezazos contra las paredes acaba cansando a cualquiera.
    …Hasta a los pagafantas.

  2. miguel álvarez

    Coincidiendo total y absolutamente con Sed Lex, me gustaría añadir algo ¡Que no le abran expediente al vago o inútil (lease enchufado)! porque el señor responsable que ve como Manolo se eskakea, hace las cosas mal aposta para que no le den trabajo por el peligro que supone, entonces:

    –¿Te has fijado en fulanito, qué c….. oye, le abrió expediente a Manolo, que tiene mujer y tres hijos. Hace falta ser X (X=lo que se quiera). Menos mal que a Manolo lo metió su tío que es senador y al llegar el expediente a función pública le pondrán un «visto». Fulanito es un verdadero desalmado, un sádico, etc., etc.

  3. Bueno, la verdad es que Sevach continúa con su acerado humor. Yo más bien diría que la gente confunde «ser vago» con «no tener trabajo». En mi caso, que soy administrativo, he demostrado sobradamente a mis jefes que valgo bastante.

    Total, que no me dan trabajo de auxiliar (del mío casi no hay) porque ya lo hacen las chicas ni me dejan hacer algo superior porque ahora está la cosa muy tranquila.

    Total, que no sé qué hacer.

    PD. Además, a mí nadie me explica nada. Y no es plan de ponerse a hacer cosas sin saber cómo se hacen ni para qué. (Por cierto, mis jefes ya lo saben)

    PD2. En la Administración Pública, pagafantas es todo aquel que no sea nombrado a dedo por el partido político gobernante.

  4. elotro

    Conocozo a quien trabaja más de lo que debe y de que lo que cobra, fquien introduce mejoras para un buen funcionamiento de la Administración , quien aporta ideas para que los expedientes en el futuro no tengan ningún problema admionistrativo, quien trabaja más horas para que los asuntos pendientes se quede hecho (hace el suyo y el de otros).

    la recompensa: darte trabajo que no es de tu categoría para que lo hagas, cuando llega la hora …………… darle la plaza a los demás poque son tan inútiles que en la empresa privada no tendrían sitio, si preparación, sin respeto para el usuario, con absentismo reiterado, en fín, el trabajo para los tontos y las recompesas para los listos. esto es la Administración

  5. Contencioso

    La administración española tiene dos gravísimos problemas:

    1) No hay medio de que el superior satisfecho/cabreado pueda recompensar/castigar de manera eficaz, incentivadora y fulminante al funcionario que se desloma/no da un palo al agua. El sistema prevé medios para todo, pero en la vida real (Volvemos a lo de siempre con el ordenamiento español, precioso sobre el papel, inaplicable en la práctica) los sindicatos se echan encima de la administración a la que se le ocurra castigar/recompensar a nadie. Sólo les vale la tarifa plana: Todos iguales no importa el esfuerzo y empeño personal.

    2) Aun cuando hubiera ese medio de recompensar/castigar de manera eficaz, incentivadora y fulminante al funcionario que se desloma/no da un palo al agua, no hay manera de poder confiar en esos superiores dada la arraigadísima tradición déspota, nepotista y corrupta de la sociedad española en cuanto se tiene acceso a un cargo público. Y en los pocos casos en que tal prerrogativa fuera ejercida con seriedad y rectitud, a los sindicatos y politicos les iba a dar exactamente igual, y se dedicarían a criticar y desprestigiar la acción del superior para minar su credibilidad.

    Spain is different!

  6. Yo creo que realmente a nadie le importa el funcionario trabajador. Veamos el tema en un Juzgado a modo de ejemplo: Juez trabajadoro normal, Secretario trabajador o normal, funcionarios trabajadores o normales, menos uno, un funcionario que se dedica a la buena vida y los papeles de su negociado no le importan demasiado; el Juzgado más o menos sigue su curso de forma normal hasta que se avisa una inspección del Consejo. Ay!!!, ahí se pone el juez a temblar, alarde va y alarde viene, resoluciones a toda rapidez para mostrar un juzgado al día y claro, el negociado del funcionario vaguete no hay por donde cogerlo. En el informe de la inspección se hace hincapié en esta sección y se dice que por parte del Secretario se ha de prestar más atención a la diligencia en esa determinada sección por hallarse cierto retraso en ella.
    Pues bien, lo que normalmente ocurre no es un premio a los trabajadores, ni siquiera una felicitación, lo que ocurre es un nuevo reparto del trabajo y todo lo atrasado se reparte entre los que trabajan y tienen su negociado al día. O sea no solo no se premia sino que se castiga. Y al vaguete se le premia, ya que al quitarle su trabajo es lo que se hace…
    Todos pagafantas menos el vago que se va de rositas.

  7. Contencioso

    En el sistema judicial español originario, el Secretario era como un Notario a todos los efectos: No solo daba fé pública y cobraba arancel, sino que ostentaba la jefatura plena de la oficina y podía contratar y despedir al personal, excepto a los oficiales, también de carrera y a arancel. Lo recaudado en la sección civil servía para que la penal funcionara, y el estado tenía unas oficinas cuasi autónomas que no le costaban prácticamente nada de dinero. Por razones monetarias obvias, la oficina funcionaba mas o menos bien, para lo que se podía esperar. ¿Y qué acabó pasando en este sistema aparentemente razonable? (Imaginemos como símil una Notaría que usa parte de lo que factura en la parte privada a dar un servicio administrativo gratuíto y de calidad) Pues lo que tenía que pasar. Que muchos Secretarios escogían funcionarios en atención a su calidad y capacidad de trabajo … y otros juzgados se convirtieron en auténticos nidos de enchufados, en los que se colocaba al hijo/sobrino idiota o vago. En definitiva, que la calidad de las personas estropeó ese sistema, como hubiera estropeado cualquier otro, en realidad. La historia de siempre en España, la misma que hoy en día carcome nuestro sistema democrático hasta convertirlo en una detestable oligarquía de partidos que internamente funcionan al mas puro estilo dictatorial, y que se pasan la separación de poderes por el arco de triunfo (Y me refiero ahora principalmente al legislativo/ejecutivo)

    Resultado: Pasemos unas cuantas decadas al sistema actual, y veamos cómo a base de reformas y parches parciales, poco a poco se ha destruído esa oficina autónoma sin llegar a cambiar su modelo de fondo, bajo el peso de dos elementos de presión muy fuertes: 1) La presión sindicalista y 2) la realidad nepotista,

    Lo que ha llevado a equiparar cada vez mas a los funcionarios entre sí, y haciéndolos verdaderamente «intocables» a base de quitar a su jefe directo -unico con capacidad real para evaluarlos- la facultad de hacer precisamente eso. En parte con razón (Nepotismo, caciquismo), y en parte sin ella (Presión sindical).

    Asi que podemos elegir, salvo que la sociedad entera cambie -y no veo que esté por la labor, o a lo sumo va a peor en valores, sacrificio, solidaridad, etc.- entre dar poderes a un jefe con la seguridad de que muchos serán nepotistas y caciquiles, o quitárselos y crear el caos propio del vacío de autoridad (Que es el modelo actual, no solo en los Juzgados sino en general en todo el país)

    Saludos

  8. alegret

    Vamos a ver, Sr. Contencioso. En el antiguo sistema español, el Secretario era como un notario y cobraba por arancel. Hasta ahí de acuerdo. Pero en la práctica,-y esto te lo puede atestigüar cualquier venerable abogado (los de mas de 50 años en la profesión) El Secretario admitía -cuando no exigía- cantidades superiores a las fijadas para colarte tu asunto. Era una corruptela absolutamente generalizada, que afortunadamente desapareció con la supresión de los aranceles.
    Es lo que siempre se dice de la corrupción en la Administración y es que funciona como el aceite de los motores: útil hasta cierto nivel para engrasar la maquinaria; letal para el motor cuando supera ese límite.

    alegret.

  9. Contencioso

    Eso es lo que subrayado yo, alegret, lo triste que es tener sobre el papel un sistema bueno y luego no se pueda confiar en las personas llamadas a aplicarlo. La idea en sí era mejor que el sistema actual para un país falto de recursos, pero las corruptelas obligaron a abandonarla, sin que por otra parte hayamos por ello ido a parar a un sistema mejor.

    Y, retomando el hilo del tema, y poniendo lo dicho en relación con el mismo, los funcionarios pagafantas existen porque el único remedio contra los vagos es la capacidad de evaluación por un superior con potestad para «liquidar» al vago y premiar al diligente. Pero como en este puñetero país no se puede confiar en los designados como superiores por exactamente lo que tú has dicho, pues con pagafantas seguiremos.

    Saludos

  10. Juan Manuel del Valle Pascual

    Fijaros bien en la cara de Borja Pagafantas, ¡¡¡¡ porque es igual que la de Sevach…Pagafantas!!!! mutatis mutandis, claro. Porque aquí la cara no es el espejo del alma. Y la manera de construir el discursdo hablado…es de nuevo ¡¡¡¡Sevach Pagafantas!!! Pero, eso sí, honrado, trabajador, brillante y estupendo amigo.
    También hay Pagafantas justamente triunfadores : ¡¡¡¡SEVACH PAGAFANTAS!!!!
    Que no se entere la Academia, que la excepción confirma la regla y el Diccionario RAE necesita que tal expresión entre en él con todos los honores.

  11. Me ha gustado mucho!
    Al menos existimos. Ilusa de mí, creo que insistiendo en seguir haciéndolo ¿no cambiará algo en este país de pandereta?
    ¿La revolución de los pagafantas?

  12. Gracias por el enlace Sevach y por la excelente visión que haces del pagafantismo dentro del empleado público.

    Saludos

  13. Hum… cómo os quejais de nepotismo y de vagos infiltrados… Recordad que nadie os obligó a ser funcionarios. En la empresa privada se recompensa a quien curra más; puede haber un tonto, o un pelota, o un lento, que cada oficina tiene el suyo, pero se sabe quién es y la razón por que está ahí: favor que el empresario debe a su papá o similar; están dos años y luego se les larga con cualquier excusa; digo yo que se tienen que ir con la moral por los suelos porque el vacío es evidente. El resto sabemos que trabajamos y se nos reconoce (¡y si no es así, a buscar otra cosa, y no necesariamente en España!) No así en la pública, donde cada vez que voy a hacer trámites de ventanilla veo unas caras que si al final resulta ser verdad aquello de que son el espejo del alma… no quiero ser funcionaria nunca. Estar ‘con el culo al aire’ en la privada y buscar ocasionalmente trabajo va a ser más sano que el aire viciado del puesto vitalicio.

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