Muchas son las conquistas de quienes padecen minusvalías en el terreno de la discriminación, barreras arquitectónicas y psicológicas, en su lucha por obtener facilidades ante la Administración. El acceso a la función pública es uno de los reductos donde formalmente las convocatorias abren las puertas a quienes están discapacitados, se facilitan turnos específicos e incluso la adaptación de las pruebas. Sin embargo, cuando se trata de superar pruebas de alta exigencia intelectual, la ceguera se alza en una barrera de hecho brutal. Por eso, desde estas páginas no puedo menos de felicitar calurosamente a Iván Argote Pérez, comentarista del blog y ciego de nacimiento que acaba de superar con todo merecimiento las duras oposiciones al Cuerpo Superior de Administradores de la Junta de Castilla y León.
I. Veamos el reto que tiene alguien con ceguera para afrontar unas oposiciones a un Cuerpo Superior que exceden el centenar de temas, que cuentan con ejercicios teóricos y prácticos y en que la competencia es feroz.
1.1. En primer lugar, por la dificultad de acceso a la información y sus fuentes como cualquier opositor. Hoy día todo está en papel y el opositor está en permanente tejer y destejer de temas, cortando y pegando, leyendo y acumulando, mientras que el invidente debe aprender los temas recitando y para ello precisa, tanto de unos familiares o amigos que le filtren y adapten la información, como de unos programas informáticos que lean los documentos o temas previamente escaneados.
De hecho, como me confesaba Iván: “Al estudiar con una síntesis de voz, y para evitar perder el oído, me ponía los temas a bajo volumen. La velocidad en el repaso era esencial. Los temas los escuchaba a velocidades de 400 palabras por minuto, ininteligibles para alguien no habituado, ya que la velocidad del habla humana se encuentra en torno a 200 palabras por minuto.”
1.2 En segundo lugar, el invidente carece de la memoria fotográfica de los temas, tan útil para el común de los aspirantes, para desarrollar los temas de forma ordenada y enlazando ideas.
1.3 En tercer lugar, la realización de un examen oral sin el contacto visual de los miembros del Tribunal, sin recibir esa información sensorial vital sobre sonrisas, guiños, asentimientos, reprobaciones y otros gestos de aquéllos, constituye un duro hándicap. Aunque tiene sus ventajas, como comentaba Iván con humor: “También me decía mi novia que, si alguien no versado en Derecho me escuchase temas que le aburriesen, podría quedarse dormido sin problemas. Lo esencial es que no ronque a fin de no perturbarme.”
1.4 En cuarto lugar, porqué no decirlo, un opositor invidente juega contra la incomprensión de los restantes aspirantes que, verterán palabras amables, pero la oposición es una jungla y cuantas mas plazas vacantes mejor.
II. Por todo eso, para alcanzar el éxito, hace falta una personalidad sólida, una inteligencia notable y disciplina de hierro, además de grandes dosis de optimismo.
2.1. En el caso de Iván, al que no conozco personalmente (aunque es difícil no ser cautivado por su nobleza), su personalidad sólida se advierte ante su serio planteamiento al encarar la oposición. Sabía lo que quería y sabía como luchar contra los elementos. Los correos electrónicos que me enviaba iban exponiéndome sus dudas y estrategias, siempre ávido por profundizar en cuestiones puntuales o disponer de jurisprudencia o libros que analizasen determinadas materias. Incluso me expuso su receta para aprobar que comparto plenamente: “Siempre he pensado que hay que tener cuatro cualidades en la oposición: disciplina en el estudio; equilibrio, ya que las cosas de la vida, aunque sean buenas, pueden alterar la tranquilidad necesaria; ganas, para no desfallecer, y suerte, aunque los temas se tienen que llevar todos bien preparados.”
2.2. Su inteligencia es patente. Sus comentarios al blog, primero, y sus correos después, me demostraron una agudeza intelectual poco común. Pese a no ver físicamente creo que es capaz de “ver” todas las dimensiones de los problemas y eso le ha sido útil en la vida y le será utilísimo en la vida profesional que le aguarda.
2.3. Su disciplina es ejemplar. Si todo opositor debe contar con disciplina para estudiar en solitario temas y temas, tan áridos como extensos, en el caso de Iván, esa disciplina resulta mas meritoria cuando sus competidores van por la autopista de la información y el por un sendero secundario y con baches.
2.4. Su optimismo me maravilló desde un primer momento. En efecto, hay que decir que acometió primero las oposiciones a abogado del Estado. Desistió de tal cruzada, y se embarcó en las de Letrado de la Junta de Castilla y León, donde me consta que puso todas las esperanzas y esfuerzo. Derribado del caballo, orientó su esfuerzo hacia las del Cuerpo Superior de la Junta de Castilla y León y su esfuerzo obtuvo recompensa al superar todos los ejercicios. No es que sea cierto lo de “el que la sigue, la consigue” sino mas bien que “el que la sigue con optimismo y una mente maravillosa, la consigue”. Es más, dice en su favor, que incluso me confesaba con prudencia antes de este éxito, que si no las superaba, seguiría opositando a cuerpos superiores de otras comunidades Autónomas.
III. Pero aprobó la oposición, a la edad en que Jesucristo y Alejandro el Magno perdieron la vida, Iván renace como funcionario de carrera, de nivel superior y además para aplicar la disciplina jurídica que le apasiona y domina con un braille mental lucidísimo.
3.1 Aprobó, y demostró su elegancia hacia el Tribunal: “La actitud de la Administración de la Junta de CYL y del Tribunal, en cuanto a la accesibilidad de las pruebas, ha sido encomiable. Aportaron Ordenadores con los programas instalados para permitir que leyese la pantalla, aunque yo ofrecí llevar el mío, si lo preferían; me permitieron utilizar LaLeyDigital, la mejor base de datos jurídica en cuanto se refiere a su accesibilidad, y una de las mejores y de más intuitivo manejo del país; me permitieron aportar el programa en braille durante las pruebas orales… La ley les obligaba a proporcionarme la accesibilidad necesaria, pero además actuaron con una humanidad y una sensibilidad que son de agradecer.”
3.2 Aprobó, pero no sufrió el mal de altura de la soberbia que suele adornar al opositor exitoso: “Nunca me cupo duda de que lo esencial es la salud, mi novia de quien tanto he aprendido, la familia, los amigos, la fuerza interna, la oposición conseguida es algo estupendo, pero sin ella mi carácter sería igual y mi entusiasmo por la vida no variaría.”
Y todo ello, con buen humor. Basta esa pincelada con que firma sus correos:” Ivan ovienen”
IV. En fin, mi enhorabuena para Iván, mi respeto hacia el Tribunal Calificador que ha sabido evaluar el esfuerzo y el resultado, soslayando la cómoda anticipación de cerrar el paso por estúpidos prejuicios. También mi admiración hacia su compañera Marina, y sus familiares, que sin duda han prestado esa dosis de apoyo que tan necesaria es en las carreras de fondo.
Con casos como el de Iván, Sevach comprende como Homero pudo concebir y recitar la Odisea, y legarla para la humanidad.
Sevach, lo de la igualdad y lo de ser politicamente correctos esta bien, pero coincidiras conmigo que la Administracion no puede ser el caladero de todas las ineficiencias, caprichos y perezas de los funcionarios (cosa que ahora es). Lo cierto es que, mas alla de la bonhomia y la correcion, un ciego, por muy capacitado que este, en una empresa publica, ¡no lo contrata ni Dios! ¿Por que hemos de traicionar los principios de eficiencia y eficacia, para dar entrada a un funcionario que, objetivamente, nos va a salir mas caro que uno vidente?
Una cosa es el mundo color de rosa donde todos somos iguales, y otra la realidad, que, nos guste o no, es la que es.
Xavi: Lo de Iván es un caso muy especial, es alguien que tras un brutal esfuerzo, al alcance de un reducidísimo grupo en el que seguro tú no estás.
Ha alcanzado un nivel de conocimientos muy por encima del promedio, y por ello no es un favor que la Administración le hace, más bien al revés.
Es una pena que aún haya gente con estos prejuicios absurdos y principios retrógrados. Una cosilla te sugiero:
Aparta un poco tu falta de bonhomía, y ten un poco más de correCCión, no por resultarte pedante van a calar más tus comentarios.
PD: Iván no tiene faltas de ortografía, un saludo
Varias cosas quisiera decir:
La primera es para Iván, compañero de promoción. Eres un bestia!!Enhorabuena. Lamento que no haya un curso de selección posterior para poder conocerte. Tienes toda mi admiración, que por cierto, ya había trasladado a todo mi entorno antes de leer este post.
La segunda es dar gracias a Sevach por hacerse eco de este notición.
Para Xavi: Creo que tus decisiones (en caso de que seas funcionario)deben costar más a la Administración de lo que va a costar la adaptación de los medios a nuestro compañero Iván.
La última es felicitar al Tribunal. No sólo han tenido la sensibilidad necesaria, sino que han acertado de pleno.
Para aricontre, que yo este o no en ese reducido grupo, no es cuestion de tu incumbencia: los argumentos ad hominem son despreciables. Y, por otra parte, nadie duda de la capacidad ni del merito de Ivan. Su aprobado seguro que es bien merecido.
En cuanto a las faltas de ortografia, mas bien de puntuacion, se deben a que mi teclado es aleman, y no tiene las correspondientes tildes.
Para pablo: lo mismo te digo que aricontre: que yo sea funcionario o no, es lo de menos, soy un administrado, y el dinero gastado es en parte mio; y lo de que mis decisiones, en caso de serlo, deben costar mas a la administracion es un argumento vacio de contenido. Si no das razones para sostener tan estupida idea, carente de todo fundamento explicitado, desde luego es una aportacion totalmente desdeñable.
Estimado Xavi……sobran las palabras. Que tengas buena semana y procura no tener un accidente que te incapacite.
Xavi: yo también lamento que estemos en la era de la tecnología y que todas las empresas, públicas o privadas, hayan de invertir en medios para sus trabajadores.¡Qué tiempos aquéllos donde no había ordenadores malignos que, además de resultar inútilmente costosos (a fin de cuentas, el lápiz también escribe y se borra), nos censuran las tildes y las dobles letras, como las que lleva CORRECCIÓN!). Y lo peor: la tecnología, al facilitar la autonomía personal y laboral, suple (o palia) las diferencias, con un resultado aterrador: se corrompe el ancestral equilibrio cósmico: los ciegos no recitan coplas, los retrasados no venden estampitas (incluso llegan a la universidad); los cojos no ponen estancos; los paralíticos no juegan con Heidi en los Alpes……. Ahora pretenden esforzarse y superarse para integrase con desfachatez en un mundo antes reservado a personas física y psíquicamente perfectas, como tú y yo. Ello, además de causar molestias y pérdida de dinero –si ya de por sí se proporciona a los trabajadores inútiles ordenadores, ahora hay que dotarlos con programas de lectura, que aunque los haya gratuitos, tienen que instalarse y eso lleva por lo menos diez minutos- resulta antiestético; un buen ejemplo lo tenemos en Stephen Hawking, quien además de requerir numerosas adaptaciones, resulta grimoso con la baba colgando, total, sólo para dar un par de teorías que nosotros dos ni siquiera leemos… o un F.D. Roosevelt, en silla de ruedas y empeñándose primero, en entrar en política y después en viajar, que si a Yalta, que si a Teherán…. ¡Si hubiera ido Johnny Weissmüller seguro que hubieran ahorrado en rampas y quizá hasta en aviones y barcos! Por no hablar de Borges o del “monigote” de Toulouse-Lautrec, entre otros.
Ironías al margen, ni la minusvalía ni la no minusvalía, ni la riqueza o la pobreza implican inteligencia o estupidez, son simplemente condiciones que dificultan o facilitan la vida cotidiana. Por desgracia, economías o físicos adversos han silenciado a mentes brillantes. Una sociedad responsable debe (entre otras cosas): castigar al aprovechado, premiar el esfuerzo e intentar ubicar a sus miembros en función de su capacidad; por eso, a veces es necesario invertir para que esas personas válidas puedan desarrollar plenamente sus potencialidades y, -aunque no te lo creas, Xavi-, compensar con creces la inversión. No hay que ceñirse sólo a los minusválidos: alguien trabajador, brillante y pobre, seguramente necesite ayudas públicas por ejemplo BECAS buena parte de su vida (escolar, universitaria y postuniversitaria), que suman una gran cantidad de dinero, según tú inútil, porque estudiar también lo puede hacer un niño rico sin coste para el erario público.
Otra cosa tengo clara, Xavi: si hay algo realmente improductivo, es la amargura.
Para Iván y Pablo (y los demás opositores): ENHORABUENA. Seguro que con vuestra inteligencia, preparación e ilusión, haréis grandes cosas. Me enorgullezco de pagar impuestos.
Xavi: Lo de Iván es un caso muy especial, es alguien que tras un brutal esfuerzo, al alcance de un reducidísimo grupo en el que seguro tú no estás. Ha alcanzado un nivel de conocimientos muy por encima del promedio, y por ello no es un favor que la Administración le hace, más bien al revés. Es una pena que aún haya gente con estos prejuicios absurdos y principios retrógrados. Una cosilla te sugiero: Aparta un poco tu falta de bonhomía, y ten un poco más de correCCión, no por resultarte pedante van a calar más tus comentarios. PD: Iván no tiene faltas de ortografía, un saludo
Como opositor al CSACE no puedo más que felicitar a Iván, conozco (aunque no en profundidad) el temario. Crearlo y estudiarlo sin poder manosear temarios, libros, revistas,… debe ser una auténtica tarea de titanes.
Respecto al gasto de adaptar un puesto de trabajo… estoy convencido de que las capacidades de Iván como AC compensarán (y con mucho) los posibles gastos en los que se incurrirá para adaptarle el puesto.
Sevach: Muy buen artículo en este blog con tantos detalles observado. Nunca he ententido bien el sistema de oposiciónes, el cúal hace perder mucho tiempo en memorizar temas y temas a mucha gente. Para que tenemos códigos a nuestro alcanze en el trabajo cotidiano? no hace falta memorizarlos…Hay que saber trabajar las leyes, para resolver los problemas, no memorizar texto.
Xavi: En cuanto a la inversión que se requiere por la condición de minusválido. Estoy de acuerdo contigo que no cabe darle empleo a alguien por el mero hecho de tener una discapacidad si hay alguien sin dicha discapacidad pueda ejercer el trabajo mejor. Hay quien pueda solicitar un trabajo, alegando que es minusválido, gay, metrosexual, asexual, de extrema obesidad o extranjero o bien discapacitado en algún otro sentido (he puesto estos ejemplos de «ser fuera de la norma» a título indicativo sin juicio particular) y luego, habiendo obtenido el trabajo, no lo cumple su labor. O bien, si no se lo dan, ALEGA que las leyes de igualdad fueron violadas (Antidiskriminierungsgesetz del 2006 en Alemania). Esto no le gustaría a nadie de nuestra sociedad. Es un gasto superfluo y elevado. No sirve.
Ahora bien, si la persona con discapacidad lo pueda ejercer al igual (no digo mejor, digo igual) que un tercero, pues hemos de ponerles los avances tecnológicos a su alcance para que pueda hacerlo. A un ciego, no le pondría como controlador aero en una torre de control, es obvío. No le pondré como monitor de esquí o conductor de un tren. Al igual que no pondría a un tonto (es decir, alguien con bajo IQ) como juez o fiscal. Los tontos los ponemos como políticos, lo cúal es un gasto tremendo, pero no viene al tema.
Pero si a un invidente, siendo contribuyente (y eso lo somos todos), resulta imposible ejercer una actividad laboral sin cierta ayuda y dicho contribuyente tiene la capacidad mental de hacerlo bien, pues porque no facilitarle el trabajo? Va contribuír a los ingresos de Hacienda como todos.
Es más. Prefiero tener funcionarios o empleados del sector privado MINUSVALIDOS que gente sin minusvalía que no trabjaje o trabaje poco o hasta esté cobrando el paro aunque pueda trabajar. Porque nos permitimos el capricho de pagarles el paro a los que podrían trabajar? Porque cobran el paro y hacen sus trabajillos en negro?
Y a mí tampoco me gustan los funcionarios de extrema obesidad. Son un insulto visual y son mas lentos que los demás en moverse y atender al ciudadano. Y pagamos nosotros la cuenta cuando se jubilan a los 43 por ya no poder trabajar gracias a haber comido demasiado durante 3 décadas.
A final de cuentas — que nos sale mas rentable, un minusválido sumamente cualificado o un no minusvalido en el paro que no genéra beneficios?
bueno, este es mi punto de vista económico de extranjero que tiene que pagar la cuenta para toda europa y no tiene 5 duros para comprarse teclado con tilde y acentos y por ello carece de ortografía según la real académia…
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