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Nunca digas nunca jamás: lo que los políticos no aprenden de James Bond

Los gobernantes se olvidan cuando gobiernan de sus promesas electorales o las incumplen sin pudor

Al hilo de un brillante artículo periodístico de opinión (Manuel Jabois, El Mundo, 22 de Agosto) cuya lectura recomiendo sobre como los gobernantes incurren en los mismos vicios o prácticas que denunciaron cuando estaban en la oposición y sobre la fragilidad de las promesas electorales cuando se sale al escenario de gobernar, se me ocurren algunas reflexiones para ir entroncando con el mundo del Derecho público, cara al arranque del blog con fuerza a primeros de Septiembre.

 

Girarán en torno a como los políticos parten de declarar pomposamente que » Nunca adoptarán determinada medida» ( nos ilusionan a los ciudadanos como Peter Pan llevándonos al país de «Nunca Jamás») pero cuando tienen la llave del poder para gobernar eluden o descaradamente lo incumplen ( dando la razón a James Bond en aquello de » Nunca digas nunca jamás»).

Veamos, por un lado, las estrategias de los políticos para disfrazar su incoherencia, y por otro, como los Boletines Oficiales son tozudos y valientes para quitar esos disfraces.

 

1.En efecto, la incoherencia denunciada o percibida por la ciudadanía suele tener por respuesta varias estrategias del gobernante pillado en falta.

a) El escamoteo del lenguaje: «Donde dije digo, digo Diego» (estrategia del lorito). El ejemplo manido lo ofrece aquél viejo chiste sobre una añeja promesa electoral de 800 mil nuevos puestos de trabajo que mudaría en «ochocientos» o » mil».

 

b) El ataque como mejor defensa (estrategia del escorpión):» Y tú más». Se trata de esos agotadores relatos de los políticos en los medios de comunicación exhibiendo listas de corruptos, de contratos irregulares, de leyes ineficaces, de proyectos o planes fallidos, todos ellos del túnel del tiempo en que la oposición gobernaba.

 

c) La maniobra de distracción (estrategia del calamar): » Esa cuestión es importante, pero ese no es el problema real; el problema real es… ( y se habla del sexo de los ángeles)». Así, el gobernante acude a verter en los medios de comunicación nuevos temas, a modo de bombas informativas en forma de anteproyectos, Libros blancos, grescas políticas jugosas, etc.

 

d) Cambiar algo para que nada cambie, al estilo de Lampedusa, en «El Gatopardo» (estrategia del camaleón). Por ejemplo, hay partidos que propugnan electoralmente que los jueces designen por elección directa a los propios miembros del Consejo General del Poder Judicial (lo que evitaría intoxicaciones del poder político si son designados por los partidos con representación parlamentaria, como es el caso); sin embargo, al gobernar se envuelve la medida en un racimo de cambios de gran calado procesal y judicial y se cambia algo del procedimiento de designación para salvar la cara ante la ciudadanía, aunque los profesionales de la justicia percibe con claridad el Tocomocho.

d) El desviar el incumplimiento a una cuestión de grado: lo cumplimos aunque no del todo ( estrategia de la mula: ni burro ni caballo, pero tercos).

Recuerdo a cierto gobernante que siendo candidato prometió literalmente» Suprimiremos el pago de peaje por el Huerna con el fin de que Asturias y Castilla y León dejen de ser Comunidades Autónomas comunicadas por autovía de pago» y que cuando ascendió hábilmente explicó que cumplía con la «Supresión del peaje, paulatina y parcial», o sea, paulatina ( «ad calendas graecas») y parcial ( para algunos camioneros en ciertas condiciones).

Es cierto que hay que asumir que el precio del mercado electoral es que los programas políticos vendan la mercancía ofreciéndola con atractivo y prometiendo quimeras, porque si no lo hace un partido político lo hará el contrario.

Sin embargo, habría que tener la gallardía grandeza moral de reconocer que no se cumple en ese punto ante la ciudadanía y explicar porque no puede cumplirse; el electorado no tiene derecho a lo prometido pero sí a una respuesta por incumplirse. Pero hace falta mucha madurez política para ello. Ni el arrepentimiento ni su hermano mayor, la dimisión, va en el código genético del político de raza o profesional.

Al final, las mentiras políticas son como el timo de la estampita, pero impune, como reflejé en otro post anterior.

 

2. Los Boletines Oficiales, con sus leyes, decretos y reglamentos ( o acuerdos y nombramientos) son la insobornable prueba de los incumplimientos de los políticos.

Los Boletines Oficiales «no se ponen colorados» cuando publican medidas distintas de las prometidas a bombo y platillo.

Los Boletines Oficiales soportan como los elefantes tailandeses toda la carga y la dirección que en la selva le imprime el «mahout» (conductor del elefante).

Mentiras de politicos

Los Boletines Oficiales del pasado en formato papel se volvían «amarillentos» y «descoloridos», lo que al rebuscarlos proporcionaba la coartada de cierta vetustez o errores de juventud. Sin embargo, hoy día el formato digital y su consulta instantánea y viva, da una imagen de frescor y prueba contundente de la felonía.

Además hoy día hay programas informáticos que sirven para detectar plagios en la red, y si alguien se molesta en volcar leyes estatales o autonómicas actuales y las coteja con los últimos veinte años descubrirá plagios descarados, vino viejo en odres nuevos, y como, da igual la ideología política, la historia de los errores y engaños a los electores se repite.

 

3. De hecho, incluso en un viejo post me adentré a especular, en clave de humor, como sería una sentencia judicial que resolviese una demanda plantada por un ciudadano reclamando indemnización frente a la Administración electoral por no haber velado por la credibilidad de los programas ni los candidatos así como frente al Presidente electo que incumplió su programa. Creo que os provocará la sonrisa, así que os recomiendo releerlo.

 

4. Como autocrítica, confesaré que en mis dos años de chapuzón en la política como Director General en una pequeña Comunidad Autónoma ( por cierto, que con mis íntimos he calificado de «bienio negro» y sin haber militado en partido alguno), me encontré con el dilema moral de mentir o no mentir cuando algún Alcalde, Asociación o parlamentario de la oposición solicitaba alguna medida, gasto o cambio normativo «demagógicamente atractivo pero pragmáticamente inviable».

Y descubrí la solución con una respuesta comodín que ofrezco a los novicios en estas lides; la respuesta ambigua utilísima sería:» No se descarta«.

Esta sencilla frase tranquiliza al oyente que cree que tiene abierto el futuro a su cumplimiento y tranquiliza al que habla pues tampoco miente. No abre hostilidades sino que las entierra. Coloca el debate con elegancia en el limbo.

Es más, permítaseme como nota de humor, que recomiendo su uso ante las peticiones descabelladas de otros ámbitos: el padre para responder al hijo que pide un móvil nuevo; el cónyuge para contestar a su pareja que le propone un viaje que no le atrae; el jefe para despachar al empleado que le pide mas sueldo o menos jornada; el empresario o sindicato cuando negocian y la contraparte pone sobre la mesa una exigencia que el otro considera en su fuero interno inasumible, etc.

Por cierto, cualquier propuesta o sugerencia sobre este blog al servicio de cualquier particular, partido, asociación o similar, no la descarto. ¿Fácil?. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario.

5. ¡¡ Y ya se acaban las vacaciones !! Como reviste actualidad recuerdo a los lectores mi post del año pasado titulado «Consejos para el abogado que regresa al bufete tras las vacaciones», y además les recuerdo, para quienes tengan posibilidad y ganas de acudir a una Jornada gratuita sobre la Responsabilidad de los cargos públicos «en tiempos del cólera» ( o de la «cólera de los ciudadanos») que tendré el gusto de hablar sobre ello con frescura y rigor jurídico en Vigo, el próximo día 11 de Septiembre, Jueves, como anuncié antes del verano en este post.

Un cordial saludo a los lectores desde la tranquilidad de La Bañeza y si alguien está agotando sus vacaciones en mi querida Asturias, ahí va una recomendación de restaurantes en Oviedo ( sin otra «comisión» que el placer de compartir lo bueno).

Yo agotaré mis últimos días de holganza…

 

 

8 comments on “Nunca digas nunca jamás: lo que los políticos no aprenden de James Bond

  1. Gracias, Sevach, por su articulo. Me parece muy valiente.
    Pienso que la Clase Politica no es la que esta corrupta, aunque los mejores no suelen llegar a la cima.
    En cualquier caso prefiero esta democracia falsa, a su alternativa que sin duda es mucho peor, ¿no cree?

  2. Luis Alberto Encina Fueyo

    Estimado Sevach.
    Creo que le agradecemos todos los seguidores (al menos yo personalmente) de este estupendo blog su reinicio tras la pausa vacacional. No obstante, me corroe cierta curiosidad, por lo que si me lo permite le traslado mi pregunta por si tiene a bien contestármela: ¿»Qué tal le fue este año con la instalación de la piscina»?. (Jejejeje…)
    Reciba un cordial saludo

    • sevach

      Gracias, Luis, por tus amables palabras. Y ya que me preguntas por la piscina te diré que he aprendido aquello de » lo barato sale caro» así que este año tengo una flamante, pero costosa, » piscina de obra» con cubierta para asegurar microclima.¡ toma ya¡ un cordial saludo

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